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12 dic 2016

LOS MALEFICIOS DEL IMPERIO



Recientemente del fondo del baúl de mis recuerdos como náufrago amarillento afloró un pequeño recorte de prensa, donde no aparecía  el logotipo del diario ni la fecha de su publicación, pero sí el título de la sección “…de todo…”  (A cargo de colega Luis Hernández Serrano), por tanto al periodista de JUVENTUD REBELDE le debemos la divulgación de dicho trabajo, en cuyo encabezamiento sólo se lee sobre fondo azul ”El maleficio del indio Tocumshen” donde su autor Alfredo Mateo Domingo nos sorprende con esa maldición dirigida hacia los presidentes de los Estados Unidos.
Faltando apenas un mes y piquito para que concluyera el mandato de Barack Obama en la presidencia de los Estados Unidos, en varios amigos cercanos surgió la preocupación de que se cumpliera el hechizo hacia él: Por negro y demócrata. Por reconocer una política equivocada contra nuestra Revolución. Por promover algunos acercamientos diplomáticos entre los dos países. Por estar facultado como presidente para promover todavía hasta enero próximo algún cambio más positivo hacia Cuba, etc.
Todo ello en la suposición de un nuevo magnicidio en la historia de los Estados Unidos.
Veamos los orígenes de dicho culto: Tras ser vencido en la batalla de Tipppecanos en 1811, el hechicero Tocumseh de la tribu shawnne preconizó la muerte de su vencedor, el Gran Padre Blanco Harrison, ocurrida 29 años después. Han pasado 205 años, pero estos creyentes actuales que en Cuba rezaban para que no se cumpliera la maldición, contra Barack Obama tampoco tenían en cuenta el factor-cero, implícito en el conjuro.
Veamos:
1840.
El propio general William Henry Harrison gana las elecciones de ese año como Presidente de los Estados Unidos, tal vez por ser la primera víctima del hechizo, muere al mes exacto de tomar posesión del cargo. También es el primer mandatario que fallece  de muerte natural; lo siguen William H. Harrison de neumonía; Zachary Taylor de cólera, Warren Hardy de infarto cerebral y Franklin D. Roosevelt de hemorragia cerebral.
1860.
Segundo en la lista: El emblemático republicano Abraham Lincoln toma posesión ese año en medio de una confrontación entre esclavistas y abolicionistas conocida como la Guerra de Secesión y es reelegido cuatro años después. El 4 de abril de 1865,  el actor John Wilkes Booth le disparó durante una función en el teatro Ford, en Washington, falleciendo del atentado.
1880.
El hechizo continúa con otro Abraham, (James A. Garfield), electo ese año y es herido también de bala el 2 de julio de 1881 por Charles Jules Guiteau.  Garfield muere el 19 de septiembre de ese año a consecuencia de los disparos.
1900.
La cuarta víctima de la maldición y primero del siglo XX es William Mac Kinley, quien había declarado la guerra a España y gracias a esa gracia se apoderó de Cuba, Puerto Rico, Hawai y Filipinas. El anarquista polaco Leon Czolgosz le disparó en la ciudad de Búfalo el 6 de septiembre de 1901  y muere a consecuencia de las heridas el día 14 del propio mes.
1920.
El caso de Warren H. Harding electo ese año, es distinto pues fallece repentinamente en un hospital de San Francisco, aparentemente de un infarto cerebral, aunque hubo otra versión: Por causa desconocida—tal vez envenenamiento--
1940.
El sexto occiso objeto de dichas predicciones resultó nada menos que el famoso Franklyn D. Roosevelt, creador del New Deal quien formó parte de los tres grandes aliados en la Segunda Guerra Mundial a pesar de sus limitaciones a causa de la poliomielitis. Falleció de una hemorragia cerebral en su despacho de la Casa Blanca el 12 de abril de 1945.
1960.
El último magnicidio fue el de John F. Kennedy, ocurrido tres años después de su elección y el fracaso de los planes del Imperio por doblegarnos, lo cual produjo un complot revanchista de la ultraderecha imperial y el llamado exilio cubano. El atentado ocurrió el 22 de noviembre de 1963 y sobre el asunto del hechizo, el propio Kennedy había escrito: “…No creo en dicha leyenda del factor cero…
1980.
Ronald Reagan pudo haber sido el octavo pasajero en este viaje al más allá, cuando fue víctima de un atentado el 30 de marzo de 1981, apenas a dos meses de ocupar la silla presidencial. Pero tal vez la brujería del mago Tucumseh, tras un siglo de efectividad había perdido  fuerza, al punto de no poder traspasar los umbrales de nuevo milenio en Estados Unidos.
Por todas estas evidencias es que me inclinaba a creer que en el caso de Barack Obama—debutante electo en el 2008 y repitente en el 2012—no se correspondía exactamente con las predicciones del piel roja Tucumseh, como tampoco el próximo mandatario Donald Trump correría peligro, a no ser que fuera reelecto en el 2020. Y eso lo creo improbable dada sus apocalípticas intenciones, sus desplantes racistas y otras “virtudes” fehacientemente divulgadas durante su monomaniática campaña electoral.
Cuando al comienzo de la Revolución Fidel dijo: “…Lee, no cree….” O cuando más tarde ante una de esas elecciones yanquis agregó: “…Da lo mismo Juana que su hermana…” Nuestro Comandante en Jefe estaba sentenciando nuestra devoción por la independencia, la solidaridad, el humanismo y el concepto de REVOLUCIÓN, que nos inculcó para siempre, y su impronta de gigante invicto se proyecta hacia el futuro de Cuba como todo un símbolo.
Todo lo contrario de ese maleficio yanqui que surgió de las propias entrañas del Monstruo.

2 may 2013

CIPRIANO CASTRO EN LA CARICATURA MUNDIAL


En el evento teórico que tuvo lugar durante la pasada Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, en San Antonio de los Baños, el compañero René de la Nuez planteó una vez más su teoría de que la historia de Cuba podía contarse en caricaturas; lo cual suscribo en todas sus partes.
Dibujos humorísticos, y simbolismos encontramos, tanto en las cuevas del periodo paleolítico como en los códices precolombinos. Hasta los jeroglíficos egipcios han desnudados muchos misterios de la antigüedad, pero la sátira política, como la conocemos hoy día es un arte mucho más joven. Surge al calor de desarrollo poligráfico con las llamadas revistas ilustradas a mediados del siglo XIX y el auge de la prensa diaria.
Otro detalle que no debe quedar en el tintero es que, para ser efectiva la caricatura editorial, como arma ideológica, debe distanciarse de la supuesta imparcialidad achacada al Cuarto Poder burgués, pues se convierte en un arma para tomar partido por una u otra causa. Ejemplo, a favor de la guerra o de la paz.
A lo largo de este trabajo, mis vecinos podrán apreciar varias muestras tomadas de la gran prensa internacional, en un momento clave de nuestra historia donde el arte se puso a favor de los peores intereses de la humanidad, contra un líder que—independientemente de sus defectos—abrazó las mejores causas de independencia y soberanía en la hermana república de Venezuela.

Los datos y las imágenes fueron tomados del libro “Cipriano Castro en la caricatura mundial” editado en 1980 por el Instituto Autónomo de la Biblioteca Nacional de Venezuela.
Precisamente quisiéramos detenernos en esa etapa histórica:
A grandes rasgos diremos que la Doctrina Monroe—esa de la fruta madura--se extendió durante todo el Siglo de las Luces, hasta que el Tío Sam decidió cambiarla por la política de la zanahoria y el garrote Big Stick, (English spoken).
El régimen español venía perdiendo peones y fuerzas durante ese siglo en todas sus colonias de ultramar. Y bajo ese efecto dominó sólo faltaban por caer los mangos bajitos de Cuba (la llave del Golfo) y su vecino más cercano Puerto Rico.
Eso explica un tanto la situación en el tablero de ajedrez geopolítico regional en tránsito al Siglo XX y el movimiento de cada una de sus piezas, con el intento de las potencias europeas por apoderarse de las riquezas venezolanas en lo que se conocía entonces como el enorme lago de asfalto descubierto en la zona del Orinoco, y el porqué pudieron burlar la coyunda yanqui en su “patio trasero” más interesado entonces en los asuntos de la llave del Golfo (Cuba, Puerto Rico y el Canal de Panamá).
De ahí que el gobierno de Cipriano Castro, tuviera que resistir el asedio de un triple bloqueo de Gran Bretaña, Alemania y Holanda y en menor grado Francia e Italia, ante la mirada indiferente del Tío Sam.
Por el contrario, las fuerzas navales yanquis, bombardeaban simultáneamente los puertos de Cárdenas, Matanzas, Santa Cruz del Sur, Baracoa y Manzanillo, para concluir con el hundimiento de la flota española del Almirante Cervera en Santiago de Cuba.
El presidente venezolano Cipriano Castro, al tomar el poder en 1899 soñaba cándidamente con el establecimiento de una Gran Colombia, al estilo bolivariano, mientras la prensa amarilla lo bombardeaba con caricaturas tendenciosas y los peores epítetos, tildándolo de “dictador” y otras veces de forma despectiva como “el cabito”; a tal punto que la afamada revista de humorismo francesa “El plato de mantequilla” L´Assiette au Beurre, como algo insólito, le dedicó un número especial el 26 de diciembre de 1908 bajo el título de “Castro en Europa”, algo nunca visto antes.
Pero no fue la única: A lo largo de este trabajo verán el aporte de la prensa yanqui a dicha campaña de ridiculización que se unió a la de otros grandes medios de información europeos.
He aquí a grandes rasgos su trayectoria en Venezuela a partir de su arribo al poder en 1899: El 3 de octubre de ese año el Tribunal de París falló en su contra y a favor de Gran Bretaña por el territorio de Guayana. Diecinueve días más tarde entró  triunfalmente en Caracas.
Durante los nueve años que ejerció el mando Cipriano Castro afrontó presiones, revueltas, alzamientos, bloqueos de potencias europeas y hasta invasiones por parte de su peor enemigo: Marroquín, el presidente colombiano al asumir éste la presidencia del país vecino.
Una “intentona libertadora” financiada por el Trust del Asfalto es vencida en La Victoria. Castro lanza entonces su Proclama contra el bloqueo anglo-germano y por medio del Protocolo de Washington éste queda suspendido en 1903.
Nuevos intentos insurreccionales incluyen la amenaza de fondear la flota estadounidense en su litoral, mientras años más tarde Castro toma medidas contra el Cable Francés recién, instalado por tomar partido a favor de los insurrectos. A pesar de estos intentos, en 1905 Cipriano Castro es electo presidente hasta el 1911.
Junto a la Intervención norteamericana y el desembarco de marines en Cuba, tanto Francia como Colombia rompen relaciones con el gobierno venezolano en 1906. Dos años más tarde lo hacen Estados Unidos y Holanda, por lo cual buques norteamericanos arriban a La Guaira y Castro en la llamada semana trágica de noviembre, Es entonces que Castro se ve obligado a partir al exterior para someterse a un examen médico.
Tal circunstancia la aprovecha el dictador Juan Vicente Gómez, quien asume el poder de facto, legalizándolo en las elecciones de 1910 y a partir de entonces se mantiene en el poder por 27 años.
Su mandato se caracterizó por abrir el país a la “Diplomacia del dólar” en sustitución del “Big Stick” dando paso al proceso inversionista. Era otra la nación que surgía, conocida por algunos como la Venezuela petrolera o la del whisky and soda.
Durante todo este periodo Cipriano Castro comienza su interminable peregrinar “sin patria” por el todo el mundo. Informantes y espías enemigos lo acosan donde quiera que va, hasta que en 1913 al arribar a Nueva York es detenido en la cárcel para inmigrantes de Ellis Island, siendo sometido a vejámenes e interrogatorios.
Para finalizar y como una curiosidad más diremos que, de los Estados Unidos Cipriano Castro vino a Cuba hace exactamente  100 años, donde fue bien recibido e incluso hizo declaraciones, que transcribimos textualmente del libro en cuestión. “…Como los niños, al avanzar  de edad trabajan para adquirir juicio, así nuestras repúblicas, con el ingrato recuerdo del imperialismo, luchan por entrar en el camino del engrandecimiento y de la prosperidad…”·
Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918) se le pierde la pista al peregrino venezolano hasta que el 5 de diciembre de 1924 fallece en Puerto Rico.
Con este comentario hemos querido dejar constancia de que las campañas contra la Quinta República Chavista, Bolivariana y Socialista, por las fuerzas reaccionarias y entreguistas de la derecha no es nada nuevo en la historia de nuestro continente y de Venezuela en particular. Lo nuevo es la posibilidad de construir un mundo mejor que el propuesto por cualquiera de las cuatro repúblicas venezolanas anteriores, incluyendo engendros como aquel corrupto punto fijo de “adecos” contra “copeyanos” copiado del cachumbambé bipartidista al estilo yanqui, más conocido en Cuba como: ¡Quítate tú pa´ ponerme yo!
Tenemos el futuro a nuestro favor. No son tiempos de Ciprianos Castros sino de Nicolás Maduro y la herencia del inmenso Comandante Hugo Chávez Frías, eternamente invicto en las trincheras del pueblo y en las urnas del corazón.