Abrimos la semblanza de hoy con este apunte realizado en vida a Mario Kuchilán Sol que sirvió de apoyatura a una entrevista de Évora Tamayo para el semanario PALANTE hace unos treinta años con motivo de su setenta aniversario.
Si se compara el tamaño del habano que descansa en sus labios con su diminuta figura, habrán podido darse cuenta de su estatura, bastante reducida como corresponde al género humorístico. Esto no fue un hecho casual, todo lo contrario, Kuchilán era un gigante de nuestro periodismo y apoyándome en el contraste, quise dar la real dimensión de su obra en comparación con su figura. Pero… ¿Por qué ahora?
Es que el próximo 26 de abril el gran maestro del periodismo cubano arribaría a su centenario, y hay una faceta de su exitosa carrera que apenas se ha divulgado: La de sus comienzos como caricaturista y que el propio entrevistado, con excesivo recato aclaró en cierta ocasión:
“Como dibujante mediocre me podía ganar el bajo sueldo que ganaba. Tenía oficio y lo mismo ilustraba la primera página, que hacía un formato una caricatura personal (malísima), o un retrato (bastante pasable)…”
El hecho de poder colocar sus punzantes dibujos en “La Semana”, “Karikato”, ”El Mundo” “Prensa Libre” y otras publicaciones en la prensa de la época, refleja la modestia de sus palabras.
Esto que ofrecemos es un pálido reflejo de su grafismo humorístico, por no contar con mejores ejemplos.
El propio Kuchilán, se encargaba de explicar por qué cambió su pincel por la máquina de escribir:
“Yo cobraba como dibujante en un diario…Ya había escrito dos o tres reportajes a mi manera, cuando ocurrió el juicio de Pedraza en época de Grau, y se me ocurrió escribir una columna que dijera esas cosas que en las informaciones no se publicaban, y sin embargo, “robaban” la imaginación de los lectores. Así nació “Babel” con el subtítulo de (Mil noticias en una columna)…”
Sería imposible en este breve espacio abordar su inmensa obra. Desde aquellas primeras viñetas en “El Mundo”, los “fabularios” de “Juventud Rebelde” recopilados en un libro antológico, su permanente aporte a la sección “En Cuba”·y su emblemático “En Zafarrancho” ambos para “Bohemia”, centenaria revista que dirigió en sus últimos tiempos.
Si grandes fueron sus triunfos, no pocos peligros tuvo que afrontar, siendo perseguido y torturado por sus certeras denuncias al régimen batistiano e inclaudicable postura revolucionaria.
Lógicamente tuvo detractores, pero supo defenderse. Aquí va un ejemplo:
“Se nos ha censurado, peor, condenado, de ordinarios y chabacanos. Impotente para discrepar en el fondo, no por falta de ganas, se desliza, la distensión hacia la forma.”…“En la sociedad burguesa se hablan dos idiomas: el convencional, el decente, eufemístico para decir las cosas sin su nombre, y el popular, el de la chusma que le decían, el sermo vulgaris siempre denostado, directo, para llamar las cosas por su nombre…“ De éste, su criollísimo y muy peculiar estilo, hemos recopilado algunas frases dispersas del despetronque ocurrido en la despedida de año aquel 31 de diciembre de 1958, contenidas en su libro “Fabulario” (Retrato de una época):
“…En las residencias de los jerarcas castrenses,-lo contrario de castristas-“
…”Batista pasó al comedor seguido de conmilitones y guatacas…”
“…Un tintineo de chocar de copas de bacará musicalizó el brindis de jocundidad ausente…”
“…La gente comenzó a fintar una retirada…”
“…El “hombre fuerte” favorito de Eisenhower que prohijara el imperialismo corría de un lado a otro como viajero al que se le va el tren…”
“…Sobre la pista ronroneaban su desperezo cuatro aviones del ejército…”
“…Además, en Kuquine había quedado abandonada una pistola con la bala en el directo”.
Sea éste mi modesto homenaje al colega y amigo para quien…”Nada humano le era ajeno”.
Si se compara el tamaño del habano que descansa en sus labios con su diminuta figura, habrán podido darse cuenta de su estatura, bastante reducida como corresponde al género humorístico. Esto no fue un hecho casual, todo lo contrario, Kuchilán era un gigante de nuestro periodismo y apoyándome en el contraste, quise dar la real dimensión de su obra en comparación con su figura. Pero… ¿Por qué ahora?
Es que el próximo 26 de abril el gran maestro del periodismo cubano arribaría a su centenario, y hay una faceta de su exitosa carrera que apenas se ha divulgado: La de sus comienzos como caricaturista y que el propio entrevistado, con excesivo recato aclaró en cierta ocasión:
“Como dibujante mediocre me podía ganar el bajo sueldo que ganaba. Tenía oficio y lo mismo ilustraba la primera página, que hacía un formato una caricatura personal (malísima), o un retrato (bastante pasable)…”
El hecho de poder colocar sus punzantes dibujos en “La Semana”, “Karikato”, ”El Mundo” “Prensa Libre” y otras publicaciones en la prensa de la época, refleja la modestia de sus palabras.
Esto que ofrecemos es un pálido reflejo de su grafismo humorístico, por no contar con mejores ejemplos.
El propio Kuchilán, se encargaba de explicar por qué cambió su pincel por la máquina de escribir:
“Yo cobraba como dibujante en un diario…Ya había escrito dos o tres reportajes a mi manera, cuando ocurrió el juicio de Pedraza en época de Grau, y se me ocurrió escribir una columna que dijera esas cosas que en las informaciones no se publicaban, y sin embargo, “robaban” la imaginación de los lectores. Así nació “Babel” con el subtítulo de (Mil noticias en una columna)…”
Sería imposible en este breve espacio abordar su inmensa obra. Desde aquellas primeras viñetas en “El Mundo”, los “fabularios” de “Juventud Rebelde” recopilados en un libro antológico, su permanente aporte a la sección “En Cuba”·y su emblemático “En Zafarrancho” ambos para “Bohemia”, centenaria revista que dirigió en sus últimos tiempos.
Si grandes fueron sus triunfos, no pocos peligros tuvo que afrontar, siendo perseguido y torturado por sus certeras denuncias al régimen batistiano e inclaudicable postura revolucionaria.
Lógicamente tuvo detractores, pero supo defenderse. Aquí va un ejemplo:
“Se nos ha censurado, peor, condenado, de ordinarios y chabacanos. Impotente para discrepar en el fondo, no por falta de ganas, se desliza, la distensión hacia la forma.”…“En la sociedad burguesa se hablan dos idiomas: el convencional, el decente, eufemístico para decir las cosas sin su nombre, y el popular, el de la chusma que le decían, el sermo vulgaris siempre denostado, directo, para llamar las cosas por su nombre…“ De éste, su criollísimo y muy peculiar estilo, hemos recopilado algunas frases dispersas del despetronque ocurrido en la despedida de año aquel 31 de diciembre de 1958, contenidas en su libro “Fabulario” (Retrato de una época):
“…En las residencias de los jerarcas castrenses,-lo contrario de castristas-“
…”Batista pasó al comedor seguido de conmilitones y guatacas…”
“…Un tintineo de chocar de copas de bacará musicalizó el brindis de jocundidad ausente…”
“…La gente comenzó a fintar una retirada…”
“…El “hombre fuerte” favorito de Eisenhower que prohijara el imperialismo corría de un lado a otro como viajero al que se le va el tren…”
“…Sobre la pista ronroneaban su desperezo cuatro aviones del ejército…”
“…Además, en Kuquine había quedado abandonada una pistola con la bala en el directo”.
Sea éste mi modesto homenaje al colega y amigo para quien…”Nada humano le era ajeno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario