El pasado día 11 de mayo se celebró en Cuba el “Día
de las Madres”. Tengo entendido que también fue recordado en muchas partes del
mundo, aunque no siempre se corresponde con la misma fecha, pues el segundo
domingo de mayo no es fijo sino corrido—como en la lotería de antaño—y no cae
siempre en el mismo día del mes.
Sin mi madre yo no estaría aquí. Ni ustedes tampoco
sin la vuestra.
Mucho antes de mi primer berrido, ya ella sentía
mis “pataditas” en el vientre.
Nunca he parido, pero mi padre me dijo que el
dolor es de madre. ¡De lo que nos salvamos los machos!
Si esto es así: ¿Por qué hay tantos millones de
habitantes en el mundo¿ ¿Y si las contracciones prenatales fueran varoniles,
¿QUÉ?... Sería la única forma de contener la superpoblación planetaria.
Ella me amamantó desde el primer instante, me
arrulló diariamente para dormirme, ella no dormía cuando yo estaba enfermo. Me
bañaba, me entalcaba, me vestía, meaba. No, eso lo hacía yo solo.
Después me enseño a valerme por mi mismo, a bañarme
y vestirme solo, a cepillarme los dientes, a no ensuciarme…A limpiarme eso
mismo y halar la cadena sin echar los papeles en el inodoro porque si lo tupía
tenía que destupirlo.
Por eso aprendí
tanto y me disgusto cuando veo una colilla de cigarro en algún meadero público. Debían obligar al
autor a meter la mano en la candela. Es decir, en el urinario.
Volvamos
atrás: Mamá era insistente para que fuera puntual a clase y que cumpliera con
sus—mis deberes--cuando yo titubeaba ante un problema, ahí estaba su mano
amiga. Todo era perfecto excepto cuando hacía algo malo y entonces le decía a
mi papá. ¡Mira lo que ha hecho tu hijo!
Sin darme cuenta me creció el bigote, y me fui
llenando de pelos por todos lados, como si me hubiera revolcado en el piso de
la barbería. Pero ella, como si yo no hubiese crecido.
Me vigilaba el peinado, me cuidaba el bigote, me
escogía la ropa, me velaba las horas tarde de llegada, y hasta me daba el visto
bueno a la hora de escoger pareja. Esa es la causa de muchos divorcios.
Ahora en mi lento tránsito por la tercera
edad; --en la ascensión, porque más
vertiginosa no puede ser cuesta abajo,-- la recuerdo, la venero, y la extraño
como el primer día cuando pasé del claustro materno a la sala de maternidad.
De ahí que no entienda el machismo cavernícola, la
violencia de género, el maltrato sexual. ¿Cómo va ser mala mi suegra si es la
madre de mi mujer y la abuela de mis hijos? ¿Será un revanchismo ancestral por
aquello del matriarcado?
¿Quién dijo que somos el sexo fuerte? Que yo sepa,
el clítoris jamás se vuelve flácido. El hombre que diga eso, no sabe lo que es
una patada por, salva sea la parte.
Lo cierto es que el machismo, es decir, la
discriminación de género es la más antigua del mundo e independientemente de
que todas –étnicas, sexuales o religiosas-- son aborrecibles... ¡A mi madre hay
que respetarla.--¡Qué carajo!—Lugar sagrado a donde Colón mandó a Rodrigo de
Triana como castigo poco antes de descubrir el Nuevo Mundo.
El hombre (perdón)...El ser humano --ambos
dos--hembra y varón, hemos creado incontables obras culturales enriqueciendo la
vida espiritual de la humanidad. Y hasta en eso se nota la dependencia. ¿Por
qué tiene que ir siempre el macho delante? Veamos algunos ejemplos en obras
famosas:
Romeo y Julieta, Pancho y Ramona, Ulises y
Penélope, Tarzán y Juana, Don Quijote y Dulcinea, Cachucha y Ramón, Persiles y
Segismunda, Blanca Nieves es una excepción por tratarse de una discriminación
colectiva de tamaño no de género, y el único caso inverso es el de Francisca y la Muerte, mas que
comprensible por tratarse de quien se trata.
De todas formas rendiremos homenaje a las heroínas
creadas por el hombre y algunas que existieron, pero se han convertido en mitos
universales.
A saber: Carmen, la de Ronda. Doña Barbara. La Cenicienta. Doña
Rosita la soltera. La bella de la
Alambra, La zapatera prodigiosa. La bien pagá. (María la O, Amalia Batista o Cecilia
Valdés, las tres grandes de la zarzuela cubana). Cleopatra, Nefertiti, y alguna
que otra con perfiles discutibles como Mata Hari, y La Casada Infiel.
La única vez que la hembra discrimina al macho es
escogiendo el arroz.
Como acaba de pasar tan maternal conmemoración,
esperemos hasta el próximo 23 de septiembre cuando se celebre el Día de la Federación de Mujeres
Cubanas. Hasta esa fecha recogeremos todas las proposiciones que ustedes
recuerden donde el personaje principal sea la madre. Preferiblemente que sea
del “sexo débil”.–¡CLARO!
¡Los esperamos!
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