(A propósito del 18 de diciembre,
Día Internacional del Migrante)
Cercana
la fecha del Fin de Año me vienen a la mente esas dos palabras del típico vocabulario
español—morriña y terruño-- que me marcaron para siempre:
Hijo
de un emigrante, no puedo olvidar aquel 31 de diciembre de 1944 que determinó
mi futuro. Aquel día en la Quinta Covadonga—hoy Hospital Salvador
Allende—falleció de una afección cardiaca mi padre a los 53 años de edad, el
asturiano nacionalizado cubano Pascasio Blanco Magadán.
Mi
madre María Luisa Ávila Castañeda, ama de casa y yo con 14 años recién
cumplidos, quedamos sin pensión alguna, definiendo bruscamente la frontera
entre una niñez feliz y una incierta adolescencia. Recuerdo que al día
siguiente el periódico EL MUNDO publicó una breve esquela mortuoria del Club
Grandalés como recuerdo a su vicepresidente en funciones.
Y
precisamente, gracias al tío materno, Rafael Ávila tipógrafo de dicho diario, pocos
meses más tarde ingresaba yo como aprendiz de linotipo en un taller de imprenta
en la calle Gervasio de Centro Habana. Este hecho fue narrado en este mismo blog.
VER (1).
Fue
en ese lugar entre las emanaciones de plomo, que conocí a Pepe Agraz y de la
mano de ese famoso foto-reportero es que entré al periodismo deportivo como
dibujante de su revista FOTOS. VER (2).
Sin
embargo, incursionar en el humorismo gráfico de aquella época no era fácil, a
tal punto que fui objeto de burlas pues firmaba BLANCO, igual que el gran
maestro Rafael Blanco y el choteo criollo de algunos caricaturistas más
veteranos se hizo patente al identificarnos como… VER (3).
Pero
pudieron más el deseo, la superación y la voluntad permanentes: A partir de
entonces el anecdotario de mi vida como profesional del periodismo se fue
enriqueciendo y al especializarme en la caricatura y la historieta aprendí que…”El cuento…si breve más cuento…” Así
pues, en aras de la brevedad, con cuarenta años en el sector y 60 de edad, decidí
jubilarme durante la época más dura del periodo especial.
Sin
perder el entusiasmo a pesar de la crisis y gracias a la financiación de la
UNEAC y los CDR, pudimos lanzar entonces unas diez ediciones de la revista humorística
MI BARRIO desde septiembre del 2001 hasta el mismo mes de 1998. VER (4)
Todo
esto no impedía que simultáneamente varios dibujantes mantuviéramos el proyecto
CARITUR, consistente en ofrecer en las instalaciones turísticas el servicio de
caricaturas personales a sus huéspedes. A mi me tocó el Habana Libre Tryp y en
esta modalidad tuvimos tanto éxito que dicho hotel en 1998 y con motivo del 50º.
Aniversario de vida artística se brindara a montar la exposición retrospectiva
de mi obra en el Salón Solidaridad, y diez años después—el 18 de marzo del
2008--durante la celebración del suyo y con la presencia de miembros noruegos
de la familia Hilton y del Ministro Cubano de Turismo Cro. Marrero, nos otorgaran
al compañero Raúl Trelles--fundador del entonces Hilton, pero todavía en activo
y capitán de la cafetería,--a la gran vedette de Cuba Rosita Fornés y a este
humilde servidor, la distinción “Huésped ilustre”, acontecimiento
que aproveché días después para plantearle a la gerencia la decisión de
abandonar la prestación de ese servicio in situ debido a mi edad pues
consideraba difícil de mantenerme funcionando regularmente hasta altas horas de
la noche. VER (5).
También
venía sosteniendo estrechos vínculos con el terruño a través del activismo
honorífico como asesor de la Comisión de Damas en la Federación de Asociaciones
Asturianas de Cuba, por lo que también obtuve el “Premio Jovellanos” que otorga
anualmente dicha institución. Esto ocurrió en el 2004 junto al Cro. Fidalgo,
Presidente de la Asociación de Sociedades Españolas en Cuba, del Presidente del
Principado de Asturias Don Vicente Álvarez Areces, y es aquí que quiero
detenerme, pues en estos días se cumplen 105 años de “Bigote de gato”,
personaje también a evocar.
A
mediados de 1994, el compañero Evaristo Arrinda de la Presa, presidente de la
FAAC me ofreció la creación de una peña humorística bajo el título de “¡Ay,
vecino!” a lo cual respondí que, aunque resultaba un gran honor, yo era
sólo descendiente de asturiano, mientras que existía otro personaje mucho más
indicado por su origen astur--“Bigote de Gato”--cuya permanencia e
historia en el folklore capitalino era solo comparable con el famosísimo “Caballero
de París”, la única diferencia entre ellos consistía en que éste último
era gallego de nacimiento, pero también en este caso se cumplía aquel axioma
del terruño que rezaba. “Gallegos y asturianos: Primos hermanos”. VER
(6).
Se
trataba del legendario Manuel Pérez Rodríguez (a)“Bigote de Gato” otrora
exitoso comerciante y dueño del bar homónimo en la Habana Vieja, a quien—dada
su popularidad--Daniel Santos, el famoso (Anacobero) le dedicara varias
guarachas con la Sonora Matancera y además socio Núm. 1 del Club Candamo.
Según
mis investigaciones estaba aún vivo, pero precariamente jubilado y convertido
casi en un ermitaño. Hasta su refugio en el apartado reparto “La
granja” del Cotorro tuvimos que trasladarnos para darle la buena nueva.
De más está decir que aquello fue como una resurrección: Del día a la noche
aquel octogenario cambió el semblante y su contagiosa alegría de antaño premio
nuestros esfuerzos.
De
joven, por su agudeza, jocosidad y habilidades bailables había recibido el mote
de “El
gallego caramelo”, y mientras se dejaba crecer el carismático bigote,
ganaba reconocimiento también tras el mostrador con curiosas ofertas, jocosos
platos y trato afable. Por tanto no era de extrañar que muy rápidamente se
transformara de simple cantinero en el dueño de uno de los establecimientos más
famosos y extravagantes de la bohemia capitalina en el Casco Histórico de La
Habana a mediados del pasado siglo-- el bar “Bigote de Gato”--único
con un club para noctámbulos.
Sin
perder aquella fecunda imaginación, convirtió la carrocería de su descapotable
Cheverolet de 1926 en un menú-exposición ambulante de originales platos
sazonados con caricaturas. Tal fue el éxito de dicho automóvil que--cargado de
preciosas damitas-- todos los años presidía los desfiles del Carnaval por el
Paseo del Prado. Hasta aquí los antecedentes del proyecto presentado por
nosotros, y fue de este modo que comenzó a funcionar una vez al mes el Club
Bigote de Gato en los salones de la FAAC.
En
los siguientes escrutinios de la Junta de Gobierno de la Federación, el
compañero Arrinda perdió las elecciones y por razones incomprensibles para mí,
la nueva directiva se negó a seguir financiando dicho proyecto en documento
fechado el mismo día de mi cumpleaños: 28 de noviembre de 1995. ¡Tremendo
regalo!
Pero
la personalidad del personaje era tan grande, que de inmediato la Agrupación
Castropol, perteneciente a la misma FAAC y con sede en el Malecón habanero,
asumió la responsabilidad de acoger dicha Peña artístico-cultural para festejar
mensualmente los cumpleaños colectivos de sus asociados, con el aliciente de
que siempre la presidiera el propio Bigote de Gato, a quien le correspondía el
honor de cortar el cake.
En
sus comienzos pensamos celebrar un concurso de bigotudos todos los años, con el
compromiso de que los participantes se dejaran halar el mostacho por los
miembros del jurado para convalidar el premio al mejor mostacho. La idea era
buena pero no prosperó y decidimos afeitarla.
Apoteósica
fue la celebración de los 90 años de edad a Bigote de Gato en diciembre del
2000. Asistió al aniversario una comisión del Ministerio de Cultura, presidida
por Pablo Armando Fernández, portadora de salutación y obsequios enviados por
el propio Ministro Abel Prieto y del Dr. Eusebio Leal por la OHCH.
Contamos
desde los inicios con la colaboración entusiasta de compañeros como Rolando
Aniceto, Cecilio Avilés, Ramoncito Hernández (el sobrín), Olben Várgas y Manuel
Pérez Alfaro. Además cada mes asistía invitada por nosotros una personalidad de
la cultura para compartir su cumpleaños en nuestros encuentros junto al famoso
bigotudo. Entre la lista de los agraciados contamos con Luis Carbonell,
Teresita Fernández, el mago Lázaro, Osvaldo Doimeadios, y otros muchos colegas
entre los que recordamos a Nuez, Betán, Ares, Jape, Gasparito, Grako, Peña Mora
y hasta el colectivo de PALANTE en su último aniversario redondo del 2011.
Con
fecha 12 de julio del 2003 fallecía tan singular personaje y tanto la sociedad,
que auspiciaba la Peña como los propios familiares, autorizaron que se
continuaran celebrando dichos encuentros mensualmente, lo cual hemos cumplido
hasta el día de hoy, viernes 4 de diciembre del 2015, a 105 años exactos de su
nacimiento en una aldea asturiana, y como en el caso de su alter-ego de Galicia
el Caballero de París, ambos restos mortales yacen en tierra cubana, lejos del
añorado terruño, para mantener vigente aún eso que le llaman morriña.
Como
conclusión--a mis fieles vecinos del blog--les ofrezco un divertimento para compartir
sus fiestas navideñas y de paso ampliarles la información dada en este trabajo
con sólo pinchar los vínculos marcados así:
Ver
(1)
“Isidro el Gordo” (6-12-2010)
Ver
(2) “La
Coubre: Recuerdo Inolvidable” .(5-3-2010)
Ver
(3) “Blanco
el Bueno y Blanco el Malo” (23-8-2010)
Ver
(4) “Personajes
de Mi Barrio y La Calle” (19-10-2010)
Ver
(5) “El
hotel y yo” (10—3-2010)
Ver
(6)
“Un par sin par” (20-8-2012)
Y
me despido con otra remembranza: “Felices pascuas y un próspero año nuevo
2016”
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