Debemos
felicitar a San Antonio de los Baños por celebrar el próximo domingo 31 de
marzo una doble festividad: 40 años archivando obras de arte con cascabeles en
la punta, como bautizara nuestro Martí al humorismo—en este caso gráfico y
criollo—para poder atesorarlas en un Museo
altamente especializado y junto a la instalación, una Bienal Internacional vivita y coleando, pues se renueva entre Humoranga
y Humoranga cada dos años.
Sin
embargo este año la fiesta empezó en La Habana—debido a una doble celebración:
Sus próximos 500 años el próximo noviembre y la Retrospectiva: Dedeté, 50 años—inaugurada el 27 de marzo en el
Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, con una novedad—la
retrospectiva de portadas de la publicación-- fundada el 25 de febrero de 1969.
Y un homenaje especial al artista Ares, por su reciente premio ”Ranan Lurie” en
el evento convocado por la Organización de Naciones Unidas.
Otra
actividad se desarrolló el viernes 29 en “La Casa del Alba” en el Vedado habanero
también con un doble anticipo: La muestra colectiva y actualizada de PALANTE por
un lado y un adelanto a la nueva edición del libro “La leyenda que camina” con
las caricaturas personales del Caballero de París, que como apoyatura gráfica del
libro, aun está en proceso de impresión.
Con
tamañas sorpresas, es mucho lo que se espera el domingo 30 de marzo en San
Antonio de los Baños en el desfile inaugural, con sus muñecones, sus disfraces
y su contagiosa alegría que como siempre van a chocar con el mural colectivo
tan cuarentón como el Museo y la Bienal misma.
Mucho
de ello dependerá de las autoridades locales, pero sobre todo por la gestión de
--Isel Chacón-- la actual directora del complejo cultural, quien ha podido
mantener en alto la bandera de nuestro humorismo gráfico en el mundo. y heredera
de abnegados antecesores como Miqueli, Lausán, Quidiello y otros tantos
fundadores de este hermoso proyecto.
Ahora
renovado con la incorporación de las nuevas tecnologías informáticas, logra una
vieja aspiración pues las obras digitalizadas, que hasta la pasada convocatoria
solo podían competir por el Premio
Tomy—grande entre los grandes—en ésta se amplió al resto de las
categorías dando por resultado que de 500 obras recibidas en la pasada Bienal
de 2017 en ésta casi se triplicó la cifra, con 1,400 trabajos en concurso.
Por lo cual se ha identificado y hasta multiplicado una vez más como la Villa del Humor.
Para
chuparse los dedos, dirían algunos glotones; una bendición de San Antonio para
sus creyentes con un saludable baño de felicidad para este bucólico pueblo,
siempre orgulloso por las aguas de su famosa laguna que a pocos kilómetros de la
capital, la convirtiera en la Villa
del Ariguanabo.
También
por contar con hermosas vegas del mejor tabaco del mundo, y una pujante clase
obrera forjada desde las luchas independentistas y obreras por torcedores y
lectores de tabaquería. Se cuenta que hasta nuestro héroe José Martí les habló
una vez desde el Círculo de Artesanos, a tal punto que también fuera bautizada
como la Villa Roja.
Sin
embargo esta politización fue más allá de sus obreros, pues trascendió a todo
el pueblo permeándolo de cultura y rebeldía, por tanto no resulta extraño que
hoy debamos agregarle otras virtudes, pues en distintas épocas surgieron allí verdaderos
representantes de la cultura local, como el maestro Quidiello o artistas e
intelectuales de la talla de Abela y Nuez—íconos del humorismo gráfico
criollo--creando personajes satíricos tan gráficamente representativos como el Bobo y el Loquito, por solo nombrar dos de ellos.
Precisamente
debido a estos antecedentes quisiera regresar 33 años atrás, a la IV Bienal del
Humor Cuba 85.
Aunque
mi envío ese año no obtuvo premio alguno en dicha Bienal. La caricatura
presentada entonces la he considerado entre mis obras preferidas ya que en su
mensaje gráfico enlazo la sutil influencia que tuvo por aquellos días el filme “Hiroshima mon amour” con el embustero
“final feliz” del cine yanqui—de ayer y de hoy—a pesar de su belicosa
prepotencia imperial
Más
importante aún son las palabras introductorias al folleto de 72 páginas con
reproducción de las mejores obras expuestas en dicha Bienal publicado poco
después por el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos con
motivo de arribar en 1986 al “Año Internacional de la Paz”. Su título: CARICATURISTAS POR LA PAZ.
A
continuación presento ambas copias: A la izquierda mi caricatura y en el
bajante de la derecha el referido texto: Impreso en tres idiomas: Español,
inglés y francés—el cual causó una grata sorpresa para todos por la firma de su
autor.
"SINGULAR
ARTE DE NUESTRO TIEMPO este del trazo rápido y firme que atrapa al lector con
el encanto de la sonrisa y deja en su mente y en su corazón el mensaje de paz o
la denuncia certera como resultado eficaz de su universal lenguaje. Es, por
tanto, la caricatura un arma formidable de comunicación en el mundo actual
rompiendo las barreras del idioma. Pues su código de señales está claro y al
alcance de millones de seres en nuestro planeta amenazado.
Esta
colección extraída del envió de artistas de todo el orbe a la IV Bienal del
Humor Cuba 85 demuestra el grado de conciencia sobre la lucha por la paz
alcanzado por los humoristas gráficos en todas las latitudes.
Ya
no se puede proclamar la imparcialidad del artista. El creador al tomar
conciencia ha tomado partido. Partido con los humildes, con los que mueren de
hambre, con los que luchan por un mundo de paz y desarrollo.
¿Quién
puede defender la carrera armamentista, la guerra de las galaxias, la bomba de
neutrones? ¿Quién puede estar a favor de la autodestrucción de la humanidad, de
la cultura, de la vida? Los artistas del humor hemos puesto nuestro lápiz de
combate al servicio de esta causa por la subsistencia que es la lucha por la
paz.
En
esta colección el Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los
Pueblos recoge con amor la obra de
muchos caricaturistas que desde distintos ángulos y países enfocan con sus
agudos dibujos la esperanza en un futuro mejor y la necesidad de desenmascarar
a los orates que enarbolan la macabra filosofía de la guerra
René
de la Nuez.