Nuestro
trabajo reproducido a continuación fue publicado por el mensuario PALANTE en su
edición No. 6 del pasado mes de junio. Razones personales influyeron en que el
periódico llegara tarde a mis manos, por tanto va dirigido a mis fieles vecinos
en el exterior, que por esa misma razón no hayan tenido acceso al mismo.
ENTRE AVES DE RAPIÑA ANDA LA COSA
Dicen
que la historia se repite y por lo general esto es cierto. Si partimos del
pedigrí en algunas especies como las aves, veremos como se ha comportado esto
desde la antigüedad.
Las
rapaces se fueron apoderando de todos los cielos del mundo gracias a sus picos
ganchudos y robustas patas provistas de garras, vuelo largo y sostenido, más
una visión prodigiosa.
Cuentan
que Esquilo, el primero de los grandes poetas trágicos de la Antigua Grecia fue
víctima de sus propias dramaturgias cuando murió al recibir el impacto en la
cabeza de una tortuga desprendida de las garras de un Gyapaetus barbatos griego,
que traducido al español actual se conoce como el quebrantahuesos, ave de
rapiña perteneciente al orden de las falconiformes.
En
nuestro país, aparte de los gavilanes--sabanero caracolero y el caguarero de la
región oriental--tenemos el aura tiñosa de cabeza rapada, pescuezo pelado y
aspecto repugnante, famosa por sus hábitos carroñeros en las áreas rurales,
ayudando a la higiene ambiental.
En
regiones septentrionales de ambos hemisferios reinó el águila real de hermoso
porte, vuelo prodigioso y vista privilegiada por lo que pronto se convirtió en
símbolo de poder para no pocos imperios. Figura en el escudo nacional mexicano
como una leyenda donde se afirma que la “ciudad de México fue fundada por los
aztecas en el sitio donde encontraron un águila posada sobre un nopal devorando
una serpiente”.
Mientras
el águila de cabeza blanca—oriunda a lo largo del río Mississippi—resulta menos
alegórica pero mucho más imperial y aparece como emblema nacional de los Estados
Unidos.
En
la Europa Medieval se había puesto de moda la cetrería, deporte elitista
practicado solo por reyes y aristócratas del Viejo Mundo con el propósito de
adiestrar halcones en la cacería del pato. De esa misma familia es el cóndor,
quien no solo tiene el récord de altura entre todas las aves, sino el de vuelo
más majestuoso cuando extiende sus alas
a tres metros de envergadura.
Pero
como todo en la vida, nada es absoluto; estos depredadores han evolucionado con
el tiempo y según el flujo y reflujo biológico, el cachumbambé político de la
lucha de clases, la conquista del oeste; así como otras colonizaciones
imperiales y zonas de influencia, hasta el actual neoliberalismo globalizado
con sus golpes blandos y guerras de baja intensidad, dan por resultado los
efectos colaterales del terrorismo mediático y la emigración pandémica.
Pero…
Un nuevo peligro se nos presenta hoy en--Nuestra América—tal y como nos
definiera Martí.
Un
nuevo Plan Cóndor extiende sus poderosas alas a toda Suramérica.
Los
Fondos buitre cazaron tanto a la Argentina, hasta que la macrificaron.
El
zarpazo parlamentario del rapaz Temer al gigantesco Brasil es de temer.
Halcones
y Quebrantahuesos se benefician de las diferencias fronterizas entre Bolivia y
Chile.
Por
algo el Tío Sam con su vista de águila le tiene echado el ojo a Venezuela.
Pero
ya conocemos de qué pata cojea este símbolo imperial.
Con
nosotros tiene que ser más cauteloso porque solo cuenta con la autóctona
tiñosa, pero… “Por mucho que el aura vuele siempre el pitirre la pica”. Y
podría posarse en un palo podrido, como la vio hace algunos años, (abril del
2005) desde una cárcel de máxima seguridad de los Estados Unidos uno de
nuestros Cinco Héroes: Gerardo Hernández Nordelo y que fuera publicada de
inmediato como portada en PALANTE.
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