Como
explicáramos en el capítulo anterior sobre la línea según el concepto de criollismo
expresado por Alejo Carpentier en la revista EL CORREO de la Unesco, reproducimos
ahora este trabajo publicado en este mismo espacio--mayo del 2012-- bajo el
título de “Viaje a la Semilla” (Segunda parte).
No
era nuestra intención parodiar o que se interpretara como una irreverencia
utilizar el título de una de las obras más representativas de lo “real
maravilloso” en la narrativa de nuestro Alejo Carpentier. Todo lo contrario, lo
que voy a contar también parece producto de la fantasía y sin embargo está
basado en hechos concretos.
Aunque
se trate de la historieta; esta historia real está protagonizada nada menos que
por el afamado pintor, dibujante, y grabador costumbrista bilbaíno, Víctor
Patricio de Landaluze.
Independientemente de su posición crítica contra todo lo que contribuyera a nuestra cubanía, idiosincrasia, e independencia; fue un excelente artista y su obra-–ampliamente divulgada y reconocida en Cuba--supera por mucho su pésima actitud política.
Independientemente de su posición crítica contra todo lo que contribuyera a nuestra cubanía, idiosincrasia, e independencia; fue un excelente artista y su obra-–ampliamente divulgada y reconocida en Cuba--supera por mucho su pésima actitud política.
Nos
referiremos a las indagaciones que sobre el humorismo satírico en la prensa
española hiciera el investigador sevillano Manuel Barrero sobre los orígenes de
esta especialidad gráfica y la historieta en la prensa de aquella época, fenómeno
este que surge entonces por primera vez en lengua española, pero paradójicamente,
en Cuba, no en la península.
Según
él “Fumetti
a Cuba”, libro publicado en 1992 por Dario Mogno, Nessim Vaturi y Luigi
F. Bona, en una coedición de Studio Metrópolis-La Borsa del Fumetto (Italia) y
la Editoral Pablo de la Torriente (Cuba) bajo mi firma se había publicado “Il
Fumetto della Stampa Cubana”, trabajo cuya copia facsimilar ofrecemos adjunta,
donde se enumeraba una breve cronología de la especialidad en nuestro país y
que comencé en estos términos:
“…Durante la
segunda mitad del siglo diecinueve se desarrolló un curioso género de
protohistorieta en la prensa ilustrada de la época y las imágenes populares de
los cromitos (postalitas) que venían en las (marquillas) envolturas de los
cigarrillos. Más de 3932 publicadas así como en…..
186… EL MORO MUZA. Historieta autoconclusiva de
Landaluce.
1862-1866. DON JUNÍPERO. Varias historietas de
Landaluce.
1866-1874. Juan
Palomo. Secuencia “El Tabaco” (6 viñetas de Landaluce)…”
Pido
disculpas a nuestros vecinos por la deficiente traducción del italiano, pero de
imperfecciones está lleno el mundo y en él vivimos. Tal vez más adelante
podamos insistir en el desarrollo paralelo entre las publicaciones periódicas
de la época y el de la litografía dirigida a la promoción de marquillas y
cromitos de la industria cigarrera en Cuba, ambas fundamentales en el auge del
género en nuestro país.
Otra
observación de Manuel Barrero a dicho trabajo es que se nombre al autor como
Víctor Patricio de Landaluce en vez de Landaluze, además, el artista firmaba a
veces con el seudónimo de Bayaceto. (Agradezco pues la corrección en mi nombre
y en el de mis vecinos).
De
estos párrafos en cursiva y negritas viene la referencia apuntada por el
maestro Barrero. Mi intervención un tanto dubitativa resulta intrascendente, pero
da pie a reproducir sus opiniones, y sobre todo que, por su escrito se puede
situar la fecha exacta en que esto ocurrió.
Mis
pesquisas solo alcanzaron a rozar fechas y trabajos aproximados, debido a las
condiciones de los ejemplares existentes en Cuba de la época, por el pobre
estado de conservación, y colecciones incompletas, amén del limitado tiempo
empleado para ello. Lo importante es lo que descubre el colega español.
En
el segundo tercio del siglo XIX la prensa satírica en Cuba–-entonces colonia
española—ofrecía signos evidentes de un nuevo lenguaje secuencial todavía en
pañales, que más tarde sería reconocido como historieta en Cuba, comics
en los Estados Unidos, fumettis en Italia, bande desinée en Francia y tebeos
en la propia España.
En
mis escasísimos tiempos libres como caricaturista-editorial en el diario, o en
los semanarios ocupados fundamentalmente en pulsar la actualidad costumbrista, pude
dedicarle algunas horas a desapolillar archivos, tanto en el Instituto de
Literatura y Lingüística como en la Biblioteca Nacional “José Martí”, por tanto
me resultó una sorpresa que el destacado investigador español me citara en el
trabajo que bajo el título de “Arqueología” publicó en el Núm. 14
(Vol. 4), de junio del 2004, en la REVISTA LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS SOBRE LA
HISTORIETA, de la Editorial Pablo de la Torriente.
He
aquí sus palabras: “…Blanco Ávila acertó a señalar que el origen de la historieta cubana
habría que buscarlo en las obras que el firmante “Landaluce” destinó a las
publicaciones EL MORO MUZA y DON JUNÍPERO, señalando como punto de partida la
difusa fecha 186…” y sin dar indicaciones de por qué consideraba historietas
aquellas obras (1992:7)…”
De
esa información dada hace algún tiempo, sintetizo lo siguiente: En el Número 25
de LA CHARANGA (31-1-1858) --hace exactamente 156 años—aparecía un juego de
imágenes litografiadas sin título, alusivas a la idiosincrasia de La Habana. En
ese momento el autor de dicha investigación situó su verdadero origen dos meses
después, cuando el propio semanario, en tres ediciones consecutivas No. 31
(14-3-1858) al No. 33 (28-3-1858), bajo el título de “Croquis marítimo” Landaluze
no solo desarrolla las contradicciones entre las labores del cabotaje y los
amores de una pareja, sino que lo hace en una tira de viñetas, y los personajes
protagónicos se mantienen fijos e identificables aunque no se nombren. Otro
aporte de la serie es precisamente su seguimiento en ediciones próximas.
Debemos
aclarar que dos de las tres imágenes reproducidas en este trabajo corresponden
al semanario DON JUNÍPERO, con dibujos del propio Landaluze pero correspondientes a los números 30, 36 y 42
del año 1863-64, por tanto no son exactamente las primeras realizadas por él.
Sin
embargo, la tira que ahora publicamos bajo el título de “Historia de las desgracias de
un hombre afortunado” corresponde
al semanario LA CHARANGA pero en las ediciones 6, 7 y 8 de 1857, por tanto
compiten no sólo en marcar el inicio del género en Cuba, sino también del
famoso CONTINUARÁ tan recurrido en los comics, las telenovelas, el cine de suspense,
y otros géneros recreativos.
Por
lo tanto espero haberlos dejado satisfechos--o por lo menos motivados--con estos
ejemplos de protohistorietas en nuestro país y de ser posible, me gustaría seguir
sus huellas en Cuba, pero bajo el nuevo concepto de“Arte Secuencial” como lo
bautizara tan acertadamente el maestro Will Eisner en su libro homónimo. Esperen
las sorpresas de un nuevo capítulo de este recorrido por la línea para el nuevo
año 2015. Mientras tanto…..mis vecinos les desean.
¡FELICIDADES!
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