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20 nov 2011

EN POCAS PALABRAS

AUTOCRÍTICA PÓSTUMA
Con la caricatura que preside este número de mi blog personal, dedicada al centenario de ese gran cubano que fue y es José Antonio Portuondo, --que en Gloria esté--, deseo agregar una anécdota de mi vida vinculada a ese gran santiaguero, cubano y universal a la vez.
Mucho han publicado los medios en estos días sobre la vida y la obra del maestro Portuondo, nacido el 10 de noviembre de 1911, por tanto no repetiré los merecidos elogios, ni su inmensa trayectoria humanística, política, y cultural.
Lo consideré siempre alguien imprescindible desde los tiempos en que acudía con frecuencia al Instituto de Literatura y Lingüística en busca de algún dato, o de una orientación, lo que siguió siendo una costumbre para mí con la actual directora la Dra. Nuria Gregory.
Vayamos pues al incidente que motiva esta introspección:
No recuerdo la fecha exacta, …fecha…lo que sé es que fui invitado como director del semanario PALANTE al Primer Encuentro de la Crítica Literaria en Cuba, celebrado en una de las instalaciones …hotel…de la playa Santa María del Mar.
Las conclusiones del acto le estaban reservadas a él, y en su alocución Portuondo se refirió casi por completo a la primera crítica literaria publicada en Cuba, que resultó ser “La Caricatura Contemporánea” de Bernardo González Barros en 1916. El estudio en dos tomos abarca primero, la obra de los caricaturistas de Francia y Alemania, pasando en el segundo tomo a Italia, España, Portugal, Inglaterra, y otras naciones de América donde incluyó a Cuba.
Mientras la concurrencia ovacionaba aquellas palabras, algo inquietante dentro de mí quería salir a flote. En un aparte me dirigí respetuosamente a él y-- tras los saludos de rigor--, más o menos saque fuerzas para decirle algo que resumo en su esencia:
“…Maestro, ese ensayo del periodista González Barros, en su momento tuvo mucho impacto y se ha convertido en un libro de cabecera para mí desde que abracé la profesión. La obra ha trascendido por la profundidad de la investigación y como legado a nuestros tiempos y los que sigan. Pero… Pienso que le faltó un aspecto a analizar y es que el trabajo no cuenta con ilustraciones de esos artistas. Es decir: Una apoyatura gráfica para la comprensión del mensaje, y el análisis de nuevas generaciones, entre ellas, nosotros sus seguidores… Me envalentoné y seguí… Además en uno de sus capítulos se refiere críticamente a algunos de los historietistas norteamericanos de principios del siglo XX, cuando el género estaba aún en pañales; esa manifestación de la gráfica se ha convertido en algo reconocido ya como el Noveno Arte…”
Cuando terminé mi improvisado discurso, temblaba de miedo previendo la reacción del maestro. Su respuesta fue aun más sorprendente:
--Claro, joven: ¿Cuenta usted con esos ejemplos?
--Doctor, a recopilarlos he dedicado gran parte de mi tiempo libre.
Fue entonces cuando Portuondo me noqueó hasta el día de hoy:
__¿Y qué espera para publicarlo en una nueva edición corregida y ampliada?
Mi respuesta fue un pretexto como puede ser aquello que Agramonte definiera como: “La justificación es la prostitución del espíritu”, por tanto pasaré por alto toda la mea culpa que como lastre ha pesado hasta hoy en mi espíritu, siempre escudándome en el denominador común del tiempo.
No me arrepiento de ocupar el mío siguiendo mi vocación por interpretar humorísticamente la actualidad sociopolítica de mi país y del mundo, de escribir lo que estimo legítimo y necesario dentro de mis posibilidades, de ayudar al proceso de construir un mundo mejor en una sociedad cada día más insegura y violenta. En fin, podríamos estar excusándonos hasta el año próximo, pero no dejaría de ser un excusado más. Son tiempos de baños intercalados y wátercloth, o como dirían en España, simplemente Váter.
Lo cierto es que, el tiempo le ha dado la razón a él y si de algo me lamento es de no obedecer sus sabios consejos. Creo que es el mejor homenaje que comparto en su centenario y al arribar a mis 81 abriles este mes.
Aprovecho para anunciarles que en este mismo número abordo tal vez la génesis de lo que me sucedió en aquella oportunidad bajo el título de “El eterno esclavo”

UNA HISTORIETA SALUDABLE
La salud es belleza, amor, disfrute. Donde hay salud surge la alegría e irrumpe la risa. La educación física y el deporte tienden a lograr una mente sana en un cuerpo sano.
El estado de la salubridad pública en Cuba resultaba crítica y asimétrica, sobre todo en lo referido a la medicina rural, de ahí que uno de los programas del Moncada fuera revertir esa postura, lo que se logró a partir del Primero de enero de 1959, con la aplicación de la Medicina Socializada.
Cincuenta años más tarde, el 15 de noviembre de 1999, los sufridos pueblos de Nuestra América –como la llamó Martí—seguían padeciendo situación similar a la nuestra antes del alba de la Revolución. Ése día Fidel inaugura la Escuela Latinoamericana de Medicina, donde se formarían cientos, miles de profesionales enrolados en ese enorme ejército de batas blancas que regresaron y aún regresan a los lugares más necesitados e intrincados de sus países respectivos con las armas de la sanidad en la mochila y la felicidad en la mirilla.
Mientras las botas mercenarias de otros ejércitos invaden y matan alrededor del mundo, los voluntarios creados en la ELAM son portadores de vida.
Por esa razón en el 2008 quise homenajear el arribo a los diez años de la ELAM, y me di a la tarea de realizar una historieta titulada “Un ejército diferente”, donde el color fuera uno de sus protagonistas principales, pues al referirse a la tropa de batas blancas cada viñeta debía ser completamente coloreada, incluyendo los globos del texto; y lo único que quedarían blancos fueran los uniformes de esos combatientes que se enfrentaban a las enfermedades.
La demanda editorlal en aquel momento, y las condiciones poligráficas tampoco permitían la realización del proyecto; por esa razón, el trabajo quedó inédito. Ahora nos arriesgamos a ponerlo a vuestra consideración en calidad de estreno, también a riesgo de que los vecinos cubanos no puedan disfrutarlo dado el peso en kilobytes que cada imagen ocupe para bajarlas en internet. De toda forma, quien no se arriesga no triunfa.
Espero que el diagnóstico de este improvisado médico sea el idóneo, y el tratamiento dado en las tiras cómicas a mis pacientes vecinos resulte efectivo para poder darles el acta ambulatoria en perfecto estado de salud. Paso pues al salón de operaciones y cruzo los dedos al aplicarles la anestesia de mis dibujos.
UNA CRIOLLA REINA DE ESPAÑA
Parecería el título de una telenovela. ¿Verdad?
Pues no señor; el hecho fue real, y de él da cuenta Álvaro de la Iglesia en sus “Tradiciones Completas” cuya primera edición vio la luz en medio de una intensa polémica entre los defensores de la historia pura y los de la novela histórica; hecho acaecido exactamente hace cien años.
Yo me inclino por esta última variante, tal vez menos exacta y nutritiva pero agradablemente sazonada. Más recientemente escribió sobre el mismo tema el colega Ciro Bianchi, quien le pone colores a la historia en su habitual programa televisivo, pero también lo hace dominicalmente en blanco y negro para JUVENTUD REBELDE.
En honor a ambos, esta historia comenzará como siempre:
“Había una vez... Un régimen colonialista en Cuba que se abría paso al capitalismo bajo el látigo de la esclavitud y el saqueo de nuestras riquezas naturales. Mientras, de las propias entrañas de dicha colonia imperial crecía el sentido de identidad nacional entre criollos, cimarrones y pardos libres de ambos sexos, claro…”
Es en ese marco histórico que el 24 de noviembre de 1859 arriba al puerto de San Cristóbal de La Habana don Francisco Serrano Cuenca, Guevara y Domínguez, Conde de San Antonio, como se ve, noble de larga prosapia enviado a la “Fiel Isa de Cuba” como Capitan General por el sanguinario Leopoldo O´Donell, precisamente para alejar del Parlamento a un adversario conflictivo. El aludido recibió de su antecesor gobernador Don José de la Concha el tesoro de la colonia en bancarrota. O sea que en la práctica no había bancos donde sentarse, ni clavos con qué repararlos.
El nuevo gobernante, nada parecido a sus antecesores, se convirtió en el más benigno, tolerante, celoso, y honrado de todos los que habían pasado sin penas ni glorias por el Palacio de los Capitanes Generales, pero a su vez, aborrecido por una minoría parasitaria con ínfulas aristocráticas. Se podrán imaginar cuantos enemigos se buscó entre la fauna de voluntarios, burócratas y corruptos que medraban amparados bajo el pendón español.
Según algunos historiadores, le puso la tapa al pomo al producirse la muerte de José de la Luz y Caballero, y oficialmente celebrarse el entierro más solemne de todos los ocurridos acá hasta la mitad del siglo XIX.
Además, el General Serrano sumaba en su haber el matrimonio con una trinitaria de abolengo, la condesa de San Antonio, pero --criolla al fin--, sumaba a sus virtudes, la amistad con Gertrudis Gómez de Avellaneda, respetable dama quien había paseado las letras autóctonas por las mejores tertulias literarias hispánicas, y también casada con un militar español: El coronel Verdugo.
A un mes de su arribo a la capital, Don Francisco Serrano y su media naranja visitaron Trinidad, la tierra natal de Antoñica Domínguez Borrell, que así se llamaba la naranja del cuento.
Familias opulentas del fértil valle fueron anfitrionas de la pareja y su séquito, mientras la prensa capitalina permeada por el odio a todo lo que oliera a cubanía se dio gusto emborronando cuartillas para satanizar esas llamadas “fiestas criollas”.
Esto ocurría en la superficie del régimen, donde la flor y nata de una supuesta pero rancia aristocracia se retorcía de odio; mientras en el fondo de barracones y palenques, el azúcar amargo de la esclavitud también se sumaba a un país en ebullición.
De vuelta a La Habana, la condesa hizo todo el bien que pudo apoyada en su consorte, y durante su mandato el Palacio de Gobierno abrió sus puertas a los miserables que allí acudían con frecuencia en busca de auxilio, y si no hicieron más fue porque sus antecesores se llevaron hasta los clavos.
El mandato de Serrano se cumplió el 10 de diciembre de 1862, fecha en que regresó a España. Su postura durante la Revolución de Septiembre en la península lo llevó a ocupar el puesto más alto que tuvo un militar español en las Cortes: Regente del Reino con tratamiento de Alteza.
Aunque brevemente, la criollita Antoñica Domínguez Borrell ocupó el trono de Castilla y León. Muchos de aquellos nobles se postraron ante sus pies –tal vez algunos de los que después la difamaron--; pero de hipócritas y malagradecidos está lleno el mundo.
Para finalizar reproduzco una frase premonitoria del General Serrano que retumbó en el hemiciclo del Congreso español durante su breve monarquía: “…Si la suerte de los cubanos no se mejora, tendrán la razón para sublevarse…” Seis años después, el 10 de octubre de 1868, la campana de La Demajagua le dio la razón al grito de “!VIVA CUBA LIBRE!”

19 nov 2011

A PROPÓSITO DEL DIA INTERNACIONAL DEL NIÑO

La Convención sobre los Derechos de la Infancia estableció normas para proteger a los niños y las niñas de todo el mundo de la explotación, el maltrato, y cualquier clase de agresión así como su derecho a la educación, familia, y vivienda. La Resolución fue adoptada en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1898. A partir de entonces, se celebra el Día Internacional del Niño todos los años en dicha fecha.

Tan significativo acontecimiento ha inspirado a numerosos artistas en la ejecución de trabajos alusivos a la fecha. Caricaturistas amigos de Cuba han realizado encomiables trabajos alegóricos a esos “Príncipes Enanos” de que hablara nuestro Apóstol José Martí. Entre ellos cuento al fraterno dibujante español Carlos Giménez, quien ilustró en 1999 el cuaderno de historietas “Los Derechos del Niño y la Niña”, cuya carátula ofrecemos a continuación.

Otro colega que realizó una tarea similar fue Joaquín Lavado (Quino) al realizar un afiche en 1976 para celebrar el Año Internacional del Niño, tal y como su hija de papel Mafalda veía cada uno de los diez principios de la Declaración que sería presentada en la Convención citada anteriormente. El autor argentino cedió sus derechos sobre esa edición a la UNICEF, la misma institución a la cual en estos días le niegan financiamiento naciones tan poderosas como Estados Unidos y Canadá por discrepar de su reconocimiento al estado palestino, y ha privado por lo que va de año a sus beneficiarios. Los niños auxiliados por la UNESCO no tienen la culpa y deberían seguir recibiendo su generosa ayuda. La rectificación de este grave error –por lo menos para el 2012-- sería la mejor noticia en este Día Internacional del Niño.

Desconozco que existan iniciativas similares de otros humoristas gráficos, en su defecto aquí va nuestra oferta:

Al acercarnos a la fecha, BLANQUITO el autor de este blog se enorgullece también en darle a sus amables vecinos, la visión actualizada de esos Diez Mandamientos.

1.- El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración sin excepción alguna ni discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma religión, opiniones políticas o de otra índole.

2.- El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios dispensados por la ley, para que pueda desarrollarse física, moral, espiritual y socialmente en forma normal y saludable.

3.- El niño desde su nacimiento tiene derecho a un nombre y a una nacionalidad.

4.- El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social, con derecho a crecer y desarrollarse saludable. Proporcionándole cuidados especiales tanto prenatal como postnatalmente; alimentación, vivienda, recreo, y servicios médicos adecuados.

5.- El niño, impedido físico, social, o mental, debe recibir el tratamiento, la educación y los cuidados que requiera su caso particular.

6.- El niño para su desarrollo pleno necesita amor y comprensión. Deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres, en un ambiente de afecto y seguridad moral y material. Salvo casos excepcionales no deben separarse el niño de corta edad del seno materno. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar a los infantes sin familia o que carezcan de los medios adecuados de subsistencia.

7.- El niño tiene derecho a recibir educación gratuita y obligatoria, por lo menos en las etapas elementales. En condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes, su sentido de responsabilidad. Además debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones. La sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

8.- El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.

9.- El niño debe ser amparado contra toda forma de abandono, crueldad, o explotación y mucho menos objeto de trata. No debe permitírsele trabajar antes de una edad mínima adecuada, ni dedicarse a empleos alguno que pueda perjudicar su salud o educación.

10.- El niño debe ser preservado contra las prácticas que fomenten la discriminación racial, religiosa, o de cualquier otra índole. Educado en un clima de tolerancia, amistad, paz y fraternidad universal, con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.

Son diez principios inviolables, y finalizo deseándole a todos trescientas sesenta y cinco veces seguidas ¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DEL NIÑO!

PALANTE (2): PERSONAJES INOLVIDABLES

Con motivo del 50º. Aniversario de PALANTE, la revista BOHEMIA, en la edición del pasado 4 de noviembre publicó una serie de trabajos relacionados con dicho onomástico, que incluía la portada, un reportaje desplegado que tituló “Al trote de los cincuenta”, y la sección “Grafi-Opinión” en cuya caricatura de la autoría de mi heredero Blanco (junior) aparecen quince de los personajes más emblemáticos de la publicación en estas cinco décadas.

La curiosidad me motivó a escudriñar en el baúl de los recuerdos y ..!Eureka!...El semanario había llevado a la portada del número correspondiente a sus 20 añitos una imagen similar, claro sin algunos de los actuales héroes de papel surgidos después de esa fecha.

Los invito a comprobar ambas imágenes:


Pues bien, como testigo presencial desde sus inicios quisiera agregar varias observaciones sobre algunos de estos personajes, y de otros que han pasado al olvido. Por ejemplo, en el primer número del entonces PALANTE Y PALANTE, apareció una mulatica sin nombre que con posterioridad Wilson bautizó como “Criollitas”, para representar a la mujer cubana, pero en sus comienzos tuvo una hermana gemela llamada “Felinas”, datos ya aclarados en este blog. Durante los escasos ocho números de 1961, resultaba casi imposible el surgimiento de nuevos personajes criollos que sustituyeran a los históricos “Hombres Siniestros”, “Reyecitos Criollos” o “Sindulfos Vinagreta” de épocas anteriores. Otros que habían luchado contra aquel sistema injusto como “El Loquito”, “Pucho”, o “Julito 26” pasaron por derecho propio a la historia de nuestro país.

El primer personaje que debutó bajo un nombre en el semanario, fue “Don Gusano” el 15-1-1962, cuya autoría correspondió también con su primer diseñador Miguel González Betancourt (Miguelito) ambos por breve tiempo, porque la sección duró pocas semanas y su autor pasó a formar parte del Departamento de Dibujos Animados del ICR desde su fundación, junto con Manuel Lamar, (Lillo) y Gaspar González.

Es decir: 1962 resultó una revelación en ese aspecto: El caso de las jovencitas de Wilson es uno de ellos, a los que se sumaron la “Angélica” de Fresquito Fresquet, el “Moralejo” de Ñico, el “Herodoto” de Arístide”, y el que causó mayor impacto de todos , el “Gironito” de Pitín, recién nacido cocodrilito en las arenas de Playa Girón que ocupó espacios privilegiados en los murales que PALANTE ofrecía en sus páginas centrales; y al cual equivocadamente nombramos “Gironcito” en el trabajo dedicado al fraterno miembro del equipo fundador de la publicación. Mis primeros personajes humorísticos allí, no fueron gráficos, sino literarios y anónimos: Se trataba de “Clarita y Confusia”. Esta pareja apareció sin firma tal vez por falsa modestia, ya que hasta ese momento sólo había realizado esa línea de trabajo con dibujos, con el “Prelito” de Prensa Latina, o el “Hipérbolo” de L.P.V. Por tanto, era la primera vez que yo incursionaba en el humor literario, pero pronto comenzó a publicarse con mi apellido Blanco. Sin embargo se convirtieron en figuras emblemáticas de la pequeña pantalla en el programa “Palante en Televisión” que adaptaba Carballido Rey para el director general Joaquín M. Condall,

Pero sigamos con aquellos muñecos pioneros:

Algunos de ellos surgieron al calor de temas coyunturales, como las tiras de “Luisita y Cuco”, sin firma; “Lilia y Juanito” o “Juanito y su padre” ambas de la autoría de Wilson; o “Martica y Raúl” por Blanco, entre otras tantas. Todas ellas tuvieron lo que se llamó en el argot de los medios: (Vida limitada).

A partir de 1967 con el “¡Ay, Vecino!” que honrosamente encabeza este sitio web, comenzaron a surgir en la publicación sus personajes más representativos, algunos casi olvidados por razones diversas como los “YO-YOS” de Jesús de Armas, “Barbarito no llego a diez” de Lillo, o el “Subdesarrollo Pérez” de Arístide.

De los que se han mantenido firmes, y sin orden numérico, están “El mejor amigo” de Ñico, y su famoso perrito sin nombre; nada parecido al acompañante de “Matojo” la mascota de Patricia nombrado Lucas Rengifo, a quien conocí personalmente con solo cruzar la calle en su hogar de 23 y J, atraído por sus ladridos.

En orden de importancia les siguió “Sherlock Holmos” con variada autoría: Cardi-Alben primero; Évora-Alben después; y finalizó “Holmos” a secas, pues continuó de la mano solitaria del dibujante Alberto Enrique hasta su reciente fallecimiento.

Siguieron sus pasos “Crisanto Buenagente” a partir de una crítica que hiciera el Comandante en Jefe a ciertos “Lindoros” ya parasitando a su antojo en la década de los setenta del siglo pasado. Por último recuerdo a “Luis y Elena” de Lumat.

A grandes rasgos hemos recorrido la prehistoria de los llamados personajes fundadores, surgidos en nuestras primeras décadas. Debemos aclarar que sólo nos estamos refiriendo al semanario PALANTE, porque MELLA, EL SABLE, DEDETE , y con posterioridad MELAÍTO y LA PICÚA en provincias, también han aportado lo suyo. Tal vez hayamos omitido a otros representativos del género por falta de memoria o de documentación, pero sin intencionalidad alguna.

Otra observación es que desde su fundación en diciembre de 1985, pasé a la Editorial Pablo de la Torriente, perdiendo el contacto con los archivos de PALANTE; sin embargo, no solo mantuvimos los vínculos con el periódico, sino que reeditamos a casi todos sus personajes humorísticos en forma de libros, o en las publicaciones periódicas Cómicos, Pablo, o El Muñe; algunos de ellos encuadernados por primera vez.Por tanto no llevo el record de los últimos años, y agradecería que, de haber alguna omisión, me sea informada para hacer las rectificaciones pertinentes.

Como historietista a la antigua, concluyo con el histórico… CONTINUARÁ.

DEL BALÓN A LA BOLITA

Lo expresado en el título surge de una reflexión que hice durante varias semanas de ocio, con motivo de viajar a Miami en la primavera de este año invitado al primer cumpleaños de mi primera nieta, que resultó una copia al carbón de mi último hijo, y su esposa, también con las mismas características y nacida en Cuba. Los tres padecen una enfermedad crónica llamada hiperquinetismo, que produce sufrimientos colaterales a quienes los rodean y padecen. A la niña la bautizaron con el nombre de Miranda, en vez de Adrenalina.

Como afortunadamente ambos actualmente conservan sus respectivos trabajos, estuve las 24 horas del día bajo el influjo de un remolino que me dio por llamar “Mariquita Terremoto”, en honor a una vieja tira cómica argentina del maestro Breccia, antecedente gaucho de “Mafalda”, o de la “Pequeña Lulú” Made in USA.

Nadie me obligaba a tirar en el suelo los 80 abriles de mi esqueleto, para jugar con muñecos de peluche, hacer de ventrílocuo con “Dora la Exploradora” de trapo, o tirar la pelota de goma a rodar para que ella saliera rauda en su captura por toda la sala. En el intento se caía unas quince veces por segundo y como un resorte se levantaba hecha una molleja de risa con un cómico chichoncito en la cabeza. Por el contrario, veinte minutos más tarde, rendido de solo verla, yo totalmente ileso, no podía siquiera levantarme.

A veces la acompañé junto a su nana al supermercado más cercano, que ahora allá le dicen o se llama Pol. Dicho establecimiento cuenta con un área protegida para los parvulitos, con un piso alfombrado al que solo se permite entrar en plantilla de medias. El espacio cuenta con tunelitos, canalitas, cubitos, escaleritas etc., todos en miniaturita como para que el niñito o la niñita corra, juegue, y se caiga o trate de romper las paredes con su dura cabecita sin peligro alguno porque dichos obstáculos están tapizados con material sintético; el mismo con el que actualmente parecen estar forrados nuestros infantes.

Claro, el que más sufría con aquello era menda: Mientras ella se reía, se levantaba, y lo intentaba de nuevo, yo me comía las uñas del almuerzo.

A los quince minutos, o a lo sumo media hora, la terapia surtía efecto y teníamos que cargarla y llevarla dormida en el coche de regreso al apartamento, para disfrutar un par de horas de asueto hasta su primer berrido por el pomo de leche.

En el parque, ya fuera de césped o de chorros de agua, ocurría lo mismo. Había que tener mucho cuidado pues cada vez que ella veía una pelota corría persiguiéndola sin percatarse de que otros infantes mucho mayores, también iban tras ella para patearla. Yo apenas sin poder, también salía eufemísticamente disparado para que no metieran el gol con Miranda en vez del balón.

Estas son a grandes rasgos, las pequeñas experiencias del juego como terapia ocupacional, tranquilizante nervioso, y en última instancia: expresión de alegría en las más tiernas edades.

Hace algún tiempo un experimentado pedagogo me dijo: “Lo que se aprende jugando no se olvida”; y de inmediato me estableció la diferencia entre entretenimiento y deporte, aunque ambos se complementen. Por lo tanto en la educación, en el deporte, y en casi todas las actividades humanas, el juego es vida, acción, alegría de vivir: En fin expresión de libertad.

Ya de regreso meses después con dichos antecedentes, pude constatar cómo estos actos intuitivos en las primeras edades con sus variantes, se repiten a lo largo de toda la vida casi sin percatarnos de ello; sin embargo todo cambia y la dialéctica de la vida hace también sus jugarretas.

Hay quien trabaja para vivir y quien vive sin trabajar. La mayoría pertenece al grupo de los 99 por ciento, y el uno por ciento restante practica el deporte del ocio. Según entendidos, el padre de todos los vicios, porque parece no tener madre.

Los pertenecientes al segundo grupo se acostumbran a coger los mangos bajitos y jamás sacuden la mata o se suben a ella: Creen ser eternamente niños, y que ahí me las dejen todas, aunque les hayan salido bigotes o se queden calvos de puro viejo.

Con el tiempo todos vamos perdiendo facultades físicas para correr, saltar, montar bicicleta, patear el balón, o lanzar la pelota; eso que tanto disfrutábamos de niño.

Es entonces la hora de practicar lo que se llama el deporte pasivo, no masivo, convirtiéndonos en managers de glorieta; ésos que se las saben todas, critica lo que sale mal en el terreno y aplaude la jugada perfecta, que ya había pronosticado para sus adentros.

Es un Jalisco, que nunca pierde porque si pierde arrebata con sus exabruptos. Lo comprobé en algunos compañeros al finalizar los Juegos Deportivos Panamericanos de Guadalajara, también en tierras tapatías. Se ha dado el caso de alguno de estos “sabihondos” atarugándose al gritar a favor o en contra, sin percatarse de tener un emparedado en la boca.

Más perjudicial aún resulta la práctica del deporte radial o televisivo donde el disfrute tiene un doble efecto negativo: La suma del sedentarismo con la obesidad, mientras uno se cree vivir de nuevo los tiempos del mataperreo en el parque, o la algarabía del recreo en el colegio, donde el deporte y el juego se hermanaban en una misma acción lúdica.

Ahora tienes el mando a mano y ni siquiera debes mover el esqueleto para ir al estadio, ni subir o bajar las escaleras en las gradas para localizar el único asiento vacío.

Cuando te entra sed o hambre con estirar la mano ya tienes la cerveza fría en el refrigerador, o la croqueta caliente en el fogón. A veces ni siquiera eso, pues ahí está tu servicial media naranja, que solo se pone agria al perderse la bronca entre los protagonistas de la telenovela en el capítulo de esa noche.

Cuando el pitcher le pone a la bola no hay quien le batee. Peor sucede cuando a todo lo dicho, la bola o el balón, son sustituidos por la bolita, convirtiendo el juego en adicción, para sumarle a la emoción la codicia. Es decir, ponerle interés. Sobre el juego de azar ya habíamos reflexionado en un post anterior, pero nunca está de más recordarlo. Últimamente hemos visto el renacer de esa negativa adicción en nuestro país, y como siempre hay o habrá algún ingenuo interesado en practicar ese juego, le recordamos su propia promoción: “El banco pierde y se ríe”. Deporte, en que solo usted saldrá llorando. Todo porque ha puesto su futuro a merced de un número, o un “bicho” -como lo bautizaron en Cuba las “charadas”- que arruinaron a mi abuela peseta a peseta.

Por nada.

EL ETERNO ESCLAVO

Cuando en fecha tan lejana como el 7 de octubre del 3,761 a.n.e. según los hebreos, Jehová creó el mundo en siete días, su hijo aún estaba por nacer: Los profetas cuentan que lo hizo a su imagen y semejanza. Eran tiempos paradisíacos y en su morada --el jardín del Edén—crecía un frondoso manzano, al que le estaba vedado el acceso a su vejigo. No sé si Jehová era tan cabeciduro como Adán, pero si lo hizo con tanta exactitud, ¿por qué éste se comió la única fruta prohibida por su padre? ¿No arrastró con él a su media naranja, o mejor dicho su media costilla? ¿Qué culpa tenía Eva a ser expulsada del Paraíso junto al glotón de su compañero?

Eso ocurrió hace mucho tiempo, cuando la evolución natural se trocó en una revolución que destronó al matriarcado y consta tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, lo que demuestra la antigüedad del periodismo. Es aquí que comienza el lío del primogénito, de la herencia, de la acumulación originaria, y de la fraternal bronca por el poder. Como la avaricia rompe el saco; de este macuto surgió la primera esclavitud: La del hombre por el hombre, real, tangible, sudorosa, y rentable. Tan férrea como los grilletes, y útil como el fuego o la rueda.

Lo cierto es que habíamos evolucionado, de un simple bicho en cuatro patas según el loco de Darwin, nos habíamos bajado del árbol y convertido en personas creciditas, bípedas, adultas, pensantes, y bien divididas en clases: Hombres y mujeres, o amos y esclavos que para entonces significaba lo mismo.

Con el desarrollo cerebral habíamos demostrado ser el más bruto de los miembros del Reino Animal. ¿Qué son los zooológicos sino cárceles para ellos y exposiciones lúdicas para nosotros? ¿Y hogar, dulce hogar, no fue la primera prisión cavernaria existente?

En este transcurrir histórico surgieron los primeros grandes imperios fluviales: En el Nilo, en el Indo, en el Tigris y el Eufrates, en el Yang Tse, ect. Dicen que uno de aquellos faraones originarios dijo: --Que tire la primera piedra el que esté libre de pecados--. Y así se formó una gran pirámide en Egipto. Parece que el jueguito gustó tanto que otros hijos de Ra menos originales repitieron obras colosales con trabajo, --díganlo ustedes mismos—esclavo.

Esos subyugados no tenían más diversión que trabajar como bestias, mientras los amos amaban eso que se llama ocio, --madre de todos los vicios--. La cosa gustó tanto que el jueguito se extendió por toda la Europa Antigua y la aplicaron seguidamente griegos, romanos, y bárbaros.

Los descendientes de estos últimos inventaron una nueva fórmula. En vez de extenderse para dominar otros pueblos, los patriarcas se encerraron en defensa de su patrimonio, surge entonces la Edad Media de señores feudales y siervos de la gleba. Nobles que se encastillaron y clérigos que se monasterizaron. Poco a poco alrededor de estos enclaves surgieron comerciantes e intermediarios en villas de los suburbios por entonces llamadas burgos. De esta pequeña burguesía nacería una variante más, el capitalismo que decapitó a la monarquía a guillotinazo limpio.

En estas acciones no quedó muy claro para el clero, la situación de la Santa Inquisición, a pesar de la claridad que provocaban sus purificadoras hogueras en el oscurantismo medieval.

Se decidió volver al pasado para olvidar el presente en un Renacimiento de lo clásico. El mejor exponente fue la Ilustración producto, --entre otras cosas profetizadas por Don Leonardo da Vinci,-- de la invención de la Imprenta, y de los descubrimientos geográficos, copia ésta al carbón de navegantes chinos, fenicios, vikingos, y otros pueblos pesqueros.

Era la consecuencia lógica de un Nuevo Mundo al que debía conquistarse y colonizarse con mano de hierro pero barata. Se recurre a una vieja práctica con una nueva esclavitud exportada del continente africano en nombre del capitalismo salvaje y el racismo.

El mundo americano se convertía en un enorme barracón con sus látigos, sus grilletes, ahora bendecidos por la institución religiosa que salió fortalecida con el nuevo régimen explotador.

Esta primera división del trabajo duró siglos, hasta que la revolución industrial libero a los explotados de sus grilletes de hierro para amarrarlos con otro más poderoso pero invisible como es la plusvalía.

A grandes rasgos hemos trazado el recorrido de aquella primitiva explotación del hombre por el hombre, y la mujer incluida como es natural.

Pero el hijo de Dios no escarmienta. Y no teniendo a más nadie a quien subyugar, se esclavizó a sí mismo con la invención del reloj, que adaptó las más diversas formas: De arena, de agua, de péndulo, de pulsera, eléctrico, anticorrosivo, impermeable, y hasta de Pastora. Era una especie de grillete de pulsera con manilla de oro o plata, que a partir de esa hora cero lo ataría de por vida.

Que yo sepa ningún microbio, artrópodo, paquidermo o simio, le interesa saber la hora; con su reloj biológico le basta. La manía del hombre de regularlo todo, de medirlo todo, de cagarlo todo, lo llevó a inventar los husos horarios, eso que pretende explicar y justificar lo injustificable: Ahora tenemos la tiranía del despertador que para colmo nos costó dinero; éste nos lanza escandalosamente al suelo en medio del más acogedor de los sueños, que nos dice a qué hora pasa el tren o el ómnibus para llegar en hora al trabajo, y para colmo, a la entrada de la fábrica otro artefacto similar nos señala que tendremos un descuento por llegada tarde. Así sucesivamente nos postramos ante el nuevo monarca durante las 24 horas del día y los 365 días del año, século seculórum. Por algo el sabio chino-cubano Chan Li Pó, decía: “…Paciencia, muuuuuuucha paciencia…”·

Claro, no hay comparación entre la primera larguísima etapa de esclavitud humana, concreta y corpórea, con esta convencional de regularle la vida al Dios Cronos.

La diferencia estriba en que para medir el tiempo que en definitiva seguirá impasible, indetenible, indefinible, e incalculable en su infinita longevidad, hemos tenido que inventar los husos horarios y el reloj para ajustar el tiempo con el espacio. Es decir, que cuando en Cuba nos desayunamos ya en España a ellos les hizo la digestión y en China se acuestan a dormir.

Desconozco la razón por la cuál los escritores de novelas policiacas no han utilizado esa contradicción para cometer el crimen perfecto en un best seller editorial.

Es decir: asesinar a alguien en una hora determinada y haber separado con anticipación el pasaje de avión para, --cuando se descubra el crimen--, estar ya a miles de kilómetros del lugar de los hechos, tomándose un trago ante varios parroquianos que le servirán de testigos en el momento del cuajo.

Para dilucidar esta contradicción vino al rescate otra revolución: El sistema binario y la digitalización; la navegación por internet; y las pistas de la información a velocidades supersónicas. En fin lograr la inmediatez noticiosa. Lograr que el chisme, la bola, el infundio, o la mentira se sepan en tiempo real y se confundan con la verdad, que cuando llegue será tarde porque los demás estarán ya intoxicados, y pensando en una nueva morbosidad. Así van las cosas en este milenio que prácticamente comienza, donde la esclavitud se ha generalizado a niveles de globalización.

¿Es o no el hombre un eterno esclavo? Ustedes mis cautivos vecinos tienen la palabra

A propósito: -¿Qué hora es?

5 nov 2011

ABRE LA MURALLA, CIERRA LA MURALLA

En la edición anterior, bajo el título de “El Día de la Raza, Un cuento chino” reprodujimos fragmentos de un trabajo donde se afirmaba científicamente que en 1421, ya los chinos habían llegado al Nuevo Mundo antes que Colón; entre otras cosas, porque su civilización estaba más adelantada en muchos aspectos que la cultísima Europa al finalizar la Edad Media. La Muralla China es símbolo palpable de ese secular desarrollo. Nunca he viajado al espacio exterior, por lo tanto sería incapaz de discutirle a los astronautas que ésa sea la única obra humana visible desde la Luna. Su construcción comenzó bajo los auspicios del Emperador Qin durante a Dinastía del mismo nombre, para proteger el imperio de tribus nómadas, pero su construcción se dividió en cinco partes hasta el 2201 A.N.E; o sea una pila de años. Estos datos nos llevan a reflexionar sobre la evolución de las murallas como construcciones que los hombres han levantado para protegerse de otros hombres o dividirlos, según propia conveniencia. En la Antigua Roma, miles de esclavos construyeron calzadas a través de todo el mundo conocido hasta entonces, para trasladar sus legiones e invadir los entonces llamados pueblos “bárbaros” –fíjense como muchos siglos antes de conocerse el terrorismo mediático, ya el idioma ocupaba la primera línea de combate frente a sus enemigos--, nosotros preferimos nombrarlos simplemente “nativos”, quienes construían pequeños poblados amurallados conocidos por castros. En un viaje que hiciéramos a Asturias en el año 2005 tuvimos el privilegio de asistir al descubrimiento de uno de ellos cercano a la aldea de Cerejeiras, Concejo de Grandas de Salime, en las riberas del Navia; incluso compartimos en una de las tabernas del pueblo con el grupo arqueológico universitario que celebraba allí el hallazgo. Como regalo les dejé mis caricaturas entre culín y culín. Cinco años más tarde, con motivo de inaugurar una exposición de caricaturas sobre el Caballero de París en su tierra natal, también bañada por el Navia, tuvimos la oportunidad de visitar la casa del padre de Mongo, Fidel y Raúl, Don Ángel Castro, en Láncara, Galicia, tal vez ese apellido provenga de los primitivos asentamientos poblacionales del norte español. Fue entonces que aproveché la visita para dirigirme a la capital provincial de esa región autónoma gallega: Lugo, Ciudad Amurallada, cuyos colosales muros son orgullo de sus habitantes, admiración de los visitantes y constancia de este hablante. Sin ir muy lejos, nuestra preciosa capital de San Cristóbal de la Habana, en sus inicios también contó con sus cercados amurallados, concebidos para protegerse de los ataques corsarios y piratas. Los enemigos de España no pudieron posesionarse de la capital hasta la Toma de La Habana por los ingleses en 1762. Precisamente, devuelta a España un año después tras el Tratado de París, comenzaron las obras de tan criolla muralla, que al cumplir sus 300 años fue objeto de una joco-entrevista que le hiciéramos la escritora Évora Tamayo y yo para el semanario PALANTE en 1974. Por su extensión sólo ofrecemos dos de sus viñetas humorísticas. Todo este valladar verbal que hemos levantado hasta ahora no es más que una excusa para abrir la brecha a una barrera mental que se ha mantenido a capa y espada por otro tipo de imperio más moderno, sofisticado y peligroso. Reflejado ya el carácter defensivo de esos antiguos muros fortificados. Los actuales --sin perder su agresividad-- pueden ser hasta virtuales, como el Paralelo 17 levantado en Vietnam para dividir a su pueblo y el Paralelo 38 con el mismo fin en Corea. ¿Por qué se demonizó durante todo el período de la Guerra Fría esa barrera calificada por la democracia occidental como Telón de Hierro? En 1989 junto con la caída del Muro de Berlín, el campo socialista, y la URSS, desapareció también el espectro del comunismo, dando paso al pensamiento único del Fin de la Historia, según los tanques pensantes y las directrices emanadas del Neoimperio. Para la lógica yanqui neoliberal hay un terrorismo malo y otro bueno. Lo mismo ocurre con sus muros. Los otros eran diabólicos, los suyos son piadosos; y digo suyos porque hay más de uno. Veamos: Si no existen enemigos, éstos deben inventarse y entonces aparecieron nuevas tapias y fantasmas. Este terrorismo del siglo XXI surgió de las ruinas de las Torres Gemelas, para amenazar a sesenta o más oscuros rincones del mundo. Tal vez la construcción del enorme malecón levantado a orillas del Río Bravo se edificó para impedir el regreso a la Tierra Prometida de “los hebreos del siglo XX” es decir, los “extraterrestres mexicanos”, ilusionados actualmente por el Sueño Americano. ¿Y qué me dicen de los judíos de verdad? ¿No les resulta paradójico que los sobrevivientes del holocausto en los campos de concentración nazis, sean los beneficiarios de otro genocidio semejante en Gaza y Cisjordania? ¿Por qué la industria de la manipulación sigue estableciendo muros buenos y malos? ¿Sionistas buenos y Palestinos malos? Y lo que es peor, calificar de antisemitismo todo lo que vaya contra los israelitas, y no contra los árabes, también pertenecientes a esa etnia. Nos hemos extendido tratando de entender la lógica de un nuevo milenio en que el monolingüismo digital se impone, aunque los traductores a sueldo de la gran prensa sigan manipulándolo a su antojo. Es difícil de entender un lenguaje donde todo lo banal y superfluo se vista de oropel Max Factor Hollywood para ocultar las desvergüenzas de un sistema como el capitalismo salvaje. Es hora de desnudar a ese poderoso caballero verde que se oculta tras otro muro enmascarado y en proceso de descomposición en el mismo corazón de la Gran Manzana y que es mundialmente conocido como Wall Street, que me recuerda una vieja cinta yanqui titulada “Callejón sin salida”.
Un 99 por ciento de los estadounidenses indignados tienen acceso al mismo a través de la avenida Broadway. El resto, --es decir-- el otro uno por ciento, mucho más afortunado, lo hace por medio de sus millonarias acciones de la bolsa. Lo que ha provocado el actual movimiento “Ocupemos Wall Street” contra la exclusión social, el desempleo, y la codicia bancaria. La historia se repite: Un buen ejemplo de que en época de crisis siempre existen indignados, es la escena anterior de Wall Street, la capital financiera del mundo, al finalizar la Primera Guerra Mundial. El truco semántico ha sido traducido tan astutamente que nadie habla del “muro del callejón” sino de Wall Street. ¡ÚLTIMA HORA…! A pesar de las balas de goma, bombas lacrimógenas, chorros de agua, gases pimienta, y toletes prehistóricos, los “indignados” plantados frente a los “dignos” de la Bolsa de Nueva York, nacen, crecen y se reproducen por toda la Unión. Ya hay protestas en más de cien ciudades y la “indignación” pica y se extiende.

MI HERMANO GALLEGO

Hay muchos tipos de hermanos: Hermanos de sangre, donde interviene la comadrona; hermanos de leche, gracias a la nodriza; hasta hermanos mercenarios, como los Hermanos de la Costa, o Hermanos al Rescate. Existen también hermanos de corazón, sin vínculo filial alguno, pero unidos voluntariamente por lazos de sueños y afinidades.

Éste al que me refiero, es dos años mayor que yo pues nació un 3 de noviembre de 1928, mientras a mi me cortaron el cordón umbilical el 28 del mismo mes pero de 1930. Lo que marca la diferencia entre ambos no es el tiempo, sino la distancia. A mi me tocó dar mi primer do de pecho en Luyanó, en La Habana, y a él en Gres, Pontevedra, Galicia. Nada menos que en una vivienda señorial conocida como la Casa Romana, pues a principios del Siglo XX, allí vivía cierto italiano que la donó para fundar una biblioteca.

En ese mismo lugar,--que tuve el privilegio de visitar en el 2008, con mis dos hijas putativas Fina y Charo, hoy se levanta en un entorno maravilloso, la Fundación que lleva el nombre de mi hermano gallego --Xosé Neira Vilas--, en cuyo centro cultural también se contempla otra biblioteca como la originaria, pero no sólo especializada en las letras romanas o gallegas, sino con abundante literatura cubana y latinoamericana.

Pero regresemos al pasado: Xosé era un rapaz, hijo de labriegos humildes que estudió a duras penas comercio por correspondencia, pero se inclinó por las letras, escalando como autodidacta las más altas cumbres del parnaso gallego y mundial.

A los 19 años emigra a América –léase Buenos Aires--; casi un mes de viaje en barco, lo extasía; es la primera vez que ve el mar. En la capital argentina el chavalillo tropieza con la cruda realidad de la emigración. La cual definiría más tarde en “Remuiño de sombras” (1973), como ”…producto del mestizaje donde están presentes el campo y la ciudad, Galicia y América, el labriego y el asalariado, la vaca y el automóvil…”

Duras jornadas de 15 horas por 40 pesos mensuales desempeñó, en varios trabajos; de una tienda de tejidos; como vendedor a comisión; oficinista en una maderera o dependiente de una dulcería y panadería. Pero también sin tener descanso nocturno como alumno en la Escuela de Comercio; de música en el Conservatorio; o de periodismo y grafotécnica en la Universidad, todos ellos en Buenos Aires. De ello diría: “…Nunca terminé mis estudios de comercio ni de música. No tengo diplomas académicos; sólo me interesa escribir, por lo que me considero un autodidacta”.

De su etapa bonaerense podemos agregar que con solo 24 años desarrolló allí una fecunda labor entre la diáspora gallega; fundando revistas entre las que destaca “Adiante” en 1945, ---una nueva versión de la “Galeuzca” de 1933, inspirada por Castelao--; organiza congresos de emigrantes, difunde la cultura para exiliados gallegos, y de otras autonomías, participa en el proyecto ”Mocedades Gallegas” donde conoce a Anisia Miranda, una cubanita de Ciego de Ávila, hija de emigrantes ourenses, auto-exiliada en Argentina, quien aporta al grupo la impronta latinoamericana con obras de Martí y Ruben Darío entre otros muchos.

A partir de este encuentro surge entre ambos una íntima relación de amor y afinidades político culturales. Se casan en 1957 y fundan “Follas Novas”, en su propio hogar, entidad promotora de la literatura gallega en América, que incluía la Peña Artística Rosalía de Castro en la capital argentina. Un año más tarde el proyecto se convierte en editora, donde ambos publican sus primeros trabajos, entre ellos esa joya de la emigración titulada "Memorias de un Niño Campesino” libro de cuentos de Xosé Neira Vilas en 1961.

Ella, --ya casada-- regresa con él a Cuba ese mismo año, e inmediatamente desarrolla una febril actividad en su especialidad de literatura infantil formando parte del equipo fundador de la Revista PIONERO. Su esposo Xosé por su parte se incorpora al Ministerio de Industrias bajo la dirección del Che, como especialista en organismos internacionales y otras dependencias hasta su jubilación en 1983. Pasa entonces a redactor jefe de la publicación ZUNZUN, pues nunca había abandonado su afición por las letras. y sobre todo por el humorismo literario. De aquella etapa tengo recuerdos imborrables de reportajes que realizamos juntos para el semanario “Palante y Palante”.

Esta caricatura que le hice, coincide con una brevísima semblanza que le dedicada otro valioso gallego, periodista y escritor, Francisco Mota quien lo sitúa en momentos en que se estrena la película filmada por Alec Guinees en Cuba: “…Xosé Neira Vilas es “Nuestro hombre en La Habana”… Escribe casi un libro por año, unos en verso y otros en prosa, pero ambos sin prisa… Neira Vilas en gallego fabrica idioma, en castellano lo galleguiza, y en ambos casos suaviza la parla……Puede ser un cubano que nació en Galicia, o un gallego que se aplatanó en Cuba…”

A partir de 1974 en que él da a conocer su obra "Lar”, Xosé y Anisia viajan con frecuencia al terruño y publica otras obras suyas como “Gallegos en el Golfo de México” (1981), ambas premiadas por la crítica. O Tiempos Nuevos” donde refleja la vida de los gallegos en Cuba a partir de 1959, con sus experiencias de emigrantes pobres, sus vivencias y actitudes, mayoritariamente favorables al proceso revolucionario.

De su extensa bibliografía cuento también con obras suyas queridas y autografiadas, pero indescifrables para mi como “A prensa galega en Cuba” y “Galegos que loitaron pola independencia de Cuba”, ambos de la serie (Documentos) de Ediciós do Castro, así como “Contos de Tres Mundos” de (Ediciós Xerais de Galicia).

Como me complazco en informar, el libro de cuentos sobre el personaje --Benito, un neno labriego-- de Xosé Neira Vilas vió la luz en Buenos Aires con cubierta del artista Luis Seoane. La edición cubana “Memorias de un Niño Campesino”, (Contemporáneos), Editorial Arte y Literatura en 1977 fue ilustrada por José Luis Posada; ejemplar que guardo celosamente dedicado de su puño y letra. La última versión en proceso, posiblemente lleve ilustración mía, pues recibí una invitación el pasado año del autor desde Galicia para que imaginara al niño-protagonista en una nueva edición gallega. Hasta el presente desconozco si el libro se ha publicado o no; lo cierto es que mi primera interpretación no le gustó porque el Benito concebido por mi, no respondía a la edad del que Xosé Neira Vilas quería representar y tuve que envejecerlo. Aquí van las dos versiones de “mi Benito”