(a)
EL
MARAÑÓN
El pasado día primero vía internet, recibimos
el siguiente comentario del vecino Rafael Morales, desde Tijuana en Baja
California, donde nos aclara que…
”…En México también se da el marañón y lleva
ese mismo nombre la vieja canción El Marañón que incluye un breve
diálogo entre dos cantantes (un dueto) del cual puede deducirse el supuesto
nombre de uno de ellos (Belarmino). Y según lo recuerdo… “…Cuando yo era chirriquitico
y del mamey y que del mango yo me chupaba la semilla… Y ahora que soy
marañón…Marañón aprieta la bemba… El
tiempo de los bobos se acabó… DIÁLOGO:
--¿Y, dígame una cosa Belarmino?: Los gallegos también comen marañón.--¡Muchacho!
¿Tú no sabes que el marañón es la única fruta que tiene la semilla por fuera?...que
es efrótega… Pues chico, a mí lo que me gusta mucho es la manga… --¿La
manga?... --Sí, porque a mí con la manga, me mangan… --¡No me digas!...(Fin de
diálogo)…Y se repite la canción…”
Hemos respetado el texto del autor y solo
como aclaración agrego que dicha serie “El Marañón” fue publicada en este
blog entre diciembre del 2010 y octubre del 2011. Abarcó los siguientes temas:
(a) Trenes sin líneas y pompas sin jabón. (b) Ni doy, ni fio, ni presto. (c) El
bodeguero de antaño. (d) El derecho de callar. (e) El parque. (f) El negro y el
blanco.
Y como dirían los colegas del humorístico
dominical de la TV… ¡A OTRO CON ESE CUENTO!...”Hasta aquí las clases”
(b)
¡CONCHO DE NUEVO LA CONCHA!
No, no me refiero a la Concha--playa de
Miramar--. Recuerdo que el mataperreo de mi niñez en horas extracurriculares, hace
unos ochenta años se limitaba al territorio comprendido entre la Calzada de
Concha y la de Luyanó, únicas vías adoquinadas en el barrio homónimo del
municipio 10 de Octubre. El resto eran calles llenas de polvo en la seca y de
fango en la lluviosa, pues por entonces el asfalto estaba en falta.
En julio de 1967 junto con Cardi--aprovechando
nuestra presencia en Oriente por el 26 de Julio--como enviados especiales de
PALANTE, tropiezo de nuevo con dicho patronímico pues nos dirigimos al faro del
mismo nombre situado en la Punta de la Hembra (costa norte de Maisí) en
Baracoa.
La imagen que mostramos dará una idea intramontana
de dicha trayectoria. El entrevistado entonces fue el torrero René Uranga
Descalzo, quien heredó de sus ancestros tres años antes, la responsabilidad de
mantener siempre alerta y encendida dicha farola. A esta situación nos
referimos posteriormente en el trabajo publicado bajo el título: ¿De dónde son los Uranga?
La ilustración siguiente nos lo muestra con
gorra, sin zapatos y de espaldas a la dichosa torre, tapando el cartel que la
identifica.
Pero vayamos al trabajo publicado por GRANMA
este 1º. de noviembre bajo el título de “Faro Concha, la luz que ilumina Maisí” donde el
colega Freddy Pérez Cabrera entrevista nada menos que a otro torrero del mismo
apellido—Erasmo Uranga Leiva--quien le cuenta las vicisitudes que afrontaron en
aquel lugar, durante el paso del ciclón Mathews hace apenas unos días, con
vientos de hasta 280 kilómetros por hora.
Presumo que Erasmo sea como el caricaturizado
René hace 49 años, la extensión de una dinastía de torreros tan firme o más que
el propio faro Concha de Maisí, inaugurado el 19 de noviembre de 1862 en honor
al gobernador español colonial. Si eso no es sentido de pertenecía, que venga
el propio Capitán General de la siempre Fiel Isla de Cuba, Don José Gutiérrez
de la Concha a desmentirlo.
En el 2011 por invitación de mi hijo Darío para
asistir al cumpleaños de mi primera nieta Mirandita, fui a Miami, en la
Florida, proporcionándome la posibilidad de visitar Cayo Hueso. Allí me
sorprendió de nuevo el dichoso nombre, pues existe en el islote más occidental
de la cayería floridana, cierta tradición que alude a una República de la Concha
que cuenta con bandera, escudo, y pasaporte típicamente yanquis, pues--tras
profundas investigaciones--descubrí que dicho RÉGIMEN--así en alta y
negritas--no es una república, ni un archipiélago como nosotros; pero tampoco es
real sino virtual--como todo o casi todo—lo que ellos inventan.
El trabajo de marras fue publicado bajo el
título de “Cayo Hueso no existe” (II Parte). ¿Y cómo puede ser
verdadero si el propio Cayo Hueso tampoco es real, sino un barbarismo
idiomático al equivocar Cayo Hueso por Key West?
Y ahora finalizamos tal y como empezamos: ¡CONCHO, SI ACABÁRAMOS CON LA DICHOSA CONCHA!
Y ahora finalizamos tal y como empezamos: ¡CONCHO, SI ACABÁRAMOS CON LA DICHOSA CONCHA!
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