Algunos vecinos me han pedido que publique mis memorias en la prensa por la sencilla razón de haber arribado a los sesenta años de vida artística, siempre vinculada con el quehacer periodístico desde aquel día de 1948 en que vi publicado mi primer dibujo en la revista “Fotos” de Pepe Agraz, cuyo debut fue también muy curioso y prometo contaros más adelante, porque pienso comenzar estas anécdotas con algo que pudiera considerarse el record Guiness de la injusticia y el absurdo bajo el título de “La cadena perpetua más larga de la historia”.
Se trata, nada menos de mis vínculos con el caricaturista cubano Gerardo Hernández Nordelo, quien lleva más de diez años cumpliendo una sanción de dos cadenas perpetuas y quince años, en cárceles de máxima seguridad en el país más inseguro del mundo y gracias a la Sociedad Nacional del Rifle: Como si alguien pudiera tener dos vidas y pico. Lo que parecería una broma por protagonizarlo un humorista es, sin embargo algo muy serio, pero sobretodo triste e indignante.
La campaña mundial “Free the Five” se organizó precisamente para romper el cerco de silencio con que se rodeó esta barbaridad jurídica, materializada en una venganza al estilo del Far West sobre cinco cubanos acusados de espionaje por penetrar las bandas contrarrevolucionarias de la mafia cubano-americana de Miami con el fin de alertarnos sobre los atentados terroristas que tantas vidas ha costado a nuestro pueblo e incluso la del joven turista italiano Fabio Di Celmo en el hotel Copacabana de nuestra capital.
Pues bien, les cuento que siendo un jovencito de apenas 17 años, Gerardo me escribió una carta al entonces semanario “Palante”, en mi condición de director, para solicitar la reproducción de sus caricaturas, así fue como en 1982, bajo la firma de H. Nordelo, comenzó a publicar sus primeros dibujos en la prensa nacional, pasando más tarde a formar parte del grupo “Aspirina” del rotativo “Tribuna de la Habana”.
Nos volvimos a encontrar años después en el Taller de Historietistas creado por “El Muñe”, un tabloide quincenal especializado en el género, donde H. Nordelo debutó con su tira cómica titulada “Pepino y Cía.”
Me parece más oportuno que nunca publicar estas anécdotas y algunas de sus caricaturas en momentos en que se esperan los anunciados cambios de la administración norteamericana, tras el arrollador triunfo demócrata, y dejar atrás el oscurantismo medieval y neoconservador de Mr. W. ¡Que en paz descanse!
El Imperio nos debe mucho: Por ejemplo, iniciar el desmantelamiento de esa infernal base de torturas en nuestro territorio de Guantánamo o el renunciar al injusto bloqueo de más de cincuenta años, entre otras numerosas barbaridades… Esperemos, pues, el primer paso rectificador a partir del 20 de enero del próximo año, y hágase justicia, por lo menos con estos cinco héroes cubanos. Estoy tan seguro, como todo el pueblo de Cuba, que más pronto que tarde: ¡VOLVERÁN!
Se trata, nada menos de mis vínculos con el caricaturista cubano Gerardo Hernández Nordelo, quien lleva más de diez años cumpliendo una sanción de dos cadenas perpetuas y quince años, en cárceles de máxima seguridad en el país más inseguro del mundo y gracias a la Sociedad Nacional del Rifle: Como si alguien pudiera tener dos vidas y pico. Lo que parecería una broma por protagonizarlo un humorista es, sin embargo algo muy serio, pero sobretodo triste e indignante.
La campaña mundial “Free the Five” se organizó precisamente para romper el cerco de silencio con que se rodeó esta barbaridad jurídica, materializada en una venganza al estilo del Far West sobre cinco cubanos acusados de espionaje por penetrar las bandas contrarrevolucionarias de la mafia cubano-americana de Miami con el fin de alertarnos sobre los atentados terroristas que tantas vidas ha costado a nuestro pueblo e incluso la del joven turista italiano Fabio Di Celmo en el hotel Copacabana de nuestra capital.
Pues bien, les cuento que siendo un jovencito de apenas 17 años, Gerardo me escribió una carta al entonces semanario “Palante”, en mi condición de director, para solicitar la reproducción de sus caricaturas, así fue como en 1982, bajo la firma de H. Nordelo, comenzó a publicar sus primeros dibujos en la prensa nacional, pasando más tarde a formar parte del grupo “Aspirina” del rotativo “Tribuna de la Habana”.
Nos volvimos a encontrar años después en el Taller de Historietistas creado por “El Muñe”, un tabloide quincenal especializado en el género, donde H. Nordelo debutó con su tira cómica titulada “Pepino y Cía.”
Me parece más oportuno que nunca publicar estas anécdotas y algunas de sus caricaturas en momentos en que se esperan los anunciados cambios de la administración norteamericana, tras el arrollador triunfo demócrata, y dejar atrás el oscurantismo medieval y neoconservador de Mr. W. ¡Que en paz descanse!
El Imperio nos debe mucho: Por ejemplo, iniciar el desmantelamiento de esa infernal base de torturas en nuestro territorio de Guantánamo o el renunciar al injusto bloqueo de más de cincuenta años, entre otras numerosas barbaridades… Esperemos, pues, el primer paso rectificador a partir del 20 de enero del próximo año, y hágase justicia, por lo menos con estos cinco héroes cubanos. Estoy tan seguro, como todo el pueblo de Cuba, que más pronto que tarde: ¡VOLVERÁN!
Como siempre, genial. Gracias por la alusión, que ilusión produce. Has hecho bien en avisarme, porque estuve ayer precisamente releyendo lo de Bush y no pensaba entrar en tu blog hasta mañana o el sábado, entro cada poco, para recrearme en la lectura de tus escritos. Los leo dos otres veces, según me cioncida, pero siempre más de una. Besos. Charo.
ResponderEliminar