La sabiduría popular ha impuesto aforismos incuestionables
como ese que dice… “El mejor hermano es el vecino más cercano…” Lo cual he podido
comprobar en situaciones extremas de mi vida —no sé en qué otro país ocurra lo
mismo—porque la incompatibilidad de caracteres, la diáspora y otros fenómenos
similares influyen. Incluso, a veces puede haber más afinidad entre primos que
entre hermanos gemelos. Y es aquí donde quiero detenerme.
Siempre he tenido atracción por los números primos: El 3 resulta incuestionable para el
equilibrio vocacional en cualquier actividad. Sin el trípode del saber, querer
y tener la voluntad de hacer las cosas, todo se derrumba y sería imposible
materializarlas. Incomparable la sonoridad de nuestro típico 3 campesino o los 3 pasos más chéveres de la conga oriental.
El 7 tiene
numerosos ejemplos como los 7 días
de la semana, las 7 notas musicales,
los 7 colores de arcoíris, entre millares
más como las 7 Maravillas de Mundo
Antiguo. De ahí que el caso de los 5
antiterroristas cubanos presos en las cárceles del Imperio, me haya marcado
para siempre.
Recuerdo al jovencito Gerardo Hernández Nordelo cuando
soñaba ser caricaturista, antes incluso de su genial tira cómica “Pepino
y compañía” la cual publicó en EL MUÑE y que ofrecemos en la copia
adjunta de un diario de la época, donde además aparece su fotografía y la firma
artística con que se dio a conocer en Cuba alrededor de los años 80 del pasado
siglo, mucho antes de convertirse en el paradigma heroico actual. Para nosotros
entonces fue simplemente H.Nordelo el caricaturista. Hoy es para Cuba y para el
mundo, Gerardo para siempre.
Por mi cuenta, yo había ilustrado algunos libros en co-autoría
con afamados guionistas como Cardi y Betán, pero jamás escrito alguno
personalmente hasta aquel “Pequeño Mataburros Humorístico Ilustrado”
que me publicó la
EDITORIAL EXTRAMUROS en el año 2004 y cuya dedicatoria decía textualmente:
“…A quien más se lo merece: Al caricaturista y patriota
cubano Gerardo Hernández Nordelo, para compartir con él la soledad de su celda,
haciéndola más llevadera. Por la amistad que nos une, por la entereza demostrada
en la más justa de las causas, por su contagioso sentido del humor frente a
estos nuevos inquisidores que quisieron satanizar a cinco héroes y fueron
desnudados por su urticante sátira. Se podrá encadenar al hombre, pero no
encerrar su espíritu…”
Años más tarde también por 1ra vez—número primo-- incursioné
en una experiencia plástico-manual como la cerámica. Fue durante el 2009 en el
taller de cerámica Mirtha García Buch que dirigía el maestro Racial Feria.en la
calle San Lázaro, donde bajo su asesoría realicé mi primer y único plato
artístico, cuya copia les presento ahora.
En él puede apreciarse que alrededor de la caricatura
personal del Apóstol, trazada en una sola línea giran 5 banderas cubanas, como simbólica representación de Gerardo, Antonio,
Ramón, René y Fernando.
Han pasado cinco años de aquella obra y actualmente estos
dos últimos—René y Fernando-- ya comparten con sus familiares la ansiada
libertad y el abrazo fraternal de todo el pueblo, pero mientras queden los otros
3 encarcelados no descansaremos de
luchar por su total liberación.
Es por ello que a 55
años del triunfo de la
Revolución, recuerde aquella frase histórica de Fidel
recordando los 5 años, 5 meses y 5 días que transcurrieron entre el ataque a los cuarteles Moncada y
Carlos Manuel de Céspedes en 1963 y
el triunfo revolucionario del 1º de
enero de 1959, todos ellos también
números primos.
El pequeño cuaderno ilustrado que mi hijo y yo
realizáramos especialmente para los niños en el año de 2007 con en el mismo título de “5 años, 5 meses y 5 días” para la EDITORIAL PABLO DE
LA TORRIENTE,
también ha quedado como constancia de nuestro reconocimiento a tan histórica
epopeya.
A partir de aquel glorioso 1º de Enero, comenzó una serie de cambios estructurales en nuestra
nación, que tanto por su cantidad como por su dinamismo sería agotador
enumerarlos en este breve espacio en que no estás.
Nos limitaremos a describir solo los que considero más
simbólicos por su trascendencia: El momento en que tras llegar la caravana de
la libertad a La Habana,
el Comandante en Jefe se dirige a la nación en el antiguo cuartel de Columbia y
jocosamente la pregunta al Señor de la Vanguardia:--¿Voy bien Camilo?—En ese momento
varias palomas se disputan su hombro heroico para posarse allí como símbolo de
paz. La celebración en el pasado mes de enero la Cumbre de la CELAC con su resolución habanera
de “CELAC,
zona
de paz” confirma aquella premonición.
La segunda imagen corresponde también a 1959, pero 3 meses más tarde, cuando el propio Héroe de Yaguajay, mandarria en
ristre--derriba los muros del cuartel de la tiranía símbolo de la opresión y el
crimen—para convertirlo en la Ciudad Libertad donde se rendiría culto eterno a
la educación y la cultura, nada menos que un 10 de marzo, pero exactamente 7 años después de aquel cobarde Golpe
de Estado.
¿Díganme si todas esas cifras no son también primas
hermanas?
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