Durante
la pasada “Humoranga” de San Antonio de los Baños, en el mes de abril tuvimos
el placer de compartir un par de merecidos homenajes—ambos anticipadamente--los
55 años de PALANTE (16 de octubre de 1961) y los 60 el benjamín de la familia palantera
José Luis López Palacio nacido en
Cienfuegos--cuna de grandes caricaturistas como Juan David y Her-Car--el 16 de
mayo de 1956. ¡Increíble contradicción pero cierta! ¿Empezó éste a publicar en
la revista con solo seis años? Saque usted la cuenta.
Al
surgir el semanario humorístico PALANTE Y PALANTE, con el fin de unificar lo
poco contaminado de la prensa capitalista especializada hasta entonces y los
nuevos impulsos surgidos al calor de la propia Revolución, ya EL PITIRRE—suplemento
de REVOLUCiÓN-LA TARDE--aunque breve en su vuelo, había demostrado que “Por
mucho que el aura vuele, siempre el pitirre la pica”. Así que el humor
gráfico revolucionario, desde el punto de vista formal como del conceptual, no
sería el mismo a partir de entonces.
Este
nuevo semanario, inspirado en un pegajoso estribillo combativo y musical de una
arrolladora conga se acercaba más a los conceptos trazados al vuelo por el pequeño pajarillo de
la familia de los “tiránidos” que del dubitativo ZIG-ZAG--símbolo del choteo y
la politiquería seudorepublicana--por tanto los redactores y caricaturistas
fundadores del PALANTE venían provenientes y evolucionando los otros medios masivos
como la propia prensa escrita, la televisión y la publicidad.
Con
el paso del tiempo, los componentes humanos de dicha publicación fueron
envejeciéndose unos y sintetizándose el logotipo--Así quedó PALANTE a secas--
mientras el personal en plantilla no se renovaba debidamente.
De
ahí que surgieran algunas iniciativas como la creación de “Chispa Joven” espacio
dedicado a dibujantes noveles con
inclinación al humor gráfico, lo cual puede considerarse como un adelanto al
Movimiento de Artistas Aficionados concebido
con posterioridad para todas las otras instancias culturales. Lo cierto
es que Kinde, Luis Cabrera, José Luis, entre otras muchas nuevas firmas, se
dieron a conocer por entonces en nuestras páginas, junto a consagrados artistas.
Corría
el año 1976 cuando mi hijo, al titularse
en la especialidad de grabado en San Alejandro se me acerca para informarme que
junto con él se graduaba José Luis López Palacio y que iba a ser enviado a
Cienfuegos--su provincia natal—con el propósito de cumplir su pasantía de
trabajo social.
Al
frente de la publicación palantera y a sabiendas de que con esta medida se perdía un
talentoso caricaturista joven, nos dirigimos a dicha Academia para
entrevistarnos con su director el destacado muralista Orlando Suárez, quien
conociendo el paño, coincidió con
nuestro criterio y se hicieron los
arreglos para que el joven cienfueguero—ahora residente en La Habana—cumpliera dicha
etapa en nuestra publicación, también privada de incorporar nuevos cuadros a la plantilla por
carecer de un albergue en la capital, cosa que sí era común a otras publicaciones de la UJC,
como DEDETÉ, SOMOS JOVENES, PIONERO, etc.
Es
esta situación lo que da título y califica de benjamín al nuevo miembro de la
familia, pues José Luis es el único que hasta entonces había llegado totalmente
vírgen e inmaculado a formar parte de nuestra redacción, y desde los primeros
trabajos respondió a las expectativas depositadas en él, lo que sumado al
talento natural, su formación académica, la dedicación y el deseo de superación
redundó en el artista consagrado que es en la actualidad.
Tocará
a otros analizar la obra de este artista
a partir de los últimos 40 años. Yo sólo agregaría que, a sus innatas
condiciones, con el estudio y la perseverancia logró--entre otros aspectos--captar
el impacto de las portadas del genial
PITÍN, la disciplina en el cumplimiento de los cronogramas, el detallismo
multitudinario en las panorámicas de Felo, el ejercicio de la crítica y la
autocrítica, las sugestivas curvas de las Criollitas de Wilson, o el diálogo
mínimo y sugestivo de dos vecinos tratando de decir mucho en pocas palabras y
el oído atento al pulso de la nación.
De
otras cualidades suyas se habla en el
catálogo de la exposición personal “Todo mezclado” que presentó el
mes pasado en los salones del Museo del Humor; de sus cuatro libros “La
risa es salud”, “Piensas ya en el amor”, “Ensalada de Historietas” o “Adán y
Eva”; o de esa pícara y multipremiada obra “Divina cuenta” que al parodiar la profética Cena de Miguel Ángel, nos saludaba con un
guiño picaresco desde el vestíbulo de la instalación. Lo cierto es que en esta competitiva
muestra de abril José Luis sólo obtuvo del Jurado una mención en Humor General
con la obra “Ciber canastilla” y sin embargo ganó el Premio a la Popularidad
con el voto casi unánime de los visitantes, lo cual viene a apoyar un tanto estas consideraciones
mías sobre su poder de convocatoria.
En
cuanto a la exposición personal titulada “Todo mezclado”-–alrededor de 40
obras-- donde combina caricaturas en color
y en blanco y negro, personales, políticas, costumbristas, de humor general, e historietas,
la actual directora de PALANTE, Mercedes Azcano Torres, aclara que dicho título
se corresponde un tanto con el artista: “…mezcla de un cubano mulato con sangre de
indios, españoles, chinos y africanos…” y con similares aptitudes “…mezcla de pintor, grabador,
historietista y caricaturista…”
En
cuanto la otra exposición del evento en homenaje a PALANTE, “…Más
allá de la media rueda…” dejemos que el también director del DEDETÉ, Adán Iglesias, puntualice algunos
conceptos vertidos en el catálogo de la misma: “…Como olvidar la Esquina del
Dolor,
ese reportaje gráfico que denunciaba el relajito urbano o las suciedades que siempre
han proliferado en la ciudad…” Más adelante lo califica de: ”Periodismo
avanzado
y directo, antecedente de CUBA DICE, aunque pocos escuchen…” O este otro: “…Ahí
está en síntesis gran parte de la historia revolucionaria de nuestro país…”
A
la respetable opinión de ambos directores en funciones, pueden sumar las de
este humilde servidor, quien tuvo el enorme privilegio de abrirle las puertas
de PALANTE hace 40 años al BENJAMÍN DE
LA FAMILIA.
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