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SOBRE LOS PREMIOS NOBEL
Motivados por las dos
últimos Premios Nobel de la Paz—en 2008 al Presidente de los Estados Unidos y
este 2012 a la Unión Europea--, en la pasada edición abordamos con una mirada
simpática e irreverente la vida de su fundador Alfredo Nobel y de soslayo
dejamos caer, algo más insólito aún, lo que podríamos llamar el Premio Anti-Nobel.
A continuación presentamos
una caricatura de cómo los tres monitos sabios, vieron el reconocimiento que
este año tan amenazado y a punto de desaparecer, le hiciera a la comunidad de
ese Viejo Mundo a punto de la bancarrota.
Pero dejémonos de bromas y
vayamos a la realidad tomada de la prensa seria.
Existe realmente un
llamado “Premio Ignobel” auspiciado por la muy respetable revista de crítica científica
“ANNALS OF IMPROBABLE RESEARCH.
Anualmente esta
institución analiza las investigaciones más absurdas presentadas en la etapa y
procede a otorgarles sus respectivos lauros por cada una de las ramas de la
ciencia y la técnica. Sólo contamos aquí con algunos de los premiados en el
2006, pero me imagino que en este mundo globalizado y caótico se rompan nuevos
récord Guinness cada año. Veamos algunos de aquellos “inventos” surrealistas:
EN
LA ORNITOLOGÍA: Premio a los investigadores Ivan Schwab y
Philip May, quienes descubrieron la razón por la cual los pájaros carpinteros
no sufren neuralgias ni migrañas a pesar de las vibraciones que producen sus constantes
martillazos con el pico sobre la corteza de los árboles.
EN
LA NUTRICIÓN: El jurado reconoció la resistencia olfatoria
de dos científicos kuwaitíes para tratar de cambiar los hábitos alimentarios de
los escarabajos del estiércol con un menú más adecuado e inodoro. Me imagino lo
agradecidos que estén dichos coleópteros con Wasmia Al houty y Faten
Al-Mussalam por el esfuerzo.
EN
MATEMÁTICAS: Los fotógrafos de todo el mundo deben estar
en deuda con los científicos australianos Piers Barnes y NIc Svensen quienes
después de numerosos cálculos lograron determinar cuantos flashazos deben
realizarse para que todos aquellos que posen en un grupo aparezcan en la imagen
con los ojos abiertos.
EN
MEDICINA: Las diversas acciones que durante siglos se han
aplicado para contener el hipo, desde beber en un vaso de agua con un cuchillo
sumergido, o colocar un hilito mojado sobre la frente del niño o la niña
afectados, tiene ahora su definitiva solución gracias a Francis Fresmire y sus
colegas del Centro Médico de Haifa, en Israel; quienes lograron por fin
remediar la molestia sólo con aplicar al afectado un masaje rectal digital.
No queremos aburrirlos con
ejemplos tan descabellados como los anteriores, así que para finalizar,
pondremos este ejemplo:
EN
BIOLOGÍA: Tanto el Instituto de Investigaciones médicas de
Tanzania, como el Organismo Internacional de Energía Atómica agradecen al
investigador holandés Bart Knols por descubrir que tanto el queso limburgués
como el mal olor en los pies atraen al mosquito Anooheles nambiae, agente
transmisor de la mortal malaria en el continente africano.
Estos son sólo
algunos casos graves que hemos podido contagiarles a ustedes gracias a un
riguroso diagnostico del trabajo titulado “Cuando la Ciencia ríe” del colega
Israel Enríquez Palacios para el semanario
orbe de la Agencia Prensa Latina
con fecha (10-20 de octubre de 2006).
CURIOSIDADES
DE FIN DE AÑO
1) Vietnam y Cuba comparten una costumbre
bastante húmeda como lo es arrojar un cubo de agua hacia la calle cuando el
reloj marca las 12 de la noche del 31 de diciembre; con esta acción se piensa
que desaparecerá todo lo malo en el año que comienza.
2)
El fin de año más largo del mundo es el que
se celebra en Japón, pues dura nueve días. Durante todo ese tiempo, las
linternas de papel, los dragones de seda
y cartón, petardos y fuegos de artificio no descansan día y noche en una fiesta
permanente.
3) El cabaret a cielo abierto más famoso del
mundo es sin lugar a dudas “Tropicana”, cubano por los cuatro
costados. Lo que no saben muchos es que en la media noche de cada 31 de
diciembre celebra sus cumpleaños pues debutó precisamente en esa fecha y hora
de 1939; así que ha llegado a la tercera edad tan joven como la primera noche.
4)
Las primeras elecciones de la República de
Cuba, fueron organizadas bajo la bota intervencionista yanqui triunfando en las
mismas Don Tomás Estrada Palma, sencillamente porque no se presentó ningún
candidato opositor, pero lo más interesante es que los escrutinios se
efectuaron el 31 de diciembre de 1901.
5) En
la India, las campanas de los templos tañen hasta 108 veces para saludar la
llegada del Año Nuevo.
6) El Faro de Alejandría una de las Siete
Maravillas del Mundo Antiguo, competía en prestigio con la biblioteca de dicha
ciudad, la cual tuvo en su tiempo igual o mayor renombre. Sufrió incendios y
otros desastres desde entonces. La nueva Biblioteca de Alejandría vino a ser
restaurada e inaugurada definitivamente el 31 de diciembre de 1996. Sin embargo
la Revista de la Biblioteca Nacional de Cuba, institución mucho más modesta y joven
se publicó por primera vez ese mismo día pero 95 años antes.
7)
El arbolito de Navidad virtual heredado de
las costumbres nórdicas con sus bolas de cristal y bombillitos de colores, alumbran
la llegada del Año Nuevo en muchos países del mundo. La tradición india también
se basa en los mismos principios pero allí se suele plantar un árbol de verdad
el último día del año y se decora con flores campanas y serpentinas.
8)
El
Fin de Año de 1960 es de triste recordación en la Habana pues ese día un
sabotaje de la contrarrevolución destruyó la tienda por departamentos “La
Época”
de la calle Galiano. Un día antes se había estrenado también en la capital la
película “Historias de la Revolución” obra de Gutiérrez Alea.
9)
La primera crónica impresa de beisbol
publicada en Cuba ocurrió el 31 de diciembre de 1874 en el periódico EL ARTISTA
bajo el título de “Resultado de un desafío”. Lo curioso es que esto
ocurrió cuatro años antes de la primera temporada oficial.
10)
Para terminar, otra de pelota: Después de
varias temporadas utilizando el bate de aluminio, el primer nocaut que se dio
con el madero ocurrió el 31 de diciembre de 1999, y lo recibió el equipo
Industriales nada menos que de su coterráneo Metropolitanos; equipo que por
primera vez en su historia no participa este año de la Serie Nacional.
DE
NUEVO EL VIEJO Y EL MAR
Hemingway siempre es
noticia.
Estábamos preparando en
estos días un nuevo trabajo para recordar el vínculo entre el Papa Hemingway,
su abnegado amigo y patrón del “Pilar” —Gregorio Fuentes— y “El
Viejo y el Mar”, la
novela que lo catapultara al Premio Pulitzer de periodismo y más tarde al Nobel de Literatura (1952),
cuando de sopetón nos enteramos que en el presente mes de diciembre se
estrenaría en La Habana una nueva adaptación de dicha obra ahora llevada a la
pantomima por Ramón Díaz en la Sala-Teatro “El Sótano”.
Su anuncio no deja de
sorprendernos y también lo considero una heroicidad pues aunque Hemingway fue
un maestro de la síntesis y lo demostró en 1936 al resumir su argumento en 200 palabras para una crónica periodística,
en realidad la novela, terminada casi dos décadas después contaba con 27,000
vocablos tan bien hilvanados, que te atrapaban como un anzuelo y no te soltaban
hasta el punto final.
Certifico lo de las 200
palabras pues las conté una a una en la versión publicada por Ciro Bianchi en
la edición dominical de JUVENTUD REBELDE (20 de enero del 2002). Así que no sé
de qué recursos se valdrá el valiente mimo
para traducir todo ello a gestos y expresiones corporales. Confío en su
valentía y profesionalismo para abordar una obra que más que una narración se
convirtió en leyenda.
Y me explico:
Muchos creyeron que
Gregorio había sido el prototipo para
modelar a Santiago, el voluntarioso héroe de la hazaña, cuando en realidad
Hemingway se había inspirado en un viejo que pescaba solo--su nombre Anselmo
Hernández--, vecino de Cojímar, en quien
encarnarían otros tantos de aquellos abnegados trabajadores de mar como el
Sordo, Cachimba, Cheo López, Anselmo, Tato y Quintín. El propio Gregorio
confesó más tarde que también había salido por su cuenta a pescar agujas, pero
jamás había capturado alguna; aunque su pericia al timón había sido un factor a
considerar en los éxitos del Papa en aquellas jornadas de pesca en el Gran
Río Azul, como llamaban a la Corriente del Golfo. Su única intervención en
toda esa intriga fue el doblaje que hiciera de Spencer Tracy para la película
homónima ya que la corpulencia del actor en nada se parecía a la anatomía
enjuta y nervuda del humilde Santiago.
Estas y otras curiosidades
aparecen en el artículo de Bianchi mencionado antes, pero en mi modesta
opinión, lo más trascendente es la alusión que hace en ese trabajo la
desaparición física de Gregorio con 104 años de edad, nada menos que a medio
siglo de que se publicara dicha obra literaria. Sin embargo, se lamenta que
nadie se haya acordado de otro amigo cercano al escritor norteamericano también
fallecido en esos días: Fernando G. Campoamor, prestigioso escritor y
periodista; primer director del Museo Hemingway en la Quinta Vigía de San
Francisco de Paula y prologuista precisamente de la primera edición cubana de “El
viejo y el Mar”.
La empatía entre ambos
surgió como algo natural pues Fernando poseía una cultura enciclopédica que
enriqueció como corresponsal internacional, conferencista y hasta empresario
poligráfico, sin perder esa cubanía y el gracejo popular que lo caracterizaban.
Como conocí personalmente
a Campoamor y seguí sus sabrosas crónicas durante mucho tiempo quisiera
detenerme un instante a rendirle tributo sobre todo por elevar a la categoría
de arte temas tan intrascendentes y mundanos como “La palma”,
“El zunzún” o “El papalote” de
mi infancia. Pero sobretodo por contarnos
en un ameno libro la historia íntima de “El hijo alegre de la
caña de azúcar”.
Mucho agradecí la
descripción costumbrista que hizo del
papalote: La única aventura de altura a que teníamos derecho los fiñes
del barrio en tiempos de Cuaresma, cuando
las azoteas sólo servían para tender ropa y no existían impedimentos
como las antenas de televisión ni los palomares.
Otro de los personajes
llevado a la literatura por Campoamor fue el jocoso descendiente de la llamada
caña de miel traída por Colón al Nuevo Mundo. Dichos cañutos o canutos fueron objeto de un minucioso estudio por
parte de él; experiencia íntima que compartió con su amigo Hemingway en más de
una degustación. A tal punto de popularizar éste último, su mojito en la “La
bodeguita del medio” y su daiquirí
en el “Floridita”.
El ron es ese amigo
cercano casi siempre denigrado y satanizado debido a los excesos de algunos o
los prejuicios de otros que Fernando Campoamor situó en su justo medio a partir
de una abarcadora enciclopedia del trago que tituló “La lengua suelta” como
un capítulo más de dicha obra.
Quise despedir el Año Viejo con ustedes mis vecinos
del alma y compartir estos embriagantes sorbos de ron virtual y servido con moderación por este octogenario casi
abstemio, ya en coctel, a la roca, o en
estrai, pero de calidad, como les gustaba a Campoamor y al Papa.
Hagamos pues un brindis por ambos, por Gregorio y por “El Viejo y el
Mar” en éste 60º. Aniversario de su publicación.
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