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27 sept 2014

LA LÍNEA EVOLUTIVA (5)


Las condiciones sociopolíticas a partir de la Revolución Francesa contribuyeron al desarrollo de las investigaciones científico-técnicas a partir de la segunda mitad de siglo XIX en todo el mundo y muy particularmente en Europa, con celebridades como Newton, Stephenson, Fulton, Volta, Farraday, Morse y los esposos Curie, entre otros muchos.
Al calor de estos descubrimientos nos vemos obligados a dejar por un momento el estudio de la caricatura francesa y saltar el Canal de la Mancha para aterrizar en el vecino Reino Unido con motivo de la virulenta campaña de que fuera objeto uno de esos hombres famosos: Charles Darwin:
Nacido el 12 de febrero de 1809, desde pequeño sintió inclinación por los secretos de la Naturaleza; sin embargo rechazó los deseos de su padre para estudiar medicina en la Universidad de Edimburgo, siguiendo su vocación empírica por la biología y la taxidermia.
La gran oportunidad de enriquecer esos conocimientos le llegó al ser propuesto para acompañar al capitán Robert Fitzroy en el segundo viaje del “HMS Beagle” buque dedicado a cartografiar los litorales suramericanos y al estudio de las corrientes oceanográficas, pero con libertad para continuar sus investigaciones en el campo de la Geología, la Botánica y la Zoología. Tras cinco años navegando por las costas de América del Sur y África, regresaron a Inglaterra el 2 de octubre de 1836. El joven naturalista lo anotaba todo en su diario de abordo: Desde el comportamiento del plancton oceánico, las conchas, bivalvos, y fósiles de mamíferos prehistóricos como el megaterio, hasta la gran variedad de pinzones, tortugas y otras especies estudiadas en el Archipiélago de las Galápagos.
De sus investigaciones surgió la teoría de la evolución a partir de la selección natural, idea cuestionada por sectores eclesiásticos basados en el origen del mundo por obra de Dios. Mientras se le sumaban los unitarios, enemigos del dogmatismo anglicano que defendía el orden social imperante; otras fuerzas permeadas por la ignorancia, los complejos o los intereses de clase se oponían radicalmente.
A estas diferencias habría que sumar otra más peligrosa aún: Los seguidores de Malthius, quienes apoyaron en 1834 la Ley de Pobres, auspiciada por las autoridades, quienes tergiversaban los pronunciamientos de Darwin basándose en la teoría del superhombre.
El Fin del Mundo basado en dicha hipótesis anunciada por el maltusianismo logró echar raíces, alimentando en la confusión al racismo, al militarismo, al antisemitismo y a otros movimientos segregacionistas afines al concepto de la raza superior y las guerras de conquista.
El fenómeno tomó tal fuerza que ocupó los principales cintillos en los periódicos y revistas, e interpretaciones humorísticas, sobre todo en la propia Inglaterra, donde los caricaturistas se dieron banquete—como diríamos vulgarmente los cubanos.

Pero, como de caricaturas trata este trabajo, hemos copiamos aquí tal vez la más divulgada caricatura de la época y que fue publicada en la revista británica HORNET, cuyo pie dice: “Ese animal que todos llevamos dentro…” Lamentablemente, la fuente consultada no aclara nombre del autor ni la fecha de publicación. Tal parece que eso era una constante en la Inglaterra de entonces pues a pesar de la intensa campaña a favor o en contra, tampoco hemos podido acceder a otros dibujos satíricos dignos de dar a conocer.
En nuestra infructuosa búsqueda a través de internet, logramos esta otra imagen que les ofrecemos a continuación. Lo curioso del caso es que no corresponde a la época: El pie explicativo aclara que es obra del caricaturista cubano Enrique Pérez y correspondía a una de las 223 obras enviadas por autores de 44 países a la III Muestra Bienal de Humor Gráfico celebrada en Valencia, España con motivo de la celebración del 200 Aniversario de Charles Darwin y los 150 de la publicación de “El origen de las especies”.
Pero, no solo fueron los caricaturistas quienes se valieron de esta polémica situación sobre el origen de la humanidad. He aquí una muestra de dos anuncios comerciales, donde se promocionan El famoso licor “Anís del Mono” y el linimento para la garganta marca “Marchant´s” cuyo pie aclara: “Yo soy el abuelo de Darwin, y como podrán ver, lo que resulta bueno para el hombre y la bestia, también lo es para usted”.

De que la humanidad se desarrolle favorablemente como lo ha realizado la línea a través de su historia, es nuestro deseo partiendo de la Teoría de Darwin sobre la evolución de las especies y la selección natural. Por lo pronto, los invito regresar a Francia en un próximo encuentro y ver la influencia de estos acontecimientos en la propuesta de sus caricaturistas contemporáneos.

EL ESTILO FRANCÉS EN LA LÍNEA (4)


Como aclaramos en la propuesta anterior, el primer tomo de “La Caricatura Contemporánea” del cubano Bernardo González Barros, 1916, abarca el estudio de dicha especialidad gráfica en Alemania y Francia.
En sus once capítulos dedicados al país galo, el autor con eficacia conceptual analiza el humorismo sentimental de Willette, la mirada compasiva al dolor la miseria y el vicio en Steinlen, presenta a un mago de la risa como Cadan D´Ache y las provocaciones hilarantes de Abel Faivre, Poulbot y Guillaume; mientras Leandre se especializa en la sátira política; el pesimismo destaca en Forain y la agresividad en Rouveire; en cuanto  a Sem, Losques, Sacha Guitry y Copello son los mejores exponentes del esquematismo gráfico. Por último el choque entre Alsacia y Lorena contra Alemania a fines del siglo XIX se evidencia en las propuestas de Zislin y Haws.
Abordaremos el estudio de la época desde otra óptica puesto que la caricatura política en Europa y en Francia cambia radicalmente a partir del reinado de Luis Felipe en 1830, cuando el monarca de Orleans firma la primera ley de Libertad de Prensa.
La monarquía pagaría bien caro dicha decisión, al convertirse el rey en el primer blanco de los dardos satíricos en la prensa y los humoristas de la época, comenzando por el propio Phillipon director de LA CARICATURA y caricaturista él mismo con su genial metamorfosis de “La Pera” aquí mostrada.

Aprovechamos para incluir a un maestro de la especialidad en dicha centuria que no aparece en la lista y que en mi modesta opinión es imprescindible para cualquier antología del humor gráfico mundial. Se trata de Honoré Daumier (1808-1879) dibujante humorístico, maestro litógrafo y republicano de corazón, quien intervino personalmente en la Revolución de Julio de 1830, realizando además sus primeras sátiras políticas en la propia publicación de Phillipon durante esa época. Lo curioso del caso es que, si Felipe de Orleans fue víctima de un lápiz juguetón y a la vez primera baja de la Ley que él mismo dictó, Daumier sería cuatro años después la segunda de ellas. Veamos las causas:
Honoré Daumier quien se sustentaba económicamente con la gracia de su línea para la prensa satírica de la época, logró inmensa popularidad con tres grabados políticos de gran impacto en 1834: La matanza de la calle Trasnonain, El Vientre Legislativo y La Libertad de Prensa, pero le puso la tapa al pomo ese mismo año con su parodia del monarca como el personaje “Gargantúa” de la literatura, recibiendo a cambio una condena de seis meses de cárcel y lo que es peor--la derogación de dicha Ley de Prensa por el propio Luis Felipe--pues le hipotecó el futuro a él y al resto de los caricaturistas franceses de la época.. Aparejado con estos sucesos ocurren frecuentes huelgas en París y la expulsión en Francis de Carlos Marx.
A partir de esa situación, los dibujantes satíricos y la prensa especializada se vieron obligados a cambiar de temática so pena de peores penas, es decir, carcelarias. Daumier fue uno de ellos; sin embargo, su talento demostró ser tan bueno en la caricatura política como en la crítica costumbrista. El ex-convicto lo observa todo ahora en el París de los congestionados bulevares, la .ultima moda, los andenes repletos, los cafés al aire libre, las salas de espera, y crea su propia comedia humana con la misma precisión que Balzac, su amigo y confesor lo hace en la literatura.
Si bueno fue plasmando de memoria la ebullición de la ciudad Luz en pleno desarrollo, con sus rayos y sus manchas emulando con el astro rey. Daumier fue también capaz de crear personajes ficticios basados en la realidad de la época como Robert Macaire--estafador real, inescrupuloso y taimado--convertido por obra y gracia de su talento paródico en “Monsieur Prodhoume”.
A este protagonista y entes similares el litógrafo le adjudicó vicios aún vigentes en pleno Siglo XXI como la elocuencia artificial, la banalidad, el protagonismo de salón, la superficialidad, el individualismo salvaje, la codicia y el burocratismo paralizante, entre otras lindezas de la contemporánea globalización neoliberal.
Los que tuvimos el privilegio de asistir a la exposición “Litografías Originales de Honoré Daumier-(1808-1979)” en el Museo Nacional organizada por el Ministerio de Cultura de Cuba en febrero de 1981, pudimos constatar la inmensa obra de este artista, que se mantuvo activo hasta que su visión se debilita en 1877 y el Gobierno le concede una pensión de 1200 francos anuales.
Un año antes de su fallecimiento y bajo la presidencia de Víctor Hugo, la Federación de Artistas Franceses montó en París la exposición retrospectiva de Honoré Daumier con 112 láminas, 93 óleos, 140 dibujos, 40 bustos y una escultura en yeso de Rastapoli. Completamente ciego, el autor no pudo asistir al acto de inauguración.
El 11 de febrero de 1879 muere el artista en Valmondois donde pasó los últimos años de su existencia: Profundamente anticlerical, como última voluntad Daumier pidió ser enterrado por lo civil. Posteriormente su cadáver sería trasladado al cementerio del Pére Lachaise junto a la tumba de Corot.
Según especialistas como Michel Ragon en “Les Maittres du Dessin Satirique”, la Comuna de París (1871), no aportó gran cosa al desarrollo de la caricatura política francesa. Abundaron los procesos judiciales contra la difamación y la obscenidad, que redujeron su impacto en la sociedad, sin embargo a partir de 1881 la caricatura en Francia recobra su protagonismo, a tal punto que el decenio extendido hasta 1891 es conocido como La época de oro donde apareciendo nuevas revistas satíricas destacándose “Le rire”, “La caricatura”, y “Le Assiette au Beurre”, donde participan muchos de los artistas descritos en la extensa lista ofrecida por González Barros.
En próximas entregas abordaremos otra etapa interesante de la caricatura francesa a partir del antimilitarismo y el antisemitismo surgido durante el proceso Dreyfus, lo que se extendió desde los albores del siglo XX hasta la Primera Guerra Mundial. Ello coincidió con uno de los acontecimientos culturales más impactantes de esta etapa en el mundo que influyó en los movimientos chovinistas europeos y su teoría de la raza superior.
Como en el caso anterior “Todo a línea” donde abordamos la obra de Saul Steinberg por su importancia en el desarrollo de la caricatura moderna durante la segunda mitad de siglo XX; en la próxima entrega violaremos también el orden establecido por el autor de “La Caricaturta Contemporánea” para dar a conocer otra caricatura—ni francesa ni alemana—pero cuya repercusión aún en estos días provoca comentarios adversos. Fue la realizada en su país al genial investigador y naturalista inglés Charles Darwin, a partir de sus estudios sobre la evolución de las especies y la selección natural (1859), lo cual dio origen a no pocas versiones encontradas.
Tema que por su interés y repercusión actual demostrará que la línea también evoluciona… ¡AQUÍ LOS ESPERO!

14 sept 2014

DOS AFFICHES: UN MISMO CLAMOR


A propósito de lo ocurrido en estos días, en que se cumplen 16 años exactos del injusto encarcelamiento efectuado a cinco revolucionarios cubanos, René, Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo—los tres últimos aún entre rejas—los invito a compartir esta reflexión.
Es un homenaje a quienes luchaban desde la propia guarida de la mafia anticubana en Miami monitoreando sus actividades terroristas contra nuestro país. A cambio de aquella digna actitud dichos jóvenes fueron víctimas del terrorismo mediático del Imperio, incluyendo recursos millonarios, el amedrentamiento personal, o la más absurda aberración jurídica jamás implementada en el mundo. Ni en los peores tiempos del oscurantismo medieval y las torturas de la Santa Inquisición, se había dado un caso tan absurdo y colosal que incluyera entre sus sanciones una doble condena a cadena perpetua más quince años de prisión.
Durante muchos años Cuba mantuvo reiteradamente su clamor de protesta en diversas instancias secundada por movimientos sociales y de solidaridad en todo el mundo pero, el ciudadano estadounidense, al parecer, no reaccionaba favorablemente. Tuvo que surgir más tarde el afiche realizado por un cubano que conocía al dedillo la idiosincrasia de ese pueblo, para lograr cierto impacto, pues apelaba no sólo a la intervención de la única persona capaz de revertir la situación—su propio presidente--sino que utilizaba el doble sentido de una frase típica del saludo cotidiano y sobre todo en su propio idioma: GIVE ME FIVE.
La obra, no surgió producto de la casualidad: Original del colega Jorge Martell, con más de treinta años de experiencia en las entrañas de la publicidad norteña, y sus raíces en la cartelística cubana de los sesenta, lograron el milagro. He aquí la obra hablando por sí misma:
No es mi propósito endiosar individualidades, y mucho menos promocionar individuos, todo lo contrario: Deseo acudir a la experiencia de especialistas y profesionales, así como al contexto en que se producen tales motivaciones. De ahí el título del trabajo: Dos afiches, un solo clamor.
Las condiciones objetivas y subjetivas que hicieron posible el triunfo de nuestra Revolución en enero de 1959, también repercutieron a partir de la década de los años sesenta en todo el mundo.
Nuestra América como la bautizara Martí y el continente africano hervían de fervor revolucionario, de ahí que Cuba convocara ya entrada la década del 60 del pasado siglo a la Conferencia de Solidaridad con los Pueblos de África y América Latina, con sede en el Hotel Habana Libre, evento que cubrimos como periodista y con el cual mantuve contactos al fundarse la OSPAAL y su revista TRICONTINENTAL. En los propios Estados Unidos también se sintieron esos efectos al incrementarse los movimientos de protesta contra la discriminación racial que costaron sangre y penurias, pero sobre todo la vida a luchadores civiles tan destacados como el Dr. Martin Luther King o Malcolm X.
Uno de los objetivos de la OSPAAL era crear un departamento de propaganda donde el cartel político obtuviera repercusión por su poder de convocatoria, logrado sobre todo cuando se incorporó a sus filas el consagrado Alfredo Roosgard; pero en aquel entonces las condiciones objetivas no estaban creadas y se me encargó por uno de sus dirigentes, el colega Miguel Brugueras, la confección de su primer affiche, que coincidía con aquellas protestas de reivindicación social en los Estados Unidos; pero sobretodo, me inspiró el impacto que tuvo en nuestro país aquel documental melódico de Santiago Álvarez para el ICAIC, de ahí que también tituláramos NOW al affiche.
NOW traducido al español es AHORA. Y nuestro propósito—precisamente en estos momentos-- es aclarar las motivaciones que en uno y otro caso lograran penetrar las rejas de la incomunicación. El ciudadano común en una sociedad de consumo por lo general huye de la retórica verbal o las consignas políticas. En estos casos el cartel debe ser como un grito en la pared. Algo inusual o sorprendente que le llame la atención a todos. Una segunda lectura profundizará en aquellos aspectos que el facilismo oculta, por tanto el idioma resulta fundamental.
El NOW que causó impacto hace cincuenta años es el YA que clama nuestro pueblo hoy por la libertad de los cinco, pero debe traducirse para hacerlo potable a la millones de ciudadanos yanquis que no hablan nuestro idioma, pero que pueden influir en la decisión final.

TODO A LÍNEA (2)


El interés despertado en algunos vecinos internautas por el reciente trabajo que titulamos “La importancia de la línea” nos impulsa a insistir en el tema.
Recordemos la autocrítica póstuma que hiciéramos con fecha (20-11-2011) al profesor José Antonio Portuondo. sobre el libro en dos tomos “La caricatura contemporánea” del autor Bernardo González Barros escrito en 1916.
Dicha obra es un profundo estudio de la caricatura en el mundo a partir del desarrollo de la prensa, el grabado y las revistas ilustradas, por lo tanto González Barros comienza la investigación en Alemania y Francia a partir del siglo XIX.
Las expresiones artísticas de esa índole van mucho más allá en el tiempo y sobre todo, difíciles de comprender sin su representación gráfica, por tanto empezaremos este análisis de atrás hacia delante para su mejor comprensión.
Hace exactamente 100 años, coincidiendo con la Primera Guerra Mundial, nace de familia judía en la ciudad rumana de Ránicu Sárat el niño Saul Steinberg, quien estaba destinado a revolucionar la caricatura en todo el mundo medio siglo después. Matricula Filosofía en la Universidad natal, pero es en 1940 que termina la carrera de Arquitectura en Milán, por entonces ya enviaba sus primeras colaboraciones a la revista italiana BERTOLDO.
Para escapar de las leyes antisemitas dictadas por Mussolinni se traslada a República Dominicana donde debe esperar un año para recibir el visado del Consulado estadounidense. Es en este período de aplatanamiento que Steinberg se apropia de su chapurreado español caribeño, el cual amplía con la amistad de figuras como Pablo Picasso y el humorista Miguel Mihura, por entonces director de LA CODORNIZ, publicación satírica donde colabora sin firmar sus trabajos--para evitarse problemas—según el mismo reconoce.
Es a partir de 1942, que se incorpora al Departamento de Propaganda, del US-Army, realizando sátiras y caricaturas contra Hitler hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, mientras continúa publicando en la revista THE NEW YORKER, y comienza su cadena de triunfos imponiendo el particular estilo lineal de sus ilustraciones durante casi medio siglo con unos mil dibujos y cerca de cien portadas.
La recopilación de aquellos primeros trabajos en el libro titulado “Todo a Línea” causó un impacto mundial sobre todo en los artistas jóvenes de la post-guerra Y los cubanos no fuimos la excepción.
Steinberg tenía un particular concepto de la vida artística y la cultura en general, que transmitió a algunos de sus biógrafos e historiadores: Según él: “El mundo del arte es tan complejo, diletantesco y lleno de imprevistos por estar también estrechamente ligado a la fama y el dinero. Un mundo especial, que a veces tiene alguna similitud con el mundo de los proxenetas. Los intermediarios transforman en dinero la pasión por el arte, tanto del que lo produce como del que lo compra. Se compra (se vende) parte de la poesía, del alma, de la inteligencia de una persona”.
Así pensaba este creador que tanto influyó desde los Estados Unidos en las artes aplicadas durante el periodo de la post-guerra. No fue el único, pero sí uno de los más influyentes de todos.
Recordemos entre ellos al caricaturista-filosofo Thurber, tan alabado por los colegas de EL PITIRRE (1959-1961); o con anterioridad, la popular historieta (sin palabras) “El reyecito de O. Soglow”, parodiada en Cuba por varios autores como Roseñada, que se turnaban semanalmente para publicar en la revista BOHEMIA “El Reyecito criollo” donde se ridiculizaba al presidente de turno en aquella república de pacotilla.
En contraste con esta tendencia, el colega René de la Nuez, tampoco podrá negar la influencia que tuvo la síntesis y limpieza del estilo gráfico de Steinberg en la configuración de su genial “Loquito” durante la dictadura de Batista, logrando mensajes “en clave”, despojados de textos con los que dejaba desarmados a los censores del régimen.
A partir de 1959 ni la caricatura, la historieta o la publicidad hecha en Cuba, podía responder a los mismos principios de antes: La prensa burguesa se extinguía por la falta de apoyo popular o el desprestigio del Imperio que la sustentaba. La publicidad como vaso comunicante en una sociedad de consumo que entra en crisis, y la caricatura en función del cachumbambé político entre partidos “opuestos”.
Sin embargo, unos y otros se nutrían de especialistas profesionales y artistas jóvenes, honestos y dignos quienes de inmediato se sumaron al proceso sin compromiso alguno con el pasado. De ahí aquellas nuevas conquistas de la sociedad con los estudios de animación del ICRT y del ICAIC. La propaganda gráfica de los años 60, tanto en lo político como en lo cultural, así como la caricatura y la historieta que también aportaron lo suyo con nuevos personajes y publicaciones especializadas.
El resto, como toda revolución verdadera, está todavía en proceso de perfeccionamiento… ¡SEGUIMOS EN LÍNEA!