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23 ene 2018

MI ESQUINA CALIENTE



El pasado jueves 18 de enero de 2018, me vei en la penosa misión de contestar a varios de mis vecinos de este blog a propósito de la 57º. Serie Nacional de Beisbol, con motivo del juego celebrado la noche anterior donde Las Tunas dio un contundente nocao en pelota a mis queridos Industriales de La Habana. La lluvia y el frío se interpusieron entre mis intenciones y el score.
Lo cierto es que en este final de película se notó un alborotado  despertar de la afición a estadio lleno, tanto en el LATINO del Cerro como en el MELLA de la cuna del Cucalambé. Hoy martes 23 de enero se reanuda la Gran Final del Campeonato entre los “Leñadores” y los “Alazanes” con una ligera ventaja para los tuneros ahora en territorio granmense y además los veo bastante “creciditos” para ser “primerizos” en esta recta final.
Si analizamos, el Base-ball como sport surge en Cuba a finales del siglo XIX en el Palmar del Junto matancero, pero la verdadera afición nace más por publicidad que por deporte. Ya que--cuando yo nací a fines de 1930--dos empresas cerveceras se discutían un mercado aún virgen y decidieron que la mejor forma de vender sus jacarandosos productos era crear el escenario apropiado--El estadio  de “La Tropical” donde se vendiera exclusivamente la cerveza del mismo nombre y el de “La Polar” para los amantes de los ¡gooooles!.. Como yo era chiquitico y del mamey, a mi me compraban respectivamente o la “Maltina Tívoli Vitaminada” o la “Trimalta Polar”… Que conste, no recibo estipendio alguno por dicha mención, porque ambas desaparecieron con el Gran Stadium del Cerro—o sea mi querido Latino.
Hoy vemos que no hace falta ningún líquido espumoso para hacer dinero fácil. Basta con el mercado de talentos del deporte para llenar estadios y de nuevo Europa se nos adelanta con el Barcelona y el Real Madrid—no son los únicos, pero sí los que más suenan—según el viejo proverbio catalán de… “…!Barcelona is bona si la bolsa sona… Pero tanto si sona como si no sona…Barcelona is bona!
Por entonces existían varias ligas en Cuba: Profesional, Amateur, Semi-pro, Azucarera y hasta una que causó revuelo cuando debutó en la capital: La Cuban-Mining de la región oriental. En la Profesional solo había cuatro equipos donde jugaban tanto peloteros cubanos como yanquis: Habana, Almendares, Cienfuegos y Marianao, Mientras los alacranes eran azules, los leones de la Habana por entonces eran rojos y cambiaron de color con su profesión: Hoy son industrialistas.
Pero volvamos a fines del 2017: Casi en todo ese último año sufrimos juegos con horarios diurnos y estadios casi vacíos—apatía contrastante con las esquinas calientes por todos lados—además de un calendario bastante apretado y resbalones producto del fango acumulado por las frecuentes lluvias, que provocaron cierta frialdad en la afición, pero llegó la final y con ella los esperados refuerzos de los equipos eliminados.
Lo mismo ocurrió con nosotros los caricaturistas: En el siglo XIX eran tan pocos, como la propia prensa colonialista. Con la propaganda litográfica en la industria tabacalera, aumentó un tanto la demanda, pero apenas se destacaron dos cubanos-- Torriente y Castellanos--y un español Don Patricio de Landaluce.
Con la República mediatizada por los yanquis no surgieron muchos artistas de la sátira: A lo sumo un trío de lujo que trascendió: Blanco, Massaguer y el valenciano Valls. De los tres solo uno nació en La Habana: Total 2 x 1.
En el transcurso de la seudorrepública ocurrió otro tanto: Massaguer era de Cárdenas, Abela de San Antonio, Adigio de Santiago de Cuba, David y Her-Car de Cienfuegos. Los de la capital se limitaron a cuatro: Kuchilán, Rafael Blanco, Fornés, y Horacio. Quiero hacer constar que es un listado incompleto, pues no hemos contabilizado los que se fueron del país tras el triunfo de la Revolución—también en desventaja--. O sea que en esa primera confrontación la capital perdió por estrecho margen: Cinco a cuatro.
El triunfo del Primero de enero de 1959 marcó la diferencia: Comenzamos el recuento con el semanario PALANTE  : Alben vino de Caibarién,  Betán de Matanzas, Alexis de Baire, Nuez y De Armas de San Antonio de los Baños, Pime y Chevo de Niquero, Guerrero de Bauta, José Luis de Aguada de Pasajeros, Quintana de Holguín, Milán de Santiago de Cuba, Pitín de Ranchuelo, Pecruz de Consolación en Pinar de Río, Val de San Nicolás de Bari, Felo y Gaspar de Manzanillo, terminando con Wilson de Guantánamo. La capital aportó solo a este mortal Blanquito, Arístides, Alba, Lloró, Ñico y Rosen. Total: 17 por 6.

Del juvenil dedeté contamos a sus fundadores: Ajubel de Sagua la Grande, Carlucho de Cárdenas, Migue de Cienfuegos, Manuel de Matanzas, Renecito de Sancti-Spiritus, y Tomy, de donde el diablo dio las tres voces: Barajagua. El único nativo cuando ellos llegaron a la capital era Ardión. Por lo cual aquí el equipo azul de los industriales también perdió 6 a 1.
Si a todos estos desafíos contamos el fenómeno ocurrido con “EL melaíto” en Las Villas allá por los años 70. Se amplía mucho más la diferencia en el marcador porque con Pedro, Roland, Linares, Janler, Martirena. Como si fuera poco al “Chispa” se le encendió el sinónimo y junto a Zuki, se fueron a pescar ”La Picúa” a Cienfuegos. Total, serían agregar  un 7 por 0 contra la capital, ya que Panchito, pasó a las “Grandes Ligas” hace bastante tiempo. Si falta algún colega por agregar, por favor que nos lo haga saber. Además, no hemos incluído otras publicaciones para niños y jóvenes que se especializaron en la historieta o los dibujos animados, porque la diferencia sería mucho más abultada.
La sabimetría deportiva aplicada en estos “numeritos” de la sátira cubana surgío tras el análisis—al duro y sin guante--de los leñadores repartiendo leña a los leones en el Latino, pero lo que pasó después con los campeonísimos alazanes, da que pensar. Hoy se reanuda la serie… En serio—no me arriesgo a vaticinio alguno. El terreno dirá la última palabra y como dirían nuestros colegas del micrófono beisbolero…”Esto no se acaba hasta que se acaba.…”


Como de todas formas lo cortés no determina lo valiente--sin saber aún el resultado final--deseo dejar constancia de mi impresión con una imagen de mis vecinos de la Capital rindiendo honores a los pioneros de Las Tunas en éste su colosal debut, sin saber qué pasará en los terrenos de Granma.

12 ene 2018

¿DÓNDE SINO?



El primer sábado de este año 2018, en el programa de televisión “23 y M” ¿Dónde si no?, la musicalísima Edith Mazola nos sorprendió una vez más. El subrayado es nuestro porque la recuerdo desde sus inicios en el Teatro Musical de Virtudes y Consulado, en el barrio de Colón, a solo tres cuadras de donde yo hacía también mis pininos en el diario EL MUNDO, primero de linotipista y a partir de la nacionalización revolucionaria en 1960, como caricaturista editorialista, cuando ella aun no había nacido.

Esta introducción--en el mejor sentido de la palabra—se debe a un éxito suyo por partida doble: Entrevistar a dos personas que se las traen: Ambos políglotas, revolucionarios y jodedores:

 Argelio Santisteban, nacido en Banes, provincia de Holguín, en 1945--el mismo año en que yo celebraba mis 15 en Luyanó barrio obrero de la capital—él me  ganó por puntos en el periodismo revolucionario porque ”pinchó” en MELLA, BOHEMIA, EL MUNDO, TRABAJADORES Y TRIBUNA. Lo cierto es que, además de todo eso y sus amenas tertulias vespertinas a dúo  con el historiador y podólogo Rolando Aniceto en los portales del Hotel Inglaterra, se ganó además el título de “tertuliano”.

Con el tiempo y un ganchito Argelio se convirtió en un políglota consuetudinario, pues a partir de 1985, parió para la Editora de Ciencias Sociales, una tonga de cubachismos que recogió bajo el título de ”El habla popular cubana de hoy”. Hijo bastardo de otra obra de arte—la edición póstuma del maestro Fernando Ortiz, pues la idea de su “Catauro de cubanismos” apareció por primera vez en 1923—cuando el hijo ilustre de Banes no existía aún—y la edición póstuma que tengo en mis manos data de 1974 gracias a la editorial Ciencias Sociales.

Ambas dos obras tienen sus antecedentes —y descendientes— en la propuesta de Constantino Suárez (a) El españolito —a quien la intelectualidad de la época satanizó, por haber incluido palabras indecentes, por tanto ambos tres llegaron hasta el tuétano de nuestra idiosincrasia, catalogada por el maestro Ortiz como “el ajiaco criollo de nuestro idioma, formado por el chorizo español y la papaya cubana”.

Sólo quisiera agregar que a cada rato leo la dedicatoria que el hermano y maestro Santiesteban me hiciera en la presentación de su libro:  
“Para Blanquito, con fraternal incondicionalidad, Argelio.

Nota: ¿Sabes lo que es blanquito en mexicano?.”

Han pasado 33 años de aquel cuestionamiento y todavía estoy en blanco o en babia —como prefieran ustedes-- porque dicho vocablo no aparece tampoco en ninguno de los dos volúmenes aquí nombrados.

El otro entrevistado de aquella tarde-noche en 23 y M fue nada menos que Pedro Luis Ferrer, quien guitarra en mano también hizo de las suyas defendiendo no solo su obra, sino su pedigrí familiar en el querido Yaguajay --de músicos, poetas y locos-- pues todos ellos Raúl, Rafael, Rogelio, Rodolfo, etc. llevan en el lomo la marca-- R.F.

Durante años mantuve estrechas relaciones con su tío Raúl Ferrer. Se sabe que a partir de la Jornada de la Alfabetización en 1961, como Viceministro de Educación acuñó la frase-- QTATA al cuadrado—que traducida al cubaneo quiere decir “Que cada analfabeto tenga su alfabetizador y que cada alfabetizador tenga su analfabeto.”

Varias veces acompañé al maestro en sus escapadas a Yaguajay. De ahí que me relacionara con él y con toda su familia, con su pedigrí, pero sobre todo con su sentido de la pedagogía:”Lo que se aprende jugando nunca se olvida”. De ahí sus numerosas anécdotas en la escuelita rural del central Narcisa, donde compartió el pizarrón nada menos que con Onelio Jorge Cardoso, por tanto no es de extrañar que en este ambiente surgiera el “Romance de la niña mala”.

Con estos antecedentes poéticos, pedagógicos y musicales, es natural que dicha entrevista sabatina del Canal 8, terminara con Pedro Luis, su música y su guitarra al ritmo de “La vaquita Pijirigua”.

 ¿Con qué se apeará ahora el sobrín? Toma la guitarra entre sus manos y decide hipotéticamente parodiar a esos que la Tierra les queda chiquita, alquilan una parcela en la Luna y se lanzan al espacio exterior. Tienen dinero, fortuna, y recursos pero el idioma les queda grande, suben al cohete, en el apuro pierden el habla y se les queda en La Tierra como un paquete más… Alunizan, pasa el tiempo y… de pronto comienzan a cantar…

“Unmé, dosmé, tresmé, cuatromé, pero sincomé, no se puéviví”.

Felicitaciones a ambos tré: Edith, Argelio y Pedro Luí. Pero ahí mismo me fui a comé antes que empezara el noticiero en la tevé.