__________________________

__________________________
Mostrando entradas con la etiqueta artes plasticas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta artes plasticas. Mostrar todas las entradas

2 feb 2013

EN POCAS PALABRAS


EL OTRO HAITÍ
“…Pocas cosas nos separan de Haití, una de ellas es el Paso de los Vientos. (…) La Revolución Cubana triunfa el primero de enero de 1959, la haitiana el primero de enero de 1810…” 
Con estas palabras comencé el abrazo fraternal titulado “El Bicentenario” que apareció en este blog el 4-de enero de-2010.
Ahora nos referiremos a otro Haití, tan cercano a mi—mejor dicho a nosotros los cubanos--como lo fueron nuestros sufridos vecinos caribeños, azotado por frecuentes cataclismos ya naturales (ciclones y terremotos) como artificiales (invasiones yanquis y napoleónicas).
En este caso se trata del artista Ramón Haití, aquí representado de cuerpo entero por el lápiz lúdico de la caricatura personal, lo que logramos a comienzos de este siglo cuando ya ambos cruzábamos los umbrales de la tercera edad.

En el dibujo destacamos la pureza de su blanca sonrisa, complemento ideal de sus níveas canas, las cuales contrastaban con ese enorme corpachón de ébano y el honorable cayado donde se apoyaba tan colosal monumento humano Así tratamos de representarlo y ahora hacemos público con todo el respeto y el cariño que se ganó en vida.
Haití fue un gran escultor y una mejor persona. Siempre jovial, con personal inclinación a la anécdota jocosa o el análisis crítico, por tanto se convirtió en un interlocutor necesario de cualquier tertulia fraterna o cultural.
Se destacó fundamentalmente en la escultura coincidiendo en el tiempo con otros maestros del género como Agustín Cárdenas, Teodoro Ramos y Rita Longa. En su obra se nota la influencia de Lam por el abordaje común de raíces folclóricas caribeñas.
A continuación brindamos breves apuntes tomados de lo publicado por Andrés D. Abreu en el diario GRANMA sobre la exposición de Ramón Haití “Origen y forma” montada en el Memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, como homenaje al centenario del natalicio de Teodoro Ramos Blanco (19 -12-2002). Y cito:
“…Haití llega al entorno de la plástica cubana en un meritorio momento. Partiendo de que la escultura en sentido general continúa siendo una manifestación desfavorecida y sumando que la realizada sobe madera puede incluso catalogarse de vilipendiada debido a equívocos procedentes de la comercialización artesanal y artística muy vinculada al turismo; el hecho de que este reconocido y constante escultor muestre cómo ha tallado arte sobre ébano, jiquí, guayacán, u otras cortezas, es un acontecimiento necesario. Más aún si se tiene conocimiento de que restan menos de dos meses para que la Asociación Cubana de Artistas y Artesanos celebre su Segunda Bienal de Talla de Madera…”
Con estas palabras de hace aproximadamente una década, queda demostrado que, respetando las distancias, los propósitos y vínculos fraternales existentes con el hermano pueblo haitiano; para nosotros habrá también otro Haití.

Vida pasión y muerte del alhambra
En el cachumbambé de la vida, la felicidad exige sacrificios. Una enfermedad crónica requiere penosos tratamientos de por vida, y una operación quirúrgica de urgencia puede salvar otra en minutos.

Lo mismo ocurre con todo: Una lectura rápida a las últimas noticias nos informa la impostergable clausura temporal del Gran Teatro García Lorca, antes Gran Teatro de la Habana, sede principal del Ballet Nacional de Cuba, al arribar a su 175º. Aniversario y por tanto en un año de grandes acontecimientos dramatúrgicos y danzarìos. Pero se hace necesaria una reparación capital del mismo, dado el deterioro de sus condiciones materiales.
La información nos lleva 78 años atrás, con el derrumbe del Teatro Alhambra y la entrevista que en cierta ocasión Rosa Ileana Boudet le hiciera en revolución y cultura a su más genuino amante e historiador, Eduardo Robreño, bajo el título “Robreño habla del Alhambra”.
Por su extensión la hemos sintetizado. Y copio:
“… Era un teatro que estaba situado en la esquina de Consulado y Virtudes, donde funcionó ininterrumpidamente durante treinta y cinco años una compañía teatral dedicada al género vernáculo. (…) Bien podría decirse que ha sido la temporada de mayor duración en el mundo, pues abrió sus puertas el 10 de noviembre de 1900, hasta que sus techos y paredes se derrumbaron el 18 de febrero de 1935. (…) Tan cierto es esto que, al palco escénico subieron unas dos mil obras…”
A la pregunta --¿Pero para hombres solamente…? El entrevistado responde:
“…Cierto. Fue un teatro para hombres solamente…Que lo vio todo el mundo. Lo de “hombre solo” le vino porque al finalizar el siglo pasado--XIX—funcionó en el lugar un titulado Café Americano, en que se bailaban canciones y rumbas un tanto picarescas y los nuevos empresarios del Alhambra dejaron que la bola se corriese para hacer más interesante el espectáculo.
 (…) Por aquel entonces alguien dijo que para alcanzar vigencia y popularidad en Cuba, era necesario lograr alguna de estas tres cosas: Una caricatura en La Política Cómica, un danzón de Romeu o una obrita en el Alhambra, y no le faltaba razón…·”
Al pedirle que aclarase su opinión sobre la diferencia entre el teatro bufo y el vernáculo, Robreño puntualizaba:
“…Sencillamente diremos que creó el género alambresco: Un teatro costumbrista, captador de tipos y costumbres. A diferencia de los bufos, cuya principal característica era la superactuación. (…) El naturalismo cobró vigencia y todos los intérpretes que se distinguieron a través de los años mantuvieron esa tónica. (…) Tales fueron los casos del negrito, el gallego y la mulata…”
La periodista insiste en conocer el final de esa historia:
“…Con el advenimiento del cine sonoro, (películas en español), el comienzo del machadato implacable y la aguda crisis económica mundial comenzó su decadencia. (…) Al ocurrir el derrumbe del teatro, muchos de sus libretos se perdieron…”

¿CUÁNDO NACIÓ MARK TWAIN?  
¿Hace siglo y medio el 3 de febrero de 1863?
No exactamente.
En esa fecha ya era un joven de 28 años que hacía sus pininos narrativos en el Territorial Enterprise, un pequeño diario de Virginia City. Su verdadero nombre, Samuel Langhorne Clemens, pero en esa ocasión firmaba por primera vez con el seudónimo de Mark Twain una historia humorística que tituló “Joe Goodman Party at Gov. Johnson´s Music”, un encabezamiento tan largo como los oficios que había desempeñado hasta entonces.
A saber: aprendiz de imprenta, cajista, impresor y periodista, soldado en las tropas confederadas, orador, hasta inversionista fracasado, pues todo lo que ganó con sus textos humorísticos lo dilapidó en empresas que lo llevaron a la bancarrota.

Precisamente, había llegado a ese pueblito de Nevada un año antes como minero con el propósito de hacerse rico tras un errático deambular por toda la nación.
El éxito literario le sonrió desde entonces y el amor también, pues cuatro años más tarde se casa en Nueva York con el amor de su vida, Olivia Langdon y la luna de miel los lleva en un apasionado abrazo a Inglaterra, donde suma nuevos lauros con obras como “El Príncipe y el mendigo” o “Un yanqui de Connecticut en la corte del Rey Arturo”.    
En realidad había nacido en Hannibal, un pueblito de Missouri, el 30 de noviembre de 1835. Coincidía esa fecha con el paso del cometa Halley, cumpliéndose su predicción de fallecer precisamente durante el próximo cruce del fenómeno en 1910. Esto lo llevó a practicar la parasicología y otras creencias.
Dejó obras imperecederas como “Las Aventuras de Tom Sawyer” y su saga “Las Aventuras de Hucleberry Fynn” donde el río Mississippi será el gran personaje, así como la inspiración para su famoso sobrenombre Mark Twain, pues en su errático deambular de joven buscavidas, trabajó brevemente como piloto en los “river boats” que surcaban el gran río y los cánticos de los trabajadores negros, lo marcaron para siempre: Tras el grito de ¡Mark Twain! acechaba el peligro a bordo, pues significaba el calado mínimo necesario para una navegación segura en sus peligrosas corrientes.
Algunos eruditos refinados de Boston llegaron a considerarlo un orador que basaba su popularidad en la sátira y el humor “inculto”, un salvaje del Far West rebelde, un “outsider” según sus propias palabras.
Para William Faulkner, John Brown y sobre todo para Ernest Hemingway, fue otra cosa. Éste último afirmó:
 “…Toda la literatura moderna norteamericana sale de un libro de Mark Twain: Huckleberry Fynn… Es el mejor libro que tenemos. Todo lo que se escribe en América sale de ahí. Antes no había nada. Después no hemos tenido nada mejor…”
Y si lo dijo quien lo dijo --¿quien lo duda?--digo yo.



27 nov 2012

EL FABULOSO EVER


A fines del pasado mes de octubre, el destacado pintor y buen amigo Ever Fonseca recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas 2012, lo que confirmó una realidad que flotaba desde mucho antes entre sus queridos jigües de la fantasía rural cubana: Peces, plantas, soles, lagartijas polímitas y ojos, --muchos ojos—que nos miran del lado de allá del lienzo con sus asombrados ojos, como si ya existieran desde que abrió los suyos en la finca La Aurora en Ojo de Agua, en el mismo hocico del caimán muy cerquita del Golfo de Guacanayabo.
Conocido como el pintor de los jigües, en más de una ocasión se ha visto obligado a aclarar que; aunque ambos pertenecen a la mitología criolla, no es lo mismo un güije que un jigüe; el primero es ese duendecillo corpóreo, prieto y travieso que nos sale en ríos y lagunas para asustarnos y burlarse de nosotros. Sus jigües son intangibles--puro subjetivismo--producto de su febril  imaginación y en sus cuadros toman vida interactuando entre ellos para deleite de él mismo y del espectador.  
Confirman estos criterios su propia confesión, cuando en una entrevista del crítico de arte Juan Sánchez para BOHEMIA le responde: “…El jigüe es mi medio de expresión. Es mi centro…”
Baracoense de pura cepa, Ever Fonseca se acerca alegremente a sus 75 años de edad y podemos asegurar que nació artista; si no que lo digan sus familiares, cuando en un descuido de un tío pintor, el vejigo de sólo ocho años, se apoderó de los pinceles para modificar aquella obra que no era de su agrado. Se podrán imaginar lo que le sucedió al “sobrín” cuando el autor regresó a la casa y vio aquello.
La anécdota contada por él mismo nos traza su derrotero a partir de entonces, así como el carácter fuerte de su personalidad, demostrada años después como un joven rebelde, ante la barbarie del régimen batistiano en su nativo poblado de Baracoa. Es así que, desde el humilde San Juan montuno, se une a los barbudos de la Sierra y fue precisamente al triunfo de la Revolución, en las Fuerzas Armadas, donde demostró sus facultades como artista aficionado.
A instancias del mando y sus compañeros viaja a La Habana para ingresar a la ENA y unirse con aquellos primeros  plásticos formados en la institución.
Asimiló bien el rigor académico, pero una vez interiorizado, dio rienda suelta a su desbordada imaginación, y aunque afirma no preocuparse mucho por la técnica—y la tiene a raudales-- le interesa más expresar ideas, comunicarse con la gente. Ésa es su razón de ser.
Para algunos, entre los que me incluyo, Ever es una especie de “Cuentero Mayor” al estilo de Onelio o Feijóo, pero expresándose con imágenes en vez de palabras; lo cual no hace más que reafirmar sus raíces montaraces y serranas. Esto ha quedado plasmado en muchos de sus lienzos como “Noche de peces”, “Sueño Guajiro”, “El Circo”, “El desembarco”, o “La muerte adentro” y  otros más actuales aún.
En cuanto este Premio del 2012, ya lo habíamos celebrado por adelantado, cuando hace unos cuatro años, reunió a un grupo de amigos y colegas en el Hotel Habana Libre Tryp. Según el propio Ever, el “agapito” se organizó con motivo del 50º. Aniversario del grupo “Somos lo que hay”.
Allí, entre copas y canapés, los invitados –más adictos al trazo y a la imagen, que al trago y el yantar--dejamos nuestra impronta en un mural que se colocó en una de las paredes.
Con cariño he guardado las fotos tomadas al efecto, donde aparezco aquí en dos de ellas: La primera brindando con él y en la otra improvisando sobre la cartulina el boceto que sirvió de inspiración a la caricatura que tuve el placer de mostrar al comienzo de este trabajo junto a dos de sus hermosos cuadros.
En éstas dos obras que escogí de su fructífera cosecha quedaron expresadas, según mi humilde opinión, lo que comentara Juan Sánchez en su entrevista al pintor: “…Nos entrega desde la semilla hasta el bosque, todos los caminos de su imaginación fabulosa…”

Reciba pues además del merecido galardón, el abrazo de éste, su fiel colega, victimario  y admirador: FRANCISCO P.BLANCO ÁVILA.

25 oct 2012

LAS TRES DIVAS


Con permiso del Dr. Azheimer voy a contarles una historia: No recuerdo cuándo ni dónde, leí en cierta ocasión la definición de  “Las tres divas” refiriéndose a obras de maestros de la plástica; específicamente retratos femeninos de gran impacto artístico. Pido a mis atentos vecinos –más informados que yo— que si
pueden abundar o rectificar sobre este aspecto, por favor, me lo hagan llegar.
La primera de estas divas sería la Mona Lisa de Leonardo da Vinci: Famosa por su enigmática sonrisa, por el tiempo empleado  en su realización --entre 1503 y 1506-- y las distintas versiones existentes. Había dudas  sobre la verdadera identidad de la modelo; si Caterina Sforza duquesa de Forli y promiscua cortesana conocida como “la Tigresa”, o Lisa Gherardini, esposa de Francisco de Giocondo—de ahí el seudónimo de la Gioconda--. Si estaba esperando a dar a luz o acababa de hacerlo en virtud de la placidez expresada en su rostro. Incluso la afirmación de cierto bromista, que  se trataba de un autorretrato.
Su vitalidad, su sonrisa y esa enigmática mirada continúan inspirando  a caricaturistas, escritores, cineastas, poetas y especuladores del más variado pelaje en el pasado, presente y  futuro. Por todo ello creo que la dama caucásica se ha ganado el puesto en el antológico trío de divas.
El otro caso es el de la nostálgica Katharina, obra del maestro de la pintura y el grabado Alberto Durero, apenas una década después de la hazaña de Leonardo, pero esta vez en Francia. Se trata de la joven africana que realizó un viaje  en 1520 a los Países Bajos durante la coronación del Emperador Carlos V, y  fue más más conocida como la negra.
Durero se refiere a ello de este modo: “…He hecho un dibujo a lápiz de la Mora…”Mientras al pie del trabajo anota: “…Katharina a la edad de 20 años…”  


Se refiere a su famoso grabado realizado con lápiz de punta de plata, en el cual se destaca el trazo firme y realista que lo caracterizaba. A la belleza de la modelo, y sobre todo en su melancólica mirada, se vislumbra la nostalgia de quien se halla fuera de su patria.
Desconozco las circunstancias que la llevaron a Europa; quién era en realidad; qué relación tenía con la corte o con el propio emperador; o cuántos años vivió bajo la tutela de su reino.
Lo cierto es que el dibujo—o grabado—existe y aquí les muestro un facsímil de la ilustración publicada por la revista “El correo de la Unesco”. Mayo de 1971.
Hemos dejado para el final a la nuestra; tal vez la pintura más comentada de Víctor Manuel García titulada gitana Tropical. Se sabe que en 1925, muy joven aún, partió hacia Francia movido por los aires de renovación que ofrecía La Escuela de París. En Montparnase decidió darse a conocer simplemente como Víctor Manuel y en el mismo contexto surgió su Gitana Tropical dos años más tarde.
En ese mismo 1927 regresa a Cuba  para formar parte de lo que se llamó la Primera Vanguardia de la plástica cubana.
De él diría Alejo Carpentier. “…Su obra más aplaudida  es la “Gitana Tropical” en ella, en “Dos mujeres” y en “Paisaje” se ve la unión de lo indio con lo europeo. En los ojos mestizos la fuerza de una raza y la elegancia y el aplomo de su pose..”.
El propio Víctor Manuel decía  que “…:Las mulatas se parecían a las gitanas…”
Tal vez la placidez del semblante femenino, y sobre todo  la mirada más que la sonrisa, sean las motivaciones del impacto que históricamente se produce ante la contemplación de estas tres obras de arte. La mujer blanca, la negra y la mulata, históricamente símbolos de la belleza física,. En estos tres casos reflejando en el rostro la desnudez de su espíritu, a pesar de diferencias étnicas y  de los  casi 510 años de diferencia entre unos y otros retratos.
Dejo la incógnita en manos de los que más saben y puedan enriquecer la propuesta.
Por mi parte me remito a los motivos que me llevaron a tocar –aunque superficialmente—dicho tema. Y es que el pasado 16 de octubre de 2012, la Dirección Provincial de Cultura de la Ciudad de La Habana, entregó en acto solemne celebrado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes la distinción GITANA TROPICAL, a  setenta y siete personas por el aporte ofrecido al desarrollo del trabajo cultural en la provincia.

El hecho de recibir una distinción con ese nombre, el de encontrarme en la lista de los galardonados, me regocija y compromete aún más con  mis modestos aportes, que incluye el mantenimiento de este blog personal dedicado a mis fieles vecinos, a pesar de la  carga pesada de los años sobre mis espaldas.
¡GRACIAS EN MI NOMBRE Y EN EL DEL RESTO DE LOS PREMIADOS!

7 jun 2012

LA OTRA RITA

Por su talento, encanto y ejecutoria, Rita Montaner se ganó el título de “Rita, la Única”.
En el debut de la radio en Cuba, hace exactamente noventa años, su maravillosa voz  se escuchó por primera vez fuera de los círculos de admiradores más cercanos; a partir de ahí fue tejiendo incansablemente su talento en el radio, el cine y hasta la televisión, en Cuba y el extranjero.
Por aquellos días del año 1922, la niña Rita Longa Aróstegui, con apenas diez añitos dibujaba en el suelo, como aún lo hacen nuestros nietos. Nacida en la Ciudad de La Habana --en cuna de abolengo, según se dice--desde temprana edad mostró vocación por las artes plásticas, de ahí que en 1928 la vemos ingresando en la Escuela Nacional de Arte, pero su temperamento rebelde no asimilaba los rigores de la Academia de San Alejandro, y según ella misma dijo: “…Fui a aprender dibujo y pintura; me quedé en la clase de modelado donde malamente acudí a un curso de Sicre. Luego seguí clases en el Lyceum…”
De esta etapa el crítico Tony Piñera diría: “Lo de Rita con la escultura fue un amor a primera vista; ella misma confesó que cuando tomó el barro en sus manos se sintió transportada…”
En 1932 debuta en una exposición colectiva, dos años después comparece con la primera muestra personal en su querido Lyceum, y en 1935 gana el primer premio en el Salón Nacional de Pintura y Escultura. A partir de esa fecha cada obra es un escalón hacia el perfeccionamiento de su arte: En 1936 participa como orientadora en el  Estudio Libre de Pintura y Escultura, estimulada por el propio Eduardo Abela. Era un proyecto anticonvencional que aglutinó figuras como Víctor Manuel, Carlos Enríquez, Teodoro Ramos, Jorge Arche, y el caricaturista Hernández Cárdenas, entre otros.
Ese mismo año obtiene Medalla de Oro en el XIX Salón d Bellas Artes. Y en los finales de la década de los 30, participa en  exposiciones colectivas organizadas en  República Dominicana, México y Estados Unidos, para concluir con la visita a Nueva York, precisamente en 1939, a donde ya era conocida pues había enviado anteriormente su obre “La Rumba”
No es mi propósito extenderme en una larga lista de premios y menciones; ni en su prolífica producción con más de 300 obras de por vida; prefiero abordar otros aspectos medulares de su legado.
Tradicionalmente la escultura ha tenido un objetivo más simbólico que decorativo, y Cuba no ha sido la excepción. Muchos de nuestros héroes y mártires en merecido tributo fueron plasmados en mármol o bronce; pero llegaron los tiempos de la chistera y el bastón. Caudillos y figurones con pocos méritos y mucha plata, en un criollísimo culto a la personalidad, pagaron un buen precio por inmortalizarse, y sus pétreos rostros comenzaron a afear nuestros parques y plazas- Otro ejemplo de la obsolescencia escultórica fue el Monumento al Maine que pretendía glorificar las hazañas del Imperio. De él sólo quedó en pie su pedestal, pues el pueblo, indignado, puso al águila en su lugar.
Rita Longa aportó la sensibilidad femenina, mas la gracia de las formas y el ritmo al arte escultórico sin renunciar a lo ornamental, con lo que insufló nuevos y refrescantes aires a la rigidez acostumbrada.
Se cuentan por decenas y decenas los trabajos profesionales que realizara para jardines y residencias particulares durante la década del 40  del pasado siglo. Asunto que ella prefería no comentar.
Sus sueños tenían otros vuelos y al plasmarlos quedaron para la Historia: No se olvidarán jamás, pero quisiéramos destacar algo muy característico en su obra, que la llevó a sacar la escultura de las galerías y salones cerrados, para ponerla a disposición del pueblo.
Veamos como ella le contó esta experiencia al crítico Alejandro G. Alonso en cierta entrevista: “…No fue hasta que un arquitecto artista visitó mi estudio, encargándome un relieve para colocar en una de sus obras en construcción, que me inicié en el problema de situar la escultura en el espacio y el ambiente…”
Eso sería ya suficiente como para que se le considere la escultora mayor de Cuba, pues ha dejado su impronta en todos los rincones del país, en espacios abiertos, interactuando con el hombre de a pie, a quien va dirigida su obra, creando de paso una relación intimista con especialistas y legos.
Podemos relacionar numerosos ejemplos de gran calidad como su maravilloso “Grupo Familiar” de venaditos que nos recibe a las puertas del Zoológico de 26; el “Bosque de los Héroes” en Santiago de Cuba; o el Grupo Escultórico que nos da la bienvenida a la entrada del Palacio de Bellas Artes, por poner unos pocos ejemplos de su infatigable obra, ya que quisiera hacer énfasis en la más íntima de sus motivaciones.
La madurez artística de Rita Longa estuvo marcada por su férrea voluntad y febril inspiración caribeña. Hija de este archipiélago tropical, le fue fiel, de ahí que se destaquen en su trayectoria obras como “Figura de Náyade” en 1943 y “La Virgen del Camino” en 1949; la nocturnal bailarina-símbolo de Tropicana que nos invita desde su fuente a disfrutar de una noche bajo las estrellas,
“La muerte del cisne” en el Teatro Nacional; el "Memorial a Marcelo Salado” en la escuela de natación que lleva su nombre, y “La fuente de los mártires” en el parque de la Fraternidad: En relación con esta obra dijo: “…Siempre tuve gusto por los trabajos de agua como línea, forma, o reflexión…”;
Y fue consecuente con ello. Su monumental “Aldea Taína”, idea del propio Fidel le exigió un titánico esfuerzo: Modelar durante un año en su taller las 25 esculturas a tamaño natural, más la fundición en el propio cayo rodeada por la Laguna del Tesoro durante otros cuatro meses.
Estos esfuerzos la motivaron para otra hazaña irrepetible a partir de la década de los años 70, cuando se convirtió en promotora y aglutinante de la escultura monumental en Cuba, ya fuese a través de su activismo en la UNEAC, o en el Movimiento de Las Tunas, cuando dotó a la ciudad de una serie de obras  cuyo aporte se sintetiza en: La participación colectiva para lograr la ambientación local. Crear un clima de comunicación popular sobre el sentido de pertenencia y el orgullo de enriquecimiento con dichas obras en espacios públicos. La creación de un taller para aglutinar un movimiento de escultores noveles, tanto tuneros como de otras provincias como Camagüey, Holguín, y el municipio especial Isla de la Juventud.
Como constancia inspiradora de estos esfuerzos, quedó para la historia su “Flor de Virama” y una maravillosa “Fuente de las Antillas”
Fue en estos trajines que me tropecé en Las Tunas con ella de nuevo. Elegante como siempre, enfundada en esos ponchos multicolores que tanto le gustaban, con ese aire de vampiresa fatal que le daba la eterna boquilla cigarrera en sus labios; sin perder su sencillez y su amabilidad.
En los años 90, tuve la oportunidad de compartir una vez más con Rita, precisamente en la inauguración de una obra escultórica suya en el lobby del Hotel Habana Libre Tryp. Y no podía ser otro que la clepsidrope (mecanismo basado en el reloj de agua de antiguas civilizaciones). Este ingenio de Rita combinaba música, luz y chorros de agua para dar las horas  a los huéspedes. El complejo escultórico agregaba a la climatización del vestíbulo un cierto ambiente natural con el rumor de las aguas y las plantas ornamentales que lo rodeaban.
Un buen día la gerencia del hotel determinó su eliminación, y con el mismo pesar de verlo desaparecer, poco tiempo después nos llegó la noticia del fallecimiento de la autora.
Con este humilde homenaje queremos recordar el centenario de Rita Longa este 16 de Junio, y sin ánimo de establecer comparaciones con la otra Rita, esa que todos admiramos también como “La única”.