Con permiso del Dr.
Azheimer voy a contarles una historia: No recuerdo cuándo ni dónde, leí en
cierta ocasión la definición de “Las
tres divas” refiriéndose a obras de maestros de la plástica;
específicamente retratos femeninos de gran impacto artístico. Pido a mis
atentos vecinos –más informados que yo— que si
pueden abundar o
rectificar sobre este aspecto, por favor, me lo hagan llegar.
La primera de estas
divas sería la Mona Lisa de Leonardo da Vinci: Famosa por su enigmática
sonrisa, por el tiempo empleado en su
realización --entre 1503 y 1506-- y las distintas versiones existentes. Había
dudas sobre la verdadera identidad de la
modelo; si Caterina Sforza duquesa de Forli y promiscua cortesana conocida como
“la Tigresa”, o Lisa Gherardini, esposa de Francisco de Giocondo—de ahí el
seudónimo de la Gioconda--. Si estaba esperando a dar a luz o acababa de
hacerlo en virtud de la placidez expresada en su rostro. Incluso la afirmación
de cierto bromista, que se trataba de un
autorretrato.
Su vitalidad, su
sonrisa y esa enigmática mirada continúan inspirando a caricaturistas, escritores, cineastas,
poetas y especuladores del más variado pelaje en el pasado, presente y futuro. Por todo ello creo que la dama
caucásica se ha ganado el puesto en el antológico trío de divas.
El otro caso es el de
la nostálgica Katharina, obra del maestro de la pintura y el grabado Alberto
Durero, apenas una década después de la hazaña de Leonardo, pero esta vez en
Francia. Se trata de la joven africana que realizó un viaje en 1520 a los Países Bajos durante la coronación
del Emperador Carlos V, y fue más más
conocida como la negra.
Durero se refiere a
ello de este modo: “…He hecho un dibujo a lápiz de la Mora…”Mientras al pie del
trabajo anota: “…Katharina a la edad de 20 años…”
Se refiere a su
famoso grabado realizado con lápiz de punta de plata, en el cual se destaca el
trazo firme y realista que lo caracterizaba. A la belleza de la modelo, y sobre
todo en su melancólica mirada, se vislumbra la nostalgia de quien se halla
fuera de su patria.
Desconozco las
circunstancias que la llevaron a Europa; quién era en realidad; qué relación
tenía con la corte o con el propio emperador; o cuántos años vivió bajo la
tutela de su reino.
Lo cierto es que el
dibujo—o grabado—existe y aquí les muestro un facsímil de la ilustración
publicada por la revista “El correo de la Unesco”. Mayo de 1971.
Hemos dejado para el
final a la nuestra; tal vez la pintura más comentada de Víctor Manuel García
titulada gitana Tropical. Se sabe que en 1925, muy joven aún, partió hacia
Francia movido por los aires de renovación que ofrecía La Escuela de París. En
Montparnase decidió darse a conocer simplemente como Víctor Manuel y en el
mismo contexto surgió su Gitana Tropical dos años más tarde.
En ese mismo 1927
regresa a Cuba para formar parte de lo
que se llamó la Primera Vanguardia de la plástica cubana.
De él diría Alejo
Carpentier. “…Su obra más aplaudida es la
“Gitana Tropical” en ella, en “Dos mujeres” y en “Paisaje” se ve la unión de lo
indio con lo europeo. En los ojos mestizos la fuerza de una raza y la elegancia
y el aplomo de su pose..”.
El propio Víctor
Manuel decía que “…:Las mulatas se parecían a las
gitanas…”
Tal vez la placidez
del semblante femenino, y sobre todo la
mirada más que la sonrisa, sean las motivaciones del impacto que históricamente
se produce ante la contemplación de estas tres obras de arte. La mujer blanca,
la negra y la mulata, históricamente símbolos de la belleza física,. En estos
tres casos reflejando en el rostro la desnudez de su espíritu, a pesar de diferencias
étnicas y de los casi 510 años de diferencia entre unos y
otros retratos.
Dejo la incógnita en
manos de los que más saben y puedan enriquecer la propuesta.
Por mi parte me
remito a los motivos que me llevaron a tocar –aunque superficialmente—dicho tema.
Y es que el pasado 16 de octubre de 2012, la Dirección Provincial de Cultura de
la Ciudad de La Habana, entregó en acto solemne celebrado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes la distinción GITANA TROPICAL, a setenta y siete personas por el aporte
ofrecido al desarrollo del trabajo cultural en la provincia.
El hecho de recibir
una distinción con ese nombre, el de encontrarme en la lista de los
galardonados, me regocija y compromete aún más con mis modestos aportes, que incluye el
mantenimiento de este blog personal dedicado a mis fieles vecinos, a pesar de
la carga pesada de los años sobre mis
espaldas.
¡GRACIAS EN MI NOMBRE
Y EN EL DEL RESTO DE LOS PREMIADOS!
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