El colega abunda en detalles de la enfermedad cardiaca que aquejaba a Tomy, y la lucha entre la vida y la muerte que sostuvo durante las últimas semanas. Y a pesar de estas vicisitudes, el periodista agrega:
“Soñaba, hacía proyectos, ahora que se había jubilado del diario, para pintar sin las urgencias junto a sus hijos varones”.
La noticia me causó el mismo impacto de una bomba. Y me detengo en esa frase para recordar el motivo de nuestra última conversación.
Hace aproximadamente cuarenta días coincidíamos en el vestíbulo de la Unión de Periodistas de Cuba, Tomy, Ares, y yo –“¡Qué tres patas para una mesa”!- Dirían algunos. Lo cierto es que el diálogo versó precisamente en la contentura que él tenía por su próxima jubilación, e insistía conmigo para que le contara cómo me había ido a mi desde 1991 que tomé la misma decisión. Le informé ampliamente, mientras que él desbordaba optimismo, con un contagioso deseo de volcar todo el talento que aún le vibraba en su interior.
Le expliqué a ambos que acudía a la sede de los periodistas para ultimar detalles relacionados con la próxima edición de mi blog personal. Ares me preguntó cómo marchaba el proyecto de celebrar el Centenario de Bigote de Gato próximamente y Tomy iba para informar que al día siguiente debía ingresar en un Centro Quirurgico de Cardiología por cierto padecimiento que se le había diagnosticado.
¡Qué casualidad, coincidía con el mismo tratamiento que yo recibí diez años atrás en el CIMEQ! A su insistencia describí con lujo de detalles todo el proceso. Medio en serio medio en broma, porque frecuentemente estas situaciones cotidianas son objeto de nuestras observaciones humorísticas. Cada cual cuenta su enfermedad como la más importante y en esa exageración es donde los caricaturistas nos damos banquete.
La narración no pretendía animarlo ni mucho menos, porque entusiasmo y decisión le sobraban a Tomy, sino por la curiosidad innata en alguien que necesita saber siempre algo nuevo, sobre todo cuando le toca tan de cerca.
Así que proseguí mi monólogo:
“La coronografía a que fui sometido, detectó dos lesiones que inmediatamente fueron tratadas con una neoplastia, --operación consistente en la colocación de dos muelles milimétricos de platino (stens) para dar paso a la sangre del corazón a los pulmones. Algo asi como destupir las cañerías.”
Sé que yo seré ahora la víctima de los cirujanos por esa descripción tan burda. Pero Tomy me entendió perfectamente.
En realidad no tengo quejas, un poco más de dos horas en el quirófano y veinticuatro en observación fueron suficientes. De ahi para la casa hasta el día de hoy. El Dr.
Penosos problemas personales me impidieron estar cerca de Tomy en aquellos días cruciales, pero siempre pregunté a los más allegados por su salud. Nunca pensé que tuviera tal desenlace, y mucho menos las complicaciones que se le presentaron.
De él mucho se ha publicado en estos días. La página web del humorístico DDT, le ha dedicado un merecido recuerdo desde los lejanos días de ese Barajagua, natal que aparece en el título del diario y de este blog, pasando por los momentos fundacionales de la publicación y su misión internacionalista en Angola.
De su permanente colaboración con todos los medios nacionales, méritos artísticos, galardones, murales, y exposiciones, habrá mucho más que contar, y tiempo habrá para ello.
Prefiero concluir aclarando que desde mi jubilación no he participado en muchos concursos de caricaturas, ni en Cuba ni en el extranjero (la tarea se nos ha puesto difícil con tantos jóvenes como él, de indiscutible valor), dedicándome últimamente casi por entero a este juguetico de la tercera edad que es mi blog personal. Pero, me enorgullece el resultado que obtuve en una de mis últimas participaciones. Fue en el Concurso de Caricaturas Personales Juan David de San Antonio de los Baños en su sexta edición donde obtuve el Primer Premio con la caricatura de Tomy que aquí les muestro. Casualmente esto ocurrió en septiembre de 1994.
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