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15 abr 2009

“ACUÉRDATE DE ABRIL”

El título de la canción de Amaury Pérez, me sirve para los comentarios de hoy. El mes de abril tiene su embrujo, porque con él llega la primavera, algo sin importancia en Cuba donde es verano todo el año. Sin embargo: ¿Porqué un sagitario como yo dice haber cumplido 78 abriles?

Cada hoja del almanaque que cae se convierte en historia y preludio del porvenir que se levanta. Para el pueblo cubano, que ha sufrido todo tipo de traiciones, saqueos, intervenciones y crímenes, el humor y el choteo son formas de combate para desarmar a tirios y troyanos.

Por eso en 1960 y 1961, mientras bisoños milicianos marchábamos por las calles preparándonos para enfrentar la anunciada invasión mercenaria; la quinta columna interna rumiaba su impotencia cantando bajito: “¡Uno, dos, tres y cuatro… Comiendo mierda y rompiendo zapatos!”.

La campaña anticubana había empezado mucho antes, en la madrugada del mismo 1º de enero de 1959, cuando el destacado periodista Carlos Lechuga –desde la redacción de EL MUNDO-- anunció la huída de Batista por el canal TELEMUNDO. En breve Lechuga pasó a ocupar un cargo importante en la diplomacia revolucionaria.

A sólo un mes de debutar como caricaturista editorial en ese diario, el entonces Embajador Cubano en la OEA, intervino en una polémica que motivo este dibujo satírico donde hice su caricatura personal. Vaya con ello mi más profundo sentimiento de admiración y respeto al recién fallecido dirigente revolucionario, colega, y amigo personal Carlos Lechuga.
Decir comunista o socialista, era entonces una mala palabra, como lo sigue siendo hoy para muchos mal pensados en el mundo. Sociólogos, filósofos e historiadores lo explicarán de otra forma. Yo sólo me limito a ofrecer a mis vecinos, el testimonio de las caricaturas publicadas en agosto de 1960, en medio de una feroz campaña desinformativa de la SIP y su gran prensa burguesa.
El beisbol no es sólo el deporte nacional cubano, sino una fiebre que nos ataca desde niños, cuando todos deseamos ser la gran estrella del deporte. Peloteros frustrados de adultos, nos conformamos con atribuirnos la cualidad de saber más que nadie del arte de las bolas y los “strikes”. De ahí que a partir de ahora, hablemos de pelota.
Vivo en la barriada del Cerro, a sólo siete cuadras del gran estadio de La Habana y pude presenciar personalmente el momento en que Fidel proclamaba la intervención de las empresas yanquis, lo que interpreté humorísticamente ese domingo…

Ese acontecimiento provocó la venganza del Imperio con el mal llamado “embargo” --también el más largo de la historia--. Nosotros sabemos que el bloqueo –no embargo--, tuvo su origen mucho antes, desde el mismo comienzo de la República, cuando se nos impuso una de las tantas enmierdas que ensucian la Constitución Norteamericana: la Enmierda Platt. La OEA, que nada sabía de pelota, había apostado por los yanquis. A sólo 22 días de aquel desafío del Cerro, donde los norteamericanos perdieron con el juego sus propiedades, el desprestigiado Ministerio de Colonias yanquis se reunió para ajustarnos cuentas.Pero el picheo verbal de los diplomáticos cubanos, --Lechuga entre ellos-- se mostró intransitable ante la batería enemiga. Esta caricatura publicada en la fecha, es más que elocuente… Cuando el 16 de abril de 1961 se materializó el ataque gusano; el propio Fidel caracterizó al Presidente Kennedy como: “La gatita de María Ramos”, título de esta caricatura publicada al día siguiente. Al alarido mercenario de “¡RÍNDANSE COMUNISTAS!” en esa madrugada de abril, le respondió el grito redentor de “¡PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS¡” cuyo eco no ha dejado de oírse aun y, en menos de 72 horas, descubrimos que aquellos feroces combatientes por la “libertad”, habían venido de “cocineros” por lo que meses después, como indemnización, fueron canjeados por compotas para nuestros hijos.

La tortilla se había virado. Ahora marchábamos por las mismas calles, pero cantando a viva voz: “¡Somos socialistas, p´alante y pa´lante… Y al que no le guste que tome purgante…!”

Tras la derrota de Playa Girón, la revancha no se hizo esperar y en la Asamblea de la OEA, celebrada en Viña del Mar, el 21 de enero de 1962, los lobos yanquis, disfrazados de corderos, con el beneplácito de 21 jugadores de la OEA y la honrosa excepción de México, lograron la expulsión de nuestro equipo.
Para los próximos 16, 17 Y 18 de abril, 48 años después, está anunciada sin un consenso previo y con participación de los mismos protagonistas de aquel despojo de 1962, la Quinta Cumbre de las Américas, a celebrarse en los terrenos de beisbol de Trinidad y Tobago. Aunque para ese enfrentamiento se anuncia un nuevo “pitcher” yanqui que surgió de las filas de la Liga de Color, mucho más experimentado e inteligente que el anterior tirapiedras, ya el ALBA alumbra a nuestros pueblos hermanos que han aprendido a jugar pelota, y de seguro no se dejarán engañar ni con la bola lenta, la bola rápida, la bola de humo, la bola escondida o la curva más pronunciada.

Así las cosas, nos preparamos al son de la melodía de Amaury, para desde las gradas presenciar el crucial desafío que promete guardar las mejores emociones para… la Declaración Final.

4 abr 2009

CUMBRES BORRASCOSAS

Soplan Vientos de Cuaresma desde la Cumbre del G-20 en Londres, echando al viento no pocas fortunas que descansaban en la especulación con monedas supuestamente duras, pero tan ligeras, que volaron al primer soplo de la crisis económica global. Cualquier semejanza con el dólar no es especulación nuestra sino de ellos.
Este fenómeno atmosférico-mercantil no es nada nuevo. Recordemos las rachas huracanadas que inflaron las primeras burbujas hipotecarias, dejando algunos accionistas con una mano delante y otra detrás, y a otros muchos sin techo. En realidad no eran burbujas sino globos inflados para ingenuos.
Antes del G-20 existió el G-8, y tanto uno como otro organizaron cumbres borrascosas, pues las formaron países alienados por el neoliberalismo. Pronto habrá que sumar al grupo a los no alineados, a los subdesarrollados y los que están en vías de eso, a los emergentes y los sumergidos, en fin, convertirlo en el G-192 para que el resto tenga voz y voto.
La actual crisis ha virado la tortilla: los banqueros millonarios que hasta hace poco miraban por encima del hombro mientras derrochaban bienes propios y ajenos, hoy se sientan junto al pordiosero a hacerle la competencia desleal, como siempre.
La Cumbre de Londres fue un plato pre cocido en la Casa Blanca con negros ingredientes y malas intenciones. El resultado era previsible: Alimentar más aún al insaciable Fondo Monetario Internacional. O sea que el pez grande siga devorando al chiquito.
El evento fue un show mediático al estilo del circo romano. Más de lo mismo, como era de esperarse. Lo cierto es que no hay peor ciego que el que no quiere ver los centenares de millones de hambrientos que reclaman al imperio más pan que circo.