El
pasado primero de noviembre, la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de
Nueva York, retumbó una vez más con los atronadores aplausos de las
delegaciones allí representadas ante su Asamblea General, para aprobar por 27
años consecutivos la resolución planteada por nuestra delegación solicitando la
eliminación del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
En
esta ocasión el Tío Sam y sus obtusos sobrinos, ante la abrumadora suma de
derrotas consecutivas quisieron montar un show mediático y en vez de una, presentaron
ocho contrapropuestas para rendir por cansancio a las delegaciones de todo el
mundo allí presentes.
Tanto
va el cántaro a la fuente hasta que se rompe y eso fue lo ocurrido en dicha
cita. En esta ocasión el tiro les salió por la culata y en vez de recibir un
solo fracaso, tuvieron que morder el polvo en los nueve innings que duró la
paliza de nuestro equipo Cuba: Ocho en oposición a la nuestra y una a favor de
la verdad. La caricatura con la que ilustramos dicho resultado es una
fehaciente prueba grafica de esta situación.
Pero
el criminal bloqueo se remonta a los difíciles años en que el Imperialismo
trataba por todos los medios de rendir a nuestra naciente Revolución, aún antes
del criminal sabotaje del vapor La Coubre en marzo de1960, pero sobre todo tras el fracaso de sus “Cocineros” en la
invasión de Playa Girón en abril de 1961, lo que dio
lugar a la Operación Mangosta a partir de enero de 1962. Es entonces que se agudiza
el conflicto con la intervención soviética dando lugar a la Crisis de los
Misiles, que según muchos en el mundo duró 13 días, pero que para nosotros--milicianos
de a pie--nos tuvo en guardia permanente desde mucho antes.
De
aquellos combates hace 56 años quedamos pocos caricaturistas sobrevivientes como
menda, que en este mes de noviembre arribo a los 88 abriles. Recuerdo que en
esos días fuimos movilizados como Corresponsales de Guerra por los distintos
medios masivos, tanto de la prensa plana como de la televisión y el ICAIC.
A
mi me tocó una unidad de tanques en los alrededores de La Habana. Fue así que
pensé en aquella portada que había realizado para PALANTE Y PALANTE sobre la
crisis de octubre, que tuvo tanta repercusión. Fui a los archivos para
brindársela a ustedes mis vecinos del alma y recibí tremenda sorpresa.
¡No
aparecía en mi colección!. Había revisado hoja por hoja los cuatro números
correspondientes al mes de octubre…Y nada.
¿Estaré
volviéndome loco? ¿Será de nuevo otra diablura de ese decrépito
Azheimer?...Paciencia, me dije como Chan LI Po en sus mejores tiempos y volví a
buscar con más minuciosidad.
Claro,
la portada había sido publicada en la edición de PALANTE correspondiente a los
días 22, 23 y 24 de septiembre, y yo la asociaba al momento preciso del
desenlace—a fines de octubre.
Aquí
les dejo el facsímil de aquella cubierta de PALANTE junto a la primera plana
del periódico REVOLUCIÓN un mes después. Al verlos juntos llegué a otra
conclusión que tal vez ustedes compartan conmigo.
El
periódico REVOLUCIÓN, al cumplir una función informativa nos refleja el hecho
concreto, con la inmediatez y objetividad de su frecuencia; lógicamente
superada en la actualidad con la red de redes en tiempo real.
La
caricatura de PALANTE por el contrario es interpretativa, refleja un
sentimiento más que un hecho. La obra humorística se basa en la realidad pero
es subjetiva. Por eso profundiza tanto en la sensibilidad humana y hasta puede
llegar a los extremos de esta bravata que no sé de donde rayos me salió.
Lo
cierto es que a Cuba no pudieron tomarla entonces, por aquí ni por ningún lado;
y hoy parece mucho más difícil, pues son muchas Cubitas las bellas que alumbran
desde el ALBA de Nuestra América, como lo soñó Martí.
El
resultado de esta última resolución cubana en la Asamblea General de las
Naciones Unidas contra el bloqueo de Estados Unidos lo confirma.
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