Es
cierto que, según nuestro Martí: “…Toda
la gloria del mundo cabe en un grano de maíz…” Pero hay episodios en la
vida de los seres humanos que, sin proponérselo rozan esa felicidad.
Con
motivo del 53o Aniversario de la Agencia de Noticias PRENSA LATINA, fundada por
el Che el 16 de junio de 1959, fui invitado a participar en su celebración,
donde me reencontré con otros tantos afortunados como yo que también vivieron
aquellos inolvidables momentos. En esta oportunidad las risas y la alegría
apagaron el posible llanto por los ausentes, pues cada uno de ellos y nosotros
tendría un cachito de felicidad que compartir.
A
lo largo de este relámpago memorístico les iré presentando las caricaturas
realizadas allí a algunos de dichos protagonistas ya desaparecidos.
Lamentablemente no están todos los que quisiera, otros bocetos fueron
entregados personalmente y no guardo copias.
Sin
embargo, mi paso por la agencia fue
fugaz, pues ingreso en septiembre de ese año y fui seleccionado para participar
en la fundación del semanario PALANTE Y PALANTE en octubre de 1961; pero fueron
los 25 meses más emocionantes de mi vida.
Y
les cuento cómo ocurrieron los hechos: En aquellos días “otoñales” pensé que
sería factible presentar un proyecto beneficioso tanto para la recién estrenada
agencia noticiosa, como para mi--ya casado y con hijos--que veía afectados mis
ingresos en lo económico como linotipista de EL MUNDO, diario en vías de agotamiento
capitalista. A poco más de un año ocurriría la intervención del mismo.
Lo
ofrecido por este humilde servidor era un proyecto de retratos a creyón y
viñetas de atletas latinoamericanos para competir con los llamados “flanes” que
de manera masiva los llamados Syndicates estadounidenses distribuían
como royalties a la prensa con imágenes de ases del deporte profesional,
fundamentalmente yanquis también.
Colateralmente
yo había desarrollado esa especialidad gracias a las indicaciones del
foto-reportero Pepe Agraz, a la sazón propietario de la revista FOTOS, quien me
había publicado mis primeros dibujos.
El
joven director argentino Jorge Ricardo Massetti me recibió personalmente en su
despacho, pipa en ristre. Inspiraba respeto pero a la vez confianza, y la idea
fue de inmediato respaldada por él, a tal punto que me subió la parada
ofreciéndome la plaza de dibujante oficial, pues hasta ese momento no contaban con ese servicio.
Así
que de pronto me vi convertido, de free lancer en personal de plantilla.
¡Era mi primer salario como periodista!
La
actividad de la recién estrenada oficina era tan intensa y estimulante, que
dejaron una huella muy profunda en un principiante ávido de conocimientos. Pasé
a formar parte del staff de servicios Especiales dirigidos por otro argentino
de gran prestigio: ¡Nada menos que Rodolfo Walsh! Allí lo mismo realizaba una
ilustración, que un mapa de las bases militares yanquis en la Isla Vieques, la
trayectoria de un peligroso ciclón, o un croquis del primer viaje al cosmos; y
todo eso sin abandonar la serie deportiva que me había catapultado a la plaza.
Incluso fui encargado de diseñar el Panorama Económico Latinoamericano, primera
publicación periódica editada allí mismo en una pequeña máquina de impresión
off-set.
Al
tener acceso a esa tecnología, un pequeño grupo de entusiastas nos lanzamos a
la idea de editar el boletín PRELA de consumo interno, donde di a conocer mi
primer personaje humorístico, el pequeño “Prelito”.
Toda
esta febril actividad la desarrollábamos sin bajar la guardia en momentos de
intensa confrontación política y agresiones de todo tipo por parte de los
Estados Unidos y sus mercenarios del patio. Podemos afirmar que, apenas
terminaba la jornada laboral salíamos para las plantas de radio en el Wajay o Cuatro Caminos para hacer la guardia miliciana
hasta el amanecer del próximo día.
Los
despachos de PRENSA LATINA eran entonces los únicos medios informativos
internacionales con que contaba la recién estrenada Revolución asediada por
todo tipo de injerencias imperialistas.
El
ritmo era trepidante, pero no faltaba cualquier espacio para festejar fechas señaladas,
y relajarnos con los encuentros musicales, donde las sesiones de jazz a cargo
del multifacético saxofonista y periodista Leonardo Acosta, las delicias del
maestro Ondina, o de Rosendo Ruiz, quien
incluso fue capaz de componer un himno de PRENSA LATINA.
Recuerdo
que en solo tres ocasiones pisé el despacho del director. La primera vez, ya
descrita el día que le ofrecí mis servicios personalmente a Masetti.
Las
otras dos a petición de él mismo: El segundo encuentro ocurrió más o menos como
sigue:
--Ché,
Blanco, lo cité para presentarle a un compatriota acabado de llegar. Vino casi
de incógnito a conocer de cerca la Revolución Cubana. Su nombre Oscar Conti.
Entre
sorprendido y nervioso me adelanté para darle la mano a aquel señor grueso, y
canoso que me radiografiaba tras sus espesos lentes.
--¿Acaso
es usted el famoso Oski?
Ahí
mismo se rompió el hielo entre el caricaturista
estrella de la revista argentina TIA
VICENTA y el admirador bisoño, ante la mirada satisfecha del interlocutor. Mientras,
Massetti interrumpe el diálogo para atender una llamada telefónica, pero antes me dice:
--A
partir de ahora te harás cargo de él. Enséñale La Habana, preséntale a tus
colegas humoristas, en fin, llévalo a donde él desee.
Fue
una de las tareas más placenteras cumplidas por mí. Lo llevé a la redacción de
EL PITIRRE, única publicación donde se reunían los humoristas en ese momento, y
a la revista BOHEMIA entre otros lugares de interés. De este recorrido sólo
conservo la foto que Fresquito Fresquet me obsequió recientemente en
Miami, que publiqué en el trabajo "QuiéremeMucho” de este blog.
Una vez que Oski se dio a
conocer en el medio, se fue
independizando de mi tutela y terminó con una página semanal durante todo el
año 1960 en la revista BOHEMIA, donde hizo yunta con el redactor Juan Ángel Cardi;
el dibujante argentino pudo rememorar allí los éxitos obtenidos con
anterioridad en su tierra natal, apoyado en los guiones de César Bruto.
La
tercera ocasión en que el director de la agencia personalmente me indicó una
tarea fue a comienzos de julio, pero de 1961, cuando me encomendó algo muy
serio, como era acometer la tarea de adornar el edificio para las fiestas del
26 de Julio.
Les
recuerdo que se trataba del inmueble de trece plantas donde radica aún el
Ministerio de Salud Pública en 23 y N. La agencia entonces, ocupaba allí
solamente el quinto piso. Su voz me
trajo de nuevo a la realidad.
--Confío
en usted y le doy libertad de acción, aquí tiene.-- Y
me puso en la mano un rollo de billetes.
La
tarea resultó un gran reto para un simple aficionado, pues se trataba no sólo
de adornar un edificio multifamiliar enorme, sino en el marco de la visita de
Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia. Entre las acciones estuvo la
confección de una gran bandera cubana en el propio local por las compañeras de
la redacción convertidas en costureras ocasionales. El saludo ¡BIENVENIDO
GAGARIN! debía distribuirse letra a letra en cada una de las ventanas por
19 enormes planchas de cartón tabla, mientras una guirnalda de bombillos
multicolores bajaba como catarata de luces desde lo alto del edificio. La instalación
terminaba con un modelo a escala del Vostok Soviético suspendido en el aire por
un fleje en el vestíbulo del edificio, aprovechando un espacio de pocos metros
cuadrados al lado del elevador que convertimos en diorama con luces y ambiente
cósmico. Lamentablemente no guardo fotos del acontecimiento.
Tres
meses después es que yo paso a otras funciones, y años más tarde Massetti
desaparece convirtiéndose en leyenda. Será para siempre el Comandante Segundo
del Che.
Los
dos fueron, --son-- revolucionarios consecuentes, hombres de acción y de
principios, pero también de cultura y periodismo. Solo así se entiende que el Uno,
--es decir el Che--, se convirtiera en la reencarnación de Martín Fierro, dejando su epopeya
grabada para siempre en la Quebrada del Yuro; mientras que el Dos—Masetti-- se adelantaría
para preparar las condiciones guerrilleras en la Argentina, y su misión fuera bautizada “Operación
Sombra”, por tanto su jefe se convertía de hecho en Don Segundo Sombra de la Guerrilla de
Salta. Ambos cabalgan hoy sus respectivos Rocinantes hacia el alba de Nuestra
América, como la soñó Martí.