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11 may 2016

MI PERSONAJE INOLVIDABLE (4)



Como en los casos anteriores, he aquí la nueva propuesta de mayo, con iguales requerimientos, es decir: Cinco aspectos fundamentales para identificar  al personaje. Una pausa para responderse usted mismo. Y cinco datos añadidos para aclarar el misterio. Sin más, aquí va la encuesta:

1)          Muchos aspectos coincidentes me acercaron a dicho personaje: Nacimos en esta capital de todos los cubanos, en la misma época de entre guerras del siglo pasado; al principio practicamos el periodismo de forma honorífica, donde por entonces el aficionado se consideraba como un intruso profesional. Desde niño sintió pasión por el fútbol; lo disfrutó y lo jugó en nuestra época de oro, allá por 1938 cuando Cuba participó en el  Mundial de Fútbol de París.

2)          En aquellos tiempos, mientras la Península Ibérica se desangraba en una cruel Guerra Civil, aquel joven quinceañero adoptando el seudónimo de “Tobita”  practicó el fútbol cuando las sociedades españolas radicadas en Cuba—Centro Gallego, Juventud Asturiana, Iberia e Hispano-América--respaldaban la práctica del balompié en los estadios de “La Polar” o  “Campo Armada” mientras el beisbol se practicaba sobre todo en “La Tropical·”

3)          En la década de los años cincuenta, sin ser periodista profesional colaboró en la sección deportiva del diario EL MUNDO con amenas crónicas futbolísticas. Por entonces todo era profesional: La Escuela Profesional de Periodismo, la Liga Profesional de Beisbol, etc. El resto, los empíricos--como nosotros dos--para darnos a conocer teníamos que hacerlo honoríficamente. Sin abandonar nuestros respectivos oficios. Yo, como tipógrafo en el matutino simultaneaba con retratos a creyón de los atletas famosos para la sección deportiva y él, además de trabajador bancario, escribía semanalmente el espacio “Rodando el balón”. Tal vez esa característica --Por amor al arte-- fue lo que nos unió.

4)          Con el Primero de Enero de 1959  muchas cosas cambiaron en nuestro país y tanto él como yo, pasamos a formar parte de los planes de la Revolución, sobre todo a partir de  la  creación de la revista LPV en octubre de 1961, cuando José (Pepe) Llanusa nos incluyó en la nómina fundacional de dicha publicación.

5)          A partir de entonces, nuestro protagonista se vinculó a muchos de los planes deportivos de nuestro país tanto en esa especialidad como en la redacción humorística para el igualmente debutante semanario PALANTE y su página de entretenimientos. Pero también en la esfera de la historiografía del deporte, sus archivos y los récords cubanos e internacionales en general. Primero en el propio INDER y después formando parte de la programación deportiva de nuestra Televisión Nacional. Pero si grande fue su aporte de esta especialidad en los medios masivos, mucho más fue la huella cultural que heredamos con sus dos hijos—consagrados en el campo de la literatura cubana contemporánea.
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Hasta aquí los datos que suministramos para la identificación del personaje histórico. De no ser posible, a continuación brindamos la información complementaria  para su debida identificación:

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1)          Se trata de Alberto Yáñez Arbesú, nacido en La Habana el 22 de enero de 1921.  Recuerdo que para darse a conocer, en la década de 50 del pasado siglo, él comenzó redactando gratuitamente en EL MUNDO, la sección semanal-deportiva “Rodando el Balón”. Lo más curioso es que dicho espacio lo  firmaba cada domingo el veterano Ernesto Azúa, uno de los periodistas más connotados de entonces: Por su parte, Yáñez era un innovador y quiso el destino que  sus conocimientos en el balompié y mis inquietudes gráficas se unieran para enriquecer aquellas crónicas dominicales mediante un croquis de la jugada decisiva consistente en la representación del área chica, con los futbolistas participantes  y mediante una línea de puntos se trazaba la trayectoria del balón hasta incrustarse en las redes con un pie de grabado explicando la jugada. 
3)          Ésta y otras iniciativas similares permitieron  que en  octubre de 1961 el compañero José Llanusa nos convocara a ambos para  formar parte del staff fundador de la revista LPV, donde creamos la sección “Garabatos deportivos”  donde Yáñez  debutaba como redactor humorístico, y se convertía además  en un colaborador del también recién nacido semanario PALANTE, donde fue inspirador de una de sus secciones más populares: PALANTE EN PELOTA, continuada más tarde por Juan Manuel Betancourt (Betán).

4)          Todo esto ocurría, sin que nuestro fogoso personaje abandonara sus responsabilidades en el sector bancario, donde al calor de los cambios revolucionarios participó fervientemente en la creación del movimiento deportivo sindical de base, hasta que pasó definitivamente al INDER donde hizo aportes en el rescate de la memoria histórica del deporte, sus récords, así como la organización de  los archivos pertinentes. Fue tal su consagración que poco después pasó a formar parte de la programación deportiva en la Televisión, logrando también relevantes contribuciones a eso que ahora llaman sabimetría.  Pero sobre todo sin abandonar su chispeante prosa, su carácter alegre, y su desinterés innato.  

5)          Por último quiero referirme a un aspecto tan destacado  o más, por la herencia que nos dejó como padre ejemplar. Fallecido hace algunos años, tuvo la satisfacción de ver a sus dos hijos Mirtha y Albertico—muy jóvenes aún--convertidos en verdaderos baluartes de la literatura cubana: Ella con una extensa obra, multipremiada y reconocida internacionalmente, que disfrutamos con su última propuesta  en la Feria del Libro del 2011  titulada “Sangra por la herida”  y él, lamentablemente fallecido muy joven aún en un trágico hecho de sangre, cuando apenas nos sorprendía con ese simpatiquísimo “Libro primero de las cosas raras” donde  narra las hazañas de la  singular perra Penélope—mascota de la familia--pero dotada de una personalidad singularísima, digna de inspiración a los mejores narradores de ficción…Y Albertico lo fue...


Como constancia de lo dicho aquí, mostramos la foto que nos tomaran a Yáñez y a mi, en el stadium durante aquellos tiempos en que compartíamos goles, penalties y sueños.

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