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8 jul 2015

REGALO POR EL DIA DE LOS PADRES



OBSERVACION: En el transcurso de esta lectura, verán algunas copias de historietas con sus respectivos señalamientos en rojo que corresponden al libro titulado CHE, cuya explicación aparece al final del trabajo. Sólo así entenderán este galimatías. GRACIAS. 
El pasado domingo 21 de junio, tuvimos un agradable almuerzo criollo con motivo del Día de los Padres. Algo que de seguro se repitió en casi todos los hogares de Cuba. En mi caso, si no les cuento esto la digestión terminaría por pasarme la cuenta:
Tras las alegrías de sobremesa, invite a uno de mis invitados: Francisco Pedro Blanco Hernández—segundo de mis descendientes y el más vinculado a mi  por razones profesionales--a revisar la ultima entrega de este blog.
En una de ellas titulada “Enfermérides” traté de inventar una especie de pandemia a partir del excesivo tratamiento de temáticas sobre conmemoraciones, aniversarios y efemérides de nuestra prensa como compensación a la inmediatez que nos ofrecen las nuevas tecnologías de la información en tiempo real.
Al terminar la lectura mi hijo me aclara: --Viejo, muy interesante la crítica, pero tú también metiste la pata porque la imagen que calza el escrito es una foto del monumento a Mariana Grajales—madre de los Maceo—pero no está situada en Marianao, sino en la calle 23 entre C y D, al frente del Preuniversitario Saúl Delgado del Vedado.
El dardo de la censura se había volteado contra este octogenario criticastro, demostrando una vez más que el errar es de humanos, por lo que pido disculpas a mis pacientes vecinos por mis errores y los ajenos; pero, ahí no terminaron las sorpresas, pues en el siguiente trabajo de este mes de junio titulado “Che: Al rescate de una leyenda” también el vejigo aportó lo suyo:
Paquito—como lo llamamos desde niño en casa--fue igualmente testigo de lo sucedido al participar del Primer Encuentro Iberoamericano de Historietas, celebrado en La Habana (febrero de 1990) donde no solo ganó el Premio “La Palma Real” que otorgaba la Editorial de la UPEC por el trabajo titulado “EL Último caso del Inspector” basado en un poema de Wichy Nogueras, sino que salió electo como acompañante de Manuel Pérez Alfaro, en la candidatura de Presidente y Vice para la Asociación Latinoamericana de Historietistas, la cual lamentablemente tuvo breve desempeño debido al Periodo Especial que nos golpeó casi de inmediato.
Terminado el análisis de la lectura, otra observación de mi hijo:--Todo muy bueno viejo, pero… Hay peros que erizan los pelos… en lo de la solicitud de Breccia y Santolaya para rectificar errores en el texto original del libro editado por la Editorial Ikusager del País Vasco, hubo un documento en el cual se señalaban esas opiniones.
Yo:--Sí claro, pero no lo encontré en mis archivos de ahí que recurriera a la memoria y señalara esos tres ejemplos en las páginas 19, 35 y 49 del referido álbum.
Él: --Es que son más y la copia recuerdo está aquí, dentro de uno de tus famosos “incunables” de la época. 
YO:--Para sorpresa mía el documento, con señales del paso del tiempo en su piel hizo su aparición como por arte de magia y promulgó las conclusiones de este conversatorio entre padre e hijo. En fin, para no extendernos más, en el recorrido de la lectura ya ustedes fueron descubriendo esos cuatro nuevos señalamientos con sus debidas ilustraciones. Espero que hayan quedado satisfechos.

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