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3 nov 2018
CUBA SI, BLOQUEO NO
19 nov 2011
A PROPÓSITO DEL DIA INTERNACIONAL DEL NIÑO
Tan significativo acontecimiento ha inspirado a numerosos artistas en la ejecución de trabajos alusivos a la fecha. Caricaturistas amigos de Cuba han realizado encomiables trabajos alegóricos a esos “Príncipes Enanos” de que hablara nuestro Apóstol José Martí. Entre ellos cuento al fraterno dibujante español Carlos Giménez, quien ilustró en 1999 el cuaderno de historietas “Los Derechos del Niño y la Niña”, cuya carátula ofrecemos a continuación.
Desconozco que existan iniciativas similares de otros humoristas gráficos, en su defecto aquí va nuestra oferta:
Al acercarnos a la fecha, BLANQUITO el autor de este blog se enorgullece también en darle a sus amables vecinos, la visión actualizada de esos Diez Mandamientos.
1.- El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración sin excepción alguna ni discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma religión, opiniones políticas o de otra índole.

3.- El niño desde su nacimiento tiene derecho a un nombre y a una nacionalidad.
4.- El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social, con derecho a crecer y desarrollarse saludable. Proporcionándole cuidados especiales tanto prenatal como postnatalmente; alimentación, vivienda, recreo, y servicios médicos adecuados.
5.- El niño, impedido físico, social, o mental, debe recibir el tratamiento, la educación y los cuidados que requiera su caso particular.

7.- El niño tiene derecho a recibir educación gratuita y obligatoria, por lo menos en las etapas elementales. En condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes, su sentido de responsabilidad. Además debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones. La sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

9.- El niño debe ser amparado contra toda forma de abandono, crueldad, o explotación y mucho menos objeto de trata. No debe permitírsele trabajar antes de una edad mínima adecuada, ni dedicarse a empleos alguno que pueda perjudicar su salud o educación.

Son diez principios inviolables, y finalizo deseándole a todos trescientas sesenta y cinco veces seguidas ¡FELIZ DÍA INTERNACIONAL DEL NIÑO!
16 oct 2011
EL MARAÑÓN: (VIII PARTE)
Cuando yo era chiquitico y del mamey… Oía con frecuencia las reprimendas de los mayores, no siempre agradables. Otras se mantienen vigentes, pero con cierto tufo a cosa rancia. En la pasada edición dejamos caer en EL PARQUE la semillita de este asunto.
Veamos algunas expresiones:
--Tienes las uñas negras… ¡Ve a lavártelas!
--Estás trabajando como un negro y ganando una miseria.
--Me quedé sin pincha, me las estoy viendo negras.
Era la herencia de una sociedad dividida en clases, donde al pobre le tocaba bailar con la más fea, por lo general también negra.
Con solo releer algunos anuncios clasificados de la época de la colonia en EL DIARIO DE LA MARINA tendremos ejemplos elocuentes de la trata de negros. Si lo volvemos a hojear en tiempos de la seudorepública, sus anuncios clasificados reiteran el estigma de género con la trata de blancas, oferta a veces disfrazada de “meseras”.
A tal punto llegó esa republiquita bananera concebida contra natura por la Enmienda Platt, que hasta una guerra fue provocada en 1912 por la Ley Morúa. El líder oposicionista Evaristo Estenoz, murió en combate y los alzados fueron exterminados. Resultó ser --en nuestro país-- la primera limpieza étnica del siglo XX, pues la de Weyler en el anterior no respetaba color, sexo, ni credo.
En 1966 realicé para el semanario PALANTE bajo el título de “Metamorfosis”, una caricatura que obtuvo el Segundo Premio de Humor Político de Montreal, Canadá. Lo curioso es que sin proponérmelo, la secuencia había antecedido a un movimiento rebelde dentro de los Estados Unidos que se conoció más tarde como “Las Panteras Negras”.
El negro, más allá de aspectos raciales, siempre fue un estigma para la “Alta Suciedad”: Si moría algún familiar querido había que vestir de luto riguroso. Es decir: Velo, sombrero, bata, medias, y zapatos negros por encima, mientras la ropa interior la componían: ajustador, blúmer y refajo igualmente rigurosos. Imaginemos a nuestras abuelas bajo un abrazador sol veraniego envueltas en ese sudario oscuro, y lo que es peor: Mantenerlo durante varios años hasta un sucedáneo llamado medio luto. Pero aquí también afloraba la oreja peluda de la doble discriminación, pues la pena luctuosa machista se limitaba a una corbata o un simple brazalete negro.
Los más famosos personajes del teatro bufo y vernáculo fueron sin duda el negrito, el gallego y la mulata, casi siempre enredados en un hilarante triángulo amoroso, cuyo conflicto se resolvía en la escena final de la rumba callejera. Todos aquellos “negritos” comediantes eran de piel blanca con la cara pintada de negro y guantes del mismo color. Calidad histriónica tenían y su popularidad los llevó a percibir cifras astronómicas, según reflejara su fama o la taquilla. No pocos de ellos eran sus propios empresarios. Algunos autores dramáticos cuando se les apagaba la chispa, recurrían a otros noveles desconocidos a quienes –aunque fueran caucásicos-- llamaban “negritos” y les pagaban una iguala bajo cuerda con la condición de que no podían firmar los libretos. A lo mejor, aquel blanco que salía como negro virtual al escenario, ganaba un dineral; mientras el otro “negrito” real, el verdadero que se devanaba los sesos y robándole horas al sueño escribía el libreto, recibía una migaja, y seguía en el anonimato por século seculorum. ¡Amén!
TRANVÍAS CONTRA CUCARACHAS
Si la memoria de Olga no falla, el primer tranvía propiamente dicho, circuló en La Habana hace 110 años. Olga es mi hermana de 86 años que tiene una retentiva prodigiosa; a tal punto que mi nieto Boris de veintipico de abriles, --un pico de casi una década—a cada duda me dice: --¿Consultaste con Wikipedia?—Y ya saben ustedes a quién se refiere.
Pues bien, aquello ocurrió el 22 de marzo de 1901, cuando los primeros tranvías eléctricos sustituyeron a las llamadas “cucarachas”, transportes colectivos de vapor, que circulaban por el barrio de El Carmelo en el Vedado y a su vez habían reemplazado a los vehículos de tracción animal. Estos últimos dejaban las calles hecho un asco. Los de vapor no afectaban la vía, sino a los asmáticos y a los no fumadores, que empezaron el vicio, más por venganza que por adicción.
Lo que ganamos en higiene sin el hollín ambiental, lo perdimos en accidentes fatales, porque hasta entonces sólo se podía circular a 12 kilómetros por hora en las calles estrechas, y a 20 en las calzadas.
A partir de aquel acontecimiento se duplicó el transporte de pasajeros en La capital, con la promesa de ampliar la red en cuatro direcciones: 1– Vedado-San Juan de Dios. 2 - Cerro-Alameda de Paula. 3 – Príncipe-Amistad. 4 – Jesús del Monte-San Juan de Dios. Al precio de cinco centavos plata española o 7 kilos prietos norteamericanos.
Bueno, bonito y barato dirían complacidos los habaneros, pero algo olía mal desde los comienzos de la República. Los “chivos” procreaban por doquier, y como por arte de magia, --o de a intervención yanqui para ser más exactos--, ya en junio de 1899 la HERC (Havana Eléctric Railroad de Cuba) había comprado los derechos para explotar el servicio a un precio seis veces menor al de seis meses antes. Y en medio de este mejunje surge una figura clave: Mr. Frank Steinhard, Cónsul General de los Estados Unidos en Cuba, quien renuncia en 1907 al cargo diplomático para “sacrificarse” y asumir un papel en la referida HERC.
Es bueno aclarar que aquellos primeros cachivaches eléctricos no fueron muy bien vistos por la población acostumbrada a llegar puntual independientemente de los moñingos obsequiados por la tracción animal. Los sustitutos funcionaban por baterías y a veces se descargaban a mitad de camino por lo que había que seguir viaje en la guagua de San Fernando.
Con la desaparición física del último tranvía (el No. 388 de la línea Príncipe-Avenida del Puerto, el 29 de abril de 1952) se empezaban a librar los primeros combates contra una sangrienta dictadura nacida exactamente 50 días antes. Pero el apoyo del gobierno y las corporaciones yanquis al gobierno de facto se mantuvo antes y después de Batista, por lo que todavía seguimos denunciando ante la Asamblea General de la ONU el criminal bloqueo por más de cincuenta años.
Una madrugada, mientras caminaba de regreso al hogar en medio de uno de esos apagones del periodo especial, reflexionaba si fue buena o mala la desaparición física del tranvía eléctrico en la capital, y sus consecuenci9as en una noche así. De pronto tropecé con algo duro que me lanzó al piso; con mucha dificultad me incorporé y cojeando continué mi camino. Al mañana siguiente, más aliviado, y picado por la curiosidad quise saber con qué había chocado. Me dirigí hacia el lugar del accidente; al cruzar la calle vi allí que el pavimento mostraba un bache donde afloraban como reliquias arqueológicas los fríos carriles de un antiguo Luyanó-Malecón.
Aquella puñalada abierta en el pavimento, dejando ver los rieles como restos mortales me trasladó mentalmente al pasado de explotación al que habían sometido a nuestros pueblos, y afloraron las imborrables imágenes de “Las venas abiertas de América Latina”… Hay que luchar contra el olvido.
¡Gracias Galeano por recordárnoslas!
No sé si ustedes, mis pacientes vecinos, se han dado cuenta que de vez en cuando aparece aquí la sección “En Pocas Palabras”, subtítulo que también utilicé para el libro de tiras cómicas “!Ay, Vecino!”
En varias ocasiones he tocado el tema de la brevedad en todas sus manifestaciones, pero sobre todo partiendo de la profesión que abracé desde mis comienzos: El humorismo gráfico incluyendo la caricatura personal.
Desde aquellos muñecos cabezones realizados por los dibujantes de la prensa decimonónica, hasta los sintéticos trazos de los verdaderos maestros de la línea como los cubanos Rafael Blanco, Valls, Massaguer y Juan David, la caricatura personal ha evolucionado ininterrumpidamente.
Más acá en el tiempo, foráneos como Steinberg, Thurber, Sempé, y muchos más, influyeron en la evolución del humorismo gráfico mundial y nacional, con propuestas más modernas conocidas como “Sin palabras”.
En este espacio hemos abordado algunos ejemplos como los de Abela, Felo, Chago, Fornés, Alben, Hercar, Pecruz, Felo, Tomy, Val, --ya desaparecidos— y más recientemente el caso de Pitín al arribar a sus 80 años de edad. Todos ellos demostraron en Cuba que: “Un dibujo puede decir más que mil palabras”.
He aquí dos ejemplos recientes míos de síntesis humorística: A la izquierda una titulada ARENILLA. A la derecha el amor en internet.
Pero no seamos absolutos. La fórmula puede aplicarse a toda actividad humana, y válida para cualquier época. Por ejemplo, “El tiempo es oro” pertenece al Siglo del mismo metal en la Lengua Española. A lo largo de toda la lengua, --perdón—la historia, dichos populares, aforismos doctrinarios, fábulas animadas, sentencias jurídicas, o doctos refranes y moralejas éticas, lo han demostrado. Compruébelo eliminando todos los adjetivos anteriores y verá que bien se siente.
Recurrimos pues al maestro Eduardo Heras León y su estudio de las técnicas narrativas que la Biblioteca Familiar de la Editorial “José Martí” pusiera en nuestras manos bajo el título de “Los desafíos de la ficción”.
En su página 16, al abordar los tiempos verbales de la narración dice (sic): “…Tomemos como ejemplo no una novela, sino un cuento, acaso el más corto (y uno de los mejores) del mundo: “El dinosaurio” del guatemalteco Augusto Monterroso que consta de una sola frase: (Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí)…”
Y es aquí donde deseo detenerme para no hacerles perder más tiempo. A propósito de Monterroso, es cierto que prefirió definirse como guatemalteco, pero en realidad nació en Honduras donde celebró los primeros seis cumpleaños, y vivió sesenta de sus ochenta de despedida en México donde falleció el 7 de febrero de 2003
En cuanto a su dinosaurio de siete metros y solo siete palabras, no siempre fue comprendido por la crítica.
Él era así no solo con la pluma sino con el verbo. A propósito, en cierta ocasión un hipercrítico le dijo con desdén: “!Eso no es un cuento!”, a lo que Monterroso le lanzó la saeta impregnada con el veneno de la ironía: --Es cierto: “El dinosaurio es una novela”.
Otro día durante una cena, él le preguntó a cierta dama poco convincente: “…Ha leído alguna vez mi cuento EL Dinosaurio?”. Y ella le respondió: “!Ay, es lo que más me gusta de todo lo que ha escrito! Y eso que sólo voy por la mitad”…” La risa atravesada como un hueso en su garganta, por poco lo asfixia.
El humor cáustico de Monterroso lo llevó a titular su primer libro “Obras completas”, y veinte años después publicó “El resto es silencio”. De su fábula titulada “La oveja negra”, es significativa la presentación que le hizo: “Soy un hombre de frases cortas y paréntesis largos”. Era tan breve de palabra como modesto: “El mundo de la literatura me queda grande”. Según la entrevista que le hiciera Juan Forn, reproducida en la Revista Enfoque de abril-mayo-junio de 2010: “…Al pecado de escribir poco, le sumaba el de escribir corto…” A tal punto de confesar: “…Yo no escribo, yo sólo corrijo…”
Palabra ésta que también tiene su cosa, porque puede honrar un oficio tan cercano a la prensa como es el de “Corrector de Pruebas”, o un acto tan humano y necesario como fecal. Algunos se limpian con el higiénico “Subsanador de errores”, que para el caso es lo mismo, pero no es igual. Con este breve recuento la sección “En pocas palabras” se enorgullece en rendir tributo al más grande cultivador del “bonsái” literario: El colosal Augusto Monterroso.
8 oct 2011
EN POCAS PALABRAS
En el pasado nuestro, muchos slogans publicitarios descansaban en frases cortas e imaginativas como remedo a los refranes que tanto enseñan y gustan. Uno de ellos era aquel que decía: “El secreto del highball está en la liga… ¡Y ya no es un secreto, qué caray!”, a continuación la marca del ron aparecía en pantalla o era musicalizada en un jingle radial.
No siempre esto resultaba así, pues a veces el mensaje no respondía a la realidad; como aquella Liga que endulzó a todo el mundo durante gran parte de la primera mitad del siglo XX --La Liga de las Naciones-- hasta que surgió otra mezcla nada sabrosa y mucho más tóxica: El eje Berlín-Roma-Tokío, preferida por borrachos de poder como Hitler, Mussolini e Hirohito, pero resultó el trago más amargo jamás inventado, entre cuyas víctimas estuvieron millones de judíos.
Hablando de este pueblo: Recuerdo también en mi niñez –católica a la fuerza, no por la iglesia, sino por las costumbres familiares—que los judíos eran los malos de la película, pues habían crucificado a Jesús en Jerusalén, tierra Palestina. Hoy la gran prensa habla de antisemitismo, ¿Y no son igualmente semitas todos los árabes incluyendo a los palestinos? Es una nueva semántica hegemónica y unilateral, donde demokracia se escribe con K.
Pero no nos dejemos mediatizar; volvamos al bar:
Tras la Segunda Guerra Mundial hubo que inventar otro coctel y surgió la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que tenía la ventaja de unir a todas las naciones si se miraba a través del espejo, pues al revés se leería UNO. Es decir un solo pueblo multinacional bajo el criterio de la democrática frase: “Un país, un voto”.
Pero una cosa piensa el borracho y otra el cantinero; la organización tuvo hijos espurios. El primogénito Consejo de Inseguridad creó una nueva fórmula tóxica: --Un país, un veto.— Y ya sabemos lo demokrática que resulta esta práctica.
Pero el más pequeño es igualito de belicoso a su hermano. Lo bautizaron OTAN en español, pero en inglés resulta lo contrario, NATO. Por eso no nos entendemos.
La OTAN defensora de la paz, organiza guerras, que ya no son mortales sino humanitarias con daños colaterales incluidos como la última inventada contra Libia. En su embriaguez selecciona zonas de exclusión aérea para que los civiles no sean víctimas inocentes, sin embargo miles mueren en las ciudades bajo sus bombas inteligentes, de racimo, y tal vez de uranio empobrecido financiadas por millonarios.
A todas luces el “delirium tremens” de la OTAN parece como un plan piloto para aplicar en el futuro; por cierto, ya no usan ni pilotos. Sus drones, son como “la gatica de María Ramos”. Tiran las bombas y esconden la mano: Del verdugo, claro.
Parece como que aquel otro lema publicitario de “Ron Matusalén…Hoy alegre, mañana bien…” los hubiera embriagado. Lo cierto es que el Tío Sam, en el papel de Mandrake el Mago, --con la ayuda de su asistente la NATO-- disfrazada de Lotario; se sacó de la manga la carta trucada del terrorismo independientemente que la gente --es decir-- los pacientes espectadores en sus propios circos desarrollados, les haya descubierto el truco y les respondan “indignados”.
“Siembra vientos y recogerás tempestades” reza otro viejo refrán. Y quien siembra bases militares en todos los rincones del mundo sólo recogerá más “indignados” locales; pero “Guerra avisada no mata soldado”.
Vivimos en plena dipsomanía: El mundo más irracional de toda la historia, en nombre de la razón. ¿No hubo una guerra fría entre dos potencias nucleares?... Mientras ésta se mantuvo a fuego lento, la gente estaba preocupada pero en equilibrio. Si una de ellas se desmerengó a sí misma desapareciendo el fantasma del comunismo: ¿Por qué Estados Unidos inventa el nuevo espectro del terrorismo? ¿Estará curda?... No, si acaso está borracho de poder y quiere meter miedo a los demás con sus duendes y alucinaciones. En su borrachera de terror vaticinó la guerra contra el terrorismo, amenaza que pende como un espectro sobre sesenta o más oscuros países del mundo. Lo peor es que nos haya incluído a nosotros que no creemos en fantasmas.
DOS DESCUBRIMIENTOS: AFRICA Y AMÉRICA
1961: Con solo 28 años Ana Núñez Machín publica en Cuba su primer poemario “Sangre Insurrecta” dedicado a los brigadistas alfabetizadores “Conrado Benítez”. Hasta entonces la joven maestra había compartido su profesión con la de reportera en el diario “Noticias de Hoy”. Las condiciones mostradas en el volumen hizo que el inolvidable Manuel Navarro Luna, le sugiriera escribir la biografía de Rubén Martínez Villena, y ella, inspirada en el revolucionario cubano, acometió la tarea con todas sus fuerzas. Por esta época contábamos en PALANTE con la amistad de Ana, y su padre, el destacado fotoreportero Carlos Núñez.
1971: Como resultado de esos años de desvelos, Ediciones Unión presenta al mercado en 1971 el libro titulado “El Joven Villena” de Ana Núñez, a instancias de otro grande de la profesión --Francisco (el gallego) Mota-- quien estimuló los esfuerzos de la joven. Dicha obra por sus indiscutibles méritos había obtenido el premio de biografía “Enrique Piñeyro” de la propia institución el año anterior. Todos en la UNEAC y en la prensa reconocíamos el abnegado trabajo y la dedicación que ponía en cada una de sus obras, pero ahora nos sorprendía en su poética juventud como investigadora de la figura de Villena.
1988: Al fundarse la Editorial Pablo de la Torriente, en diciembre de 1985 y pasar del semanario PALANTE a formar parte de su staff, me seguía dando vueltas en la cabeza la idea de revivir aquellas postalitas en colores de nuestra niñez, no solo por el hecho de coleccionarlas, sino también de utilizarlas como barajas en nuestros juegos infantiles. Lo más difícil sería encontrar un método de distribución, que antes se resolvía comercializándolas como agregado a galleticas o caramelos vendidos al menudeo. Gracias al financiamiento de la Unión de Empresas de Recuperación de Materias Primas en 1988 se pudo llevar a cabo la idea de editarlas.
1989: Este año, auspiciada por dicha Unión por fin salió al mercado la colección de cien postales en colores en forma de encartes de la revista mensual “COMICOS”. Fue un bello recuerdo al “Señor de la Vanguardia” en el 30 aniversario de su desaparición física. ¿Y quien mejor podía escribir los textos para el álbum “Camilo” que la experimentada investigadora Ana Núñez Machín? Fue también escogido el afamado pintor y diseñador René Mederos para las ilustraciones. Lo que no sabíamos en ese momento, es que Ana firmaría el trabajo bajo el seudónimo de ÁFRICA, utilizado a veces por ella con anterioridad, pero desconocido para la mayoría.
1990: El anuncio de los XVI Juegos Panamericanos de Guadalajara, a celebrarse del 14 al 30 de octubre en la ciudad azteca, nos remonta casi veinte años atrás, cuando se firmó aquel convenio por tres años con una unión empresarial dedicada al reciclaje de materias en desuso, y que además, nos apoyaba en tan loable y lúdica iniciativa. Durante todo ese año se trabajó sin descanso en la confección de las nuevas postalitas como saludo a los XIII Juegos Deportivos Panamericanos que se celebrarían en 1991, y otra proposición similar prevista para el año siguiente que se dedicaría al Quinto Centenario del Descubrimiento de América a celebrarse en 1992.
1991: Aunque esas postalitas jamás llegaron a publicarse debido a que comenzaban las dificultades del periodo especial, han dado pie al cintillo que encabeza este trabajo relacionando con el descubrimiento de África, la escritora, y América el continente. Muchos fueron los planes, ilusiones y objetivos de la editorial que se nos vinieron abajo. Lo de nuestra institución fue un pálido reflejo de lo ocurrido con todo el país. Pero aquí estamos aún, renovándonos día a día, y luchando por nuestra causa contra viento y marea en la convicción de que como dijeron hace exactamente dos décadas nuestros dirigentes históricos ante las dificultades: ¡Sí se puede!... ¡SEGURO QUE SÍ SE PUEDE!
EL MARAÑÓN (VII PARTE): El parque: abierto las 24 horas
Cuando yo era chiquitico y del mamey…La cosa era distinta y diferente…
Si hoy la vida gira alrededor de los celulares, las computadoras, el teatro, la radio, y la televisión; antaño el que no disponía de un radiorreceptor tenía que botarse para el fresco, con lo que no solo se recreaba sino que también se refrescaba.
No sabemos cuándo, dónde, y quién, puso la primera piedra del primer parque, de la historia --ya fuera Jurásico o no—.
El parque es ese lugar sagrado donde acude tanta gente: Los de la tercera edad, se desayunan con el sol mañanero, hacen calistenia o intercambian mentiras de tiempos idos; los de la primera edad -los niños- mataperrean en el recreo vespertino tras la salida del colegio; y en la noche queda montado el escenario para el plato fuerte: Un espectáculo sólo para mayores y entrada por parejas. Más tarde al caer la madrugada también otros caen en sus brazos, --perdón-- bancos; son borrachos sin amparo filial y también duermen en pareja, pero con la mona.
Hasta la más humilde aldea cuenta con su parque correspondiente, y como vimos antes tiene numerosas aplicaciones.
Sirve de brújula: --¿La farmacia?, Ahí, a la derecha, tras el parque.
De velódromo: --¡No es nada mami! Me caí patinando en el parque.
De citas: --Chini, nos vemos esta noche a las ocho en el banco frente a la barbería.
De evacuación: --¡Vámonos… Otra vez el dichoso pajarito me hizo la gracia!
Y así podemos citar otros ejemplos del multioficio que desempeña el parque.
Toda esta actividad de solaz y esparcimiento tenía un fondo musical llamado retreta. Consistía ella en un popurrí de piezas musicales instrumentadas por uniformados de la Banda Municipal que era también militar, pues la dirigía un general.
Sin embargo, el parque no pudo evadirse de la discriminación en aquellos tiempos de vacas gordas y premios flacos.
El parque era como el astro rey, pero hasta el sol tiene sus manchas, --negras por añadidura--, y ese jardín no siempre resultaba un edén. Por las noches los jóvenes acudían a marearse dando vueltas y más vueltas, las hembras en un sentido, y los varones en otro, hasta que chocaban de frente e intencionalmente, para palabrearse. Palabrearse significaba dejar de dar vueltas en el parque y sacar boleto para la entrada, --con suerte--, dos veces por semana a la casa, bajo la mirada protectora de la chaperona. De esa trampa solo se salía casados, o con un par de sillones desfondados.
Pero, volvamos al parque… Habíamos dicho cómo las parejas paseaban en sentido contrario, pero no aclaramos que los blancos no podían mezclarse con los negros. Era una especie de ritual coreográfico respetado por ambos grupos danzarios. En ese apartheid criollo, los más claritos circulaban por el centro de la instalación casi pegaditos a la glorieta…
Perdón, se me había olvidado…
La glorieta era la única casa sin paredes, que se levantaba en el centro del parque, con una cúpula protectora de las “gracias” avícolas; como refugio en días de lluvia; o miradas indiscretas en noches de amor.
Regresemos al desfile nocturno…
El espacio exterior del parque estaba reservado para los más prietecitos y las mulatísimas que debían circunvalar la zona con mucho cuidado, por si algún despistado fotingo trespatás perdía el control y se subía a la acera. Aunque la verdadera razón era la de quedar al alcance del policía de turno --tolete en mano--, quien acudía raudo para imponer el orden si se producía algún percance.
Ese era el parque que me contaba mi abuelo, porque a mi me tocó otra época; la de Chan Li Po y su proverbial paciencia. Pues en cuando terminaba el episodio en vez de ir al parque me metían en la cama, y a dormir para llegar a tiempo al colegio.
En un próximo capítulo pensamos aclarar algunas otras cosas de ese negro pasado.