El
26 de enero del 2012, fui invitado junto a otros caricaturistas a la ciudad de
Matanzas para participar en calidad de jurado a la premiación del Concurso de
Humorismo Gráfico “El Doble Nueve”, celebrado en el Museo de Arte Esquerré de la
propia ciudad en honor a Conrado W. Massaguer hijo ilustre de Cárdenas y uno de
los fundadores de la caricatura cubana.
La
obra que daba nombre la singular competencia era precisamente el famoso cuadro “El
Doble Nueve”, de dicho caricaturista que había dado la vuelta al mundo
durante la Segunda Guerra Mundial. He aquí una copia de dicha sátira política,
donde se hace alusión al criollísimo juego de dominó, y en la cual aparecen los
principales líderes políticos durante la Segunda Guerra Mundial.
Otra
fecha significativa se cumple en estos días: El 70º. Aniversario de la Reunión
de Yalta (4-2-1945) donde los Tres Grandes presentes en dicha
sátira--Roosevelt, Churchill y Stalin-- coordinaron el ataque que puso fin al
criminal nazi-fascismo tres meses después.
En
medio de aquella festiva actividad en la Atenas de Cuba fui contactado por el
colega y crítico literario Fernando Rodríguez Sosa quien me invitó a su próximo
espacio “Encuentro entre puentes”, dos días más tarde, también dedicado
a Conrado W. Massaguer, tal vez esto se originaba por el hecho de ser uno de
los pocos humoristas en activo que conocieron en vida a Massaguer y dejaron
constancia de ello en el artículo publicado por la revista BOHEMIA a principios
de 1989 con motivo de su Centenario.
Por
cierto, dos integrantes de dicha redacción, también fueron invitados y no me
dejarán mentir: Mi hijo, el diseñador de la misma, Francisco P. Blanco
Hernández y su esposa María Victoria Valdés.
Tal
vez casualmente esa entrevista coincidiría con otra fecha memorable, el 28 de
enero del 2012 y que regresa a mi mente con motivo de las emociones recibidas
durante la última Marcha de las Antorchas, por primera vez con los Cinco Héroes
Cubanos en casa y sólo comparable con aquella organizada por la Generación del
Centenario hace 62 años en medio de una cruel dictadura mediatizada por el
Imperio y ahora con mucha más razón, vísperas de dos eventos tan ligados al
Maestro como Pedagogía 2015 y la Tercera Cumbre del CELAC.
Pero
no queremos extendernos más en ese aspecto, pues en el trabajo titulado “Renacer”
publicado en este mismo blog en febrero del 2012 ya anunciábamos el despertar
que desbordaban los predios de la Galería de Arte y se extendía con alegría en las
calles y avenidas de la actual Atenas de Cuba.
Durante
un paseo por la ciudad pudimos comprobar in situ no sólo esos ”Timbiriches”
que nos acababa de presentar Tony Ávila en su parodia citadina, sino el
renacimiento de un entusiasmo contagioso con motivo de aquella “51º.
Serie Nacional de Beisbol”, donde el bisoño equipo matancero—aún antes
de convertirse en cocodrilos --ya mostraba sus afilados dientes y no
menos peligrosas garras. Transitar por sus calles sabiéndonos capitalinos e
industrialistas podía provocar cualquier “incidente” nada agradable. Por suerte,
esa noche el equipo Matanzas se había quitado la barrida de los azules en un
memorable duelo y la sangre no llegó al río.
Como
pueden apreciar, los retoños de aquella predicción beisbolera hace tres años, son
hoy una realidad. Ya están más hechos los ahijados de Víctor Mesa y con el
reinicio de nuestro pasatiempo nacional tras la aventura portorriqueña en la
Serie del Caribe, la objetividad nos muestra el reverdecer de esos peligrosos
saurios encumbrados en la cima, con alarmante ventaja sobre el equipo de
Granma, su más próximo rival. Así que aunque sigamos siendo azules por los
cuatro costados y el retruécano de los narradores deportivos nos indica que
nada se acaba hasta que no se acaba, podemos preguntarnos de nuevo:
¿Si
aquello no fue el renacer de Matanzas hace tres años, qué otra sorpresa
podríamos esperar tras el regreso victorioso de los Vegueros—ahora
increíblemente--doble campeón del año pasado en nuestro campeonato y de la actual
Serie del Caribe?
Si
hace tres años aquel trabajo lo titulé “Renacer” ahora con mucha más razón
podríamos dar a conocer este otro pinareño como “Renacer por partida doble”
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