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6 nov 2016

DOS DEBUTANTES EN NOVIEMBRE



(a)        EL MARAÑÓN
El pasado día primero vía internet, recibimos el siguiente comentario del vecino Rafael Morales, desde Tijuana en Baja California, donde nos aclara que…
”…En México también se da el marañón y lleva ese mismo nombre la vieja canción El Marañón que incluye un breve diálogo entre dos cantantes (un dueto) del cual puede deducirse el supuesto nombre de uno de ellos (Belarmino). Y según lo recuerdo… “…Cuando yo era chirriquitico y del mamey y que del mango yo me chupaba la semilla… Y ahora que soy marañón…Marañón aprieta la bemba… El tiempo de los bobos se acabó…   DIÁLOGO: --¿Y, dígame una cosa Belarmino?: Los gallegos también comen marañón.--¡Muchacho! ¿Tú no sabes que el marañón es la única fruta que tiene la semilla por fuera?...que es efrótega… Pues chico, a mí lo que me gusta mucho es la manga… --¿La manga?... --Sí, porque a mí con la manga, me mangan… --¡No me digas!...(Fin de diálogo)…Y se repite la canción…”
Hemos respetado el texto del autor y solo como aclaración agrego que dicha serie “El Marañón” fue publicada en este blog entre diciembre del 2010 y octubre del 2011. Abarcó los siguientes temas: (a) Trenes sin líneas y pompas sin jabón. (b) Ni doy, ni fio, ni presto. (c) El bodeguero de antaño. (d) El derecho de callar. (e) El parque. (f) El negro y el blanco.
Y como dirían los colegas del humorístico dominical de la TV… ¡A OTRO CON ESE CUENTO!...”Hasta aquí las clases”
(b) ¡CONCHO DE NUEVO LA CONCHA!
No, no me refiero a la Concha--playa de Miramar--. Recuerdo que el mataperreo de mi niñez en horas extracurriculares, hace unos ochenta años se limitaba al territorio comprendido entre la Calzada de Concha y la de Luyanó, únicas vías adoquinadas en el barrio homónimo del municipio 10 de Octubre. El resto eran calles llenas de polvo en la seca y de fango en la lluviosa, pues por entonces el asfalto estaba en falta.
En julio de 1967 junto con Cardi--aprovechando nuestra presencia en Oriente por el 26 de Julio--como enviados especiales de PALANTE, tropiezo de nuevo con dicho patronímico pues nos dirigimos al faro del mismo nombre situado en la Punta de la Hembra (costa norte de Maisí) en Baracoa.

La imagen que mostramos dará una idea intramontana de dicha trayectoria. El entrevistado entonces fue el torrero René Uranga Descalzo, quien heredó de sus ancestros tres años antes, la responsabilidad de mantener siempre alerta y encendida dicha farola. A esta situación nos referimos posteriormente en el trabajo publicado bajo el título: ¿De dónde son los Uranga?

La ilustración siguiente nos lo muestra con gorra, sin zapatos y de espaldas a la dichosa torre, tapando el cartel que la identifica.
Pero vayamos al trabajo publicado por GRANMA este 1º. de noviembre bajo el título de “Faro Concha, la luz que ilumina Maisí” donde el colega Freddy Pérez Cabrera entrevista nada menos que a otro torrero del mismo apellido—Erasmo Uranga Leiva--quien le cuenta las vicisitudes que afrontaron en aquel lugar, durante el paso del ciclón Mathews hace apenas unos días, con vientos de hasta 280 kilómetros por hora.
Presumo que Erasmo sea como el caricaturizado René hace 49 años, la extensión de una dinastía de torreros tan firme o más que el propio faro Concha de Maisí, inaugurado el 19 de noviembre de 1862 en honor al gobernador español colonial. Si eso no es sentido de pertenecía, que venga el propio Capitán General de la siempre Fiel Isla de Cuba, Don José Gutiérrez de la Concha a desmentirlo.
En el 2011 por invitación de mi hijo Darío para asistir al cumpleaños de mi primera nieta Mirandita, fui a Miami, en la Florida, proporcionándome la posibilidad de visitar Cayo Hueso. Allí me sorprendió de nuevo el dichoso nombre, pues existe en el islote más occidental de la cayería floridana, cierta tradición que alude a una República de la Concha que cuenta con bandera, escudo, y pasaporte típicamente yanquis, pues--tras profundas investigaciones--descubrí que dicho RÉGIMEN--así en alta y negritas--no es una república, ni un archipiélago como nosotros; pero tampoco es real sino virtual--como todo o casi todo—lo que ellos inventan.
El trabajo de marras fue publicado  bajo el título de “Cayo Hueso no existe” (II Parte). ¿Y cómo puede ser verdadero si el propio Cayo Hueso tampoco es real, sino un barbarismo idiomático al equivocar Cayo Hueso por Key West?
Y ahora finalizamos tal y como empezamos: ¡CONCHO, SI ACABÁRAMOS CON LA DICHOSA CONCHA!

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