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18 abr 2017

PERSONAJES DEL HUMOR GRÁFICO (II PARTE)



Se dice que segundas partes nunca fueron buenas: Falso, y me explico:
El hecho de que en nuestra anterior propuesta hayamos dejado la puerta abierta para una segunda intervención sobre los problemas inherentes a las Bienales Internacionales del Humor Gráfico en San Antonio de los Baños y de su histórico Museo del Humor, implica una nueva mirada al asunto, pero con un guiño picaresco, acorde con el doble sentido criollo, tan arraigado en nuestra idiosincrasia.
Veamos: En esta última edición, durante el desfile inaugural del domingo 2 de abril en la Villa del Ariguanabo, un colega en son de broma me encasquetó un sombrero confeccionado con papel de periódico, imitando aquel cucurucho con el cual René de la Nuez había caracterizado a su personaje del LOQUITO.
Lo que para algunos pudiera considerarse una falta de respeto teniendo en cuenta que se trataba de un octogenario, para mí era una especie de coronación fraternal, teniendo en cuenta mi solidaria actitud siempre al lado de René de la Nuez y su obra; por tanto, un símbolo de respeto.
En la foto siguiente aparezco junto a mi hijo en el momento en que dejábamos plasmados en el muro del parque ariguanabense mis personajes del  ¡Ay, Vecino!, en ese instante el héroe nacional y caricaturista Gerardo Hernández Nordelo se acerca para saludarnos como siempre con un cariñoso abrazo.
 Ni en ese momento, ni durante la inauguración de la exposición en el Museo; o en el resto de las actividades, jamás me quité dicha prenda. Incluso al regreso a la Habana en horas de la tarde, ni cuando llegue a mi casa casi oscureciendo--o aún hoy--a mediados del mes lo conservo como un trofeo de guerra.
He ahí otra de las características de nuestra profesión: El doble sentido. Sin él, no podríamos profundizar en el propio mensaje satírico y picaresco del Bobo de Abela; por ejemplo…
Concebido por nuestro pueblo como un símbolo de rebeldía frente a la sangrienta dictadura de Machado en los años 30 del pasado siglo. Mientras--a lo cortico--en el marco de sus amigos íntimos de la Villa del Humor, entre tragos de ñuza—exclusividad etílica de la “Taberna del Tío Cabrera”--me imagino el calificativo que diera el propio autor a la cara mofletuda del Bobo entre las risas de sus contertulios.
En esa misma cuerda recordamos los aportes de Chanito Isidrón y Eloy Romero en los enredos de la décima campesina para aquellos “Sordos de Cañon” transmitidos por el “Dímelo Cantando” de la MIL DIEZ; o la gracia del guarachero mayor Ñico Saquito y su incomparable “¡Cuidadito compay Gallo!”.
También en la fuente del doble sentido bebieron geniales artistas como el astuto Faustino Oramas, tratando de escapar nota a nota a la venganza de un cornudo despechado en Guayabero; o más acá en el tiempo, al inolvidable Enrique Núñez Rodríguez y su chispeante autobiografía póstuma novelada bajo los enredos del título “A Garsín a Guasa”. 
Ése es el secreto de una buena crítica, que arranca una sonrisa cómplice en vez de un burdo improperio. En esa cuerda es en la que bailan nuestros personajes humorísticos… Por eso son eternos.
OJO: La foto en el mural que acompaña este trabajo fue tomada in situ por el reportero gráfico de TRABAJADORES, Heriberto González Brito… Y como quien no quiere las cosas, recuerdo que este as del lente también dejó anteriormente su huella satírica en la sala de exposición del Museo del Humor con la obra titulada “Aguas cristalinas”, donde el colega retrató algunas indisciplinas sociales que lamentablemente aún flotan en el bucólico fondo del río Ariguanabo. He aquí copia de esta maravilla subfluvial.

28 ene 2017

LUBERTA ENRIQUITO Y YO



Un cintillo de GRANMA el pasado martes 24 de enero me cogió desprevenido: “Falleció Alberto Luberta, gloria de la cultura cubana”. 
El diario me llegó en horas de la tarde del día siguiente, por lo que no pude rendir postrer tributo en sus exequias a tan querido colega, amigo y hermano Alberto Damián Luberta Noy. Lo recordaremos  mostrando la caricatura personal suya realizada por el humorista-gráfico Raval, como un postrer homenaje a quien hizo del humorismo radial y televisivo un culto a la excelencia.
 
De nuevo me sorprende dicha edición cuando leo: “…Nació el 27 de septiembre de 1931 en el barrio de Pogolotti, en Marianao…” ¿Sería una broma más a la que nos tenía acostumbrados personalmente, en la radio o en la pantalla de televisión el padre de Cachucha y Ramón? 
Me explico: Siempre pensé que él había nacido 63 días antes que yo (28.11.1930). Sobre todo si tomamos en cuenta su ficha (27.9.30) que aparece en el libro “Rostros que se escuchan” de la Lic. Josefa Bracero, publicada en la Colección VOCES de Letras Cubanas en 2002.
Pero ahora, a partir del trabajo de GRANMA firmado por (SE) resulta que Luberta vino al mundo el 27.9.1931, por tanto, yo sería un año más viejo que él.
Entre humoristas todo vale. Tal vez el equívoco se deba a una burla más de su fértil imaginación capaz de realizar durante 55 años, el programa radial “Alegrías de sobremesa”—es decir unos 18,975 libretos—y gracias a actrices como Marta Jiménez Oropesa, Diana Rosa Suárez, Maggie Castro, Aida Isalbe, Marta y Dulce Velasco, Miriam Isalbe, Eloísa Älvarez Guedes, entre ellas y a Ramoncito Hernández, Juan Julio Alfonso, Armando Soler, Agustín Campos, Pipo de Armas, Carlos Moctezuma, Wilfredo Fernández, José Antonio Rivero, Enrique Arredondo, Idalberto Delgado, Juan Carlos Romero, Reynaldo Miravalles y Antonio Hernández entre los feos.
Todos ellos y algunos más que se nos perdieron entre las neuronas de la tercera o la cuarta edad, dieron vida a una veintena o más de personajes humorísticos como Perfecto Carrasquillo, Chacho, Alejito, Rufo, Simeón, Alderete, Paco, Rita, Cándida, Tomasita, Ceferino, Juanca y hasta Estelvina y Sandalio el Boláo entre ellos. Otros que no fueron invitados a almorzar en el programa de mediodía como Secundino Tracy, también pegaron la gorra sin una pizca de pujos o chabacanería.
El éxito de tal programa llegó a contagiar a la propia emisora Radio Progreso, de ahí que sea reconocida como "La Onda de la Alegría". 
Pero la cosa surge mucho más atrás, cuando aún niño cursaba la primaria en aquella escuelita del barrio obrero de Pogolotti en Marianao, y al terminar el sexto grado, recibe simultáneamente el diploma de mecanógrafo con calificación excelente ya que escribía noventa palabras por minuto. 
Eso lo marcó de por vida, pues años más tarde el bachillerato le dio la espalda y comenzó su vida laboral como mecanógrafo; ocho horas al día a razón de 25 centavos por jornada.
Pero todo esto cambia a partir del 1ro de julio de 1947, (x) RECUERDEN ESTA FECHA cuando ingresa a prueba en la CMQ de Monte y Prado. Allí, según nos contaba, gracias a su habilidad logró ocupar la plaza de copista, pero a la vez quedo hechizado por la radio, que calificaría como-– taller para fabricar imágenes--pues en ella personajes parlantes como Paco y Rita eran totalmente invisibles.
Con la inauguración de Radio-centro a los mecanógrafos se les aumentó el salario y más importante aún, que el autor del espacio “El alma de las cosas” Juan Herbello, se interesara por sus cualidades—no solo como copista—y es en ese programa donde debuta como escritor.
Otro que lo ayudó en sus comienzos fue el famoso Castor Vispo al decir que “Era un humorista en cierne”, y aunque Luberta no compartía dicho criterio, lo cierto es que el autor de “La tremenda corte” dio en el clavo, a tal punto que el propio director de ZIG-ZAG le cedió años más tarde dicho espacio televisivo.
(OJO) Por entonces debutábamos también Enrique Núñez Rodríguez y yo, pero le tocó a Luberta hablar por los tres y aprovechó el espacio que le brindaba la revista MI BARRIO para mencionar solo a Enrique y a mí en su edición Núm. 5 de Septiembre de 1998, bajo el título que aparece sobre ambas caricaturas.
En él se rendía tributo a nuestros cincuenta años de vida artística—debían haber sido 150. Y cito sus propias palabras: “…Cuando en el año 1948 le fue aprobado a Enrique Núñez Rodríguez su primer guión radial, más que el debut de un escritor novel para el Circuito CMQ representó sacarse el Gordo. (Equivalente en aquella época a ganar el Primer Premio en la Lotería Nacional)…” 
Más adelante agregaría: “…Si Hernán Cortés quemó sus naves para concluir la conquista de México, Enrique quemó su bicicleta para conquistar el corazón de todos los cubanos…” 
En cuanto a mi persona, cito: “...Al unísono, un joven se empinaba por encima de sus dieciocho años y lograba colocar su primer dibujo en la revista FOTOS. De la revista deportiva va para el diario EL MUNDO, llega a PRENSA LATINA, va para el semanario PALANTE. Esto se dice en un chanchán, digo en un santiamén, pero mucha tinta tuvo que sudar el joven para no dejar un espacio en BLANCO en su larga y fructífera carrera…” 
Para algunos mal informados y peor intencionados, aquel trabajo parecía un “chicharronazo” vigueta, si se tiene en cuenta que ambos--tanto Enriquito como yo--aparecíamos en el machón de la publicación, él como presidente del Consejo Editorial y yo como director de MI BARRIO.
Pero, nada más lejos de la verdad. La biografía de Luberta, como habíamos narrado antes, estaba más que emparentada con la nuestra. (Ver el vínculo señalado en párrafos anteriores así: --(X) RECUERDEN ESTA FECHA)— Y la revista humorística de historietas, respondía a un proyecto de la UNEAC y los CDR, por rescatar el género en medio del doble bloqueo que nos impuso el Imperialismo a partir de los años noventa del pasado siglo.
Cada uno por su lado dio lo mejor que pudo por enaltecer el humor criollo con todas sus virtudes y los errores humanos a partir de aquella Campaña de Alfabetización y lo más lejos posible del peor analfabetismo, ese grosero y ramplón que nos impuso la ignorancia y el subdesarrollo.
En su fecunda obra humorística, tanto en la radio como en la televisión a Luberta le fueron reconocidos innumerables méritos del ICRT, la UNEAC, el MINCULT y el Consejo de Estado, así como la medalla conmemorativa 60 Aniversario de las FAR, pero además el Premio Nacional de Radio y el Premio Nacional de Humorismo por la obra de toda la vida.
¡DESCANSE EN PAZ EL INCANSABLE LUBERTA!

23 ene 2017

UN DÚO INOLVIDABE



Todo parece indicar que nuestra propuesta anterior en este mismo mes “Autocrítica póstuma” ha creado cierta expectativa entre nuestros amables vecinos del blog. Y es natural que esto ocurra: Lo que pasa con Bernardo González Barros es que, para su época resultó ser un inadaptado, un idealista y por tanto, un fuera de serie. Pero lo curioso del caso es que su trayectoria está íntimamente ligada a otro criollo de similares virtudes. A continuación hemos ilustrado la información con la portada del libro “Caricatura y crítica de arte” sobre este genial ensayista cubano con Selección y prólogo del Dr. Jorge R. Bermúdez de donde tomamos estos apuntes. En su portada el caricaturista Conrado W. Massaguer nos regala en su personal estilo, el perfil de González Barros.


Bernardo G. Barros nace en Guanabacoa (25-1-1890) y muere (20-5-1922). Pero algo parecido ocurre con su alter-ego, once años mayor que él: Jesús Castellanos Villageiú, La Habana, de (8-8-1879) a (29-5-12). El primero de ellos deja a un lado la carrera de leyes y Castellanos abandona su profesión de arquitecto para abrazar ambos el periodismo a propósito del salto cualitativo que da la prensa cubana en medio de la Revolución Industrial del nuevo siglo.

Tras la Guerra de Independencia Castellanos, quien había estudiado en la Academia de San Carlos en México, regresa a Cuba y sienta cátedra en el diario LA DISCUSION como caricaturista.

El humorismo gráfico de la épocaen pañales desde el punto de vista estilístico--estaba representado por Ricardo de la Torriente, que dependía fundamentalmente de su revista LA POLÍTICA CÓMICA y del personaje de Liborio quien ganaba con ello en popularidad, prosperidad material e influencia política. Sin embargo, es en este contexto que una obra de Castellanos para LA DISCUSIÓN el 5 de abril de 1901 se convierte en noticia de primera plana al fustigar al gobierno interventor, bajo el título de ”El Calvario Cubano”, donde su Liborio—mucho más combativo que el de Torriente—aparece crucificado entre los dos ladrones del pasaje bíblico; esta vez representados por el interventor yanqui Charles Magoon y el presidente MKcKinley.

  

De inmediato el dibujante cae preso durante unas horas junto con el director de la publicación Manuel María Coronado, mientras la tirada es secuestrada por las autoridades. El incidente no pasa de ahí--tras la intervención del propio interventor--el propio Magoon los libera para evitar que se revuelva más el estercolero.

Este incidente es calificado por Juan David como“…la caricatura que se muestra por primera vez cubana a cara descubierta y antimperialista…” en su libro titulado “La caricatura, tiempos y hombres” de la Colección Majadahonda, Centro Pablo de la Torriente, La Habana, 2002.

González Barros es ya un destacado crítico literario, mientras su amigo aunque también ejerce el periodismo analítico, es más popular como hemos visto en la caricatura editorial. Sin embargo, sorpresivamente Castellanos viene a ganar fama no por sus dibujos satíricos, sino por la novela “La conjura” con la cual hubo de obtener el premio en los Juegos Florales del Ateneo de La Habana en 1908.

Su temprana muerte cuatro años más tarde--apenas con 33 de edad--hace que Barros abandone otros proyectos como su novela “La senda nueva” de 1913, para dedicarse por completo al estudio del nuevo humorismo gráfico que venía desarrollándose en Cuba y en el mundo a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

Por esa época ya los caricaturistas de vanguardia citados por él –Rafael Blanco y Conrado W. Massaguer--se habían dado a conocer en sendas exposiciones de caricaturas (1911 y 1912 respectivamente), Valls se incorporaría después, mientras el Primer Salón de Arte Nuevo tarda hasta 1927 en producirse.

De ahí la importancia del libro “La caricatura contemporánea” en dos tomos, que vio la luz en 1916, justo a cuatro años del deceso de su camarada y cómplice Jesús Castellanos.
Cuando Bernardo González Barros fallece el 5 de mayo de 1924, la Academia de Artes y Letras de la Habana, decide ofrecer el 14 de ese mismo mes, un homenaje póstumo a la memoria del académico recién electo. Y es Jorge Mañach el primero en considerarlo en la vanguardia de la crítica de arte por la Generación del 23 y el Grupo Minorista.

19 jul 2016

NO SIEMPRE FUE JUSTA LA JUSTICIA



A veces veo a mis nietos y biznietos jugando frente a la computadora o su table y me sorprendo de los cambios que tan vertiginosamente ocurren en este mundo postmoderno de los drones, autos, y teléfonos inteligentes actuales, con la amenaza robótica de desplazar con androides a millones de obreros, que hipotética pero definitivamente  serán los futuros desempleados, y posibles consumidores de tanta pacotilla corporativa en el futuro.
A su edad, en mis tiempos—los mismos de Raúl y Fidel—era fanático de los muñequitos en colores que aparecían en los suplementos dominicales de los diarios de entonces. Uno de mis ídolos era el detective yanqui DICK TRACY, quien para perseguir a “los malos” dependía de un “ultramoderno” radio-reloj de pulsera donde se comunicaba con la jefatura para localizar a los delincuentes en medio de la “Ley Seca”, antecedente impensable en la actual Meca del narcotráfico.
Pero regresemos a Cubita la bella: Había otros “inventos” en casa de cualquier familia habanera, como la nevera de serpentín que orinaba por abajo igual que yo, pero con un líquido mucho más frío.
Se vivía al día y con susto. Pero se respetaba más aquella privacidad de la puerta de la calle solo protegida con un ganchito, o al mudarnos, dejar la llave al bodeguero de la esquina para que el futuro inquilino pudiera revisarla a gusto, además, nos fiara la mercancía y a fin de año hasta nos premiara con el “Aguinaldo” para que no permutáramos de bodega.
Se cocinaba con el carbón suministrado por un vendedor ambulante que halaba un mulo tan bruto como él. Hoy en día no se llora en el fogón producto del humo; sin embargo, gracias al hollín se podía correr a la puerta para tapar en la acera la caca del perro del vecino con la ceniza, y evitar con ello una multa del inspector que desde los tiempos de España, gravaba no al dueño de la mascota, sino a la víctima más cercana de eso tan maloliente, y que resultaba un gravamen injusto; es decir, lo que hoy conocemos como “una simple indisciplina social”.
Adoraba aquel detective chino que se las sabía todas gracias a su paciencia, pero que cada cual lo imaginaba a su manera pues se transmitía por radio, ya que la TV estaba en pañales antes de la Segunda Guerra Mundial y los televisores salieron al mercado tras la firma de la paz, cuando ya Chan Li Po había muerto.
Debo aclarar que todos esos cachivaches, eran producto del desarrollo industrial gracias a un cruel mecanismo que posteriormente se conoció como “obsolescencia programada”, para reducir la vida útil de los equipos, eternizar los adeudos y aumentar las utilidades con un consumismo galopante, pero volvamos a nuestro pasado personal.
 Vivíamos en un apartamento o casa alquilada del municipio 10 de Octubre, lo que daba derecho a disfrutarla hasta que el “viejo” quedara cesante y nos pusieran los muebles en la calle. Por suerte pudimos esquivar el desahucio y vivíamos en la capital, donde no depredaba la pareja de la guardia rural, ya que en esos predios lejanos el desalojo tiraba los trastes para la guardarraya a base del plan de machete.
Estamos hablando de leyes aplicables lo mismo a bienes raíces, bienes muebles, como bienes inmuebles; a tal punto que se puso de moda en la victrola de la esquina el bolero “Plazos traicioneros” Una melodía romántica y machista, pero bastante macabra de una realidad que castigaba a la mayoría, es decir los más indefensos. Precisamente en este aspecto quiero detenerme:
Fui vecino del Juzgado Municipal del Centro, situado en los altos de un moderno edificio casi frente al Cine del mismo nombre y que hoy arruina la vista de la Esquina de Toyo, donde ejercía el doctor Waldo Medina, popularmente conocido como “El Juez de los pobres”. cuya trayectoria se caracterizó precisamente por la defensa de las numerosas víctimas de un sistema que despojaba a los obreros cesantes de sus radios, sus lavadoras o sus televisores comprados a plazos, incluso faltándole solo una o dos mensualidades.
Más tarde, como linotipista del periódico EL MUNDO, tuve el placer de establecer amistad con él y de teclear algunos de sus artículos más urticantes sobre temas jurídicos. Debo aclarar que por aquellos días hacía mis “pininos” en el humor gráfico y le realice a Waldo una caricatura personal, muy de su agrado, pero que con el paso del tiempo se extravió entre las telarañas del baúl de mis recuerdos. Hoy hubiese podido digitalizara para el futuro.
Lo que no sabía entonces, me lo recordó el recientemente fallecido colega Juan Marrero, Vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba, en el número (septiembre-octubre del 2000) del boletín ENFOQUE de la UPEC bajo el título de “Vínculos de malversadores y directivos de un periódico” donde me aclaró un suceso increíble.
Esta historia se mantuvo oculta por más de 47 años en su expediente, y en ella Medina puso en juego su condición de periodista-colaborador al negarse a servir como juez a los intereses corruptos de los dueños del diario en una causa ilegal, haciendo dejación de sus artículos.
Este hecho ocurrió 25 días antes del ataque al Cuartel Moncada, y consta en la carta-protesta dirigida al Colegio Nacional de Periodistas con fecha 1º. de julio de 1953 aparecida en dicho artículo y que obviamos en aras de la brevedad.
Por tanto no resultaba ocioso, hallar de nuevo al doctor Waldo Medina, prestando servicios en el Departamento Legal del INRA tras el triunfo de la Revolución en 1959, donde laboró siempre fiel a su pueblo y a las causas más justas, hasta su deceso hace exactamente 30 años, el 25 de agosto de 1986.
Sean estas líneas para recordar al Dr. Waldo Medina, quien abrazó la jurisprudencia con la integridad, y sacrificio, tan necesarios hoy como ayer; pero sobre todo, como reafirmación de esos dignos valores de luchar por la justicia y la equidad, presentes siempre en aquel joven abogado rebelde del Moncada, y autor de “La Historia me absolverá”, en fin a Nuestro Invicto Comandante en Jefe: Fidel Castro Ruz en su 90º.Aniversario.