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18 oct 2010

CARICATURISTAS BAJO AMENAZA NUCLEAR.

Los vecinos más cercanos a mi saben que este blog se hace a cuatro manos entre mi hijo y el que les habla, pues reconozco que soy más analógico que digital. Pues bien, Paquito –mi primogénito-- hizo espontáneamente su primera historieta a los cuatro años de edad dejando boquiabiertos a todos en la familia. Lamentablemente aunque el dibujo se guardó por mucho tiempo, no se conserva... No por gusto han pasado cincuenta años. Era en abril de 1961: Había concluído la Primera Derrota del Imperialismo en América, y el tema cotidiano era el de los mercenarios capturados en las arenas de Playa Girón. El vejigo, inspirado en la actualidad del canje de prisioneros por conservas, y con toda la ingenuidad de sus cuatro añitos, realizó una tira secuencial donde el personaje consume una lata de conservas, que con mala fe se le había introducido una granada, por lo que debe ser operado de urgencia. Situación Absurda, cruel, pero graciosa.

Un año más tarde, la tensión se agudizó con el conflicto conocido como la Crisis de los Misiles. ¡Discreción, arma de guerra!, era el lema del momento.

El anuncio del Departamento de Orientación del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas publicado a toda plana en la prensa, alertaba sobre el peligro de dar al enemigo cualquier información que pudiera detectar las concentraciones de tropas. (Debido a la reducción de la página original, reproducimos su mensaje):

El texto decía:

--¿Dónde está mi papá?

A lo que se respondía:

--En un lugar de Cuba.

A cincuenta años de distancia, aún mi hijo se acuerda de ello cuando visualizamos la propaganda, copiada de los archivos del periódico “Granma”. (A propósito, agradecemos la deferencia de Delfín Xiqués, jefe del departamento y el resto de sus compañeros por sus deferencias).

Por aquellos días de 1962, los caricaturistas fuimos provisionalmente separados de las filas milicianas en la retaguardia para ir a las primeras líneas de combate como corresponsales de guerra. Al verme marchar de verde olivo, el niño se hacía la misma pregunta:

¿A dónde va mi papá?

Y la respuesta seguía siendo exactamente igual.

En aquella interminable noche a fines de octubre, bajo la amenaza de la bomba atómica en un lugar de Cuba, compartimos recuerdos y desvelos con los combatientes de una unidad de tanques a donde fui designado. Y mis colegas dibujantes hacían similar vigilia en otros lugares del territorio desconocidos para mi.

El resultado de nuestro trabajo se publicó en el suplemento dominical del diario “Hoy” el 11 de noviembre de 1962 cuya primera página reproducimos completa junto al anuncio anterior.

En la larga introducción al reportaje gráfico copiamos algunos párrafos:

“Hace solo unas horas visitó los distintos frentes de la defensa militar de la patria, el primer equipo de artistas plásticos movilizado a ese fin. El grupo estaba compuesto por los dibujantes y caricaturistas Nuez, Adigio, Blanco, Carruana, Harry Reade y Virgilio. Representaban estos frentes de lucha, en el campo de la propaganda y de la orientación: Hoy, Revolución, Palante, ICAIC, El Mundo, y Mella.”

“…Cada uno de ellos dentro de su estilo y modos personales…

”…En lo que respecta a lo técnico del ejercicio, debemos decir que un apunte, para que lo sea debe ser definitivo…” Puede ser que el apunte quede como una proposición y como una pista para empeños mayores, o que se realice como práctica del dominio del movimiento…”

“…En el primero de estos casos es posible que podamos insertar las notas plásticas de Adigio”….

“…Lo de Nuez, por su parte, no tiene segundo término. Es el humor expresado., la profunda dramaticidad de la vida en las trincheras, el desinterés, la solidaridad, la abnegación del soldado de la Patria…

“…Virgilio nos prueba que el acosamiento del trabajo sistemático de la redacción, no ha quemado su capacidad de reacción vigorosa ante la vida que discurre, crea y salva al aire libre…”

…“Carruana y Blanco” son los más nuevos entre estos nuevos valores. Y esta experiencia les servirá de mucho para “animar” los dibujos animados del primero, y para aportar al segundo el conocimiento de hechos y de hombres que pueden vitalizar con valor de símbolo sus dibujos y caricaturas…”

“…Y tenemos que disculpar al admirable Harry Reade. Generoso, se olvidó de su misión específica y satisfizo el deseo de los muchachos marineros donándoles estupendos dibujos para recuerdo permanente…”

Estas son sólo algunas opiniones al vuelo de la reseña aparecida en dicha edición dominical. Otros colegas siguieron nuestros pasos en las trincheras y sus dibujos fueron publicados con posterioridad.

Con este trabajo-- a 48 años de los hechos--, hemos querido recordar aquellos momentos de incierto destino, bajo la amenaza atómica, pero con la misma serenidad del Che cuando se despidió ¡Hasta la Victoria Siempre!

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