Para
los vecinos que les picó el bichito de la curiosidad en la entrega anterior, les
aclaro que lo referido a mis vínculos entre Santiago de Cuba y Santiago de
Compostela me llegó por carambola.
Soy
descendiente de un emigrante asturiano de pocos recursos que jamás pudo
regresar al terruño ni siquiera de vacaciones. Durante el periodo especial de
los años noventa el Principado de Asturias firma un convenio con Cuba titulado Operación
Añoranza por medio del cual, esos beneficiados o sus descendientes podrían
disfrutar de vacaciones allá, siempre que sus respectivas familias en la
Península aceptaran su mantenimiento--durante el periodo julio-agosto en el
terruño--teniendo en cuenta el crudo invierno del norte español para personas
de la tercera edad.
Es
así que en 1995 fui favorecido por esa iniciativa y de pronto me vi aterrizando
en el aeropuerto de Avilés al nordeste de Asturias.
Para
llegar a mi destino--al otro extremo del Principado--fueron largas horas de
carretera hasta la frontera con Galicia con curiosos mojones señalando el
Camino a Santiago durante todo el trayecto. Mi primera impresión fue
precisamente esa imagen que ahora les brindo en forma de caricatura la cual
esgrimí como carta de presentación a mis paisanos de Grandas de Salime y como
recuerdo de mi presencia la doné entonces al Ayuntamiento del Concejo.
La
otra sorpresa surgió casi al final de dichas vacaciones con motivo de
celebrarse en la ciudad de Gijón el “XIX Salón Internacional del Cómic del
Principado de Asturias” y amigos que sabían de nuestra
presencia en el terruño--entre ellos el colega Faustino Rodríguez Arbesú quien
presidiera el evento--me extendió una invitación.
Nuevo
asombro durante la inauguración de dicho Salón en el Teatro Jovellanos de la ciudad
de Gijón: No solo por la presencia en el encuentro del gran maestro del comic mundial
Will Eisner autor del “Spirit” sino que la apertura recayó
nada menos que en el alcalde de la ciudad Don Vicente Álvarez Areces, a quien
le había realizado una caricatura personal en La Habana durante el
hermanamiento de ambas comunidades años antes.
La segunda invitación ocurrió en el 2005, cuando ya Areces era el Presidente del Principado y habíamos compartido un año antes el Premio Jovellanos que otorga la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba a personalidades destacadas en el campo de la cultura y la fraternidad entre ambos pueblos.
La segunda invitación ocurrió en el 2005, cuando ya Areces era el Presidente del Principado y habíamos compartido un año antes el Premio Jovellanos que otorga la Federación de Asociaciones Asturianas de Cuba a personalidades destacadas en el campo de la cultura y la fraternidad entre ambos pueblos.
En
esta ocasión tuve que declinar la invitación que me extendiera el entonces
Cónsul Cubano en el norte de España, el compañero Luis Felipe Vázquez, para
visitar Santiago de Compostela, debido a una llamada urgente de Cuba, con
motivo de la operación quirúrgica que en esos días se le practicara a mi esposa
Estela Hernández. Afortunadamente dicha intervención resultó exitosa.
Dicen
que a la tercera va la vencida y eso ocurrió en el año 2008. Cuando amigos
entrañables de Cantabría y Galicia conocedores de mi nueva invitación al
terruño, tuvieron la gentileza de extenderme sus brazos solidarios a otras
regiones del país.
En
primer lugar a (Mi hermano gallego) Xosé Neira Vilas y su queridísima esposa
Anisa Miranda--exponente y promotora de la literatura infantil cubana--un año
antes de su lamentable deceso; también al Museo Etnográfico y Comarcal de
Fonsagrada en la provincia de Lugo por permitirme exponer en sus salones la
muestra de caricaturistas cubanos al Caballero de París, nada menos que el 8 de
agosto—coincidiendo con “El Día del Inmigrante”--y por último a la (loitadora) Fina
Senra y sus amistades que me acogieron en sus respectivos hogares; sobre todo
por ofrecerme la oportunidad de visitar la emblemática
Santiago de Compostela y nada menos que en los días finales de julio en que miles
de peregrinos, tras infinitas caminatas con sus mochilas al hombro, arriban a la
ciudad para rendir pleitesía en su día al Santo Patrón: Santiago Apostol.
De
su infinitos milagros está plagada dicha historia que puede consultarse en
internet y también hace pocos días en el trabajo que publicara Daniel Chavarría
para el dominical de JUVENTUD REBELDE bajo el título de “Gracias al Butafumeiro”.
Yo
solo me limitaré a decir que por algo unas 20 ciudades de todo el mundo se
honran con su nombre incluyendo nuestra querida Santiago de Cuba que en estos
días arriba a su Medio Milenio.
Lo
que vi en aquellos días fue precisamente la arribazón de centenares de peregrinos—jóvenes
en la mayoría—que descansaban del sudor y el bochorno estival a la sombra de tenderetes
en callejuelas y alrededor de la plaza para refrescar con algún líquido el calor y el esfuerzo de
interminables y calurosas jornadas atravesando toda Europa para rendir culto al
Santo Patrón.
Ese
enorme botafumeiro de hierro del que nos habla Chavarría, solo puede moverse
por el esfuerzo de ocho forzudos que halando una gruesa soga expanden el
incienso divino de un extremo a otro de la inmensa bóveda repleta de devotos,
quienes a su vez tratan de tocar las imágenes sagradas y otros símbolos
benditos, como ocurre igualmente con la estatua de nuestro terrenal Caballero
de París a la entrada de la Basílica Menor de San Francisco de Asís en la
Habana Vieja.
“…Así
transcurren las penitencias, ayunos y ofrendas de los fieles que acuden a la
Plaza del Obradoiro, donde se recortan contra el cielo la fachada barroca de la
catedral y el palacio del obispo Gelmírez, quien mandó en la Galicia del siglo
XII. Sin embargo el pórtico de la Gloria no se ve porque está encerrado en el
lujoso joyero de plata para que la intemperie no le deteriore.(…) La enorme
catedral gótica se colma de fieles y de repente un murmullo envuelve la nave
central al paso de gigantes y cabezudos de los cinco continentes que se dirigen
al altar para rendir honores a Santiago el Mayor, decapitado en Palestina tras
difundir el mensaje apostólico por la vieja Europa, y en el mismo Monte de los
Olivos donde antes fuera crucificado Jesús de Nazareth. (…) La muchedumbre
aplaudió entusiasta cuando la Berenguela, con su reloj de una sola aguja, cantó
a la medianoche y la Quintana de Muertos despertó a la de Vivos dieciocho
peldaños más arriba.(…) Al regreso por las estrechas escaleras de las cubiertas
del templo, cientos de sombras vagaban sobre las pesadas losas de la bóveda
escoltada por cinco torres. (…) Son famosas las cadenas de la entrada al hostal
de los Reyes Católicos con esa pesantez solemne y avezada que se gastaban los
personajes de la curia. Hoy puede ser la mano que bendice, que perdona, que se
posa sobre el hombro del que busca consuelo y se aferra a la balaustrada del
púlpito antes de subir a sermonear. Tiempos atrás, esas cadenas delimitaban la
zona de seguridad a la que podían acogerse los prófugos de la justicia sin ser
detenidos…”
Lo subrayado en negritas es parte de un trabajo publicado el 18 de agosto del 2005 en LA NUEVA ESPAÑA, por José Manuel Ponte con el título de ”Un talante episcopal” cuya ilustración fotográfica—que ahora mostramos--corresponde a la visita que en esa fecha hiciera el presidente de Asturias, Señor Vicente Álvarez Areces, a Santiago de Compostela con motivo de dichas festividades.
Lo subrayado en negritas es parte de un trabajo publicado el 18 de agosto del 2005 en LA NUEVA ESPAÑA, por José Manuel Ponte con el título de ”Un talante episcopal” cuya ilustración fotográfica—que ahora mostramos--corresponde a la visita que en esa fecha hiciera el presidente de Asturias, Señor Vicente Álvarez Areces, a Santiago de Compostela con motivo de dichas festividades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario