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2 may 2013

CIPRIANO CASTRO EN LA CARICATURA MUNDIAL


En el evento teórico que tuvo lugar durante la pasada Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, en San Antonio de los Baños, el compañero René de la Nuez planteó una vez más su teoría de que la historia de Cuba podía contarse en caricaturas; lo cual suscribo en todas sus partes.
Dibujos humorísticos, y simbolismos encontramos, tanto en las cuevas del periodo paleolítico como en los códices precolombinos. Hasta los jeroglíficos egipcios han desnudados muchos misterios de la antigüedad, pero la sátira política, como la conocemos hoy día es un arte mucho más joven. Surge al calor de desarrollo poligráfico con las llamadas revistas ilustradas a mediados del siglo XIX y el auge de la prensa diaria.
Otro detalle que no debe quedar en el tintero es que, para ser efectiva la caricatura editorial, como arma ideológica, debe distanciarse de la supuesta imparcialidad achacada al Cuarto Poder burgués, pues se convierte en un arma para tomar partido por una u otra causa. Ejemplo, a favor de la guerra o de la paz.
A lo largo de este trabajo, mis vecinos podrán apreciar varias muestras tomadas de la gran prensa internacional, en un momento clave de nuestra historia donde el arte se puso a favor de los peores intereses de la humanidad, contra un líder que—independientemente de sus defectos—abrazó las mejores causas de independencia y soberanía en la hermana república de Venezuela.

Los datos y las imágenes fueron tomados del libro “Cipriano Castro en la caricatura mundial” editado en 1980 por el Instituto Autónomo de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Precisamente quisiéramos detenernos en esa etapa histórica:
A grandes rasgos diremos que la Doctrina Monroe—esa de la fruta madura--se extendió durante todo el Siglo de las Luces, hasta que el Tío Sam decidió cambiarla por la política de la zanahoria y el garrote Big Stick, (English spoken).
El régimen español venía perdiendo peones y fuerzas durante ese siglo en todas sus colonias de ultramar. Y bajo ese efecto dominó sólo faltaban por caer los mangos bajitos de Cuba (la llave del Golfo) y su vecino más cercano Puerto Rico.
Eso explica un tanto la situación en el tablero de ajedrez geopolítico regional en tránsito al Siglo XX y el movimiento de cada una de sus piezas, con el intento de las potencias europeas por apoderarse de las riquezas venezolanas en lo que se conocía entonces como el enorme lago de asfalto descubierto en la zona del Orinoco, y el porqué pudieron burlar la coyunda yanqui en su “patio trasero” más interesado entonces en los asuntos de la llave del Golfo (Cuba, Puerto Rico y el Canal de Panamá).
De ahí que el gobierno de Cipriano Castro, tuviera que resistir el asedio de un triple bloqueo de Gran Bretaña, Alemania y Holanda y en menor grado Francia e Italia, ante la mirada indiferente del Tío Sam.
Por el contrario, las fuerzas navales yanquis, bombardeaban simultáneamente los puertos de Cárdenas, Matanzas, Santa Cruz del Sur, Baracoa y Manzanillo, para concluir con el hundimiento de la flota española del Almirante Cervera en Santiago de Cuba.
El presidente venezolano Cipriano Castro, al tomar el poder en 1899 soñaba cándidamente con el establecimiento de una Gran Colombia, al estilo bolivariano, mientras la prensa amarilla lo bombardeaba con caricaturas tendenciosas y los peores epítetos, tildándolo de “dictador” y otras veces de forma despectiva como “el cabito”; a tal punto que la afamada revista de humorismo francesa “El plato de mantequilla” L´Assiette au Beurre, como algo insólito, le dedicó un número especial el 26 de diciembre de 1908 bajo el título de “Castro en Europa”, algo nunca visto antes.
Pero no fue la única: A lo largo de este trabajo verán el aporte de la prensa yanqui a dicha campaña de ridiculización que se unió a la de otros grandes medios de información europeos.
He aquí a grandes rasgos su trayectoria en Venezuela a partir de su arribo al poder en 1899: El 3 de octubre de ese año el Tribunal de París falló en su contra y a favor de Gran Bretaña por el territorio de Guayana. Diecinueve días más tarde entró  triunfalmente en Caracas.
Durante los nueve años que ejerció el mando Cipriano Castro afrontó presiones, revueltas, alzamientos, bloqueos de potencias europeas y hasta invasiones por parte de su peor enemigo: Marroquín, el presidente colombiano al asumir éste la presidencia del país vecino.
Una “intentona libertadora” financiada por el Trust del Asfalto es vencida en La Victoria. Castro lanza entonces su Proclama contra el bloqueo anglo-germano y por medio del Protocolo de Washington éste queda suspendido en 1903.
Nuevos intentos insurreccionales incluyen la amenaza de fondear la flota estadounidense en su litoral, mientras años más tarde Castro toma medidas contra el Cable Francés recién, instalado por tomar partido a favor de los insurrectos. A pesar de estos intentos, en 1905 Cipriano Castro es electo presidente hasta el 1911.
Junto a la Intervención norteamericana y el desembarco de marines en Cuba, tanto Francia como Colombia rompen relaciones con el gobierno venezolano en 1906. Dos años más tarde lo hacen Estados Unidos y Holanda, por lo cual buques norteamericanos arriban a La Guaira y Castro en la llamada semana trágica de noviembre, Es entonces que Castro se ve obligado a partir al exterior para someterse a un examen médico.
Tal circunstancia la aprovecha el dictador Juan Vicente Gómez, quien asume el poder de facto, legalizándolo en las elecciones de 1910 y a partir de entonces se mantiene en el poder por 27 años.
Su mandato se caracterizó por abrir el país a la “Diplomacia del dólar” en sustitución del “Big Stick” dando paso al proceso inversionista. Era otra la nación que surgía, conocida por algunos como la Venezuela petrolera o la del whisky and soda.
Durante todo este periodo Cipriano Castro comienza su interminable peregrinar “sin patria” por el todo el mundo. Informantes y espías enemigos lo acosan donde quiera que va, hasta que en 1913 al arribar a Nueva York es detenido en la cárcel para inmigrantes de Ellis Island, siendo sometido a vejámenes e interrogatorios.
Para finalizar y como una curiosidad más diremos que, de los Estados Unidos Cipriano Castro vino a Cuba hace exactamente  100 años, donde fue bien recibido e incluso hizo declaraciones, que transcribimos textualmente del libro en cuestión. “…Como los niños, al avanzar  de edad trabajan para adquirir juicio, así nuestras repúblicas, con el ingrato recuerdo del imperialismo, luchan por entrar en el camino del engrandecimiento y de la prosperidad…”·
Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se le pierde la pista al peregrino venezolano hasta que el 5 de diciembre de 1924 fallece en Puerto Rico.
Con este comentario hemos querido dejar constancia de que las campañas contra la Quinta República Chavista, Bolivariana y Socialista, por las fuerzas reaccionarias y entreguistas de la derecha no es nada nuevo en la historia de nuestro continente y de Venezuela en particular. Lo nuevo es la posibilidad de construir un mundo mejor que el propuesto por cualquiera de las cuatro repúblicas venezolanas anteriores, incluyendo engendros como aquel corrupto punto fijo de “adecos” contra “copeyanos” copiado del cachumbambé bipartidista al estilo yanqui, más conocido en Cuba como: ¡Quítate tú pa´ ponerme yo!
Tenemos el futuro a nuestro favor. No son tiempos de Ciprianos Castros sino de Nicolás Maduro y la herencia del inmenso Comandante Hugo Chávez Frías, eternamente invicto en las trincheras del pueblo y en las urnas del corazón.

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