Más
de cuatro siglos de hipocresía colonial en Cuba sobre asuntos tan humanos como
el sexo, satanizaron el amor, uno de los más profundos sentimientos que pueda
percibirse. La vida misma se encargó de poner las cosas en su lugar, ya
oficialmente o por detrás de la iglesia. Nuestro mestizaje demuestra que contra
natura ningún poder lo vence por muy monárquico, colonialista o inquisidor que
se muestre.
Que
tire la primera piedra quien no haya resbalado con esa cáscara.
En
1902, la republiquita bananera, mediatizada por cierta intervención foránea-militar
y puritana por más señas—mantuvo el tabú del pecado capital tradicionalmente
calificado como fornicación. Sin embargo se dejó abierta una puerta –bien
pequeña por cierto— para que entraran los demonios por el torno de la muy
socorrida y Pía Casa de Beneficencia;
eran los frutos del desliz amoroso y sus consecuencias gestadas pero no
esperadas.
En
esos casos, las “bastardas” víctimas en pañales tendrían además del habitual
talco, un padre virtual. De ahí los miles de compatriotas que llevaran a
cuestas el honroso apellido Valdés de por vida.
Esta
situación duró hasta la llegada del año 1959, en que al grito de ¡HAPPY NEW
YEAR! El pueblo se botó para la calle y tras el tsunami revolucionario las
aguas fueron cogiendo su nivel. Pero quedaban rezagos y el humorismo
revolucionario --sin quererlo-- heredó muchos de aquellos calambucos arraigos
del machismo. El síndrome del choteo, nos persiguió por más tiempo que el
debido; y supervivió a pesar de los pesares: El cubano tenía fama de no llegar
o pasarse.
Tal
vez el teatro haya sido una excepción, dadas sus peculiaridades de pequeño
formato y entrada solo para adultos y a veces como en el “Shangai” (solo para
hombres).
Lo
cierto es que el humor erótico, el chiste cruel, y otras manifestaciones de lo
cómico, se vieron limitados en los medios de difusión, o a regañadientes; a tal
punto que en cierta ocasión se pasaron programas televisivos de alto octanaje
como “George
y Mildred”, o “No toca botón” y sin embargo obras
autóctonas de ese corte no pasaban de meros proyectos y morían sepultadas o
engavetadas en algún oscuro rincón de la desconfianza.
Por
suerte no hay mal que dure cien años, ni regulaciones que lo resistan: A
mediados de los años 80 del pasado siglo la revista EL CAIMÁN abordó
críticamente ese género en los medios, pero sobre todo el televisivo, pronosticándole en estado
interesante y a punto de parir.
A
continuación la lista textual de los invitados: “…Nuez, Carballido Rey,
Luberta, Miguelito, Urra, Virgilio, Manuel, Tomy, Carlos Ruiz de la Tejera,
Lillo, Posada, Juan Padrón, Blanco, Val, Évora, Felo, Pitín, los compañeros del
Melaíto.
Entre
las opiniones captadas al azar reproducimos algunas de ellas:
ZUMBADO:
Hacer humor hoy en día es mucho más
difícil, porque hay diferencias esenciales entre la vieja y la nueva sociedad.
No hay que hacer humor de oposición, el costumbrismo adquiere otra dimensión
que no es precisamente la de antes.
HÉCTOR
Quintero: Se mantiene un nivel de gusto, el humor costumbrista
no se rechaza, lo que sucede es que la gente pide algo más, que se ejerza la
crítica, que se reflejen nuestros problemas. Los humoristas nos autocensuramos
mucho; eso por lo menos en mi caso constituye una limitación; pero no me
autocensuro por gusto, yo he sido victima de la mala interpretación que se hace
por la hipersensibilidad de algunos compañeros.
NÚÑEZ RODRÍGUEZ:
Hablábamos de la hipersensibilidad y Héctor
también se refirió a la autocensura; eso pasa; pero además, los humoristas
de la Televisión tenemos que regirnos por unos lineamientos, lo cual estrecha
bastante el marco.
VIRULO:
Por otra parte pienso que hay un asunto en el
que podemos trabajar todos; el humor antiimperialista. Los gráficos han
tratado el tema con éxito, pero el resto nos hemos quedado rezagados. Yo
propongo que nos unamos y trabajemos éste como primer aspecto, sin dejar de
preocuparnos por la situación del humor en la televisión.
Estos
han sido solo algunos ángulos tratados en la edición del CAIMÁN BARBUDO en
enero de 1984, lo cual se extendió a otros muchos humoristas aquí citados y que
fueron al bate en sucesivos innings bajo el título de…”La culpa de todo la tiene el
totí…”
Aunque
el verdadero creador jamás queda satisfecho; de algo sirvieron estos diagnósticos pues pasado algún tiempo se
vieron no pocos resultados.
Según
Zumbado en esa misma entrevista dijo: “…En Cuba entre el 75 y 80% de los hogares
cuentan con un televisor. Ese 75% entre 10 millones de habitantes tiene una
potencialidad de 7 millones y medio de espectadores; ése es un gran público…” Cifra respetable que debe haber aumentado
casi treinta años después según el actual Censo de Población y Vivienda.
El
Nuevo Milenio nos trajo un movimiento liberador de signo preservativo que surgía
para condonar nuestra deuda de lo que en otras latitudes llamaron: El destape.
Entre
las cosas más significativas anotamos la incorporación a la temática en PALANTE
de la “Página picantica”, siguiéndole los pasos en ese doble sentido al
precoz MELAÍTO villareño, o a los arrestos juveniles del DDT.
Pero
sobre todo, debemos destacar el surgimiento de un nuevo espacio humorístico que
se nos coló en el hogar a través de la pequeña pantalla. El humorístico “Punto
G” el cual abordó temas hasta entonces escabrosos con tal finura y buen
gusto que pronto ganó el respeto de los programadores y la simpatía de los
televidentes a nivel nacional.
Claro,
nada es eterno y los temas se agotan, los autores se cansan, los gustos varían,
hasta que con los años y las canas surge la impotencia; pero de que la
dialéctica sentó un precedente en ese sentido, nadie lo puede negar.
Punto y aparte para
su equipo de realización: Empecemos por nuestro colega del DDT: Jorge Albertp
Piñero Estrada (JAPE) quien participó junto con el guionista Carlos Torrens, Carlo
Fundora y Ariadna González, como segundo al mando en la dirección de la tropa,
que recayó en Miguel Brito
En cuanto a JAPE, nacido el 5 de octubre de 1964 en
Maternidad Obrera de Marianao. Se había consagrado antes formando parte del
grupo NOS Y OTROS, pero ya por entonces era un imprescindible redactor
dedetiano y sin renunciar a esta condición gremial, echó la rodilla en tierra--perdón--en
el escenario, a favor de nuevos proyectos como el Centro Promotor del Humor, el
Premio Aquelarre, o su trabajo como libretista
en otros espacios como “El
cabaret de enfrente”.
En el pasado mes de
mayo comenzó durante el horario estelar de la Tele su oportuno programa
titulado “Por cuenta propia” que prometía nuevos éxitos, tanto por la
temática costumbrista y cuentapropista de actualidad, como por la calidad de
las parodias que chorrean guarapo del timbiriche de Tony Ávila, o de un Pagola
la Paga, que no le debe un quilo a
nadie, más un elenco de lujo.
Pero sobre todo
porque al frente del mismo, batuta en mano estaba dirigiendo el maestro JAPE. Proyecto
que se mantuvo semanalmente durante la programación de verano compitiendo con
otros espacios ya establecidos como”Deja que yo te cuente” o “Vivir
del cuento”.
Comenzado el curso
escolar, el programa se fue del aire como una chiringa de vacaciones; como aún
se dice en el argot ante proyectos no perdurables: “Tenía vida limitada” y todavía
lo extrañamos.
Pero el inquieto JAPE
no se detuvo y ya estaba preparándonos algunas sorpresas para la programación
televisiva del año próximo que está ahí mismo, a la vuelta de la esquina.
El 2013 nos depara otra
sorpresa, pues lo tenemos de nuevo como
co-director para la serie titulada "Más mujeres", esta vez
bajo el mando de una de ellas--Elena Palacio--; si “Punto G” resultó en su
tiempo un hito en la programación humorística cubana, esta nueva propuesta es
un fenómeno mundial.
¡Agárrense todos! Nuestro
amigo JAPE es el privilegiado y único “machazo” del equipo de dirección: La
productora, las asistentes, y la scrip, además de la conductora Aleani Jaureguí
(Cuquita la Mora) son todas mujeres; se trata de un programa de
competencia entre féminas que quieren
ser humoristas. Me imagino que él se sentirá a las anchas compitiendo entre
tantas damas de compañía.
Como último chisme
diré que el serial ya se grabó completo y está en proceso de edición. Debe
salir para finales de enero o principio de febrero del 2013.
Por tanto les deseo
a ellos, ellas y ustedes un ¡FELIZ JAPE
NIÚ YIAR!
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