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1 feb 2013

EL PAÍS: UN DIARIO CON PRISA


Soy un simple humorista gráfico y ratifico lo que diría el Maestro, que “La sátira es  un látigo con cascabeles en la punta”.
Dicho esto los invito a que me sigan cascabeleando en un breve recorrido por la Madre Patria, con la condición de que, a partir de aquí, cuando nos refiramos a España, el país, lo escribiremos con minúscula, mientras al hablar del periódico EL PAÍS, siempre lo haremos así, en mayúsculas, para establecer sus diferencias.
Ruego a la querida Dra. Aurea Matilde Fernández, Profesora Emérita y de Historia de España en la Universidad de La Habana, que me perdone cualquier inexactitud al incursionar en sus predios. 
Soy hijo de un aldeano pobre, sin embargo nació en las ricas tierras intramontanas de los Picos de Europa, y asturiano por más señas.
Vino en la cresta de la enorme ola migratoria española a comienzos del siglo XX para hacer fortuna, como tantos otros labriegos que jamás pudieron regresar convertidos en “indianos”.
Crecí bajo su fidelidad a la bandera tricolor de la República, los donativos permanentes a “la causa” y el sufrimiento infinito por aquella cruel Guerra Civil caracterizada por el acoso de la aviación nazifascista y la Quinta Columna de los españoles reaccionarios.
Durante años la península permaneció enlutada, hasta que, perdida la Segunda Guerra Mundial por el Eje Berlín-Roma-Tokío, Franco vio reducido el apoyo internacional hasta su total desplome.
El mundo entraba en una nueva era mientras el país—España—abría los brazos a un “destape” en todas las variantes posibles: política, religiosa, erótica y de costumbres.
Es en estos momentos que en España--el país-- surge EL PAÍS--el periódico--, con tendencias más socializantes y hasta izquierdistas. La rancia derecha falangista le salió al paso hasta desembocar en un trágico suceso que trataremos de resumir brevemente.
Veamos la versión de la periodista ibérica Rosa Montero, quien confesaba lo siguiente:
 “…Lo que se conoce como la Matanza de Atocha es el asalto criminal que tres pistoleros de extrema derecha hicieron a un bufete de abogados de la madrileña calle de Atocha. Era un despacho laborista de CC.OO. Un lugar conocidísimo en el que un puñado de jóvenes letrados se dejaban la vida y la salud, trabajando en horarios inhumanos y recibiendo a cambio un paupérrimo sueldo mensual. (…) Ese generoso entusiasmo hizo que aquel 24 de enero de 1977 los laboristas de Atocha se encontraran todavía a las 10 de la noche a punto de empezar la última reunión del largo día. Y masticando un bocadillo apresurado porque no tenían ni tiempo para comer. Fue entonces cuando los pistoleros llamaron a la puerta. Reunieron en una habitación a las nueve personas que quedaban en el piso y las ametrallaron fríamente. Murieron cinco…”
El hecho publicado por EL PAÍS—el diario-- ocurría en medio de la llamada  Transición, mientras el país—España—se había convertido en una sociedad enardecida y entusiasta. El hecho había ocurrido en 1977 y durante meses la colega sufrió lo que a continuación expresa:
“…Los fascistas apaleaban a la gente por las calles El PAÍS era desalojado un día si y otro no por amenazas de bomba, muchos periodistas (sindicalistas, feministas y líderes sociales) recibíamos anónimos amenazantes, (…) por doquier listas negras de actores, periodistas, cantantes, y demás gentes de izquierda que supuestamente serían los primeros en ser ejecutados cuando se levantara en armas el facherío. De modo que cuando sucedió lo de Atocha, todos creímos que el momento de la muerte había llegado, que ésa era la noche de los cuchillos largos.”
Lo más traumatizarte para ella fue la entrevista que le hiciera en la cárcel a los tres ejecutantes y al supuesto inductor pues el fanatismo funciona así, deshumaniza al enemigo y convierte a las personas en algo menos que moscas. El trabajo se publicó bajo el encabezamiento “Memoria de una periodista”. En ella la colega aclaraba: “…El 30 de octubre de 1978, 15 días después de publicar los reportajes, una bomba estalló en “EL PAÍS”, mató a un compañero, y mutiló a otro…”.
Pero el tiempo siguió su inexorable curso y las cosas, a veces se perdonan pero no se olvidan.
De la guerra fría entre el Este y el Oeste se saltó hacia una globalización bastante calientica, mientras el pensamiento único e imperial pronosticaba el Fin de la Historia.
Como por arte de magia EL PAÍS también cambió de palo pa´rumba, sin pausa pero con PRISA—ésta también en mayúscula--, convirtiéndose en más Papista que el Papa, pues había dejado chiquito al ABC órgano secular de la derecha y el Opus Dei.
Pero ése no fue el único cambalache. España—el país--, también pasó de la Edad de la Peseta al Euro, enganchándose al tren de la Unión Europea, pero le tocó apretujarse en el cabúz con otros desheredados de la Fortuna como Portugal, Grecia, e Italia. Mientras ellos iban a remolque, sus pueblos marchaban al paro.
Últimamente el libelo EL PAÍS, patrocinado en una operación de urgencia por PRISA se ha convertido en vocero incondicional de la mafia anticubana y otras tendencias ultra reaccionarias. El colmo ocurrió en estos días de enero, cuando quiso dar un “palo periodístico” y el “tiro le salió por la culata” quedando embarrado en el intento y aunque “quiso limpiarse” el papel no le alcanzó. Había lanzado al mundo una foto apócrifa del presidente venezolano Hugo Chávez grotescamente representado, mientras desde Cuba, los médicos que lo atienden informaban una cierta estabilidad en su proceso de recuperación.
Cogido en el brinco de la chapucería, EL PAÍS tuvo que retractarse de PRISA—también en mayúscula--como mayúsculo fue  su descrédito. Sin embargo, está atado cada día más a su compinche miamense EL NUEVO HERALD; lo sé de buena tinta, pues me han contado que los suscriptores del HERALD reciben totalmente gratis la edición impresa de EL PAÍS.
Tal vez eso en España—el país—no diga nada; pero en Cubita la Bella  EL PAÍS se ha convertido en ñapa; sinónimo de dádiva, regalo, poca cosa, minucia, churrada, propina, insignificancia, pacotilla o simplemente KK.
A ese nivel de reciclaje ha llegado EL PAÍS de papel… Que por añadidura, tampoco es higiénico.

27 sept 2012

EL MAYORAL Y LA CHAMBELONA

En el estercolero de la politiquería seudorrepublicana en Cuba, campeaban por sus respetos generales y doctores de toda pelambre. Uno de ellos el Mayor General Mario García Menocal –nuestro tercer presidente—fue tan impopular, que tuvo varios apodos peyorativos: (El Káiser) sabe Dios porqué teutónicos ancestros; pero más apropiado aún el de (Mayoral del Chaparra): con su coletilla de aquel popular estribillo que decía: “Ahí viene el mayoral sonando el cuero…” ya que, vinculado con los interventores yanquis, logró administrar los bienes de la Cuban American Co. a latigazo limpio.
Más tarde, al asumir la Presidencia el 20 de mayo de 1913, entre otras “hazañas” se dedicó a privilegiar dichos “socios”, permitiendo la introducción de más de 150 mil braceros haitianos y jamaicanos indocumentados para el laboreo en las plantaciones de caña y en condiciones semi esclavas. Peor aún; cuando  terminada la zafra, las Companys pudieran devolverlos, expulsarlos, o extraditarlos, como gustéis, a sus países de origen durante el tiempo muerto.
Para ello reforzó la temida guardia rural y otras medidas de coerción.
La corrupción, el enriquecimiento ilícito y las “botellas” que heredó de sus precursores intervencionistas fueron sus premisas. La Primera Guerra Mundial hizo que se dispararan los precios del azúcar, y comenzaron las llamadas “vacas gordas” pero solo algunos pocos “lecheros” pudieron disfrutar de su lactancia.
No crean que todo le marchó color de rosa: El “menocalato” sufrió la oposición de los indignados de entonces. Huelgas de telegrafistas, ferrocarrileros, albañiles, tranviarios y otros sectores, incluso una revuelta de sus opositores del Partido Liberal, que también resultó un sainete del vernáculo que el pueblo coreó al son de “La Chambelona”. Es decir el humorismo en todas sus manifestaciones tuvo también protagonismo a pesar de los pesares.
Un ejemplo que ha trascendido es cierta caricatura publicada por LA POLÍTICA CÓMICA de 1915 titulada “La Casita criolla”, su autor –no muy católico que digamos-- Cristóbal de la Torriente, así la describe cartelito por cartelito:
Todo esto lo recordamos porque precisamente el 7 de septiembre de 1941, Menocal se convirtió en “Lo que el viento se llevó”, pues la parca impía cargó con él para siempre.
Con el triunfo de enero de 1959, el pueblo se creció junto con sus barbas para esgrimir la escoba redentora de Chibás y barrer para siempre la herencia que nos dejó este Kaiser criollo y sus adláteres, quien a título de mayoral de las empresas yanquis, despilfarró las Vacas Gordas dejándonos las Ubres más Flacas que nunca. Sino, que lo diga yo, que nací durante el “machadato” de harina con boniato.
OJO – Sigue en la próxima página:

FRESA Y CHOCOLATE

Aunque un poco laico y no menos agnóstico, confieso admirar desde sus primeros trabajos, el pensamiento político-filosófico del devoto brasileño Frei Betto, más aun  después de su magistral  “Fidel y la religión".
Por tanto, no es de extrañar que su obra literaria, en las últimas propuestas   llegadas a mis manos por las versiones del diario GRANMA, tomadas de “Adital”  me hayan impactado fuertemente: Sobre todo la última  titulada “El cono del helado” con fecha 14 de septiembre del 2012.
En el artículo, Betto reflexiona sobre la afición por el helado de casi todo el mundo, comparándolo con el rechazo a la política al uso. Así se manifiesta en el trabajo:
“…¡Ah! ¿Qué a usted no le gusta la política? No sea ingenuo: Quien se aparta de la política será gobernado por aquellos a quienes sí les gusta. Precisamente lo que los políticos corruptos desean es que la omisión de usted asegure la perpetuación de ellos en el poder…”
Esta contradicción la refleja simbólicamente en el dichoso cono del helado, que a su vez inspiró el gráfico que les presento a continuación:


Como podrán apreciar, una minoría afortunada –el 1%--, disfruta de la gran bola sabor a  fresa, mientras el resto--mil millones de personas—sobreviven con apenas el 1,4% de la riqueza mundial., --o sea del chocolate derretido que se desliza fuera del barquillo--. Mientras el cono interior permanecerá vacío… ¿Qué derroche, verdad? 
Disfrútenlo mientras yo me doy un saltico a “Coppelia”, pues con el acaloramiento de tal injusticia, me han entrado ganas de saborear mi fresa y chocolate.



10 abr 2012

LA GUERRA Y LA PAZ

Así se titula la famosa novela del connotado escritor ruso Leon Tolstoi. –aclaro que no son solo connotados los terroristas—.

Precisamente de la guerra y la paz trataremos a continuación:

Recuerdo en mi niñez las hilarantes comedias del cine mudo, cuyo plato fuerte era el postre, o sea, la guerra de los pasteles. Tras el conflicto de los merengues vinieron las de verdad: La Primera, y la Segunda Guerras Mundiales, la de Vietnam, la de Corea, la Fría, la Caliente, las preventivas y todas las antiterroristas posteriores al cuestionable derribo de las Torres Gemelas incluyendo sus daños colaterales, así como los truco-dramas montados para ahorcar legalmente a a Hassan Hussein, cazar a un fantasma llamado Bin Laden, o más recientemente “otanizar” en vida a Gadaffi, por muy “libiano” que éste haya sido.

Primera aclaración: El uso y abuso de utilizar estas palabras –la guerra y la paz--por los grandes medios y hasta por los enteros, generalmente nos lleva a su generalización, sobre todo por generales de cuatro o cinco estrellas sin generosidad alguna, pero que generan cada vez más guerras que no nos dejan vivir en paz; y por tanto distanciarnos de sus verdaderos significados no tan genéricos, como lo eran para la Generación del Centenario.

Segunda aclaración: Las palabras se las lleva el viento, hecho demostrado con el juego de ellas que hemos realizado en el párrafo anterior, y precisamente a fines de la Segunda Guerra Mundial, la onu, creada en aras de la paz, se ha vinculado directamente a casi todas las guerras calientes posteriores al equilibrio de la guerra fría entre el Este y el Oeste.

Quedó una sola superpotencia, que trató de imponer el pensamiento único a partir del siglo XXI satanizando a 60 o más oscuros países en el resto del mundo. El fantasma del comunismo desaparecía y había que inventarse otro más abarcador y dúctil: el terrorismo, que podía adoptar diferentes formas: islámico, antidemocrático, y otros muchos; menos el terrorismo de estado implantado por sus propios gorilas.

Las siglas ONU en español, también varían su significado según el idioma, por lo tanto UNO, su traducción al inglés, se interpreta diferente: El 4 de abril de 1949 surgió su brazo armado--la OTAN--que ha dividido el mundo en dos: Las poderosas naciones del Tratado del Atlántico Norte, autorizadas para sembrar la guerra en el sur--con sus yugoslavas excepciones europeas --a 60 o más oscuros países del mundo, siguiendo el guión de Mr. Bush y Cía..

Los conflictos bélicos ya existían desde los albores de la civilización misma, pero me refiero a mis propias vivencias:

El siglo XXI vino pues acompañado de otros juegos de palabras: Terrorismo por comunismo; neoliberalismo por capitalismo salvaje; guerras preventivas por genocidio autorizado; exclusión aérea por drones autómatas; terrorismo mediático por embustes globalizados; y sobretodo una aberración semántica que dura más de 50 años con el cual se quiere tapar el genocidio más largo de la historia: embargo por bloqueo.

Si el capitalismo dividió al ser humano en obreros y patronos de carne y hueso; el imperialismo se vale estratégicamente en la actualidad de patrones en vez de patronos, ahora convertidos en ladrones de cuello blanco, sin los molestos “income tax” de antaño que los coinvierten en impecables e insaciables accionistas anónimos, en vez de aquellos conocidos y “benéficos” multimillonarios.

Seres decentes, elegantes, tranquilos, perfumados, y hasta bellos que jamás se manchan sus manos con sangre, y no les hace falta; les sobra dinero para organizar sus guerras. Son los verdaderos Ángeles Exterminadores que nos pintó Buñuel.

Ya ni siquiera les hacen falta pilotos para sus aviones asesinos, ni reclutar soldados. Les sobran “pacíficos” contratistas sin patria ni bandera. Es decir: Hermanos de la Costa siglo XXI.

Con Obama la cosa no ha cambiado nada, a pesar de las promesas electoreras; al contrario, se siguen subiendo “drones” no tripulados y continúan las bajas de miles y miles --¿millones?-- de civiles inocentes en una Guerra Santa anunciada contra Pakistán, Libia, Siria, Irán, e Irak y todo el Medio Oriente, que pica y se extiende casi tanto como el opio en Afganistán. Y no hablo de Palestina porque fue allí donde crucificaron a Jesús antes de nuestra era y todavía venimos cargando esa cruz a cuestas.

El peligro de abarcar todo territorio con recursos naturales habidos o por haber, llevó en el pasado el nombre de Colonización, y gracias a ello--o por desgracia--nos “descubrieron” hace cinco siglos. Hoy en nombre de la lucha contra el terrorismo, esto tiende a universalizarse, pero no es más que la rapiña por el petróleo y otras riquezas naturales; aunque le pongan el cartelito “eje del Mal” a las víctimas nativas.

Los tiempos cambian: El hecho de que millones en el mundo defiendan el derecho al trabajo honesto, y a la educación gratuita y de calidad está dando la medida de que los actuales “indignados” quieren ser cada vez más inteligentes y no dejarse engañar, por los cantos de sirenas del Super-imperio y sus super-lacayos.

Jamás he oído de guerras entre elefantes o microbios. Es un fenómeno típico del homo sapiens, por tanto una obra cultural. Como también lo es el teatro, la pintura, la bomba atómica, o el narcotráfico.

¿Ha visto usted alguna vez a un mono, por muy parecido que sea a nosotros, cayéndole a tiros a otro de su misma especie? ¿O a un elefante fumando mariguana? Claro, son bestias… salvajes...seres inferiores…

El ser humano –según la Biblia- es hecho a imagen y semejanza del Dios Padre Jehová. Como buen creyente, el muy bruto se lo ha creído a pie juntillas, e incluso trata de superar al Dios Padre, y no cree ni en su madre. Es capaz de violar cada uno de sus diez mandamientos, en su beneficio y sin asomo de vergüenza. A propósito: Eso es lo que la sociedad de consumo no ha podido cosificar ni vender: La vergüenza es pues una bendición de Dios..

Tampoco he leído nada referido a guerras durante el matriarcado, por tanto es un asunto de machos.

Sí las hubo durante la Edad de Piedra, del Bronce, del Hierro, del Peloponeso, Médicas, de los Diez Años, Púnicas, Impúdicas, Grande, Chiquita, y así hasta la Guerra de las Galaxias, o las más recientes Mediáticas. No sé hasta donde llegará la humanidad con éste, su juguete preferido. Tal vez, la Guerra Atómica sea la última de nuestra especie.

Pero no escarmentamos. Recordemos que hace más de cincuenta años, durante la primera comparecencia de nuestro Comandante Jefe en la Cumbre de la ONU, dijo …”cese la teoría del despojo y desaparecerá la teoría de las guerras..”.

Empecé este trabajo con una semblanza del cine mudo, y termino con una imagen también inspirada en el cine: Su famoso The End.