Unas pocas horas nos separan de la
gran cita del deporte mundial en Río de Janeiro y en la medida en que la
antorcha olímpica se acerca al pebetero, muchos recuerdos vienen a la mente,
pues ese evento me traslada ochenta años atrás, cuando en Munich se celebraba
otro similar: En ambas ocasiones presididos por autoridades tan detestables
como el canciller alemán Adolfo Hitler, y el próximo viernes 5 por el actual
Presidente de facto brasileño Michel Témer—palabra acentuada a propósito--pues este
funcionario también resulta de temer.
En aquella ocasión la Olimpiada consistió
en un mega-espectáculo para propagar la hegemonía nazi-fascista de Adolfo
Hitler, antecedente de la Segunda Guerra Mundial que costó millones de vidas
humanas, dando lugar también a la suspensión de tres Juegos Olímpicos
consecutivos.
Cuando aquello--con solo seis años
de edad--la imagen de Brasil me llegaba manipulada a través del cine musical y
en technicolor Made in Hollywood, con las cimbreantes caderas de una provocativa
Carmen Miranda al ritmo de la zamba o aquellos deliciosos y edulcorados “Tres
Caballeros” de Disney: El Pato Donad, Pancho Pistolas, con el debut del
ingenuo José Carioca.çLa realidad era mucho más trágica
pues el gigante suramericano no era la excepción de un Panamericanismo signado
por la pobreza de los “sin tierra”, la represión, la tortura y la muerte al
estilo nazi, bajo la máscara democrática-representativa del Plan Cóndor y formado
por depredadores de la talla de Trujillo, Batista, Somoza, Stroessner, Videla,
y Pinochet entre otras aves de rapiña.
El ejemplo rebelde de Cuba a partir
de 1959 nos trajo muestras solidarias de aquella América Nuestra soñada por
Martí y fuimos testigos de no pocos ejemplos.
Es entonces que tuvimos el honor de
recibir a fraternales humoristas gráficos de todo el continente, incluyendo en
primer lugar a Ziraldo Alves Pinto de Minas Gerais y posteriormente a Waldomiro
Santos Vergueiro de Sao Paulo, entre otros muchos colegas.
Precisamente quiero detenerme en el
caso del caricaturista Ziraldo:
Cuando nos visitó por primera vez con
una exposición personal invitado por la Casa de las Américas, en el fraternal intercambio
nos dio una muy particular semblanza de nuestro carácter isleño comparándolo
con el de su país. He aquí el simpático rostro que nos ofreció:
Su territorio –Brasil--es tan
inmenso que las víctimas de la pobreza, el hambre y los conflictos, pueden
emigrar a pie durante años en busca de mejores horizontes. Mientras en nuestro
caso, la distancia entre la costa norte y la del sur de Cuba es tan estrecha
que ello no permite muchas opciones teniendo que atrincherarnos con firmeza para
hacer frente al enemigo, de ahí el carácter “rebencúo” que nos
caracterizaba.
Tal vez esto les de una muestra de
ese humor tan profundo y singular de Ziraldo, con el cual ha obtenido numerosos
reconocimientos tanto dentro como fuera de su país, contando entre ellos con el
Premio Quevedos 2008 por toda la vida que le fuera otorgado en la Universidad
de Alcalá de Henares, España; el mismo día en que el artista cumplía sus 77 años,
con una cosecha de simpatiquísimos personajes como Pereré, Menino Maluquiño, Profe
Macanuda, Jeremías el Bon, y la Supermae entre muchos más.
Otra anécdota: En marzo de 1991
visitó también nuestro país la estelar actriz brasileña Regina Duarte, quien
había adquirido junto a Lima Duarte gran popularidad con el personaje de “Porcina”
en la telenovela “Roque Santeiro”. En aquella ocasión tuve el honor de
realizarle una caricatura personal al personaje del “Señorito Malta” y ella
se comprometió en hacérsela llegar al destacado intérprete. De esto dio
constancia en el periódico GRANMA la colega Sahily Tabares y la instantánea que
ahora reproducimos para ustedes fue tomada en aquella ocasión por el foto
reportero Pedro Beruvides.
Sólo ocho meses después, una nueva
sorpresa: Entre el 7 y el 17 de noviembre de 1991, Orestes Suárez y yo, en
representación de los historietistas cubanos fuimos invitados a participar en
la Primera Bienal Internacional de Quadriños de Río de Janeiro. Dicha muestra
se exhibió en la entonces famosa Fundición Progreso, cuya promoción y logotipo
recayó en el pincel del hermano Ziraldo. Debo agradecer además que producto de
dicho encuentro mis personajes--el gordo y el flaco--de “!Ay, Vecino!” tuvieron
la oportunidad de ser traducidos al portugués en unas 100 tiras publicadas a
partir de entonces en el diario carioca HORA DO POVO.
Por último, en la XIV Feria Internacional
del Libro de La Habana dedicada a Brasil en el año 2005, la Editorial Pablo de
la Torriente presentó un pequeño cuaderno titulado MEU BRASIL de la autoría del
profesor Waldomiro Santos Vergueiro, especialista en Comunicación Social de la
Universidad de Sao Paulo, y afamado investigador de la historieta y el
humorismo gráfico mundial, con estampas ilustradas por mi hijo Francisco P.
Blanco Hernández a propósito de la historia, costumbres, flora y fauna del
gigante suramericano, pero con la caricatura personal del propio autor saltando
alegremente de página en página. Lo que pudiera considerarse una original idea
del inquieto Waldomiro al convertirse en protagonista cómico de su propia y
bien documentada aventura.
En cuanto a los actuales Juegos Olímpicos, ojalá que sirvan para la PAZ y no para la GUERRA como lamentablemente
sucedió en aquel triste evento de 1936.
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