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25 nov 2016

MIS 86 ABRILES, HACE 50 AÑOS




Bajo el título de PREMIO POLÉMICO Y SORPRESIVO publiqué en el mes de agosto del 2009, este trabajo que ahora abordo de nuevo en el blog, ampliando sus detalles.
Como en 2017 se cumplen 50 años exactos de ese acontecimiento, me veo en la obligación de puntualizar algunos aspectos, aún sin aclarar.
A fines de agosto de 1967. El tic tac mañanero de Radio-Reloj nos trajo la grata nueva: “…Los caricaturistas de PALANTE Humberto Valdés Díaz y Francisco Blanco Ávila, acaban de obtener sendos premios en el IV Salón Internacional de Humorismo, de Montreal-67, Canadá”.
El resto de la prensa amplió la información de inmediato. Se formó tremendo revuelo en la redacción del semanario que dedicó un gran destaque a la noticia en la edición 44 del 24 de agosto de 1967. Es bueno aclarar que en la convocatoria se especificaba que solo se admitían caricaturas ya publicadas. Y da la curiosidad que la nuestra, titulada “Metamorfosis” apareció destacada en la contraportada de PALANTE precisamente en enero de ese mismo año con motivo de celebrarse en el Hotel Habana Libre la esperada Conferencia Tricontinental, que dio lugar más tarde a la fundación de la OSPAAAL (Organización de Países de Asia, África y América Latina).
Lo curioso es que, también por aquella época me convertí en colaborador honorífico de dicho organismo y su revista TRICONTINENTAL a instancias del colega Miguel Brugueras y el beneplácito del comandante Osmany Cienfuegos.
Poco antes de que el famoso artista Roosgart se incorporara a la institución, aquel primer cartel de la OSPAAL, que realicé en una sola tinta, aparecía sin firma y titulado NOW en honor al documental de Santiago Álvarez. Desconozco las causas por las cuales años más tarde fue también motivo de cuestionamiento, atribuyéndosele a otra persona. Sólo aclaro que dicha obra fue registrada por mi en el Derecho de Autor vigente en Cuba.
Pero volvamos a Montreal: Si ésa fue la primera vez que caricaturistas del patio habían ganado un premio de esa categoría o no, lo dejamos para especialistas e investigadores. Bastantes dolores de cabeza nos dio la polémica que se produjo mucho después, durante el programa televisivo de preguntas y respuestas “9550”--cuyo premio consistía precisamente en un viaje a Moscú-- o sea a 9550 kilómetros de distancia.
Fuertes discusiones se suscitaron entre los panelistas Évora Tamayo y Juan Manuel Betancourt con el concursante escogido, quien se apoyó en cierto crítico de arte del cual no quiero ni acordarme, para entre ambos formar un “show mediático”, con el propósito de adjudicarse el premio, más a base de pataleo que de raciocinio. Los autores premiados en Canadá--Val y yo--sin comerlo ni beberlo, veíamos  con bastante pena los toros desde la barrera.
Aquel primer “reality show” cubano en el ”vidrio”, tuvo tal repercusión que dictó la sentencia de muerte al programa “9550”.
Pero volvamos a 1967: Aquel Concurso Humorístico coincidía con la  Expo Montreal-67, y contábamos allí con una amplia representación que incluía hasta los 54 famosos sabores de COPPELIA, los dos premiados acompañados por el entonces director de PALANTE y el colega Antonio Mariño (Ñico), fuimos invitados al magno evento, donde por primera vez realizamos con gran demanda caricaturas in situ a los comensales—canadienses y visitantes--que acudían al restaurant del Pabellón Cuba haciendo largas colas para degustar nuestros platos criollos, con acompañamiento del ron cubano, el café criollo y el mejor tabaco del mundo.
Veamos otra curiosa situación suscitada por entonces: Resulta que tres meses antes se había realizado en Cuba el Salón de Mayo con importantes artistas plásticos extranjeros invitados por Wifredo Lam, y de cuya presencia aquí quedó constancia en el mural colectivo que se pintó en el Pabellón Cuba (el de La Rampa, no el de Montreal).
Entre esos pintores venía el canadiense Rancillac, quien estableció amistad con nosotros, hasta el punto de entregarnos una caricatura para reproducirla en PALANTE. La que se publicó en la edición 43 del 17 de agosto de 1967.
Como el grupo venía por tiempo limitado, a él le resultaba imposible verla publicada, así que nos dio su teléfono y dirección en Montreal, pues pensaba descansar de la agitada vida parisina y pasar un tiempito de incógnito en su tierra natal. Me comprometí en enviarle dicho PAANTE por correo, pero ante esta nueva situación del viaje, opté por entregarle el ejemplar personalmente.
El éxito obtenido por Val, Ñico y yo haciendo caricaturas personales al momento en el Restaurante Cubano, gustó al director del mismo Abraham Masiques, quien propuso el cierre de la instalación cierta noche para celebrar con una cena criolla, el triunfo de la caricatura cubana en Canadá, y convocar a la prensa, a los humoristas y otros representantes de la cultura local.
Planteamos a la dirección del pabellón cubano nuestro interés en invitar especialmente a Rancillac, y así se lo hicimos saber al artista vía telefónica. Esa noche, pasamos a recogerlo y cuando empezaron a llegar los invitados… Allí junto a los dirigentes del pabellón y los representantes de PALANTE estaba el famoso pintor dándole la mano a cada uno de sus sorprendidos compatriotas invitados al evento: Artistas, escritores, periodistas, investigadores, y dirigentes del ayuntamiento qubecuá.
Al día siguiente, la información del encuentro y de los premios obtenidos por los caricaturistas de PALANTE, dejó de ser una crónica cultural más, para convertirse en noticia de primera plana en el “Montreal Star”. Gracias a que esa noche se despejó la incógnita del famoso Rancillac.
Cuando regresamos a Cuba y en presencia de nuevo director de PALANTE, René de la Nuez, y la doctora Melba Hernández, Val y yo, tuvimos el honor y el placer de entregar, el monto en dólares de los premios y las colaboraciones publicadas en Canadá a la Delegación de Vietnam en Cuba como contribución al financiamiento de armas para la lucha de liberación de su pueblo.
 
Por último: En el mismo año en que ocurrieron aquellos acontecimientos, tuve el infinito orgullo de crear la más popular de mis obras. Ese·¡Ay, vecino! donde mis dos hijos putativos—el gordo y el flaco--debutaran en cueros en el Núm. 27 del 27 de abril de 1967 en PALANTE y que reaparecieron el 9 de agosto del 2008 pero convertido ahora en este blog personal, gracias a las autopistas de la información, hasta que me dure la gasolina.

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