Los
vecinos de este blog acostumbrados a seguir la serie sobre la línea en la
caricatura a partir del 2014, se habrán sorprendido cuando, en el pasado
febrero tuvimos que suspenderla tras arribar al capítulo dieciséis donde
abordamos el tema de la línea pacifista en pequeños países europeos
abocados a un nuevo reparto del mundo por las grandes potencias en la Primera
Guerra Mundial.
Es
que somos juguetes del destino, los acontecimientos surgen a veces sin previo
aviso y nos vimos obligados a priorizar hechos puntuales que se nos presentaron
con mayor urgencia, entre ellos el fanático ataque terrorista al semanario
satírico francés CHARLIE-HEBDO tras publicar caricaturas de Mahoma, que costó
la vida a seis de sus humoristas incluyendo al colega y amigo George Wolinski.
Recuerdo
lo que a propósito publicamos entonces en este blog “Duelo por partida doble, .además
de un trabajo que me reprodujo el mensuario PALANTE de febrero bajo el título
de “Un
oficio peligroso” donde alertaba del riesgo que corremos todos los que
abrazamos la sátira y el humor más como una necesidad básica que como
profesión, para poner el dedo sobre la llaga del rencor y el fanatismo, pero a
la vez ser más tolerantes y civilizados, sin ofender ni renunciar a nuestro
libre albedrio.
Apenas
tres meses después, en estos días de mayo un nuevo acontecimiento nos da la
razón: Otro atentado terrorista motivado por la xenofobia y la intransigencia
religiosa en una muestra de caricaturas contra Mahoma expuesta en Texas, Estados
Unidos. Los dos atacantes suicidas resultaron abatidos por las fuerzas del
orden. Sobre este particular amplío lo siguiente:
Como
consecuencia de aquellos acontecimientos de enero, en poco más de media hora,
CHARLIE-HEBDO pasó de ser un pequeño semanario satírico francés a convertirse
en el portaestandarte de la libertad de expresión a nivel mundial, con tiradas
millonarias. Su actual redactor-jefe, Gerard Biard dijo que el precio a pagar
era demasiado alto, que la revista ya no quería ser más un símbolo del odio.
Biard
estaba de viaje en Londres cuando los hermanos Kouachi irrumpieron armados en
la redacción del semanario y acabaron con la vida de doce personas. A
diferencia de los compañeros que estaban allí y sobrevivieron, su primera
reacción no fue de miedo, sino de rabia ante tal masacre. Como ven, esa
historia de sangre se repite una y otra vez, lo que da motivo a este nuevo
encabezamiento nuestro titulado LA LÍNEA EXTREMISTA, pues la violencia
solo puede engendrar más violencia. Internet nos ofrece ahora algunos detalles más
de esta ojeriza que no debemos pasar por alto:
Recientemente
durante una charla en el Freedom House, de Washington Biard, de visita a los Estados
Unidos--donde no existe una revista homologable a CHARLIE-HEBDO--y junto al
crítico de cine, Jean-Baptiste Thoret dijo: “…Pasamos a otro mundo. Nuestras vidas
cambiaron, es obvio. Resulta bastante duro lidiar con eso, este trabajo no debe
ser otro símbolo que el de hacer reír y pensar con nuestros artículos y dibujos…”
Y
continúa aclarando que el caricaturista Luz, autor de la famosa portada de
Mahoma con la que la revista volvió a los kioscos tras el atentado, anunció esa
semana que no volverá a dibujar al profeta porque es un personaje que ya no le
interesa: “…Entiendo su punto de vista como artista. Quizás cree que no vale la
pena, porque vio las nefastas consecuencias en sus amigos..”--comentó
Biard, mientras su colega Thoret
apuntaba-- “…Esto no quiere decir que los terroristas tengan la razón. Pero es
cierto que tu vida cambia, tu vida es totalmente diferente, estás como en una
prisión. ¿Cómo puedes seguir siendo divertido rodeado de tanto rencor e
inseguridad…”. Su compañero Biard interviene de nuevo: “…Ante
el repudio visceral no se debe responder con más desprecio, sino también con sólidos
razonamientos. Es totalmente natural estar asustado –dijo--, pero
si no intentamos superar ese miedo tenemos un gran problema”. (Tomado
de CUBADEBATE con información de THE HUFFINGTON POST.)
Al
margen de esta situación, retomo el estudio de la caricatura donde lo dejamos a
en el capítulo 16 afines del siglo XIX, donde la línea tornase mucho más
intransigente, sobre todo en Nuestra América—como la llamó Martí--.
Mientras
en Europa se caldeaban los ánimos con la Revolución Industrial y la lucha de
clases, también se agudizaba el anti-semitismo, el anti-pacifismo y otras
xenofobias por el estilo enfilados hacia la irrupción de siglo XX con el
objetivo de un nuevo reparto del mundo. Del lado de acá del Atlántico, surgían
otros conflictos de igual signo imperialista como el intervencionismo yanqui en
nuestra Guerra de Independencia y su Enmienda Platt que nos impusieron en la
Constitución de una Republiquita bananera y mediatizada--gracias a lo cual--muy
pronto tuvimos que sufrir un par de dolorosas intervenciones militares Made in
USA.
De
estos repugnantes acontecimientos la caricatura editorial dejó para la historia,
tanto en Cuba como en España y Estados Unidos no pocos ejemplos a favor y en
contra. Pero no fue el único conflicto: En el extremo austral del continente se
desarrollaba la llamada Guerra del Pacífico que dio lugar al enojoso diferendo
entre Bolivia, Chile y Perú, la cual dura ya más de 110 años y que se mantiene
aún en litigio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, por una salida
al mar de la primera de estas naciones hermanas.
Pero
más curioso aún es lo ocurrido en Venezuela por esa época y aunque lo ofrecimos
ampliado en el trabajo titulado “Cipriano Castro en la caricatura mundial” con
fecha (2-5-2013), ahora
les ofrecemos algunos detalles del doloroso caso:
El régimen español venía perdiendo peones y fuerzas durante el siglo XIX en todas sus colonias de ultramar. Bajo ese efecto dominó sólo faltaban por caer los mangos bajitos de Cuba (la llave del Golfo) y Puerto Rico. (…) Eso explica un tanto la situación en el tablero de ajedrez geopolítico regional en tránsito hacia el Siglo XX y el movimiento de cada una de sus piezas, con el astuto intento de las potencias europeas por apoderarse de las riquezas venezolanas en lo que se conocía entonces como el enorme lago de asfalto descubierto en la zona del Orinoco, y el porqué pudieron burlar la coyunda yanqui de--América para los americanos--en su patio trasero, más interesado en esa época por los asuntos de Cuba, Puerto Rico y el Canal de Panamá que de Venezuela.
El régimen español venía perdiendo peones y fuerzas durante el siglo XIX en todas sus colonias de ultramar. Bajo ese efecto dominó sólo faltaban por caer los mangos bajitos de Cuba (la llave del Golfo) y Puerto Rico. (…) Eso explica un tanto la situación en el tablero de ajedrez geopolítico regional en tránsito hacia el Siglo XX y el movimiento de cada una de sus piezas, con el astuto intento de las potencias europeas por apoderarse de las riquezas venezolanas en lo que se conocía entonces como el enorme lago de asfalto descubierto en la zona del Orinoco, y el porqué pudieron burlar la coyunda yanqui de--América para los americanos--en su patio trasero, más interesado en esa época por los asuntos de Cuba, Puerto Rico y el Canal de Panamá que de Venezuela.
Los
datos que ofrecemos a continuación fueron tomados del libro “Cipriano
Castro en la caricatura mundial” editado en 1980
por el Instituto Autónomo de la Biblioteca Nacional de Venezuela. Y cito:
“…El presidente venezolano Cipriano Castro, al
tomar el poder en 1899 soñaba cándidamente con el establecimiento de una Gran
Colombia, al estilo bolivariano, mientras la prensa amarilla lo satanizaba con
caricaturas tendenciosas y los peores epítetos, tildándolo de “dictador”a tal
punto que la afamada revista de humorismo francesa El plato de mantequilla
L´ASSIETE
AU BEURRE--antecedente del CHARLE-HEBDO actual--como algo insólito le
dedicó un número completo el 26 de diciembre de 1908 bajo el título de Castro
en Europa, algo nunca visto antes…” ¿Qué casualidad, verdad?
Veamos
a grandes rasgos la trayectoria del dignatario venezolano a partir de su arribo
al poder: Tan pronto como el 3 de octubre de 1899 el Tribunal de París falló en
su contra y a favor de Gran Bretaña por el territorio de Guayana, diecinueve
días más tarde entró triunfalmente en Caracas. Durante los nueve años que
ejerció el mando, afrontó presiones, revueltas, alzamientos, bloqueos de
potencias europeas y hasta invasiones por parte de su peor enemigo—Marroquín,
el presidente colombiano--al asumir éste la presidencia del país vecino. ¿Otra
casualidad, verdad?
Una
“intentona libertadora” financiada por el Trust del Asfalto es vencida en La
Victoria. Castro lanza entonces su Proclama contra el bloqueo anglo-germano suspendido
en 1903 por medio del Protocolo de Washington. Nuevos complots insurreccionales
incluyen la amenaza de fondear la flota estadounidense en su litoral. En breve
el presidente venezolano toma medidas contra el Cable Francés recién instalado,
por tomar partido a favor de los insurrectos. A pesar de estos intentos, en
1905 Cipriano Castro es electo de nuevo presidente. Junto a la Intervención
norteamericana y el desembarco de marines en Cuba, tanto Francia como Colombia
rompen relaciones con el gobierno de Caracas un año más tarde. Estados Unidos y
Holanda los imitan en 1908 ya que Cipriano Castro había sido electo de nuevo
presidente hasta el 1911. ¡Tozudo que era el hombre!
Pero
el cerco se intensifica. Buques norteamericanos arriban a La Guaira en la
llamada semana trágica de noviembre, Es entonces que Castro se ve obligado a
partir al exterior para someterse a un examen médico. ¡Más
casualidades, verdad!
Tal
circunstancia la aprovecha el dictador Juan Vicente Gómez, quien asume el poder
de facto en Venezuela, legalizado en las elecciones de 1910 y a partir de
entonces se mantiene en el poder por 27 años. Su mandato se caracterizó por
abrir el país a la “Diplomacia del dólar” es decir la zanahoria en sustitución del
antiguo “Big Stick” dando paso al
proceso inversionista. Era otra la nación que surgía, conocida por algunos como
la Venezuela petrolera o la del whisky and soda, caldo de cultivo para
el “punto-fijismo” de la Cuarta República.
A
partir de entonces Cipriano Castro comienza su interminable peregrinar “sin
patria pero sin amo” por el todo el mundo. Informantes y espías enemigos lo
acosan donde quiera que va, hasta que en 1913 al arribar a Nueva York es
detenido en la cárcel para inmigrantes de Ellis Island, siendo sometido a vejámenes
e interrogatorios, pero ya no ofrecía peligro alguno para el status quo.
Como
una curiosidad más diremos que, de los Estados Unidos Cipriano Castro vino a
Cuba hace alrededor de 100 años, donde fue bien recibido e incluso hizo
declaraciones públicas.
Tras
la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se le pierde la pista al peregrino
venezolano hasta el 5 de diciembre de 1924 que fallece en Puerto Rico.
Con
este comentario hemos querido dejar constancia de que las actuales campañas
contra la Quinta República Chavista, Bolivariana y Socialista, por las fuerzas
reaccionarias y entreguistas de la derecha no es nada nuevo en la historia de
nuestro continente y de Venezuela en particular. Pero lo sorprendente es que la
campaña de satanización yanqui contra los Hermanos Castro de Cuba por más de
medio siglo tuvo su antecedente en la Castrofobia que desde 1899 le aplicaron a
ese otro presidente latinoamericano del mismo apellido y también víctima del
mismo odio visceral.
Pero hay una gran diferencia: No son
tiempos de Ciprianos Castros en Venezuela sino de Nicolás Maduro y la herencia
del inmenso Comandante Hugo Chávez Frías, eternamente invictos en las urnas del
corazón bolivariano y las trincheras de Barrio Adentro.
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