Como
buen octogenario, quiero abordar ciertos aspectos que hoy resulten anticuados
por el estilo de aquellas frases producto de la sabiduría popular en Cuba cuando
se decía:“…Siempre que llueve escampa…” o su contrapartida “…En abril,
aguas mil…” Ambas obedecen a leyes de la dialéctica y la naturaleza.
Pero también otras con un fuerte contenido religioso como: “…San Isidro Labrador, quita el agua y pon el Sol…”, o “¡Que llueva, que llueva, la Vírgen de la
Cueva!”
Precisamente
en este mes--el cuarto del año--debiéramos reflexionar sobre una realidad
insoslayable: ¿Qué hemos hecho individualmente para revertir una sequía que nos
golpea desde hace tanto tiempo y con más fuerza que nunca?
Sobre
todo con el agotamiento de las fuentes y otros pronósticos de secano nada
agradables.
¿No
fue el propio Fidel quien anunciara en la ONU en los albores de un nuevo
milenio, el inminente peligro del calentamiento global? ¿Y no son las pequeñas
islas del Pacífico o del Caribe, las más amenazadas por la crecida de los mares
con el deshielo polar?
Cuba,
por su geo-morfología larga y estrecha, no cuenta con ríos caudalosos, ni
enormes montañas, por tanto tampoco embalses naturales, que nos abastezcan del
preciado líquido.
Tuve
el honor de ser enviado especial de PALANTE a reportar los estragos del ciclón
Flora en octubre de 1963, por tanto como caricaturista corría el riesgo de ser
mal recibido por las víctimas de tanta tragedia. Sin embargo, pude cumplir la
tarea, gracias a la comprensión de algunos dirigentes y mi comportamiento
profesional frente a la titánica recuperación de pueblo oriental, donde en la
primera línea de combate, una vez más nuestro Comandante en Jefe se enfrentaba
a la muerte, en aquellos anfibios arrastrados por las aguas junto a sus más
fieles seguidores.
De
la tragedia, Fidel también sacó sus propias conclusiones, al aplicar a partir
de entonces una política dada en llamar “Voluntad hidráulica” que puso en
manos de otro de sus fieles seguidores, el comandante Faustino Pérez.
Hasta
el triunfo revolucionario, en las campañas electorales de politiqueros corruptos
y vende-patrias, estos ofrecían, “…Agua caminos y escuelas…” Y tras
las elecciones, un nuevo y burlón estribillo de: “…Si te vi, ni me acuerdo…”
Por
tanto, más de sesenta años de neo-república mediatizada habían transcurrido sin
apenas imitar las hazañas del Ingeniero Albear y mucho menos la trascendencia
de su Acueducto de La Habana, obra cumbre de la tecnología hidráulica española
en el siglo XIX.
Por
la urgencia de la ayuda a los damnificados orientales en 1963, a mí me tocó
trasladarme en un vuelo de Cubana con medicinas y útiles del hogar, hasta el
aeropuerto de Holguín.
Por
tanto, otro asunto comprobado a partir de las experiencias del Flora y que se
mantiene pendiente, es referido al transporte: En aquella tragedia el país
quedó aislado por vía férrea y carretera. La ayuda a la región más oriental,
sólo podía llegar por mar o por aire.
Económicamente
hablando, el transporte aéreo resulta—el más rápido pero también el más
costoso--; el acarreo de carga por carretera es igualmente caro debido a la limitada
capacidad de los vehículos, el permanente mantenimiento de las vías y del
rodamiento en general.
El
ferrocarril es menos gravoso, más duradero y transporta mucho más carga, pero
no es tampoco comparable al transporte de cabotaje…
En
conclusión: La vía por mar sería lo más apropiado para una isla larga y
estrecha con infinidad de puertos en ambas costas. Pendiente solo de una red de
distribución local para llegar a su destino.
A
sabiendas de estos postulados: ¿Cuánto nos podríamos ahorrar solo en
transporte? ¿Acaso no es parte también del infame bloqueo impuesto por el Tío
Sam en su patio trasero? Recordemos la frase que sataniza al hermano pueblo
mexicano: “…Tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos…”
Pero
volvamos al comienzo: Si el 80 % de nuestro cuerpo y el 80% de nuestro planeta
están compuestos por agua y si sólo el 2% de ésta última es potable… ¿Qué futuro
nos depara la vida en la Tierra, con éste galopante calentamiento global?
Sólo
con una férrea voluntad hidráulica o nuevos descubrimientos científicos podrían
alargar este holocausto.
En
conclusión: Soy humanista y por tanto también humorista: ¿Qué trabajo nos
cuesta mover la manilla del lavamanos o del fregadero para evitar que en buen castellano,
el agua se nos escape pinga a pinga: El subrayado es nuestro.
A
los puristas del lenguaje castellano y derrochadores de tan vital elemento en
cualquier idioma, los remito al DRAE—y quienes no lo conozcan se trata del
Diccionario de la Real Academia Española—donde dicha palabra no se sonroja,
pues significa gotear, que tal vez hoy, en tiempos de selfies,
wi-fi,
twiter y face-book no se entienda--pero que en mi niñez—era aquel palo donde
los chinos cargaban sendas canastas en sus hombros y se llamaba pinga …pero
el palo que la sostenía tampoco es una mala palabra.
Para
más información los remito a mi fiel amigo y colega ya fallecido— José Luis
Rodríguez Alba—quien comenzó su carrera literaria colaborando en PALANTE con el
seudónimo de (Cabaiguán Rodríguez), como lo hicieran otros tan inolvidables
como Víctor Casaus (Catón), María Elena Llana (Mariel) Carballido Rey (Esquilo
Pérez), Ana Núñez Machín (Äfrica), o Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí).
El
caso de José Luis—el escritor, no el caricaturista--es diferente, pues cobró su
popularidad años más tarde parodiando las famosas greguerías de Gómez de la
Serna bajo la firma de GRAKO. Nadie copió las satíricas andanzas del Quijote
manchego contra las indisciplinas sociales en La Habana como lo hizo Grako en
su tiempo.
Y no
sólo le estaré eternamente agradecido por todo ello, sino también por el aporte
de su brevísimo estudio titulado ¡Palabras sucias! de Ediciones
Extramuros. La Habana, 2003, y hermana gemela del mi “Pequeño Mataburros Humorístico
Ilustrado” 2004, cuyo prólogo es también obra de GRAKO. El
mini-diccionario nuestro fue dedicado al hermano-caricaturista H: Nordelo y fue
bautizado así por su formato bolsi-libro ya que ambas publicaciones resultaron
hijas naturales de las limitaciones surgidas con el doble-bloqueo y secuela poluigráfica
del período especial, por tanto, materializadas en la recurrente mini-impresora
RIZO.
Quedaron
pendientes viejos sueños y aventuras entre ambos, tan inéditos que naufragaron
en aquellas aguas revueltas de fines de los 90 y comienzos del siglo XXI.
La
prematura muerte del hermano Grako—pichón de canario--nos separó
definitivamente, pero si quieren adentrarse en la simpática aventura CUADRO A
CUADRO de nuestros “Cuentos de Isleños” quedan invitados a participar todos los
editores del país, incluyendo nuestra propia Editorial Pablo de la
Torriente, pues aún ese sueño se mantiene como una pesadilla inédita.
Pido
disculpas por este chaparrón, pero…La defensa es permitida: ¿O NO?
No hay comentarios:
Publicar un comentario