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29 sept 2013

TO BE OR NOT TO BE A SUS 90 AÑOS


Esta semblanza va dedicada a un nonagenario profesor de inglés—tan añejo como el ron cubano—quien nos enseñara con su ejemplo aquello de: --Más importante que tener o no tener es ser o no ser.
Los invito a viajar en el tiempo y visitar el hogar de la familia Carbonell-Pullés, de fiesta aquel 26 de julio de 1927, con el arribo al mundo del bebito Luis Mariano.
En aquellos tiempos la radio estaba en pañales y los escasos radiorreceptores con los precios por las nubes. Las novelas de amor y de aventuras sólo nos llegaban a través de folletines por entrega. De ahí que cada hogar de medianos recursos y extensa prole sólo podían alegrar sus noches con juegos de manos, recitales, o la melodía de algún instrumento musical.
Sus padres querían que el pequeño Luisito fuera concertista y le compraron un violín. A los trece años se convenció que aquello era imposible:--Meñique que nace torcido jamás su dedo endereza--se dijo él.
Bendito defecto diría yo, pues su mirada se dirigió entonces al piano de la sala donde se ejercitaban sus cinco hermanas. El instrumento con su carcajada de marfil, lo invitaba permanentemente a un encuentro lúdico y se sabe que lo que se aprende jugando, nunca se olvida.
En ese piano el adolescente mulatico solfeando una y otra vez descubrió el misterio de la clave de fa. El magisterio triunfaría sobre su vocación interpretativa.
La sociedad machista de entonces no veía con buenos ojos a la mujer dedicada de lleno a las tablas. De ahí que la pedagogía fuera la ocupación preferida por la familia para todos sus hijos, tanto hembras como varones.
A los 22 años el joven Carbonell ya ejercía oficialmente en el aula como profesor de inglés y pianista por la libre en la CMKC de la capital oriental, cuando las siglas eran solo radiales.
En dicha emisora actuó como acompañante en el teclado, pero pronto se le ofreció otra tarea. Había demasiados cantantes y se necesitaba la pausa que refresca entre canción y canción.
Aceptó el reto: Del piano saltó a la declamación y de la poesía al éxito radial; aunque nunca abandonó aquel magisterio que llevaba en la sangre y se transmitía al teclado; con él corregía defectos y descubría diamantes en bruto al primer acorde de novato en la emisora. Como aquel joven cantante fuera de serie llamado Pascasio—igual que yo—pero que respondía al seudónimo de Pacho Alonso.
Carbonell fue el que descubrió en Santiago de Cuba a Pacho y Esther Borja quien lo sacó a él del anonimato en 1964 presentándole a Ernesto Lecuona durante la exitosa gira del mulatico sandunguero por los Estados Unidos.
A su regreso, un par de años después, ya Pacho era un consagrado al frente de sus Bocucos, pero él, habiendo triunfado en el exterior era prácticamente desconocido en Cuba. Como le pasó a muchos, incluida aquella estrella fugaz--Polo Montañez--que brilló en el firmamento.
Nuevamente Esther Borja se atravesó en su destino al invitarlo a un homenaje que se le brindaba a René Cabel (El tenor de las Antillas) en el Auditorium.
El “debutante” Luis Mariano Carbonell saltaba a la fama el mismo día que nació “El Acuarelista de la Poesía Antillana”. Pero dejemos que él mismo lo cuente en la entrevista que le hiciera la colega Josefa Bracero para su libro  “Rostros que se escuchan” de la Colección “Voces” en el 2002 para la Editorial Letras Cubanas.
La presencia física en dicha actividad de la pareja formada por los cómicos argentinos Dick y Biondi. fue decisiva. Tras su actuación, una animada charla surgió entre el humorista Pepe Biondi y Luis Carbonell. He aquí la conversación tomada textualmente del libro:
“Usted no recita --Entonces, ¿Qué hago?’, pensé-- Le voy a explicar, en primer lugar, usted mueve sus manos, como si dibujara lo que está diciendo. Todo lo grafica, crea el ambiente. No diga nunca que usted recita, porque es más que eso, usted es un actor. Usted actúa lo que está diciendo, todo lo pinta, es como un pincel con su acuarela…”
A partir de aquella charla en el actual Amadeo Roldán, y la atinada observación del comediante argentino, se le abrieron las puertas de la fama en nuestro país a aquel pintor del verso mestizo de Nuestra América.
Mucho se ha escrito y mucho más falta por documentar sobre su vida; de su voluntad férrea ante las adversidades, su amor por el prójimo, su infinita entrega al estudio y la superación propia y ajena, su miedos, enseñanzas y también sus incontables éxitos.
Con motivo de su 90º. Aniversario el periodista José Luis Estrada Betancourt le realizó una bien documentada entrevista para JUVENTUD REBELDE el pasado 25 de agosto. Se la recomiendo a mis asiduos vecinos del blog.
Me imagino que durante su extensa y fructífera vida haya servido de ejemplo a decenas, tal vez cientos de artistas cubanos y extranjeros. Por tanto solo quiero agregar que le estoy infinitamente agradecido al maestro Carbonell por la deferencia de escoger la caricatura personal que yo le hiciera en el año 1993 para ilustrar la portada de la multimedia titulada ”La mulata, ñáñigo al cielo y otros poemas” cuya copia acompaña este trabajo. 
Como curiosidad agregamos que “Esa negra Fuló”, una de sus más populares interpretaciones, incluida en dicha selección, fue originalmente escrita en portugués: Su autor, Jorge de Luis, legislador, médico, profesor de enseñanza superior, y poeta, fallecido un 15 de noviembre hace 60 años, Había nacido en Unión dos Palmares, Alegoas, Brasil, y dicho poema fue traducido al español por el cubano Emilio Ballagas.
La grabación de sus declamaciones con fondo musical, incluye 24 poemas, una síntesis biográfica del artista, opiniones, fotos, e ilustraciones humorísticas de varios poemas, realizadas por Wilson y el que esto les cuenta.
Lamentablemente el pasado 26 de julio por razones ajenas a nuestra voluntad no pudimos hacerlo. Reciba ahora mi fraternal abrazo en su 90 cumpleaños el irrepetible Acuarelista de la Poesía Antillana.

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