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16 sept 2009

DESDE MIAMI.

En una edición anterior presentamos la imagen de un iceberg deslizándose impasible frente a las costas del Malecón, ante la mirada incrédula del Morro habanero. Ahora un vecino de Miami nos envía esta otra foto del mismo témpano, captada en tiempo real ese día, pero visto desde el lado de allá del Estrecho de la Florida. Precisamente tomada al lado del mojón que marca las 90 millas. La instantánea virtual patentiza que en cuestiones del calentamiento global y el Apocalipsis climático, no valen partidismos ni ideologías: A todos nos va a coger la pelona por igual.

CARPENTIER DE CUERPO ENTERO

A mediados de septiembre, se celebró en La Habana el
Festival del Libro y la Literatura, en homenaje a los 50 años de aquel primer proyecto homónimo que organizó Alejo Carpentier tras el Triunfo de la Revolución. A propósito, recuerdo que durante un Congreso de la UNEAC, el autor del “Siglo de las Luces”, --entre sus antológicas obras--,--se presentó en los salones del evento vestido a la moda, es decir: con un traje enterizo de mezclilla azul. El maestro había sido caricaturizado cientos de veces, pero por lo general, sólo destacando sus rasgos faciales, que ya de por sí eran significativos. Al verlo allí, parado en la puerta del salón, --firme como una estatua de bronce,-- casi nada tuve que aportar para reflejarlo en toda su grandeza.

¡POR POCO LOS ESPAÑOLES NOS GANAN EN PELOTA!
Por lo general, siempre me acuesto tarde, pues la tranquilidad de la noche le permite a mi musa entregárseme mimosa en la intimidad de la mesa de dibujo. Así que levantarme el sábado 12 de septiembre a las 5 AM, era lo que se dice, una jodienda…
El asunto valía la pena: Se iba a televisar en directo desde Barcelona. el primer partido de beisbol entre Cuba y España por el Campeonato de la Copa Mundial de Beisbol 2009. El encuentro resultaría un paseo para nosotros, pensé; pues sería al revés si chocáramos ambos equipos pero en balompié.
ACLARACIÓN:
1.-En el beisbol se enfrentan en la cancha, dos equipos de nueve atletas en bombachos; no once en calzoncillos.
2.-Los tiempos del fútbol son dos de 45 minutos, más los descuentos por zancadillas y otras lindezas a juicio del árbitro. Los innings en beisbol son 9 de tres outs (fueras) cada uno. Si a esa altura hay empate debe seguir jugándose en extrainnings (tiempo de descuento indefinido), hasta que se decida el abrazo, aunque se vacíen las gradas de aburrimiento...
3.-El portero en el balompié debe evitar que los contrarios le metan el balón en la red. Su contrapartida el pitcher lo mismo, pero lanzando curvas, rectas y garabatos para que quienes esgriman la tranca no puedan sacar la bola del parque o meter un hit (la pelota no es capturada).
4.-Cada vez que uno de los bateadores conecta la esférica con la porra, corre base tras base mientras la bola esté en juego. Cada vez que es capturada por el enemigo se pierde una oportunidad out). Cada tres de estos se cierra un capítulo y va al bate el contrario, garrote en mano...
5.-El corredor, si le da la vuelta al cuadro y llega al plato, anota una carrera o gol. Si se descuida y no pisa alguna de las almohadillas, puede ser castigado, pero no con tarjeta amarilla o roja, sino declarado out, o fuera.
6.-Si el del palo batea la pelota mas allá de las vallas automáticamente le da la vuelta al cuadro, válido para una carrera, y si tenía hombres embasados anotan todos delante de él.
Con estas indicaciones elementales, veamos qué pasó ese día:
¡Primera sorpresa! El equipo Cuba está acostumbrado a golear a sus contrarios. Los ibéricos jugaron tan bien que casi finalizando el desafío marchaban con ventaja de una carrera.
¡Segunda sorpresa! Faltando dos innings, y con dos cubanos en base, el gordito Peraza de emergente batea un jonrón tanto como llevar el balón fuera del parque (bueno para tres anotaciones).
¡Tercera sorpresa! El corredor de primera, creyendo que el patrullero español junto a la cerca había capturado la bola de un salto, regresa cruzándose con el bateador que venía tras él para evitar que le saquen doble play (uno por capturar el flay, y el otro por no regresar a tiempo a su base). Es decir dos outs en vez de uno. El juez le canta out por regla, (quitarle una de las carreras por castigo), así que en vez de anotar tres, Cuba se apunta sólo dos.
El juego se pone calentito con una de ventaja para nosotros, y afortunadamente ese resultado se mantuvo hasta el final del partido… Porque sabiendo el genio que se gastan aquellos que apuestan por el equipo de su preferencia al verse despojados con una decisión arbitral: ¿Qué hubiera pasado en ese estadio? Hubiese corrido la sangre, no los peloteros.
¡Cuarta sorpresa! Si en vez de un out, la pizarra hubiera marcado dos, con el tercero por el castigo, se hubiese terminado el tiempo, y por tanto, el jonrón quedaba invalidado, es decir: Las tres carreras cubanas –que fueron dos en definitiva-- dejaría el partido como hasta ese momento y España sería entonces el vencedor.
A mis vecinos del terruño, les pido disculpas por pretender hacerles entender en tan poco espacio, algo de nuestro complicado pasatiempo nacional. Si lo he logrado me doy por satisfecho, porque ni yo mismo entiendo lo que pasó en ese juego del pasado sábado de septiembre en Cataluña.

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