Mis relaciones carnales con el Hotel Habana Libre datan desde los tiempos en que la moderna instalación apenas gateaba por la Rampa Habanera.
Se produjo gracias a mi amistad con el compañero Gustavo Zorrilla, recién llegado del exilio a raíz del triunfo revolucionario.
Zorrilla, secretario del Movimiento Revolucionario “26 de Julio” en Cayo Hueso durante la insurrección, tuvo necesidad de enfrentar las insidiosas campañas del periódico “The Key West Citizen” contra los patriotas cubanos de la ciudad floridana.
Compartíamos entonces como novatos inquietudes periodísticas, y de esa amistad atesoro su libro “Pequeña Trinchera”, con dedicatoria de su puño y letra, donde reproduce también documentos de los archivos del 26 de Julio en Cayo Hueso.
Se produjo gracias a mi amistad con el compañero Gustavo Zorrilla, recién llegado del exilio a raíz del triunfo revolucionario.
Zorrilla, secretario del Movimiento Revolucionario “26 de Julio” en Cayo Hueso durante la insurrección, tuvo necesidad de enfrentar las insidiosas campañas del periódico “The Key West Citizen” contra los patriotas cubanos de la ciudad floridana.
Compartíamos entonces como novatos inquietudes periodísticas, y de esa amistad atesoro su libro “Pequeña Trinchera”, con dedicatoria de su puño y letra, donde reproduce también documentos de los archivos del 26 de Julio en Cayo Hueso.
Por cierto lo del Cayo Hueso es un invento cubano, porque la traducción de West no es hueso, sino oeste.
Apenas diez meses transcurrieron desde la inauguración del entonces hotel “Havana Hilton”, el 19 de marzo de 1958, hasta la entraba a la capital de la Caravana de la Victoria con el Comandante Fidel Castro al frente. Casi de inmediato se estableció el Estado Mayor del Ejército Rebelde en la Suite Presidencial “La Castellana” que abarcaba varias habitaciones del piso 22 del hotel. Instalación que aún se mantiene como referente histórico de aquel acontecimiento.
Ese solo hecho y uno de los primeros intentos de asesinato a Fidel en la cafetería de la planta baja, fueron suficientes para que el bisoño centro turístico se robara los cintillos de la prensa de entonces.
Corrían los años sesenta del pasado siglo, y el majestuoso Habana Libre se elevaba en la cúspide de La Rampa habanera, la moderna arteria comercial que remolcaba hacia el malecón habanero todas las ansias de una juventud que se había ganado por derecho propio el reconocimiento de la generación del 60 en todo el mundo.
Tuve el privilegio de haber cubierto varios eventos que por entonces se celebraban en el emblemático hotel. Entre ellos: El Segundo Congreso de la UPEC y la Conferencia Tricontinental que dio origen a la OSPAAL ambos en 1966.
Un año más tarde, la Conferencia de la OLAS, donde se fundó la organización juvenil de estudiantes OCLAE. En 1968 se celebró el Primer Congreso de Cultura al que asistió el conocido caricaturista norteamericano Jules Pfeiffer.
Durante el VII Congreso de la Organización Internacional de Periodistas OIP allí, nuestras historietas didácticas obtuvieron un honroso galardón en 1971 y ese mismo año tuvo lugar el Congreso de Educación y Cultura.
Recientemente en este blog, abordamos con destaque la Primera Olimpiada de Ajedrez celebrada en sus salones a fines de 1966. http://ay-vecino.blogspot.com/2009/12/simultaneas-de-palante.html Pero si algo he de agradecerles de por vida al Habana Libre Tryp es la celebración, de mis 50 años de vida artística, el 25 de febrero de 1998, en el marco de la X Bienal del Humor de San Antonio de los Baños, con una muestra retrospectiva de mi obra, y la presencia de colegas cubanos y extranjeros asistentes al evento.
En la primera foto: Tomada esa noche en el Salón Solidaridad, tras la jocosa presentación de la exposición por el maestro de humoristas cubanos, Enrique Núñez Rodríguez, tomé la palabra para pedir excusas por sus sentidas “exageraciones”. En la segunda, le señalo al Ministro de Cultura Abel Prieto Jiménez, la ubicación de cierta caricatura, y más atrás, dónde estaban sirviendo el brindis.Apenas diez meses transcurrieron desde la inauguración del entonces hotel “Havana Hilton”, el 19 de marzo de 1958, hasta la entraba a la capital de la Caravana de la Victoria con el Comandante Fidel Castro al frente. Casi de inmediato se estableció el Estado Mayor del Ejército Rebelde en la Suite Presidencial “La Castellana” que abarcaba varias habitaciones del piso 22 del hotel. Instalación que aún se mantiene como referente histórico de aquel acontecimiento.
Ese solo hecho y uno de los primeros intentos de asesinato a Fidel en la cafetería de la planta baja, fueron suficientes para que el bisoño centro turístico se robara los cintillos de la prensa de entonces.
Corrían los años sesenta del pasado siglo, y el majestuoso Habana Libre se elevaba en la cúspide de La Rampa habanera, la moderna arteria comercial que remolcaba hacia el malecón habanero todas las ansias de una juventud que se había ganado por derecho propio el reconocimiento de la generación del 60 en todo el mundo.
Tuve el privilegio de haber cubierto varios eventos que por entonces se celebraban en el emblemático hotel. Entre ellos: El Segundo Congreso de la UPEC y la Conferencia Tricontinental que dio origen a la OSPAAL ambos en 1966.
Un año más tarde, la Conferencia de la OLAS, donde se fundó la organización juvenil de estudiantes OCLAE. En 1968 se celebró el Primer Congreso de Cultura al que asistió el conocido caricaturista norteamericano Jules Pfeiffer.
Durante el VII Congreso de la Organización Internacional de Periodistas OIP allí, nuestras historietas didácticas obtuvieron un honroso galardón en 1971 y ese mismo año tuvo lugar el Congreso de Educación y Cultura.
Recientemente en este blog, abordamos con destaque la Primera Olimpiada de Ajedrez celebrada en sus salones a fines de 1966. http://ay-vecino.blogspot.com/2009/12/simultaneas-de-palante.html Pero si algo he de agradecerles de por vida al Habana Libre Tryp es la celebración, de mis 50 años de vida artística, el 25 de febrero de 1998, en el marco de la X Bienal del Humor de San Antonio de los Baños, con una muestra retrospectiva de mi obra, y la presencia de colegas cubanos y extranjeros asistentes al evento.
Bromas aparte: Con esta actividad, la gerencia y los trabajadores del hotel administrado por la cadena Sol Meliá, quisieron estimular mi trabajo de varios años realizando allí caricaturas personales in situ a huéspedes y visitantes. Cientos de ellos pudieron llevar a sus países de origen un recuerdo exclusivo y personal de su propia imagen caricaturizada.
Agasajo que debió ser a la inversa, porque fue el hotel, quien en medio del período especial, nos abrió sus puertas al compañero Jorge Camejo y a mi; permitiéndonos sobrellevar la carga de una precaria jubilación en medio del doble bloqueo norteamericano.
Agasajo que debió ser a la inversa, porque fue el hotel, quien en medio del período especial, nos abrió sus puertas al compañero Jorge Camejo y a mi; permitiéndonos sobrellevar la carga de una precaria jubilación en medio del doble bloqueo norteamericano.
Como constancia de ello, ofrecemos copia de la tira cómica que en el año 1994 nos dedicó el historietista californiano Bill Griffith, mediante su personaje “Zippy” con motivo de una visita sorpresiva a Cuba.
Por si todo esto fuera poco, el 19 de marzo de 2008, al celebrar el hotel Habana Libre Tryp su 50º Aniversario, y en presencia de una representación de la cadena hotelera Hilton y del compañero Marrero, ministro de Turismo, se me permitió realizar una exposición de diez estampas humorísticas inspiradas en la historia del mismo.
Esa noche, en la gala de celebración, tres personas fueron galardonadas: Raúl Trelles, el único fundador en activo que aún trabaja en los salones del Habana Libre. La “Vedette de las Américas” Rosita Fornés. Y el tercer premiado fue este humilde servidor Francisco Pascasio Blanco Ávila.
Los tres recibimos diplomas como “Huéspedes de Honor”, tributo inmerecido por mi parte pues, a punto de cumplir 80 años el próximo noviembre, jamás he tenido el honor de hospedarme en el entrañable Habana Libre Tryp.
Por si todo esto fuera poco, el 19 de marzo de 2008, al celebrar el hotel Habana Libre Tryp su 50º Aniversario, y en presencia de una representación de la cadena hotelera Hilton y del compañero Marrero, ministro de Turismo, se me permitió realizar una exposición de diez estampas humorísticas inspiradas en la historia del mismo.
Esa noche, en la gala de celebración, tres personas fueron galardonadas: Raúl Trelles, el único fundador en activo que aún trabaja en los salones del Habana Libre. La “Vedette de las Américas” Rosita Fornés. Y el tercer premiado fue este humilde servidor Francisco Pascasio Blanco Ávila.
Los tres recibimos diplomas como “Huéspedes de Honor”, tributo inmerecido por mi parte pues, a punto de cumplir 80 años el próximo noviembre, jamás he tenido el honor de hospedarme en el entrañable Habana Libre Tryp.
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