En estos días lactantes del nuevo año, generalmente la prensa publica los sucesos más importantes del que acaba de fallecer.
Por ser un record negativo, Cuba no puede ufanarse de haber registrado en el 2008 la racha de vientos mayor del mundo el pasado 30 de agosto, cuando la estación meteorológica de Paso Real de San Diego en Pinar del Río, reportó rachas de 340 kilómetros por hora del huracán Gustav.
Pero ahí no para la cosa: Cinco tormentas similares azotaron el Caribe en cinco meses consecutivos. A saber: Bertha en julio, Gustav en agosto, Ike en septiembre, Omar en octubre y Paloma en noviembre. Si diciembre se mantuvo intacto fue porque ya se había acabado la temporada ciclónica.
Con esos truenos del cambio climático, quien duerme.
Pues nada menos que el mayor productor de gases con efecto invernadero del mundo. Nuestro vecino del Norte, a quien parece resbalarle la tragedia del Katrina en sus propias narices.
La mayoría de los países firmantes del Protocolo de Kyoto y otros documentos similares aún esperan sentados por la firma del Tío Sam.
Si esto les resulta paradójico, más será los que le cuento a continuación:
Una de las regiones más vulnerables y amenazadas del planeta por dicho cataclismo son las pequeñas islas del sur del Pacífico, artísticamente filmadas en Technicolor reiteradamente por Hollywood. Tras la Segunda Guerra Mundial muchos de estos diminutos estados polinesios pasaron a ser simples protectorados yanquis.
Veamos: Durante la reciente votación en la ONU Contra el Bloqueo a Cuba, los 184 votos a favor nuestro no sorprendieron a nadie: Anteriormente la historia se había repetido en 17 ocasiones.
Israel, el estado tapón sionista en el Medio Oriente se sumó una vez más a su padrino, pero eso tampoco cogió de sorpresa a nadie.
Pero que el minúsculo archipiélago de las islas Palau se integrara al trío de voces disonantes, sí resultó lamentable. ¿Por qué?
Pues porque forma parte de la Micronesia, un conglomerado de países pobres, isleños, pequeños y no caucásicos; que en cualquier momento pueden ser considerados entre los 60 o más oscuros rincones del mundo y sufrir limpiezas étnicas o guerras preventivas, según le convenga al amo imperialista.
Pero un peligro mayor se cierne irremediablemente sobre ellos.
Son tan pequeños estos archipiélagos que algunos ni siquiera aparecen reflejados en el mapamundi. Los más conocidos son: Magallanes, Ansón, Gilbert, Marshall, Carolinas, Marianas, Palau y Kiribati
A este último con 90,000 kiribatianos le han pronosticado 50 años de vida antes de ser tragado por el Océano Pacífico. Su jefe de gobierno Anote Tong, anunció que la población tendrá que ser evacuada en los próximos diez años.
Si esto es así: ¿Qué pueden esperar los vecinos de Palau con solo 200 mil habitantes en unas 200 islitas? Tal vez el mismo destino que las islas Abanuea y Tebua Karawa, que en 1999 pasaron a formar parte de los abismales fondos marinos del océano.
No somos “fans” del catastrofismo virtual imperante en el cine norteamericano, por tanto estos datos nos preocupan, tratándose de pueblos de carne y hueso, tercermundistas e isleños como nosotros, y permanentemente expuestos a los siguientes efectos:
Ese océano no tan Pacífico lame sus costas varias veces al año; el suelo se convierte en una salación; esto lo erosiona y afecta sus cosechas, El agua se hace más botable que potable por las filtraciones del mar. Las tormentas y tifones aumentan su intensidad anualmente, como lo venimos comprobando del lado de acá del charco nosotros mismos.
Sin embargo, la servil posición de Palau en la UNO con relación al Bloqueo contra Cuba, tiene su lógica: Es un gobierno supuestamente soberano. La inestabilidad política surge desde los orígenes en 1994 cuando su primer presidente fue asesinado al estilo de John F. Kennedy. El sucesor no esperó tanto y se suicidó antes de que lo hicieran otros. Se habla fundamentalmente el inglés, y lógico, su moneda es el dólar.
Con ella se subvenciona a bajo costo al gobierno títere de Johnson Toribiong --¡Tremendo apellido!-- con 27 millones de dólares al año. Pero no crean que ganó tan fácil sus recientes elecciones, sólo obtuvo 216 votos por encima de su oponente, de los 9324 empadronados.
Para concluir:
Si consideramos que la región está situada a nivel del paralelo 180 al otro lado del mundo. Y si el Sol sale por el Oriente, los archipiélagos de la Micronesia –Palau inclusive--, son los primeros en disfrutar la luz del alba cada día; pero pueden ser también condenados a desaparecer de la faz de la Tierra antes que el resto.
Y todo ello gracias a la tozudez, el egoísmo, la prepotencia y la impiedad de su perverso y circunstancial aliado: El Imperialismo Yanqui.
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