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18 feb 2013

DE TIM MAC COY AL CINE DE HOY


(1923) La cosa ocurrió siete años antes de mi nacimiento en 1930, cuando se rodó en Hollywood la “Mayor epopeya americana que las pantallas hayan producido” slogan que parece haber sido ideado para las actuales superproducciones en 3-D y tecnicolor.
Era un oeste titulado “La caravana de Oregón” con Tim Mac Coy en el rol principal, quien a partir de ahí se robó el show durante décadas montando caballos o repartiendo sopapos en la taberna del pueblo.
Sería ocioso repetir que aquellas películas de vaqueros eran la comidilla para los fiñes del barrio en las matinés dominicales del cine “Dora” en la calzada de Luyanó; aunque no pudiéramos explicarnos el por qué no se le caía el sombrero a Tim Mc Coy cuando montaba a caballo o se liaba a golpes con tres cuatreros y dos pieles rojas a la vez. Hasta descubrir que su doble era calvo como bola de billar.
Curiosamente al artista se le conocía entonces como “el amigo de los indios”, por el dominio de su idioma y costumbres.
En la conferencia sobre películas del Far West celebrada en Sun Valley, Idaho (1976) pasaron entre otras cintas del género, aquella famosa Caravana en blanco y negro del 23.
Imagínense, habían pasado 53 años y la risa colectiva de los espectadores hizo asomar más de una lágrima en el rostro de aquel rudo y veterano cowboy del celuloide.
Cuenta Rodolfo Santovenia en ORBE (17 a 23 de marzo 2007) que en ese momento un joven actor se levantó de su asiento y declaró solemnemente que la película lo había impresionado mucho. Su nombre: Clint Eastwood. El tiempo demostró bien temprano su humanismo, buen gusto y valentía.
(1933) Una segunda anécdota de mis incursiones infantiles por la sala oscura ocurrió con apenas siete años y colarme en el mismo cine del barrio, donde se anunciaba una película prohibida para menores y calificada de pornográfica por los mayores. El filme de 1933 llevaba cuatro años en salas de estreno con gran éxito de taquilla, pues en ella debutaba en pleno acto sexual la hermosísima Hedy Lamarr; una Venus con cuerpo de ninfa, cabellera negra, soñadores ojos de esmeralda y para colmo desnuda: ¡Como para comérsela!.
Fue mi primer éxtasis, coincidiendo con el título de la cinta, “Éxtasis”, también filmada en blanco y negro.
Se podrán imaginar cuántas veces tuve que contarla durante el recreo, en voz baja y cuadro a cuadro, --como lo hace actualmente en la televisión Jorge Oliver--a mis condiscípulos de primaria que no tuvieron la suerte que yo.
(1943) El tercer acto y uno de los últimos de estas experiencias en blanco y negro me cogió en plena adolescencia, a dos años escasos del fin de la Segunda Guerra Mundial, tema de la película “Casablanca” donde compartieron protagonismo la pareja de Ingrid Bergman y Humphrey Bogart en un conflicto amoroso de pasión y renuncia, dadas las circunstancias de ese limbo de persecución y muerte que constituía por entonces el enclave marroquí.
Michael Curtiz, multipremiado director de la cinta, logró enmarcar el drama en un clima sugerente, donde el huracán de pasiones corría bajo la superficie de este maquiavélico café-bar americain.
El Rick de Bogarth puede considerarse antológico por su aversión a cierta pieza musical y a los nazis. Ambos me resultaron inolvidables: La melodía, como recuerdo de un amor imposible con la impronta de Sam--su intérprete—por cierto, copia al carbón de nuestro Bola de Nieve y ese encuentro entre Rick, un alto comisionado del Reich y el capitán francés en Casablanca, cuando con evidente intimidación se le pregunta por su nacionalidad y Rick les responde. –Soy borracho. La respuesta cómplice de Claude Rains no podía ser más elocuente: --Eso lo convierte en ciudadano del mundo.
A partir de esa experiencia cinematográfica mis gustos cambiaron, fueron más exigentes, se universalizaron con el Free Cinema británico, el Neorrealismo italiano, la nueva Ola francesa, y hasta el cine soviético a pesar de sus reiterados temas bélicos, pues realizaron algunas joyas como aquellas obras precursoras de Serguei Eisenstein entre ellas “El Acorazado Potemkin” e “Iván el terrible” o más acá en el tiempo, la memorable “Cuando vuelan las cigüeñas” de 1958.
(2013) Hoy no hay éxtasis de ese tipo como antes, ni existen las sutilezas verbales del enclave morisco, ni los dobles de carne y hueso del Far West.
Nuestros niños no tienen que salir de casa para ver de cerca, a cualquier hora del día o de la noche, en colores y pantalla ancha de alta resolución, películas cuyo contenido de violencia, sexo y lenguaje de adultos son cotidianos. ¡Prepárense, pronto llegarán las de 3-D con sangre--mucha sangre-- vertida morbosamente a chorros en su propia sala!
Aunque parezca mentira, todavía añoro aquellas, donde la cinta de celuloide en blanco y negro acentuaba el contraste dramático y el misterio.
Los dobles eran tan remunerados económicamente como las propias divinidades del Star System, por lo que se partían el pecho en cada toma.
Las películas silentes tenían la virtud del silencio—según la genialidad de Fina García Marrúz--, y el trucaje de los efectos especiales se enriquecía con la magia de la artesanía.
El baile y la danza eran tomados en largas secuencias de Fred Astaire o Gene Kelly–entre otros--sin montajes artificiales de goma y tijera.
Las naturales escenas panorámicas del Far West (backgrund) o las persecuciones automovilísticas resultaban mucho más creíbles que catastróficas y menos costosas.
A lo mejor me equivoco y las nuevas tecnologías digitales abaraten los costos y nos alejen de tanta morbosidad, banalidad temática y oscurantismo medieval aunque nos lo pinten de virtual, en un mundo más necesitado que nunca de paz, amor y equilibrio. Pero para los gustos se hicieron los colores.
Hoy tengo la opción de apretar el botón del mando, mandar el resto a freir espárragos e irme a dormir. Que si lo hacía en el cine de antaño perdía los inolvidables cinco centavos de la entrada y por tanto del pan con timba de la merienda.

EL EQUILIBRIO DEL MUNDO HACE CINCO SIGLOS


En estos días luminosos en que se celebró el 160º.Aniversario del Natalicio de nuestro Apóstol José Martí y la “Tercera Conferencia Internacional por el equilibrio del mundo”, con la presencia de prestigiosos intelectuales cubanos y foráneos, me viene a la mente otro hecho que también conmovió a la humanidad hace 540 años. El natalicio de Nicolás Copérnico un 19 de febrero de 1473.
El Quinto Centenario del genial investigador se celebró por todo lo alto y en todo el mundo. Recuerdo que ese mismo día pero de 1973, el director general de la UNESCO René Maheu inició en París la conmemoración de la efeméride más o menos con estas palabras: “…El hombre que osó destronar la Tierra a favor de el Sol, desencadenando una revolución sin precedentes  en la esfera de la meteorología y el pensamiento científico…”
Al día siguiente en Varsovia, se inauguraba una exposición de caricaturas en homenaje a Copérnico que organizó la revista satírica polaca Szpilki y tuve el privilegio de participar representando a Cuba, junto a Jean Effel, Erik Lipínski, Tibor Kaján. André Francois, y Ha-Ga, colándome sin saberlo entre algunos de los más famosos artistas de la gráfica humorística europea.
Si se fijan bien en esta copia del catálogo plegable adjunto, aparecen varios de los participantes y el retrato de Copérnico con un cómico bigote pintado a mano. Aquella muestra se exhibió en la capital polaca durante un mes.
Mi trabajo fue enviado por correo y por tanto no guardo copia del original; sin embargo recibí igualmente vía postal dicho catálogo con el listado de participantes y una copia de cierto cheque bancario; ambos impedidos físicos por efecto de la traza y el tiempo. Desconozco la denominación de éste último, nunca cobrado porque-–según me informaron--debía hacerse en persona.
Estas son pequeñas intimidades que guardo con cariño y como constancia, al cabo de 40 años le estoy presentado el facsímil de ambos documentos a mis amables vecinos.
Tras la anécdota abordemos algunos aspectos de tan insigne figura: Si tuviéramos ese catalejo que con tanta brillantez nos ha dado el dúo Buena Fe, veríamos a través del tiempo no de la distancia, la agonía del oscurantismo medieval y el alumbramiento de un increíble Renacimiento entre los siglos 1400 y 1500.
Independientemente de su indiscutible genialidad, Nicolás Copérnico, nacido a orillas del Vístula, en el poblado de Torún, fue un hombre de su tiempo: Como lo fueron también Juan Gutemberg “inventor de la imprenta”; mientras Vasco de Gama llega a la India navegando hacia el este; Lutero y Calvino inician la reforma religiosa; Rafael y Miguel Ángel revolucionan las artes plásticas, mientras Leonardo Da Vinci además, inventa lo inimaginable hasta entonces entre otros muchos talentos que continúan jugando a los escondidos entre mis neuronas.
Huérfano desde los diez años, Copérnico queda bajo la tutela de su tío, futuro obispo de Warme y eminente hombre de estado en la corte de Cracovia, entonces capital de Polonia y centro científico de la época en Europa.
Copérnico tiene 19 años cuando Colón descubre un Nuevo Mundo y el 9 de marzo de 1497 con rústicos instrumentos hace una observación sobre el movimiento de la Luna alrededor de nuestro planeta, chocando por primera vez con lo establecido oficialmente por el Poder hegemónico.
Eran tiempos conflictivos como los de ahora y el joven se beneficia de la influencia de su tío: Por tanto logra estudiar derecho canónico, medicina, astronomía y se interesa por las teorías heliocéntricas de Pitágoras, que chocaban con la idea de que La Tierra era el centro del mundo, establecida quince siglos atrás desde tiempos de Aristóteles y Ptolomeo; pero sobre todo, al ser un dogma abrazado por la Iglesia Católica y su Santo Oficio.
Además, Copérnico descolló también en el campo militar cuando en 1504 regresa de Italia y se ve obligado a defender Polonia de la invasión teutónica que imponían su lengua y su fe a costa del exterminio de la población. Se destaca en la defensa del castillo de Oltzyn y aunque derrotados, los germanos crean el caos en la nación distribuyendo dinero falso.
—Lógico, no se había descubierto hasta entonces el lavado de dinero ni los Paraísos Fiscales--.
En 1528 Copérnico da a conocer su tratado sobre la moneda, desbaratando la estrategia enemiga en el campo económico.
Además fue un eminente médico, pero donde más se distingue es en el campo de la investigación científica y astronómica, chocando de nuevo con los dogmas de la Biblia.
La obra “De Revolutionibus” da un fundamento teórico a sus estudios y debe presentarla ante el propio Papa Clemente VII para defenderla. Pero poderosas fuerzas se oponían y sólo en 1543--el mismo año de su muerte--es que sale a la luz pública, gracias también al desarrollo de la imprenta con los caracteres movibles inventados por Gutemberg.
Sin embargo, la absurda resistencia eclesiástica mantuvo sus postulados a pesar del desarrollo científico. Dos de sus seguidores italianos fueron víctimas de tal persecución. El primero, Giordano Bruno, nacido en Nola, (1548) fue quemado en la hoguera en 1616 bajo la acusación de hereje y Galileo Galilei, (1564-1642), quien por medio del telescopio pudo confirmar la teoría heliocéntrica de Copérnico, fue igualmente denunciado y posteriormente enjuiciado por la Santa Inquisición durante veinte días. Al final se vio obligado a abjurar de rodillas sus doctrinas.
Para terminar les ofrezco una rareza: ¿Sabía usted que varios siglos antes de convertirse en la Fábrica de Sueños, Hollywood se opuso a éstas novedosas teorías?
Pues bien, en 1567—24 años después de la muerte de Copérnico--se imprimió un documento donde aparecen algunos grabados defendiendo los postulados de un tal Jean Hollywood, quien apoyaba el “Almagesto” geocéntrico de Ptolomeo frente a las teorías copernicanas. En la copia que ofrecemos aquí, tomada de la revista EL CORREO de la Unesco (abril de 1973) aparece este croquis suyo de los eclipses de Sol dando vueltas alrededor de La Tierra. (Curioso pero cierto. ¿No?).

EN POCAS PALABRAS


original de cuerpo entero 
Algunos vecinos del barrio y otros tripulantes de este blog que navega por sobre las olas de las WWW se han acercado a mí para preguntar Qué quise decir con eso de…“Quiero ser original”, título del trabajo publicado en enero de este año.
Se comieron la mazorca diría un cooperativista. Para un martiano le bastaría con recordar que “Todas las glorias del mundo caben en un grano de maíz”. Y yo agregaría este precepto: --No hay nada nuevo bajo el Sol.
Que uno trate de ser original es lógico, que lo consiga es otra cosa.
Por ejemplo: “La original de Manzanillo” es una orquesta establecida desde hace años; pero si usted escribe una cuartilla con dos copias, ninguna de estas últimas lo son.
Tras el cartelito de original hay muchas versiones, pocas rarezas y menos innovaciones, pero cantidad de imitadores a la medida o a la moda.
En el caso que despertó la curiosidad de mis vecinos se trataba de cierta tendencia, sobre todo del tipo farandulero, --como la contrafigura de Pánfilo en “Vivir del cuento”--, que se copian unos a otros desbaratando el idioma al convertir consonantes en fonemas para completar frases verdaderamente jeroglíficas.
Tal vez algunos los aplaudan, pero cuando esto se convierte en rutina—y de hecho ya lo es—resulta una peligrosa epidemia. Lo peor es que tal costumbre, que yo sepa, no tiene nada de original y mucho menos manzanillera.
Hubo sí, alguien que lo fue de cuerpo completo y en todo sentido.
Nació pobre el 6 de febrero de 1932 en la barriada de Lawton. Tuvo varios oficios, entre ellos, dependiente del comercio en tiendas de la capital, limpia platos en Nueva York y sastre a veces en la Columna 8 de la Sierra Maestra, siendo además Jefe de la misma. Fue el último en unirse a los expedicionarios del Granma en México y uno de los primeros en recibir el grado de Comandante—tras el Che-- en la Sierra.
Por sus méritos el pueblo lo bautizó como “El Señor de la Vanguardia” y “El Héroe de Yaguajay”. De joven soñó ser escultor y se matriculó en la Academia San Alejandro sin poder terminar los estudios. —existe una caricatura-venganza que le hizo a Chago en la Sierra Maestra.
Su fidelidad a Fidel y a la Revolución es inconfundible. Por su carácter alegre, dicharachero y hasta jodedor se ganó rápidamente la simpatía del pueblo.
Lo perdimos el 28 de octubre de 1959, al regreso de desbaratar una cobarde traición en un cuartel de Camagüey a la que dio el pecho una vez más, rindiendo la plaza y armado solamente de su coraje.
Han pasado 54 años de su desaparición física y si esto no bastara para ser considerado original, hagamos una pausa para reflexionar lo planteado hasta aquí.
En el año 2009 mi hijo y yo confeccionamos un libro en el cual recopilamos algunas memorias sobre el hombre del sombrero alón, graficándolas con la técnica de la historieta y como un homenaje, tanto a Camilo como al autor de la obra, Guillermo Cabrera Álvarez, quien mediante entrevistas había recopilado en una joyita editorial varias de sus famosas anécdotas partiendo de la frase del Che cuando dijo: “Camilo es el hombre de las mil anécdotas”.
Ambos, el héroe-guerrillero y el escritor-periodista murieron jóvenes.
Nuestro trabajo se limitó entonces a graficar las entrevistas que hiciera Guillermito a familiares, amigos y combatientes con la síntesis de su lenguaje típicamente periodístico, tal y como acostumbraba en su leída sección “La tecla ocurrente” de Juventud Rebelde.
Para concluir los dejamos con la caricatura personal del autor del libro y un fragmento de su portada, donde podrán apreciar la figura del famoso guerrillero, la frase con que lo caracterizaron: “Criollo como las palmas” y su curiosa firma K-MILO 100 FUEGOS.
¡ORIGINAL!, ¿VERDAD?

NOTA: Al cierre de esta edición la Unión de Periodistas de Cuba otorgó los Premios “José Martí” 2013 por la obra de toda la vida, a los colegas Gladys Egües, José Alejandro Rodríguez y Perfecto Romero, éste último, actualmente fotógrafo de PALANTE, quien estuviera estrechamente ligado a Camilo y el Che a partir de las heroicas jornadas del centro de la Isla en la ofensiva final contra la dictadura de Batista. Al amigo Perfecto le dedicaremos próximamente un comentario.

UN TRIBUTO al cabo de los años
Antes de abordar este trabajo les pido disculpas y a la vez rectificar un error: En la edición anterior, al referirme a la Expo de Montreal, Canadá,  la situé en 1969 cuando en realidad el evento se celebró en 1967.
No sé cómo pudo traicionarme la memoria, cuando “Metamorfosis”, mi caricatura premiada en el Salón Internacional de Humorismo de Montreal que motivó el viaje, fue publicada precisamente un año antes en PALANTE.
Aquella nos resultó una gran experiencia porque los enviados de PALANTE pudimos contactar con exclusivas muestras en muchos campos de la ciencia, la técnica y el arte. Tal vez lo más impactante para mi haya sido visitar las exposiciones de pintura donde se mostraban las nuevas tendencias del hiperrealismo, el pop y el op-art entre otras manifestaciones.
No fui yo solo, algunos colegas que asistieron al magno evento cultural o se informaron por otros medios, también recibieron influencias y recuerdo que con posterioridad Samuel Feijoo dedicó un número de la revista SIGNOS a estas tendencias donde mostraba cómo se aplicaban a la caricatura, la publicidad y otras expresiones afines.
Había pasado dos décadas de Montreal (1967), cuando mi hijo, Francisco Blanco Hernández, profesor de artes plásticas en la Academia de San Alejandro, quien había venía experimentando con letragrafías partiendo del alfabeto cirílico y yo, nos entusiasmamos con un proyecto propagandístico a partir de aquellas experiencias ya que al año siguiente se celebraría el 30º. Aniversario de Radio Rebelde, histórico hecho ocurrido en la Sierra Maestra.
Concebimos realizar entonces este cartel político que ahora mostramos partiendo de una dramática foto del Guerrillero Heroica y aquella famosa frase…”Camilo…aquí está el Che…” que se repetía en medio del fragor del combate; ya que con ello el Ejército Rebelde no sólo daba un estratégico paso en las comunicaciones entre los distintos frentes, sino también la oportuna información a todo el pueblo de la verdad frente a la manipulación oficial de los medios en poder de la dictadura.
Desde el punto de vista gráfico nos propusimos traducir las ondas radiales por medio de círculos concéntricos que partirían de uno de los auriculares del Che.
Aquel primer intento, no resultó de nuestro gusto por lo cual nunca se presentó y quedó engavetado--pero no olvidado--en el baúl de los recuerdos.
En medio de una mudada, aparecieron recientemente y nos dimos cuenta de un detalle importante: No nos habíamos percatado antes de que, al llevar a la práctica el dibujo, los trazos circulares en blanco entre formas negras daban un efecto de medio tono sobre el papel, como el reticulado o el ben-day en la prensa periódica.
Aquello se nos reveló como una ilusión óptica, permitiendo superponer los textos del diseño sin necesidad de otro efecto o color, pues el negro puro contrastaba suficientemente con el resto grisáceo.
Sin otro interés que mostrarles este intento—hasta ahora inédito—lo ofrecemos como tardío homenaje a Radio Rebelde este 24 de febrero.
Fieles a Gardel cuando dijo que 20 años no eran nada, aquí se lo dedicamos a Rebelde en su glorioso 55º. Aniversario ¡FELICIDADES COLEGAS!