Nadie mejor que ustedes, mis fieles vecinos del blog,
saben que acostumbro a sacare las cosquillas a los acontecimientos para
hacerlos más digeribles.
De nuevo abordo este tipo de complicidades al recordar que
el pasado 16 de marzo se cumplieron 35 años de la apertura del Museo del Humor
de San Antonio de los Baños y sin embargo, lo celebramos entre el 21 y 23 de
este mes de abril, durante el XIII Salón Nacional de Humorismo y Sátira en el
propio local, pero esta vez en una actividad conocida popularmente como la Humoranga de la Villa del Humor, festival
sólo comparable a las famosas Parrandas del centro del país o las Charangas
de Bejucal.
Como habrá algunas sorpresas a lo largo de este recorrido,
dejo constancia de una en particular que acabo de recibir al hojear mi viejo
archivo fotográfico. Se trata de la foto colectiva que nos tomamos los
participantes de aquella primera Bienal hace tres décadas y media, cuando
llegamos a San Antonio de los Baños, incluyendo el ómnibus vector. En la
instantánea he podido identificar los siguientes personajes:
(A) Héctor Zumbado. (B) Luis Alonso. (C) Mongo P. (D) Cepero Brito. (E)
Luis Wilson. (F) Enrique Núñez Rodríguez. (G) Sin identificar. (H) Ajubel. (I)
Carlucho. (J) Sin identificar. (K) Évora Tamayo. (L) Manuel. (M) Pedro Méndez. (N)
Janer. (O) Valdés Díaz. (P) Blanco (Q) Tomy. (R) Chevo. (S) Renecito. (T) Sin
identificar. (U) Alben. Y por ultimo, (V) Lillo.
Les agradecería a mis minuciosos vecinos que si hallan
alguna equivocación, perdonen mis achacosas neuronas y rectifiquen el error. Si
descubren los tres desconocidos señalados con las letras (G, J, y T) me lo hagan
saber por esta misma vía. Muchas y anticipadas gracias.
La
Bienal Internacional de Humorismo de
San Antonio de los Baños, fue una de las más antiguas del mundo y primogénita
en América Latina. Si consideramos su frecuencia cada dos años, no tendremos la
próxima XXXVI hasta la primavera de 2015. ¿Y qué ocurrió desde entonces?
Nada, que los organizadores del evento, con muy buen tino,
pensaron que los caricaturistas del patio podrían participar en una convocatoria
alterna para no anquilosar las neuronas y mantener las bombillas encendidas entre
una Bienal y otra: Es por ello que a partir de 2001, la UPEC, el Museo del Humor y
las Direcciones Municipales y Provinciales de Cultura en el territorio, decidieron
convocar este concurso durante—Las Humorangas—de los años pares.
Y como de cosquillas se trata, les recuerdo que aquel
mismo día –hace 35 años--en que se abrieron las puertas del Museo Ariguanabense
para la Bienal,
en los cines de la capital se estrenaba el primer largometraje animado de nuestro
emblemático héroe “Elpido Valdés”. Lo que aprovecho para enviar una calurosa
felicitación y unirme al premio por la obra de toda la vida que le fuera
otorgado a su padre putativo, el fraterno Juan Padrón Blanco, durante el pasado
Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, hace apenas tres meses.
Como si todas estas coincidencias no bastaran, evoco otra
fecha relacionada con el tema y es que en este cuarto mes del año nació en
Sitiecitos, Sagua la Grande,
(25-4-1911) otro artista tan inmenso como su Sagua natal--el maestro Juan
David--a quien el propio museo le dedica a fines de año, el Salón Nacional de
Caricatura Personal Juan David, y al cual de dimos amplia cobertura en el
pasado mes de diciembre con el trabajo titulado “Bodas de plata con David y LLoyy” sobre
todo por la espectacular participación del caricaturista cubano Lloyy, radicado
en Madrid, España.
No quisiéramos poner punto final sin aclarar otros detalles
que nos conciernen y es que, precisamente el 27 de abril de 1967, el semanario
PALANTE por primera vez me publicó una tira cómica de carácter costumbrista bajo
el título de “¡Ay, Vecino!”, donde dos personajes totalmente desnudos—uno
gordo y otro flaco—comentan la actualidad nacional e internacional. Han pasado
47 años de aquella cesárea mental dando lugar no solo a la creación de este
blog personal en agosto del 2008, sino a la más popular tira cómica de mi
autoría, aunque no la primera. Tres años antes (1964) en el mismo tabloide
apareció otra serie que titulé “Cuatro Hitos en la Historia” donde
reflejaba en dos pares de viñetas—no me gusta poner en cuatro-- situaciones
humorísticas sobre hechos históricos que me habían impactado.
Si todas estas curiosidades no le han producido cosquillas
es porque soy un “pesado” y les pido disculpas por haberle echado a perder
miserablemente vuestro tiempo.
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