Tremenda sorpresa se llevó Mario Limonta el pasado 19 de enero, cuando sonó el despertador y Aurorita Basnuevo, su media naranja, le llevó a la cama el acostumbrado juguito del desayuno. Junto con el vaso en la bandejita había un sobre cerrado que él inmediatamente abrió para encontrarse con otra sorpresa mayor. Dentro del mismo una tarjetita decía: ¡FELICIDADES EN TUS QUINCE!
--¡No hay derecho!-- respondió con su voz ronca el Sargento Arencibia. --¡Así no se puede!--continuó el dirigente del Comité en “Alegrías de Sobremesa”, mientras la “mulatísima” se reía a carcajadas en su propia cara, y agregaba --¡Me encantaaaa!—
En primer lugar nunca había celebrado sU onomástico como se acostumbraba con las quinceañeras. En segundo porque tampoco cumplía cinco veces esa edad. En tercero, porque si nació en 1936, eran 76 y no 75 los que ya colgaban de su esqueleto.
Pero, por tratarse de quien se trata, sólo así podía celebrarlos el carismático actor, en forma de comedia; pues había logrado acoplar la pareja perfecta desde los tiempos de la corneta con la mulatísima; y no sólo tras los micrófonos, en las tablas o el set, sino también en la cama --del camión--, donde juntos acudían a las movilizaciones de trabajo voluntario, para cortar caña o actuar ante los reclutas del Servicio Militar Obligatorio.
El hecho de redactar esta “descarguita” jocosa, no le quita seriedad alguna al trabajo profesional de ambos en cualquier obra dramática, --esas que van de la risa al llanto-- que les toque representar. Y mucho menos para mantener un hogar estable contra viento y marea en tiempos tempestuosos de violencia, sexo, y lenguaje de adultos.
Sirva este breve sainete para calzar la caricatura que con tanto respeto y admiración le hice en San Nicolás del Peladero, cuando el entonces bisoño sargento me llevó preso al Tercio Táctico, para “guataquearle” a Plutarco Tuero y a su amantísima alcaldesa Remigia. Y de paso recordar al tocayo gallego, ese otro sargento Arencibia, que conocí en “La Puta Mili” de la mano del caricaturista Ivá.
Por mi parte, me planto en mis 81, y aquí te espero durante los próximos 15 años. S.S.S.
Francisco P. Blanco Ávila, (Blanquito)
TRES DÍAS ANTES DEL GOLPE
Acostumbrados como estamos a las tradiciones desde aquellos días en que todos nuestros sueños cabían en una media colgada debajo del arbolito de Navidad, o garabateadas en la cartica a los queridos Gaspar, Melchor y Baltazar, hoy 6 de enero de 2012 nos sorprende el diario con nuevas ”Reflexiones de Fidel” tituladas “En marcha hacia el abismo”. Tal vez nos resulten apocalípticas, pero no les quepa la menor duda a mis fervientes vecinos de que, atinadas lo son, y de la inteligencia del ser humano, depende en el futuro que no lo sean.
Les recuerdo que arribamos a los 53 años de aquellos primeros 99% de indignados triunfantes en el Continente. Es por ello que el otro uno por ciento no nos perdonan. Gústenos o no, si algo resulta indiscutible es que el mundo --como el Gigante de las Siete Leguas-- se acerca a pasos agigantados a su propio holocausto, y nuestro Comandante en Jefe con el certero análisis de los acontecimientos y su visión de futuro, siempre nos ha alertado del peligro donde quiera que nos aceche.
Para algunos es el profeta de los tiempos modernos, el hábil conductor que maneja con la luz larga puesta, y ve el peligro antes de entrarle a la curva. Por lo general ha dado en el blanco, y lo menos que podemos hacer es analizar sus advertencias.
Además, aquellos que lo endiosan todo, lo absolutizan todo, y sin embargo nada aportan, les recuerdo que errar es de humanos, y Fidel lo es de cuerpo entero; lo demostró al encabezar la Generación del Centenario del Apóstol, cuando el robo, el peculado, la politiquería, la corrupción, y la complicidad del uno por ciento habían llevado al otro 99% del país a un punto sin retroceso. Tras el “aldabonazo” de Chibás en aquel callejón sin salida, sólo quedaban dos caminos: La dictadura o la revolución.
La primera de ellas, siempre acechante tomo la iniciativa con el ”madrugonazo” del 10 de marzo. La segunda, tenía necesariamente que surgir como consecuencia del traicionero Golpe de Estado.
A partir de entonces se fue tejiendo el entramado de nuestra Epopeya libertadora.
En aras de la brevedad, desde mi humilde punto de vista, ahora sólo anoto algunas de las frases más puntuales y significativas del bisoño abogado Dr. Fidel Castro Ruz, Líder de la Revolución desde aquellos tiempos de arranque fundacional.
Ustedes sabrán ubicarlas en su contexto histórico:
“…en 1956 seremos héroes o seremos mártires…”
“…si salgo llego, si llegó entro, si entro triunfo…”
“…la Reforma Agraria va…”
“…seremos una potencia médica…”
“…Cuba: Territorio Libre de Analfabetismo…”
“…seremos una potencia deportiva…”
“…!Sí se puede!
“…la Deuda Externa es impagable…”
Otras muchas podrían engrosar la lista, pero queremos terminar con aquella histórica de “Cinco Palmas”, en los momentos más trágicos del desembarco, diezmados y cercados por el enemigo, al reunirse con su hermano, dice: “…cinco fusiles de Raúl y yo dos, son siete. ¡Ahora sí ganamos la guerra!"
Sorprendido por aquel arranque de optimismo, nuestro actual Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Raúl Castro Ruz, --su más fiel seguidor--, pensó en aquel instante: ¡Mi hermano se ha vuelto loco!
Como han podido apreciar esa es una de las facetas del líder de la Revolución; pero hay otra de la cual apenas se habla, y es la agudeza y objetividad producto de su vocación periodística.
¡Qué casualidad, también vinculado al Apóstol…! Dentro de pocos días, el próximo 28 de enero, se cumplen 60 años del primero de cinco artículos enviados por el joven abogado Dr. Fidel Castro, a la redacción del diario “ALERTA”, precisamente donde alertaba de los desmanes, desfalcos, y enriquecimiento ilícito de un “desgobierno constitucional”, es decir, producto de las elecciones, pero que había traicionado las esperanzas más puras del pueblo, a punto de crear una situación extrema y explosiva.
Sólo pudieron publicarse tres de esos trabajos, interrumpidos por el artero golpe de estado de Batista el 10 de marzo de ese año.
Hemos ofrecido fotocopias de las primeras páginas de esos tres ejemplares. El tercero de ellos a sólo tres días de la asonada.
Lo más simpático del caso es que, producido el “madrugonazo”, mientras el pueblo se movilizaba tratando de ofrecer resistencia, y reclamar armas con que defender la Patria; los mismos que por su desidia, latrocinio y enriquecimiento ilícito dieron lugar a la situación extrema de la asonada militar, se dedicaron a culpar las denuncias de Fidel, como auspiciadoras del gobierno de facto.
La historia se repite: Desde sus cómodas y lujosas madrigueras de Miami, la mafia cubano-americana, descendiente directa del “Padrino” continúa echándole la culpa a la Revolución de nuestro calvario a seis décadas de aquello.
Nada, que el Imperio de nuevo se disfrazó de Alí Babá y ellos, siguen siendo los cuarenta ladrones.
CUENTOS DE VELORIO
Gracias al colega, amigo y hermano José Luis Rodríguez Alba tiempos atrás pude adentrarme en los misterios de la provincia espirituana con fuertes vínculos isleños materializados en los cuentos de velorio. De ahí la motivación y el título de este trabajo.
El pasado 6 de enero, día en que los niños aún depositan sus ilusiones en las medias colgadas del arbolito de Navidad; los Reyes Magos, nos trajeron una mala noticia. El fallecimiento la víspera en La Habana de José Luis, a escasos 17 días de poder arribar a sus 80 años de edad.
Pichón de canario heredó de su terruño espirituano el amor por la décima, las parrandas y el humorismo oral concentrado en los cuentos de isleños, donde ellos se ríen de sus propios “defectos”.
Pobre, pero honrado—como se decía en el pasado—Pepe, que así lo conocían por allá, fue despalillador de tabaco, mozo de limpieza, mecánico electricista, dependiente del comercio, vendedor ambulante, mecanógrafo. O sea practicó el cultivo de subsistencia pero en el ámbito urbano.
La pasión por la literatura en sus horas libres, especialmente la humorística, lo llevó a enviar por correo sus escritos al entonces semanario PALANTE. Decidió hacerlo bajo el seudónimo de Cabaiguán Rodríguez en honor a su pueblo natal. Fue un asiduo y honorífico colaborador a partir de entonces, durante toda la década del setenta, y parte del ochenta en el pasado siglo.
Su talento natural, constancia, y superación, le permitieron trabajar directamente con el Instituto del Libro, y de esa etapa habanera se consolidaron sus aportes a nuestra publicación, pero bajo un nuevo seudónimo: Grako, con el cual firmaba casi asiduamente sus “Grakerías”.
Sólo con un dominio total de la síntesis literaria podía lograrse esta obra, parodia y homenaje a la vez de las famosas “Greguerías” de Don Ramón Gómez de la Serna. Pero no piensen que con ese aporte quedaba satisfecho.
Entre otras cosas, recuerdo también aquella incursión crítica del Quijote de La Mancha por las calles de capital, escrita por él en un castellano tan antiguo como la propia obra de Cervantes, para “enderezar entuertos” negligencias y otros males circundantes en la actualidad.
Pasaron los años -- junto con mi jubilación le llegó también la suya--. Pero ninguno de los dos nos rendimos. Seguimos batallando, el por su lado y yo por el mío. La “jiribilla” del humorismo seguía viva en ambos, y un buen día, sin intención alguna, comenzó a contarme sobre las leyendas, costumbres, y fantasías oriundas de Islas Canarias, así como del fácil aplatanamiento de sus hijos que emigraron a nuestras tierras, fundamentalmente dedicados al cultivo del tabaco. De esas narraciones nació un cuaderno de historietas titulado “Cuentos de Isleños”, (aún inédito).
El solo hecho de que el archipiélago mediterráneo cuente con siete islas reales y una virtual, era más que suficiente para enamorarme del proyecto.
Así surgió el libro que cuenta con 28 páginas y 233 viñetas. La obra, terminada hace aproximadamente diez años, aún espera en el baúl de los recuerdos por algún editor sensato, que se sienta motivado por el encanto de esas tradiciones, la fabulosa narración de príncipes encantados, y costumbres autóctonas, y con ello fortalecer aún más los lazos indisolubles entre dos archipiélagos hermanos: Cuba y Canarias.
Pero éste no ha sido el único caso: Su incansable voluntad lo llevo a elaborar una tesis sobre las mal llamadas malas palabras cuyo uso y abuso creó cierta antipatía en la tradicional doble moral burguesa heredada del pasado.
Contra viento y marea la Editora Extramuros le publicó en el 2003 el primer tomo (pequeño formato) de “Palabras Sucias”, una joyita del pensamiento contra corriente que –lamentablemente-- quedó en ese primer intento. Espero poder regodearme con ambas publicaciones antes de que me toquen “El manisero” también a mi.
Con esta promoción cumplo lo que era uno de los más íntimos anhelos de José Luis Rodríguez Alba (Grako), lo cual interpreto también como su última voluntad.
No podíamos terminar sin brindarles algunas de sus inolvidables
GRAKERÍAS
Por GRAKO
Las lágrimas del hipócrita son cocodrilos líquidos.
El que revela cosas corre el riesgo del fotógrafo, que se le manchen los dedos.
La razón del zapato la protestan los callos.
Comer de lo que pica el pollo es robar la dieta a los vanidosos.
Hacerse un hueco en la historia es dársela a la polilla.
La consecuencia de la mentira se mide por la importancia de la verdad que oculta.
El reloj ordeña el tiempo a pesar de sus manecillas.
Aquel esgrimista no tenía casi amigos, se pasaba casi todo el tiempo dando sablazos.
Toda la dieta que contiene los pantalones conduce a la salud.
No hay letrero mejor ubicado que el que se encuentra en el Cementerio de Colón, por la calzada de Zapata. Dice: “Sólo entrada”.
El ventilador es un abanico con ínfulas de tiovivo.
Los que se pasan la vida buscándole el lado bueno a todo, ¿será porque viven del otro lado?
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