El
oscurantismo medieval había tendido durante siglos un manto de ignorancia, a la
teoría de Pitágoras y otros tantos sabios de la Antigua Grecia, sobre la
esfericidad de la Tierra.
Un
tribunal de eruditos (el subrayado es nuestro) el Concejo de Salamanca,
desaprobó la solicitud del navegante Cristóbal Colón ante los Reyes Católicos
bajo el criterio de que: “…Si el mundo es redondo: ¿Qué será de los
barcos cuando tengan que navegar bajando la curva de la Tierra?...”
Tal
vez ese mismo Santo Oficio tras el éxito de la expedición fuera quien bautizara
la hazaña como “El Día de la Raza”.
En
realidad, lo que descubrió Colón fue el globo terráqueo, es decir: El comienzo
de la actual y erudita globalización neoliberal (se me fue de nuevo el
dichoso subrayado).
El
humorismo gráfico nos permite interpretar en la estampa No.1, lo que el Gran
Almirante descubrió aquel 12 de octubre de 1492, pero si avanzáramos unos 470
años más, el panorama que hubiese encontrado Colón frente a las costas de Cuba
el 24 de octubre de 1963 sería bien distinto, (reproducido en la ilustración, Núm.
2) pues en vez de “indios” del Cipango, se hubiese tropezado con una forma de producción
campesina—nada monárquica ni católica—pero que, gracias al Instituto Nacional de la
Reforma Agraria, le zumbaba los mameyes.
La
esclavitud, la colonia, y otros males que padecimos durante siglos formaron el
carácter “rebencúo” de nuestra patria ante un nuevo desafío del siglo XX: El
imperialismo Yanqui y sus “rectificaciones” como aquella decrépita “Enmierda
Platt”, pero lo peor es que tan erudita decisión está aún vigente sin
base alguna en Guantánamo, (disculpen pero se me sigue escapando el dichoso
subrayado).
Su
símbolo, el Tío Sam con esos cuentos de camino conocidos como el Sueño Americano
(término tan erudito como los anteriores) trata de propagarlo al mundo entero.
Sin embargo, aquí lo vemos representado en este dibujo que sin segundas
intenciones titulamos “EL ECO”.
También
en el mes de octubre, pero de 1967, el inolvidable Guerrillero Heroico muere en
desigual combate por la liberación de Nuestra América en la Quebrada del Yuro
de Bolivia; tal vez porque no creía en el Imperialismo…”ni un tantito así…”
A
cuarenta años de aquella epopeya del Che, nos viene a la mente otra
imagen, que representa su herencia histórica no solo en nuestros pueblos
americanos, sino en otros también víctimas del terrorismo, la xenofobia y la
globalización neoliberal. Veamos esta comparación que situamos hasta el día de hoy
en el Lejano Oriente.
Por
todo ello y por la correlación de fuerzas en el panorama internacional es que
este 26 de octubre, cuando en la Asamblea General de las Naciones Unidas se
presente de nuevo por nuestro país la Resolución: “Necesidad de poner fin al
bloqueo comercial, económico y financiero de los Estados Unidos contra
Cuba” El Tio Sam se verá una vez más aislado y zozobrando en aguas
profundas, o lo que es igual, confinado—junto con su satélite--a una isla
desierta y rodeado por un mar de solidaridad con Cuba.
Esto
demuestra una vez más que el náufrago es él y que nuestro país no es una isla solitaria—como
quiere representarnos cierta prensa erudita, sino un archipiélago unido
por lazos históricos y que EMBARGO
tampoco es sinónimo de BLOQUEO. Si
la caricatura que mostramos ahora reflejó la votación del 2009. Sabemos lo que
les esperará mañana día 26, pero... Como dije al comienzo: ¿Nos entenderemos o
no?
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25 oct 2016
¿NOS ENTENDEMOS O NO?
20 oct 2016
PACTO DE CABALLEROS EN DOS TIEMPOS
Hace diez años, cuando se decidió
dedicar la Feria del Libro de La Habana a Galicia, se nos ocurrió plantearle a
la Editorial Pablo de la Torriente, un cuaderno ilustrado con caricaturas del
personaje folklórico más popular de la capital de todos los cubanos—el
Caballero de París—a partir de la recopilación de sus aventuras como eterno
caminante, realizada por su médico de cabecera, Dr. Luis Calzadilla Fierro,
quien no solo lo atendió en el Hospital Psiquiátrico de La Habana, sino que se
convirtió en su biógrafo a partir del libro “Yo soy el Caballero
de París”, publicado seis años antes en Badajoz, España.
En dicha obra el propio personaje
aclara haber nacido en una aldea de Lugo, Galicia, a orillas del Navia, el 29
de diciembre de 1886. –¡Nada menos que a 130 años exactos de este 2016! Falso:
Un dato más del extravagante personaje, pues según su biógrafo de cabecera,
nació trece años más tarde, en los últimos días del siglo XIX:
Nuestro proyecto consistía en una
síntesis anecdótica a partir de lo dicho por el protagonista al describirse a
sí mismo como “La Leyenda que camina…” y el apoyo de los caricaturistas
cubanos, que debido a la premura, solo pudieron participar unos 18 dibujantes
gráficos. A saber, por orden de aparición: Adán, Adis, Blanco, Cecilio, Delga,
Falco, F. Blanco, Janer, Lacoste, Lumat, Miriam, Mons, Ñico, Pedreira, Toledo,
Tulio, Zerquier y hasta el propio Caballero de París a partir de su
autorretrato en el Hospital de Mazorra durante una prueba de Machover en 1981.
Aún con estas limitaciones, el libro
tuvo una acogida tan espectacular en dicha Feria de 2007, que--invitado a
viajar a España en el verano de ese mismo año--solo pudimos recopilar unos
cinco ejemplares para su debida promoción en la península.
Sin embargo, lo que sí se concretó,
gracias a la intervención de la Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana,
y la gentileza del propio Dr. Eusebio Leal, fue dedicarnos unas “Palabras
al libro” y autorizar la copia de dichas caricaturas en un tamaño
apropiado, para llevarlas al terruño después de devolver los originales a cada
uno de sus autores.
Con esas reproducciones en mano,
cuando visité la casa natal del personaje en Vila Seca aldea fronteriza con
Asturias, y seguidamente con la inauguración de la muestra en el Museo
Etnográfico de Fonsagrada en la provincia de Lugo. Gracias a la invitación de
su director el compañero Juanxo pude comprobar que dicho “popular héroe habanero”
era totalmente desconocido en su tierra natal. Y con la misma gentileza, la
institución cultural gallega imprimió dichas copias con alta resolución técnica
para devolver a Cuba el gesto.
De ahí que el primer trabajo con que
debutó este blog personal fuera “El regreso del Caballero” que
precisamente coincidió con El Día del Inmigrante apenas a un siglo de la
partida hacia Cuba de José María López Lledín.
De regreso, la inauguración en la
Habana de dicha muestra en el Centro de Salud Mental de la Habana Vieja--donde
radica la consulta del propio doctor Calzadilla--se celebró a fines de aquel
año, con la presencia de los caricaturistas participantes y el entonces
presidente de la UPEC, Tubal Páez; así como la del propio psiquiatra y
biógrafo, Dr. Calzadilla.
De todo esto tuvo noticias el Cro.
Iroel Sánchez, por entonces a frente del Instituto del Libro y nuestro
embajador en la región autónoma de Galicia Cro. Luis Felipe Vázquez. Sin
embargo, varias fueron las gestiones de editores españoles y la de mi hermano
gallego, José Neira Vilas y su esposa cubana Anisia Miranda, para reeditar el
libro en el idioma de Curros Enríquez y Rosalía de Castro. Lo lamentable es que
dicho proyecto chocó con la crisis económica que azotó a Europa por entonces y la
nuestra del doble bloqueo.
Debo aclarar que muchos años antes, cuando
sus hermanos--dado el deplorable estado mental de José--quisieron regresarlo a
España, montó en cólera y airado les respondió: …¡Nunca me iré de este país. No
quiero conspiraciones en mi contra! ¡Si me obligan a embarcar por la fuerza, me
lanzo al mar! ¡Óiganlo bien…Me mato! Y esa muerte quedará para siempre en la
conciencia de todos ustedes.
Tal amenaza se correspondía con la
entrañable locura de amor que sentía por esta ciudad de La Habana--que le había
dado tanto afecto y respeto--a la que siempre calificó como su amada Dulcinea.
Hoy, en medio de la alegría que nos
proporcionó el 55º Aniversario de PALANTE, se nos anuncia por la propia editora
de los periodistas cubanos, la posibilidad de reeditar en Cuba dicha obra, en
medio de los cambios del modelo económico y el protagonismo que ha adquirido la
escultura que el artista Villa Soberón nos regalara del Caballero a las puertas
mismas del Convento de San Francisco de Asís, en el Casco Histórico de la
Habana Vieja.
Debo aclarar que siempre estuvo en
nuestra mente la reedición del cuaderno, precisamente por la ausencia de
artistas gráficos que no pudieron incluirse en aquel primer proyecto y otros
que por razones ajenas a su voluntad, tampoco recibieron la invitación en
tiempo como el caso del caricaturista y Héroe de Cuba--Gerardo Hernández
Nordelo--uno de nuestros Cinco héroes presos en cárceles del Imperio.
Como nunca es tarde y la ocasión la
pintan calva, la Editorial Pablo de la Torriente me acaba de anunciar la
posibilidad de llevar adelante el sueño de una segunda edición ampliada de esa
Leyenda que Camina: El Caballero de París.
Es así que la institución puede
contar desde ya con las incansables neuronas y el entusiasmo de este
octogenario soñador, mientras todos los colegas que deseen sumarse al proyecto,
háganmelo saber.
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Vínculos Cuba-Galicia
13 oct 2016
PALANTE Y YO (2)
Parodiando
el picaresco y combativo estribillo de “…Somos socialistas Palante y Palante…” nació
en tiempos difíciles de la invasión mercenaria y la Campaña de Alfabetización, nuestro
semanario PALANTE Y PALANTE el 16 de octubre de 1961.

Gateando
aún la publicación--un mes antes de octubre de 1962--en que se anunciaba el
holocausto nuclear por el Imperio Yanqui, sus fundadores nos vimos envueltos en
un nuevo conflicto mucho más grave que el de Girón.
Se
trataba de la Crisis de los Misiles, y no sé de donde me salió entonces aquella
abrupta fanfarronada que vio la luz entre el 22 y el 24 de septiembre de ese
año como portada, adelantándome a los trágicos acontecimientos que se nos
venían encima. Dicha obra fue reproducida en este mismo blog bajo el título “A 50años del Armagedón”.
La
guaposa sátira reflejaba una emoción compartida no solo por la dirección de
PALANTE sino por todo el pueblo; pero ahí no paró la cosa, aquella movilización
defensiva incluyó a los caricaturistas como corresponsales de guerra en las
primeras líneas de combate, y de pronto nos vimos ocupando espacio y titulares
en la edición dominical del diario HOY bajo el enunciado “Caricaturistas bajo amenaza nuclear” cuyo texto también fue reproducido aquí.
Al
año siguiente, en marzo de 1963 PALANTE debutó con reportajes en provincias, un
proyecto jamás utilizado anteriormente por publicaciones humorísticas cubanas.
O sea, enviar corresponsales—dibujantes y escritores--a provincias y divulgar
escenas costumbristas in situ, como el realizado en Guantánamo, donde
reflejamos la limpieza que daba la Revolución en aquella zona “franca y prostituida
por el propio ocupante de la base” y sus marines en franca degeneración los días
de francos. Ver “Debut en Guantánamo”
Cinco
meses después ocurrió algo que motivó esta otra portada mía el 15 de agosto de
1963 conocida como la ECOCHINCHE, donde tratamos de ridiculizar una tendencia muy
enraizada por entonces y consistente en desarticular completamente la red de
comercio minorista en manos particulares, y depender de empresas sin la contrapartida
adecuada de distribución en todos los niveles de la organización.
Días
después el propio Comandante en Jefe se apoyaba en dicha sátira para fustigar
el proyecto, pero a larga logró imponerse aquel absurdo, hasta las
rectificaciones de nuestros días.
En
octubre se me encargó una nueva tarea, la de cubrir los estragos del ciclón Flora,
pero esta vez a solas y en un avión especialmente fletado con alimentos y
medicinas. La presencia de un caricaturista no fue muy bien vista en la cuenca
del Cauto, ante tanta muerte y desgracias personales.
Si
logré salir airoso de tamaña aventura se debió al trato ecuánime de un joven
dirigente partidista de Holguín con solo 22 años, que interpuso sus buenos
oficios ante una muchedumbre agobiada por la tragedia y el dolor. Lo que yo no
sabía entonces es que, en aquel “juicioso abogado mío” también latía el
bichito del humorismo gráfico, comprobado muchos años después, cuando--sin
abandonar sus responsabilidades políticas—nos regaló el gracioso personaje de
(Cheo el Cojo) con la firma de V.M. en las páginas de BOHEMIA.
Pero
lo ocurrido nueve meses más tarde, también cubriendo órdenes del inquieto
Bracho Montiel, sería tal vez la tarea más difícil que me fuera encomendada en toda
mi carrera:
En
fecha tan significativa como el 26 de Julio de 1964, mientras bullía la efervescencia
revolucionaria en su sede de Santiago de Cuba, se programó dos días antes, la
inauguración de la planta IMPUD en Santa Clara con la presencia del Ministro de
Industrias, Comandante Ernesto Guevara. Mi misión era entrevistarlo para
PALANTE.
Gracias
a que llegué un día antes para familiarizarme con la fábrica y la atención
recibida por el inversionista de la obra--compañero. Plasencia—participé en la
comitiva que recibió al Che y en el recorrido por las instalaciones pronto
capté su simpatía.
En
un aparte me animé para atajarlo y presentarme como enviado de PALANTE para que
le dirigiera unas palabras al semanario nuestro. De inmediato su rostro cambió
y el tono de voz también:
--¡El
viejo Bracho se habrá vuelto loco?--Dándome a entender que una exclusiva de un dirigente
político para nuestra revista humorística resultaba contraproducente. Pero ante mi bochorno, moderó su tono y continuó:
--Pero
tú no eres reportero… Yo no te conozco.
Solo
pude hilvanar un breve: --No, yo soy Blanco el caricaturista.
No
sé si por lástima o por justicia, el Che cambió su rostro y me da pie para
continuar el diálogo:
--Claro,
chico, recuerdo una caricatura tuya en 1962, donde un muñeco echa rayos por la
boca y dicha crítica me dio pie para intervenir y mejorar la calidad de la
JUPIÑA en la fábrica de Pinar del Río.
No
sé si él se dio cuenta de que la sangre me había vuelto al cuerpo, lo cierto es
que de sopetón me increpa:
--¿Y
por qué no me haces ahora una caricatura?
Rápido
y furioso—como se estila hoy día—acometí la tarea antes de que se arrepintiera,
mientras a diestra y siniestra sentí los flachazos de los foto-reporteros allí
presentes.
Terminado
el boceto me dio la mano e introdujo el dibujo en uno de los bolsillos de su
chamarreta, mientras nos dirigíamos al frente del edificio donde el pueblo
reclamaba sus palabras de inauguración.
Por
el camino, uno de los fotógrafos se me acerca y tocándome en el hombro me dice:
—¡Blanco,
te la comiste, y yo me di banquete tirando fotos de la conversación!
Yo
estaba aún groggy y fui arrollado por la multitud, mientras pensaba que la
constancia del hecho estaba asegurada, pues se trataba de Nitardo, el joven fotoreportero
de Prensa Latina con quien compartimos sueños allí entre 1959 y 1961, pero que
en esos momentos era el fotógrafo personal del Che en el Ministerio de
Industrias.
El
trabajo sobre la IMPUD fue publicado por el semanario en fecha, así como la
vorágine que arrastraban las festividades por el 26 de Julio en Santiago; pero
más nunca tuve noticias del Che ni de Nitardo y yo tampoco quería romper el
silencio a voces que se extendía alrededor de la figura del Guerrillero Heroico,
por tanto al reproducir este incidente años después en este blog personal lo
titulé. “La entrevista que nunca se dio”.
Otras
anécdotas curiosas ocurrieron en aquel primer quinquenio de PALANTE, como mi extraña
incursión en la radio-base instalada en Minas de Frío durante la movilización
de los Jóvenes al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1965. La
feliz idea surgió del entonces dirigente político al frente de la actividad
Caiñas Sierra y tomó el nombre de “El Pino Macho” pero se extendió más
tarde a través del todo el Atlántico y el Mediterráneo, bajo la señal de “Radio
Mareo”. De esta aventura radial y marina a la vez, también dimos
constancia en este espacio bajo el título de
“…En tierra y mar…”
Si
estas experiencias personales se unieran a las de otros caricaturistas de
aquellos primeros cinco años, tan fructíferos como Wilson, Pitín, Felo, Arístides,
Nuez, Val, Pecruz, Alben, etc. El listado sería interminable.
¿Y
qué decir si les agregáramos a redactores de la talla de Cardi, Naborí, Núñez
Rodríguez, Evora, Betán o Mitjans, entre otros tantos?
Por
eso, en aras de la brevedad hemos incluído solamente estas cinco estampas
personales publicadas durante los cinco prematuros años de los 55 cumplidos
hasta el presente por PALANTE.
7 oct 2016
PALANTE Y PALANTE: 1
Apenas
una semana nos separa del 55º. Aniversario
de nuestro querido PALANTE: Surgió junto a otras publicaciones, --¿Pionero,
Mujeres, Muchachas, y LPV?---pocos meses después de aquellas decisivas palabras
de Fidel a los intelectuales en la Biblioteca Nacional y de la fundación de la UNEAC.
Nuestra
publicación se hizo eco de aquel combativo y pegajoso estribillo “…Somos
socialistas Palante y Palante…” con una original propuesta de dos
revistas en una, y por tanto se leía hasta la mitad. Al llegar ahí, se volteaba
para comenzar la lectura de las 8 páginas siguientes a partir de la otra
portada.
Sin dejar de ser original, el proyecto resultó incómodo para la artrosis
cervical de muchos lectores y duró menos que un catarro, hasta que se retornó
al método de lectura acostumbrada.
Recuerdo
que las dos portadas de la primera edición bajo la batuta del humorista
venezolano Gabriel Bracho Montiel, correspondieron a Adigio Benítez y Luís
Wilson, sobre todo la de este último, dando a conocer aquella joven mulata--bancaria
y revolucionaria--frente a la encopetada vieja burguesa que acudía a retirar gruñonamente
su cuenta de la institución que por lo general no permitía ese tipo de
empleados en su excluyente plantilla. Escena comentada por el propio Comandante
en Jefe, en una intervención a propósito de la nueva revista de humor.
Dicho
personaje femenino creado por Wilson, en sus primeras ediciones fue presentado indistintamente,
a veces con el título de “Felinas” y otras como “Criollitas”
con diversa intención humorística, hasta que encuestado el propio pueblo hizo
que triunfaran las últimas como representación de la mujer cubana, joven, bella
y rebelde.
Algo
parecido ocurrió conmigo: Mis primeros personajes en el semanario no fueron
dibujos sino textos. Surgieron con el enfrentamiento verbal entre dos féminas: “Clarita
y Confusia”, que incluso fueron llevadas más tarde a un breve espacio
televisivo que formó parte del programa PALANTE EN TELEVISIÓN.
Aquel
primer equipo formado por el DOR se propuso aunar a todos los humoristas
revolucionarios, tras el éxodo de escritores y artistas comprometidos con el
pasado burgués de prebendas y sinecuras; dando por resultado que muchos
dibujantes proveníamos de la publicidad, el clandestinaje o actividades no
comprometidas con la dictadura: con una plantilla mínima de seis humoristas y el
resto bajo el conocido estatus de colaboradores por cuenta propia, emplantillados en otros medios, pero
todos palanteros de corazón.
Por
tanto, la publicación acogió con los brazos abiertos a quienes mantuvieran la
unidad como principio revolucionario empezando por algunos ya conocidos como el
propio Wilson, Adigio, Pitín, Felo, Valdés Díaz, Arístide, Ñico, Alben, Pecruz,
Blanco—es decir, menda--y del grupo proveniente del PITIRRE (Fresquito
Fresquet, Nuez, Chago, Posada, Val y Fornés); pero nuevos caricaturistas se
dieron a conocer entonces como Tejedor, Ardión, Miguel y Rosita, Dagoberto y J.
Delgado, Harry Reade, Tulio Raggi y Carruana entre otros que se nos escurren
entre las circunvalaciones del cerebro.
Sin
embargo no ocurrió lo mismo con los escritores-humoristas, pues hasta el propio
Bracho Montiel a veces utilizaba seudónimos como (Gabito Chotiel), Jesús Orta
Ruiz que atendía el “Dimelo Cantando” rubricando la firma del Vate indiano (Indio
Naborí), o Carballido Rey en su “Sainete Semanal” bajo la túnica
griega de (Esquilo Pérez) y de forma excepcional “La Paginita Antigua” de Cardi
utilizando el apodo de (El viejo Aristóteles).
Otros
escritores que también se valieron de sobrenombres fueron Víctor Casaus
(Catón), María Elena Llana (Mariel), Héctor Núñez Rodríguez (Hacheene),
Juan Manuel Betancourt (Betán), y Leopoldo Rivero (Martín Proletario), entre otros
muchos que se nos escapan de la memoria como (Mongo Pe), (Casimiro Pestaña), (Ají
Picante), (Urbano Cuchufleta), y (Membrillo).
Una
excepción resultaron los casos de Juan Ángel Cardi, Évora Tamayo, Luis Mitjans,
o Alberto Yáñez, entre otros narradores que no necesitaron máscara alguna para
hacernos reír.
Tal
vez estos ejemplos den una idea del momento histórico en que surgió la
publicación dentro de la lucha ideológica de una revolución verdadera.
Como
hemos visto nuestra primera etapa de PALANTE Y PALANTE correspondió a una era
zoológica tipo camaleón, pues en el camino perdimos la cola quedándonos en
PALANTE a secas, con lo que aligeramos el paso y avanzamos más.
Aquella
emigración del PALANTE semanal tuvo varios asentamientos humanos: Comenzamos utilizando
el local de la redacción durante un par de semanas en un garajito frente la
imprenta OMEGA del parque Tulipán, y de ahí tomamos un curso nómada desde el
Cerro hasta el Edificio Bacardí de la calle Monserrate; a continuación seguimos
a pie hacia la Catedral por Empedrado para ubicarnos en la antigua sede del semanario
humorístico ZIG-ZAG en Teniente Rey.
Poco
después pudimos disfrutar de una gloriosa dinastía asiática al crease la
empresa de EDICIONES EN COLORES-PALANTE- en la calle Salud del Barrio Chino, al
frente de la cual el poeta Joaquín G. Santana se lució llenando de colorido y
alboroto infantil los estanquillos de prensa con ofertas de revistas de historietas
verdaderamente autóctonas como AVENTURAS, DIN DON, MUÑEQUITOS, y FANTÁSTICOS
para los más pequeños, y bolsilibros para los adultos.
Dicen
que la alegría dura poco en casa del pobre: Un incendio acabó con estas ilusiones
y comienza un nuevo peregrinar esta vez hacia el Vedado. Por suerte nos tocó en
23 y J, al lado de Coppellia, asumiendo la dirección de PALANTE el políglota
Guillermo Santiesteban, y en esa etapa nacen mis dos hijos putativos—el gordo y
el flaco de “¡Ay,Vecino!” el 27 de junio de 1967.

Seguidamente
asentamos en el libro de bitácora el fugaz paso de Ricardo González, al frente
de la publicación que terminó tras su regreso de la Feria Exposición de Montreal,
cuando ocupó la dirección de PALANTE, el inquieto René de la Nuez, quien no
solo declaró la guerra a su rival humorístico “El Sable”--el cual quiso
infructuosamente tomar por la fuerza los 54 sabores de la heladería--por el
contrario, como botín de guerra inauguramos la galería de humorismo gráfico
PALANTE a la entrada misma de nuestro edificio.
Otra
hazaña que recuerdo del “Loquito” fue responsabilizarme con la publicación de
las cuatro historietas didácticas orientadas por el propio Fidel: “Matilda
y sus amigos”, “Trucutuerca y tres cabitos”, “Los siete samurais del 70” y “Pol Brix contra el Ladrón Invisible”.
El éxito editorial fue apoteósico, pero el resultado de la Zafra de los Diez
Millones, resultó catastrófico. Tal vez esa haya sido la única razón por la
cual fuera nombrado para sustituirlo en 1970.
Pocos
años después, al crearse la AIN, tuvimos que cederle el espacio a tan necesaria
institución y de nuevo a cargar con los matules para una nueva morada. Esta vez
nos tocó dirigirnos a pie hasta la calle 21 frente al callejón de Crechería,
pero aún así PALANTE ha seguido al ritmo bullanguero de sus orígenes, y para
comprobarlo el viajero solo tiene que entrar a su vestíbulo para tropezarse con
el colorido de un histórico mural que lleva la firma y la gracia de sus
artistas fundadores.
Pero
ahí no termina este cuento de camino; por lo pronto a lo que a mí respecta:
Desconozco
la razón por la cual me mantuvieron-- con éxitos y desaciertos--al frente de
PALANTE durante quince años, pero lo que no pude resistir fue subordinarnos
administrativamente a una publicación como BOHEMIA, que por entonces derrochaba
los ahorros de su contraparte, incluyendo insumos y reducción de plantilla.
Es
por ello que, me despedí no con poca amargura de ese “matrimonio gris” con la
revista más longeva de Cuba, cuando la UPEC creó la Editorial Pablo de la
Torriente, y acepté a participar en dicho proyecto, donde pasé el quinquenio
más colorido y feliz de mi vida, no solo como editor y promotor del género de
la historieta en nuestro país, sino como rejuvenecido facilitador en aquel
taller de aficionados al género, que con posterioridad formó el núcleo juvenil en
la reanimación de los Estudios de Animación del ICAIC, bajo la
batuta de maestros de la talla de Jorge Oliver, Ernesto y Juan Padrón.
En
medio de aquella euforia creadora y los ambiciosos planes de la Editora Pablo
de la Torriente, que incluían ya álbumes de postalitas en colores y Brigadas de
Recuperadores del Futuro entre los niños y jóvenes, vino el cataclismo del
mentado Periodo Especial con su Doble Bloqueo incluido, que motivó mi
definitivo retiro laboral con sesenta años de edad y cuarenta de ejercicio en
el sector.
El
hecho de crear entonces el proyecto CARITUR entre varios artistas gráficos para
realizar caricaturas in situ en diversos hoteles de la capital, fue un paliativo
a mi decepción, además de un rotundo éxito y un adelanto al trabajo por cuenta
propia surgido mucho después. A tal punto que por motivos de la edad, en el
2008 durante la celebración del 50º. Aniversario del Hotel Habana Libre y con
la presencia del Ministro de Turismo, Cro. Francisco Marrero, recibí un diploma
como Huésped Distinguido del mismo. Fue en ese momento que hice dejación de
seguir brindándoles dicho servicio, más por los riesgosos horarios nocturnos,
que por los 78 años de edad recién cumplidos.
Desde
entonces me ligué a este blog personal, bajo el balcón protector de mis hijos
putativos: El gordo y el flaco, donde pienso dejar mis huellas imperecederas como
peregrino de a pie, en vez de chocar con una auto-biografía rápida y furiosa.
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