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25 oct 2012

LAS TRES DIVAS


Con permiso del Dr. Azheimer voy a contarles una historia: No recuerdo cuándo ni dónde, leí en cierta ocasión la definición de  “Las tres divas” refiriéndose a obras de maestros de la plástica; específicamente retratos femeninos de gran impacto artístico. Pido a mis atentos vecinos –más informados que yo— que si
pueden abundar o rectificar sobre este aspecto, por favor, me lo hagan llegar.
La primera de estas divas sería la Mona Lisa de Leonardo da Vinci: Famosa por su enigmática sonrisa, por el tiempo empleado  en su realización --entre 1503 y 1506-- y las distintas versiones existentes. Había dudas  sobre la verdadera identidad de la modelo; si Caterina Sforza duquesa de Forli y promiscua cortesana conocida como “la Tigresa”, o Lisa Gherardini, esposa de Francisco de Giocondo—de ahí el seudónimo de la Gioconda--. Si estaba esperando a dar a luz o acababa de hacerlo en virtud de la placidez expresada en su rostro. Incluso la afirmación de cierto bromista, que  se trataba de un autorretrato.
Su vitalidad, su sonrisa y esa enigmática mirada continúan inspirando  a caricaturistas, escritores, cineastas, poetas y especuladores del más variado pelaje en el pasado, presente y  futuro. Por todo ello creo que la dama caucásica se ha ganado el puesto en el antológico trío de divas.
El otro caso es el de la nostálgica Katharina, obra del maestro de la pintura y el grabado Alberto Durero, apenas una década después de la hazaña de Leonardo, pero esta vez en Francia. Se trata de la joven africana que realizó un viaje  en 1520 a los Países Bajos durante la coronación del Emperador Carlos V, y  fue más más conocida como la negra.
Durero se refiere a ello de este modo: “…He hecho un dibujo a lápiz de la Mora…”Mientras al pie del trabajo anota: “…Katharina a la edad de 20 años…”  


Se refiere a su famoso grabado realizado con lápiz de punta de plata, en el cual se destaca el trazo firme y realista que lo caracterizaba. A la belleza de la modelo, y sobre todo en su melancólica mirada, se vislumbra la nostalgia de quien se halla fuera de su patria.
Desconozco las circunstancias que la llevaron a Europa; quién era en realidad; qué relación tenía con la corte o con el propio emperador; o cuántos años vivió bajo la tutela de su reino.
Lo cierto es que el dibujo—o grabado—existe y aquí les muestro un facsímil de la ilustración publicada por la revista “El correo de la Unesco”. Mayo de 1971.
Hemos dejado para el final a la nuestra; tal vez la pintura más comentada de Víctor Manuel García titulada gitana Tropical. Se sabe que en 1925, muy joven aún, partió hacia Francia movido por los aires de renovación que ofrecía La Escuela de París. En Montparnase decidió darse a conocer simplemente como Víctor Manuel y en el mismo contexto surgió su Gitana Tropical dos años más tarde.
En ese mismo 1927 regresa a Cuba  para formar parte de lo que se llamó la Primera Vanguardia de la plástica cubana.
De él diría Alejo Carpentier. “…Su obra más aplaudida  es la “Gitana Tropical” en ella, en “Dos mujeres” y en “Paisaje” se ve la unión de lo indio con lo europeo. En los ojos mestizos la fuerza de una raza y la elegancia y el aplomo de su pose..”.
El propio Víctor Manuel decía  que “…:Las mulatas se parecían a las gitanas…”
Tal vez la placidez del semblante femenino, y sobre todo  la mirada más que la sonrisa, sean las motivaciones del impacto que históricamente se produce ante la contemplación de estas tres obras de arte. La mujer blanca, la negra y la mulata, históricamente símbolos de la belleza física,. En estos tres casos reflejando en el rostro la desnudez de su espíritu, a pesar de diferencias étnicas y  de los  casi 510 años de diferencia entre unos y otros retratos.
Dejo la incógnita en manos de los que más saben y puedan enriquecer la propuesta.
Por mi parte me remito a los motivos que me llevaron a tocar –aunque superficialmente—dicho tema. Y es que el pasado 16 de octubre de 2012, la Dirección Provincial de Cultura de la Ciudad de La Habana, entregó en acto solemne celebrado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes la distinción GITANA TROPICAL, a  setenta y siete personas por el aporte ofrecido al desarrollo del trabajo cultural en la provincia.

El hecho de recibir una distinción con ese nombre, el de encontrarme en la lista de los galardonados, me regocija y compromete aún más con  mis modestos aportes, que incluye el mantenimiento de este blog personal dedicado a mis fieles vecinos, a pesar de la  carga pesada de los años sobre mis espaldas.
¡GRACIAS EN MI NOMBRE Y EN EL DEL RESTO DE LOS PREMIADOS!

30 dic 2011

CENICIENTAS DE CARNE Y HUESO

El cuento de hadas “La Cenicienta” tuvo tantas versiones orales como pueblos europeos le dieron oídas, las más famosas fueron la del francés Charles Perrault en 1697, y la de los hermanos Grimm 115 años más tarde en alemán.

El colmo de la popularidad llegó con la versión cinematográfica que hiciera en dibujos animados Walt Disney a mitad del siglo XX aproximadamente. Es una fantasía de “cuentos de camino” y príncipes encantados o “encantadores”, pero en nuestro país las hubo, por miles más --como dice el encabezamiento--: De carne y hueso.

Sin ir más lejos, el viacrucis de la trata negrera implantada por el colonialismo, trajo como mercancía a nuestro continente una buena cantidad de africanas para laboreo en las plantaciones, o como domésticas en las casas señoriales de los encomenderos y funcionarios públicos del régimen.

Satisfacer los apetitos sexuales de Su mercé o del señorito se consideraba por entonces un multioficio, en los contenidos de trabajo de esas mujeres por lo general jóvenes y fuertes. El mestizaje resultaría el PIB de tan singular inversión.

Finalizada la Guerra Necesaria preconizada por Martí, la metrópolis quedó en bancarrota y en la cresta del tsunami español, otra emigración diferente producto de su naufragio económico inundó nuestro país como parte del Sueño Americano. Ya no soldados o reclutas, ahora eran pobres labriegos, comerciantes arruinados, proletarios en paro, y otros desplazados o desplazadas, esta vez blancos, --en busca de fortuna,-- como decían en la aldea antes de partir.

La gran mayoría jamás materializó esos sueños y no pudieron regresar al terruño. Los más afortunados --o astutos—lo hicieron convertidos en indianos, calificativo un tanto ambiguo para identificar a los “nuevos ricos” allende el charco.

Datos que hemos tomado del libro ”Los gallegos de La Habana” de la colega Ángela Oramas Camero, Editorial José Martí, 2007, nos permiten resumir la denuncia de una de ellas, publicada en la revista GALICIA (28-8-15).

“…Esa triste mujer que para su desgracia emigra sola, sin familia ni amigos aquí; si algún primo o paisano alguna vez se le acerca es para perderla, (…) Largos años vivieron en Cuba sin protección alguna, (…) La moza que no tenía otra alternativa que emplearse de criada, corría el riesgo de ser violada por el señorito o cabeza de familia de la casa, y si quedaba embarazada, era expulsada y destinada al desempleo, cargando la cruz de la deshonra…)

Me permito agregar: “…Y el torno de la Casa de Beneficencia a veces resultaba su salvación…” Pero esa es otra historia que duró hasta que se hizo justicia con el triunfo de la Revolución hace exactamente cincuenta y tres años.… Tal vez regresemos sobre este tema en otra oportunidad.

Comenzaba el siglo XX, y algunas congregaciones regionales de beneficencia y recreo ya rendían sus frutos, pero la más emblemática de todas era sin dudas…”El muy Ilustre Centro Gallego de La Habana”…

Veamos su origen: A un mes del fusilamiento de los estudiantes de medicina, el 31 de diciembre de 1871, en el teatro Albisu, se acordó la fundación de la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia, germen que se extendió a otras instituciones para dar socorro a los asociados emigrantes y sus familiares.

El aumento de la membresía gallega con sus modestos aportes y el apoyo de magnates del comercio y la industria hicieron posible el milagro en la República, a partir del 20 de mayo de 1902, con el izamiento de la bandera cubana en sus salones, y un baile en el antiguo local del Teatro Tacón, donde asistió el propio presidente de la República “Don” Tomás Estrada Palma.

La primera piedra del fastuoso edificio de San José y Prado, fue colocada en medio de la intervención norteamericana, el 8 de diciembre de 1907, cuando ya contaban con centros de estudio e instituciones culturales. Así como el sanatorio “La Benéfica” en la calzada de Concha en la barriada de Luyanó.

Esta es la historia del -o de los- príncipes encantados, veamos ahora la de las cenicientas a partir de nuevos datos tomados del periodista Ciro Bianchi en su sección dominical del diario JUVENTUD REBELDE (2-10-2011) bajo el título de “Casas de salud”.

Sobre las gallegas en Cuba, nos cuenta el destacado costumbrista que “…constituían la oveja negra de la emigración española y el Centro Gallego, con su poder y representatividad, ocultó su existencia y quiso ahogar la sociedad que surgió a la vida el 12 de junio de 1912 con el nombre de Solidaridad Pontevedresa, y que cinco años después, el 18 de enero de 1917, pasó a llamarse Hijas de Galicia...”

En honor a aquellas honorables cenicientas fundadoras, continúo con la narración del colega:

“…Muy pocos saben cómo y por qué surgió esa casa de salud y si lo saben prefieren no recordarlo. Es una historia desgarradora que documentó en un libro el historiador cubano César González Pagés. Nació como una hermandad en torno a la prostitución para dar asistencia a mujeres que no tenían acceso a los hospitales y morían de sífilis en las casas de recogidas (…) El boicot del Centro Gallego contra Hijas de Galicia cesó en 1919 sin resultados. La institución siguió su curso. Acogía sólo a mujeres y a niños de uno u otro sexo…”

Cuento esta historia porque el edificio de “Hijas de Galicia” se levantó en la barriada obrera de Luyanó, una de las zonas más pobres de La Habana, flanqueada por la Loma del Burro, --adonde mis familiares me llevaban de niño a empinar papalotes--, y por el barrio de indigentes de Las Yaguas, --afortunadamente ya desaparecido--. Allí nacieron mis tres hijos, pues en épocas pasadas de privatizaciones capitalistas resultaba mucho más económico el servicio mutualista que ofrecían por módicos precios los sanatorios al estilo de estas sociedades regionales.

Además “Hijas de Galicia” contaba con un balneario propio en la playa de Marianao, al que tenían acceso sólo los asociados.

Hoy convertida en Hospital Materno Infantil "10 de Octubre" Hijas de Galicia.

Y colorín, colorao… el cuento de “La Cenicienta de carne y hueso” está acabao…

23 feb 2011

EL MACHISMO EN PELOTAS

Entre las actividades colaterales de esta 20º.Feria Internacional del Libro 2011, estuvo el debate celebrado el viernes 18 de febrero, con motivo de anunciar el arribo a su 50º Aniversario el mensuario humorístico que comenzó siendo semanal bajo el nombre de “Palante y Palante” desde el 16 de octubre de 1961, y pocos meses después redujo el nombre y aumentó su plantilla.

Siempre quise cantar a dúo, pero no se púo. Esta vez tuve el privilegio de formar uno pero no de cantantes, sino e directores jubilados de “Palante”.

A mi lado René de la Nuez, para muchos, el inolvidable “Loquito” de Zig-Zag, que tantos dolores de cabeza le diera al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, con sus “locuras”, y otros tantos a Pucha, su compañera de toda la vida.

Invitados ambos por la actual directora del órgano satírico más antiguo de Latinoamérica, Mercedes Azcano, y con la intervención del colega Iscajim, a cargo de las investigaciones históricas de la publicación, comenzó el coloquio.

Ambos improvisamos con la máxima seriedad relatos, entre bromas y anécdotas, éxitos y fracasos por los que tuvimos que atravesar durante nuestro tempestuoso paso por el entonces semanario, pero todos ellos salpicados con buena dosis de humor, como corresponde a una publicación satírica que se respete.

Algunos de esos asuntos tal vez hoy no tengan la menor importancia, pero cuando se fundó el semanario en 1961, la cosa era distinta y diferente. Habíamos heredado una republiquita bananera, con discriminaciones de todo tipo –de raza, de cuna, de culto, y de género--entre otras “virtudes” del sistema capitalista al uso. Sabido era el caso de una luchadora social, que nos contaba: Yo era triplemente discriminada: “Por mujer, por negra, y por comunista”.

El tema fue derivando hacia una de las más controvertidas opiniones machistas de entonces con respecto a “Las mujeres y el sentido del humor”. Evolución histórica en la que nuestro semanario tuvo mucho que ver.

Recuerdo que ese era también el título de un libro publicado por la Editorial de Letras Cubanas en 1986, a medio camino entre la fundación y esta media rueda de nuestra revista.

En la antología aparecen escritoras que abordaron de una u otra forma el humorismo literario, empezando por cuatro luminarias del periodismo cubano del siglo XX, como Renée Méndez Capote, Lolo de la Torriente, Iris Dávila, y Dora Alonso.

De las catorce representadas, siete honraron las páginas de “Palante” con sus hilarantes colaboraciones. Veamos ese cincuenta por ciento palantero:

A saber: Ada Oramas (Eureka), Évora Tamayo (Évora), Dalia García (Daly G), Mercedes Carrillo (Pucha), Mirta Yáñez, Miriam Alonso (Miriam), y Maritza Ávila (Maritza). No quisiéramos despedirnos sin reproducir brevemente las impresiones que ellas dejaron en aquel testimonio sobre el humorismo.

Ada Oramas (Eureka). (La Habana, 1939).

“…He tratado de hacerme familiar con la caricatura de personajes cotidianos, de modas y modismos donde está presente el mundo femenino tan rico en facetas jocosas...”

Évora Tamayo (Évora). (Bayamo, 1940).

“…No creo que el humorismo sea un problema sexual…Si antes era privativo de los hombres, esos tiempos han quedado atrás y hoy es un oficio como otro cualquiera en el que la mujer ocupa un puesto...”

Dalia García (Daly G.). (Santa Cruz del Sur, 1940).

“…No sé si descubrí que veía la vida con óptica humorística el día en que nací, o cuando Chago, mi compañero. Comenzó a llamarme Daly G…”

Mercedes Carrillo, (Pucha). (La Habana, 1941).

“…Siempre me preguntan si escribo humor o costumbrismo, porque cuando trato de hacer una de las dos cosas, suelo plasmarlas juntas. Por eso he llegado a la conclusión de que el resultado se le puede llamar humorbrismo, ya que ambos son primos hermanos criados en la misma casa…”

Mirta Yáñez, (La Habana, 1947).

“…Cuando era niña pensaba que el humorismo podría ser mi oficio…

A veces me propongo el humor como un objetivo definido, por ejemplo, en la literatura para niños… Pienso que el mejor humorismo está en la vida de todos los días. Al escritor le toca recogerlo y compartirlo…”

Miriam Alonso, (Miriam). (La Habana, 1948).

“…Yo considero que el hombre escribe sobre lo que ve y discurre lo que no ve. Nosotras las mujeres, por el contrario, inventamos lo que vemos y contamos lo que no vemos…”

Maritza Ávila, (Maritza). (Sagua la Grande, Las Villas, 1953).

“…Hago humorismo porque me atrae, y estoy convencida de que mediante este género que tanto gusta, podemos combatir lo mal hecho y destacar los logros más significativos de nuestro proceso revolucionario…”

Que conste, no son todas las que están, ni están todas las que son, porque nos hemos limitado a nombrar las palanteras del libro de marras, pero tanto las presentes como las ausentes, reciban éste, nuestro modesto homenaje a la mujer cubana, heroica y sacrificada compañera, sin la cual no hubiéramos llegado hasta aquí.

¡Felicidades pues en este próximo 8 de marzo “Día Internacional de la Mujer!”.