EL
MALECÓN DE FIESTA
Al
frente del Hotel Inglaterra, sito en el Prado habanero existe una tarja
que certifica el hospedaje allí del Lugarteniente General Antonio Maceo, en memoria de su regreso a la
patria el 30 de enero de 1890.
Lo que pocos saben es
lo que dijo ante el abandono oficial y el insalubre panorama contemplado en la capital de la Isla bajo la
bota española: “…Aquella Covadonga chiquita que se llama La Habana, con sus calles
estrechas y asquerosas, como el sentimiento de los españoles, que se proponen
gobernar a Cuba, sin mejorar las condiciones de este desventurado país…”. Opinión coincidente con los
esfuerzos del insigne Carlos J. Finlay y sus desvelos por hallar las causas de
una epidemia que diezmaba la población urbana de la época.
Ya desde 1881 nuestro
investigador había descubierto al agente transmisor, --el mosquito aedes aegypty— pero poco o nada las
autoridades españolas habían hecho para erradicarlo.Por eso no es de extrañar que
finalizada la guerra, el gobierno interventor norteamericano, tomara desde sus
inicios algunas medidas sanitarias basadas en las experiencias del científico
cubano.
Correspondió al primer Gobernador
General Brooke, algunas tareas beneficiosas como la de mejorar el abasto de
agua, la red de alcantarillado, eléctrico, telefónico, de gas, y la recolección
de la basura, así como levantar un muro
de contención en el litoral norte para prevenir la irrupción del mar durante los
huracanes que frecuentemente nos azotaban, o eliminar los charcos que se
formaban entre los arrecifes como focos del mortal vector, entre otras medidas igualmente
higiénicas.
Al asumir esta actitud acorde con el compromiso moral de su país para
con Cuba, Brooke fue acusado de
simpatizar con la causa de los cubanos, lo cual no se correspondía con los
planes imperialistas del gobierno de los Estados Unidos.
No se podía correr ese riesgo, y se optó por
sustituirlo en diciembre de 1899, acudiendo al General Leonardo Wood --por
entonces en Santiago de Cuba-- quien
había demostrado con creces su fuerte inclinación anexionista.
Es por ello que correspondió a éste último
el privilegio de inaugurar el primer tramo del Malecón habanero comprendido
desde el Castillo de la Fuerza hasta Lealtad, coincidiendo el acto con el 20 de
Mayo de 1920, y la proclamación a bombo y platillo de la República de Cuba, con
su presidente de estreno, su bandera
tricolor, y su himno bayamés, pero totalmente mediatizados con el pesado rabo de la Enmienda Platt.
Sea este mi modesto homenaje en su
110º. Aniversario a ese Malecón
Habanero, --el banco mas largo de Cuba--,
con sus siete kilómetros de largo entre la Avenida del Puerto y La Chorrera;
tantas veces cómplice en noches de juvenil canícula amorosa, o en jacarandosos
paseos de Carnaval… ¡FELICIDADES VIEJUCO, QUE CUMPLAS 110 AÑOS MÁS!
SIN
TRUCOS FOTOGRÁFICOS
Hoy tal vez estas
imágenes sean comunes para ustedes mis actualizados vecinos, habituados a la digitalización,
los efectos especiales, y el trucaje fotográfico, pero no se trata de eso. Es
una selección de instantáneas tomadas de la revista EL CORREO de la
Unesco, Año XLI, que con el título “La fotografía como memoria” publicó
una serie de imágenes antológicas realizadas
por grandes maestros del cuarto oscuro. Hemos seleccionado sólo cuatro de ellas
realizadas por grandes monstruos de la cámara.
1) Espléndida imagen del Taj Majal, esa maravilla arquitectónica erigida en el siglo XIX por el emperador mogol Shah Jahán para servir de mausoleo a su esposa. Lo extraordinario es que las aguas del Yamuna, contenidas en el estanque frontal sirven de espejo al esplendoroso edificio reflejado fantasmagóricamente.
2) A la izquierda, la foto titulada ”El fotógrafo” del alemán Ludwig Angerer, quien con ese título retrató un nuevo modelo de cámara fotográfica presentada en la ciudad austriaca de Viena en 1865.
3) A la derecha vemos la curiosa escena captada por Auguste León el 14 de mayo de 1918, durante la Primer Guerra Mundial. Se trata de una montaña de sacos de arena, colocados de tal manera que protejan de las bombas enemigas el monumento “El triunfo de la República”.
1) Espléndida imagen del Taj Majal, esa maravilla arquitectónica erigida en el siglo XIX por el emperador mogol Shah Jahán para servir de mausoleo a su esposa. Lo extraordinario es que las aguas del Yamuna, contenidas en el estanque frontal sirven de espejo al esplendoroso edificio reflejado fantasmagóricamente.
2) A la izquierda, la foto titulada ”El fotógrafo” del alemán Ludwig Angerer, quien con ese título retrató un nuevo modelo de cámara fotográfica presentada en la ciudad austriaca de Viena en 1865.
3) A la derecha vemos la curiosa escena captada por Auguste León el 14 de mayo de 1918, durante la Primer Guerra Mundial. Se trata de una montaña de sacos de arena, colocados de tal manera que protejan de las bombas enemigas el monumento “El triunfo de la República”.
4)
Sebastiao
Salgado, artista del lente brasileño, a partir de 1933 tomó varias escenas de
trabajadores en diversos lugares del mundo, entre ellas ésta monumental
panorámica en la mina de oro de Sierra
Pelada, a unos 400 al sur de Belém, estado de Ceará. Con una nitidez pasmosa
captó a cientos, tal vez miles de mineros, laborando a cielo abierto, mientras
suben por las escarpadas pendientes cargando al hombro sacas del dorado metal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario