En el evento teórico que tuvo
lugar durante la pasada Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, en San
Antonio de los Baños, el compañero René de la Nuez planteó una vez más su
teoría de que la historia de Cuba podía contarse en caricaturas; lo cual
suscribo en todas sus partes.
Dibujos humorísticos, y
simbolismos encontramos, tanto en las cuevas del periodo paleolítico como en
los códices precolombinos. Hasta los jeroglíficos egipcios han desnudados
muchos misterios de la antigüedad, pero la sátira política, como la conocemos
hoy día es un arte mucho más joven. Surge al calor de desarrollo poligráfico
con las llamadas revistas ilustradas a mediados del siglo XIX y el auge de la
prensa diaria.
Otro detalle que no debe
quedar en el tintero es que, para ser efectiva la caricatura editorial, como
arma ideológica, debe distanciarse de la supuesta imparcialidad achacada al
Cuarto Poder burgués, pues se convierte en un arma para tomar partido por una u
otra causa. Ejemplo, a favor de la guerra o de la paz.
A lo largo de este trabajo, mis
vecinos podrán apreciar varias muestras tomadas de la gran prensa
internacional, en un momento clave de nuestra historia donde el arte se puso a
favor de los peores intereses de la humanidad, contra un líder
que—independientemente de sus defectos—abrazó las mejores causas de
independencia y soberanía en la hermana república de Venezuela.
Los datos y las imágenes
fueron tomados del libro “Cipriano Castro en la caricatura
mundial” editado en 1980 por el Instituto Autónomo de la Biblioteca
Nacional de Venezuela.
Precisamente quisiéramos
detenernos en esa etapa histórica:
A grandes rasgos diremos que
la Doctrina Monroe—esa de la fruta madura--se extendió durante todo el Siglo de
las Luces, hasta que el Tío Sam decidió cambiarla por la política de la
zanahoria y el garrote Big Stick, (English spoken).
El régimen español venía
perdiendo peones y fuerzas durante ese siglo en todas sus colonias de ultramar.
Y bajo ese efecto dominó sólo faltaban por caer los mangos bajitos de Cuba (la
llave del Golfo) y su vecino más cercano Puerto Rico.
Eso explica un tanto la
situación en el tablero de ajedrez geopolítico regional en tránsito al Siglo XX
y el movimiento de cada una de sus piezas, con el intento de las potencias
europeas por apoderarse de las riquezas venezolanas en lo que se conocía entonces
como el enorme lago de asfalto descubierto en la zona del Orinoco, y el porqué pudieron
burlar la coyunda yanqui en su “patio trasero” más interesado entonces en los
asuntos de la llave del Golfo (Cuba, Puerto Rico y el Canal de Panamá).
De ahí que el gobierno de
Cipriano Castro, tuviera que resistir el asedio de un triple bloqueo de Gran
Bretaña, Alemania y Holanda y en menor grado Francia e Italia, ante la mirada indiferente
del Tío Sam.
Por el contrario, las fuerzas
navales yanquis, bombardeaban simultáneamente los puertos de Cárdenas, Matanzas,
Santa Cruz del Sur, Baracoa y Manzanillo, para concluir con el hundimiento de
la flota española del Almirante Cervera en Santiago de Cuba.
El presidente venezolano Cipriano
Castro, al tomar el poder en 1899 soñaba cándidamente con el establecimiento de
una Gran Colombia, al estilo bolivariano, mientras la prensa amarilla lo
bombardeaba con caricaturas tendenciosas y los peores epítetos, tildándolo de
“dictador” y otras veces de forma despectiva como “el cabito”; a tal punto que
la afamada revista de humorismo francesa “El plato de mantequilla” L´Assiette
au Beurre, como algo insólito, le dedicó un número especial el 26 de
diciembre de 1908 bajo el título de “Castro en Europa”, algo nunca visto
antes.
Pero no fue la única: A lo
largo de este trabajo verán el aporte de la prensa yanqui a dicha campaña de
ridiculización que se unió a la de otros grandes medios de información europeos.
He aquí a grandes rasgos su
trayectoria en Venezuela a partir de su arribo al poder en 1899: El 3 de
octubre de ese año el Tribunal de París falló en su contra y a favor de Gran
Bretaña por el territorio de Guayana. Diecinueve días más tarde entró triunfalmente en Caracas.
Durante los nueve años que
ejerció el mando Cipriano Castro afrontó presiones, revueltas, alzamientos, bloqueos
de potencias europeas y hasta invasiones por parte de su peor enemigo:
Marroquín, el presidente colombiano al asumir éste la presidencia del país
vecino.
Una “intentona libertadora”
financiada por el Trust del Asfalto es vencida en La Victoria. Castro lanza entonces
su Proclama contra el bloqueo anglo-germano y por medio del Protocolo de
Washington éste queda suspendido en 1903.
Nuevos intentos
insurreccionales incluyen la amenaza de fondear la flota estadounidense en su
litoral, mientras años más tarde Castro toma medidas contra el Cable Francés
recién, instalado por tomar partido a favor de los insurrectos. A pesar de
estos intentos, en 1905 Cipriano Castro es electo presidente hasta el 1911.
Junto a la Intervención
norteamericana y el desembarco de marines en Cuba, tanto Francia como Colombia
rompen relaciones con el gobierno venezolano en 1906. Dos años más tarde lo
hacen Estados Unidos y Holanda, por lo cual buques norteamericanos arriban a La
Guaira y Castro en la llamada semana trágica de noviembre, Es entonces que
Castro se ve obligado a partir al exterior para someterse a un examen médico.
Tal circunstancia la
aprovecha el dictador Juan Vicente Gómez, quien asume el poder de facto,
legalizándolo en las elecciones de 1910 y a partir de entonces se mantiene en
el poder por 27 años.
Su mandato se caracterizó por
abrir el país a la “Diplomacia del dólar” en sustitución del “Big Stick” dando
paso al proceso inversionista. Era otra la nación que surgía, conocida por
algunos como la Venezuela petrolera o la del whisky and soda.
Durante todo este periodo Cipriano
Castro comienza su interminable peregrinar “sin patria” por el todo el mundo. Informantes
y espías enemigos lo acosan donde quiera que va, hasta que en 1913 al arribar a
Nueva York es detenido en la cárcel para inmigrantes de Ellis Island, siendo
sometido a vejámenes e interrogatorios.
Para finalizar y como una
curiosidad más diremos que, de los Estados Unidos Cipriano Castro vino a Cuba
hace exactamente 100 años, donde fue
bien recibido e incluso hizo declaraciones, que transcribimos textualmente del
libro en cuestión. “…Como los niños, al avanzar de
edad trabajan para adquirir juicio, así nuestras repúblicas, con el ingrato
recuerdo del imperialismo, luchan por entrar en el camino del engrandecimiento
y de la prosperidad…”·
Tras la Primera Guerra
Mundial (1914-1918) se le pierde la pista al peregrino venezolano hasta que el
5 de diciembre de 1924 fallece en Puerto Rico.
Con este comentario hemos
querido dejar constancia de que las campañas contra la Quinta República
Chavista, Bolivariana y Socialista, por las fuerzas reaccionarias y
entreguistas de la derecha no es nada nuevo en la historia de nuestro
continente y de Venezuela en particular. Lo nuevo es la posibilidad de
construir un mundo mejor que el propuesto por cualquiera de las cuatro
repúblicas venezolanas anteriores, incluyendo engendros como aquel corrupto punto
fijo de “adecos” contra “copeyanos” copiado del cachumbambé bipartidista al
estilo yanqui, más conocido en Cuba como: ¡Quítate tú pa´ ponerme yo!
Tenemos el futuro a nuestro
favor. No son tiempos de Ciprianos Castros sino de Nicolás Maduro y la herencia
del inmenso Comandante Hugo Chávez Frías, eternamente invicto en las trincheras
del pueblo y en las urnas del corazón.
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