Un extraordinario acontecimiento cultural en medio de la Rampa venía a ocupar la atención de todos los amantes del juego: La XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez, en el 78 Aniversario del Nacimiento del Maestro José Raúl Capablanca. El Hotel Habana Libre se vistió de gala para servir de escenario a tan magna cita entre octubre y diciembre de 1966.
Durante 25 semanas participaron 52 países. Se jugaron 1944 partidas. Concurrieron 200 000 espectadores. Vinieron 42 Grandes Maestros y 50 Maestros Internacionales. Se jugó una simultanea de 6 400 ajedrecistas frente a 300 Maestros, todos ellos records mundiales de participación con 152 partidas diarias en los salones del hotel, donde se efectuó un Ballet sobre el tablero gigante que ocupó todo el lobby, mientras en el exterior la céntrica esquina de L y 23 se engalanó con el primer tablero electrónico gigantesco donde los transeúntes podían seguir las jugadas al instante. Lo que no pudimos contabilizar fue la cantidad de mates que bebió el argentino Najdorf, ni los muebles que se construyeron con las tablas allí pactadas.
Si agregamos que simultáneamente sesionó durante 14 días el XXXVII Congreso Internacional de la FIDE con 82 delegados de 62 países podemos darnos cuanta del esfuerzo organizativo realizado, dando por resultado que al final éste fuera premiado por la propia institución con medalla de oro entregada personalmente al Comandante en Jefe, quien también participó en una partida frente al Maestro mexicano Filiberto Terrazas, la cual se internacionalizó con la intervención de Fischer y Petrosian, uno apoyando las blancas y el otro las negras.
PALANTE no podía ir patrás, por eso mucho antes del evento sus peones, --yo entre ellos-- y preparamos los tableros (de dibujo) para producir buenas jugadas con enroques (de caricaturas y textos humorísticos) relacionados con el juego ciencia. Aventajamos en el reloj a la imprenta y nos adelantamos a la definición de la Olimpiada pues circuló el 27 de octubre de 1966.
No conforme con ello, la Empresa Ediciones en Colores que imprimía el semanario dio jaque mate con el cuarto número de la colección “Bolsilibros de Palante” publicando “Peón 4 Rey”,
cuadernillo de los caricaturistas Pitín y Blanco, el cual se presentó en el Habana Libre y el público arrebató de las librerías durante todo el mes de diciembre. Sin dejar ni un ejemplar para el archivo. He aquí la portada del libro.Durante 25 semanas participaron 52 países. Se jugaron 1944 partidas. Concurrieron 200 000 espectadores. Vinieron 42 Grandes Maestros y 50 Maestros Internacionales. Se jugó una simultanea de 6 400 ajedrecistas frente a 300 Maestros, todos ellos records mundiales de participación con 152 partidas diarias en los salones del hotel, donde se efectuó un Ballet sobre el tablero gigante que ocupó todo el lobby, mientras en el exterior la céntrica esquina de L y 23 se engalanó con el primer tablero electrónico gigantesco donde los transeúntes podían seguir las jugadas al instante. Lo que no pudimos contabilizar fue la cantidad de mates que bebió el argentino Najdorf, ni los muebles que se construyeron con las tablas allí pactadas.
Si agregamos que simultáneamente sesionó durante 14 días el XXXVII Congreso Internacional de la FIDE con 82 delegados de 62 países podemos darnos cuanta del esfuerzo organizativo realizado, dando por resultado que al final éste fuera premiado por la propia institución con medalla de oro entregada personalmente al Comandante en Jefe, quien también participó en una partida frente al Maestro mexicano Filiberto Terrazas, la cual se internacionalizó con la intervención de Fischer y Petrosian, uno apoyando las blancas y el otro las negras.
PALANTE no podía ir patrás, por eso mucho antes del evento sus peones, --yo entre ellos-- y preparamos los tableros (de dibujo) para producir buenas jugadas con enroques (de caricaturas y textos humorísticos) relacionados con el juego ciencia. Aventajamos en el reloj a la imprenta y nos adelantamos a la definición de la Olimpiada pues circuló el 27 de octubre de 1966.
No conforme con ello, la Empresa Ediciones en Colores que imprimía el semanario dio jaque mate con el cuarto número de la colección “Bolsilibros de Palante” publicando “Peón 4 Rey”,
En su dedicatoria rezaba: “Al bravo equipo cubano que clasificó a fuerza de coraje en la XVII Olimpiada Mundial de Ajedrez”.
Lo que no sabemos todavía es a qué equipo se refiere: si al de los ajedrecistas del patio que lograron por primera vez insertarse en el grupo A, clasificando entre los 14 mejores del mundo; si a los organizadores del evento que habían recibido medalla de oro otorgada por la Federation International Des Echees; o a la excelencia y el servicio que el Hotel Habana Libre brindó a ajedrecistas, funcionarios, directivos y pueblo en general. Todos ellos merecedores de tal galardón.
Era un premio colectivo, que sentíamos como propio, pues aunque nuestro equipo palantero sólo pudo reflejarlo con caballos, peones, alfiles y torres virtuales de humor blanco y humor negro, tuvimos el alto honor de participar también en….
¡La única Olimpiada Internacional de Ajedrez celebrada en el medio de La Rampa Habanera!
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