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23 dic 2009

ALICIA DE DIEZ EN DIEZ.

No somos perfectos, y de buenas intenciones está plagado el camino del infierno, por eso me veo obligado a confesar un pecadillo que pasó por mi mente con el fin de ofrecerles a ustedes, mis fieles vecinos, un tema tal vez sorpresivo, pero a su vez un plan diabólico.
Resulta que hace unas cuatro décadas, la Unión de Periodistas de Cuba convocó a los caricaturistas para rendirle un homenaje a la prima ballerina de Cuba Alicia Alonso con una exposición de retratos humorísticos en la sede de la organización. A mi se me ocurrió realizarle la única caricatura cinética de mi vida.
Se trataba de una escultura satírica realizada en alambrón, donde ella de cuerpo entero estaba parada en punta sobre un eje que al rotar diera la impresión de dar vueltas y vueltas. Me sobraba imaginación pero pocos recursos para realizar el sueño.
Cuando a uno se le mete alguna idea entre tarro y tarro debe embestirla y así fue:
Ante las dificultades, le sugerí a Ernesto Vera, presidente de la UPEC que aprovecháramos el puntal del edificio y colgáramos el artefacto de la lámpara-araña del salón escogido para la muestra, y a una señal de que Alicia se aproximaba, yo tensaría la cuerda de donde colgaba la escultura, para soltarla una vez que ella estuviera presente. De pronto aquello empezó a girar como un trompo y la homenajeada, sorprendida nos felicitó por la idea.
Pasó el tiempo, y presumo que todas las caricaturas de aquella muestra engrosarían el voluminoso archivo de sus recuerdos, incluyendo mi modesta caricatura giratoria.
Aquí va el segundo y maquiavélico capítulo de esta historia:
Enterado de que ella cumpliría su 89 cumpleaños el próximo 21 de diciembre yo, valiéndome de astucia y en complicidad con uno de sus más cercanos colaboradores, trataría de localizar la escultura, infiltrándome en el Museo de la Danza, --donde imaginaba estuviese guardada-- para fotografiarla y presentarla a ustedes como testimonio de lo antes narrado.
Ocurrió que esa persona era mi “viejo” amigo José M. Maragoto, autor del libro biográfico “Alicia Alonso, reto del devenir”, quien se comprometió en tratar de localizar la pieza si yo descartaba la descabellada idea de violar un recinto tan valioso. Agregó además, que la idea era más digna de una película de Hollywood que de un veterano de 79 años.
Esa es la razón por la cual cambié de palo para rumba y ahora les ofrezco esta síntesis biográfica de Alicia Alonso, tomada precisamente del libro de Maragoto como agradecimiento por su sano consejo.
Como ustedes comprenderán, las vivencias, documentos y galardones de esa rica existencia es tan numerosa que sería imposible abarcarla en su totalidad. Por eso la dividimos en hitos significativos y brindárselos bajo el título de “Alicia de diez en diez”...
1920: Nace en La Habana, la niña Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo. Ese mismo día Enrico Caruso, (1873-1921), cantaba su última aria en el escenario del Metropolitan Opera House de Nueva York, donde se había consagrado como el cantor dramático más importante de su época.
1930: Acaba de cumplir los diez años cuando ingresa en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro Arte Musical, y meses después debuta en el Teatro Auditórium interpretando “La bella durmiente del bosque” de Tchaikovski.
1940: Avalada por su participación como solista en la obra “Billy the Kid” del New York City Ballet de New York, estrena en Pro Arte Musical “Dione”, primer ballet clásico con música de un compositor cubano.
1950: Sin abandonar las giras por Europa del American Ballet Theatre, funda en La Habana la mundialmente reconocida Academia de Ballet y Drama Alicia Alonso, crisol de donde se ha formado una constelación de estrellas del ballet mundial.
1960: Tras el triunfo de la Revolución, organiza el Primer Festival del Ballet de La Habana, y un año más tarde presidirá el Primer Congreso Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.
1970: De manera excepcional se le confiere por segunda vez el Grand Prix de la Ville de París, por su interpretación del segundo acto de “El Lago de los Cisnes”.
1980: La UNESCO le celebra una Gala Internacional de homenaje en París. Es invitada al VIII Festival Cervantino de Guanajuato, México. La Compañía Balletomanía Circle de Tokio la recibe con los brazos abiertos. Asiste a la gala Shakespeare en la Danza del Festival de Spoleto, en Estados Unidos. El Teatro Nacional de Praga incorpora su versión de “La fille mal gardeé”, y la Opera de Viena la condecora con su Medalla de Honor.
1990: Estrena en Cuba los ballets “Sinfonía de Gottschalk” y “Retrato de un vals”, este último con música de Lecuona. Preside el XII Festival Internacional de Ballet de La Habana. La FAAC le confiere el Premio Jovellanos de ese año. En el exterior, baila la Gala por el cincuenta aniversario del American Ballet Theatre, en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Es invitada al Primer Festival de la Danza Palma de Mallorca, en España; y con el Ballet Nacional de Cuba viaja a Zaragoza y Valencia, Cancún y Mérida.
2000: El Comandante en Jefe, Dr. Fidel Castro Ruz, personalmente le impone la Orden José Martí, la más alta condecoración que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba. Recibe el Premio Benois, por la Asociación Internacional de la Danza de Stuttgart, República Federal Alemana, y se publica el libro “Diálogos con la Danza” por la Editora Política.
2010: Nos reserva grandes sorpresas en la celebración de sus 90 años de edad.
Si este recuento abarca solamente los lauros obtenidos en diez de sus 89 años de fructífera vida, podrán imaginarse el volumen de sus bien ganados méritos y el reconocimiento en Cuba y en el resto del mundo. La permanente fidelidad a la Revolución Cubana merece iguales tributos.
¡FELICIDADES ALICIA EN TUS 89!

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