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20 ago 2011

SORPRESAS QUE DAN LOS HIJOS

El espacio·”Aventuras” de la televisión Cubana era el preferido de mis hijos allá por 1964, cuando se pasaban los episodios de “Robin Hood”; Paquito de siete años, era uno de los más entusiastas, y se inspiró en el personaje de los bosques de Sherwood, para plasmarlo en un simpático dibujo que mandé a grabar para utilizarlo en la invitación a la fiesta de su cumpleaños. Mi esposa guardó una de ellas como recuerdo, y ahora quiero compartir con ustedes, mis vecinos de siempre, esa primera sorpresa.
No era la primera vez que esto sucedía, en el trabajo titulado
CARICATURISTAS BAJO AMENAZA NUCLEAR, contamos una anécdota de ese mismo niño: Recuerdo que yo desconocía a fondo el desarrollo de sus aptitudes artísticas, y años más tarde, al terminar la enseñanza primaria, de pronto se me aparece con el título de ingreso a la Academia de Arte San Alejandro, adonde se había presentado por su cuenta. ¿Cómo es posible que eso hubiera ocurrido ante mis propios ojos sin darme cuenta? Así era de talentoso y discreto.
En otra ocasión cuando Ángela Davis vino a Cuba se le organizó en La Rampa una exposición de homenaje con retratos de artistas y diseñadores profesionales, --él, adolescente aún— presentó una obra con la técnica del puntillismo y la misma sorpresivamente fue seleccionada por la propia luchadora norteamericana para llevarla consigo a su país.

Por sus propios méritos académicos más tarde obtiene una beca para continuar sus estudios en Kiev (URSS), y estando allá, un buen día José Luis Posada, presidente del jurado del Concurso 13 de Marzo, organizado por la Universidad de La Habana me llama telefónicamente para felicitarme por haber obtenido el premio de grabado, a lo que le contesté incrédulo:
--¡Gallego, estás equivocado, yo soy autodidacta y jamás he grabado nada!
A lo que él me contestó con la sorna acostumbrada:
--¡Ya sabía yo que no podías ser tú, con un trabajo tan exquisito!
Ambos nos reímos como siempre y a continuación le aclaré que el aludido podía ser mi hijo que tenía mis propios nombres y apellidos.
El caso es que sus compañeros de estudios habían presentado obras suyas en dicho concurso sin su conocimiento. El premio consistía en una semana en Varadero y el único de la familia que no pudo disfrutarla fue precisamente su autor, que se hallaba en el extranjero.
En otra oportunidad su primera exposición personal titulada “Ciudad Antigua”, a la que asistió toda la tribu, fue inaugurada personalmente por Eusebio Leal en noviembre de 1989. Pero la cosa no quedó ahí, pues para sorpresa de todos, semanas después, el Historiador de la Ciudad dedicó uno de sus programas “Andar la Habana” de la televisión nacional, a reseñar la muestra.

En diciembre de 1985 se crea la por la UPEC la Editorial Pablo de la Torriente, que en sus colecciones periodísticas incluía el humorismo gráfico y la historieta.
Pues bien, en la Edición No. 2 de 1989 la revista PABLO publica una historieta de seis páginas titulada “El Último Caso del Inspector”, fechada en junio de ese mismo año, Se trataba de una historieta-homenaje al prematuramente desaparecido escritor, guionista y poeta Wichy Nogueras.

El trabajo consistía en narrar gráficamente la obra del mismo nombre sin ninguna otra apoyatura que la propia poesía de Wichy, y sin perder el suspense de un “thriller”. El trabajo había obtenido el primer premio de historieta dramática inédita del Concurso de Historietas “Fidel Morales”, del VIII Salón Nacional de Periodismo 26 de JULIO de ese año, así como el premio de la Editorial Pablo de la Torriente, en 1989.
El impacto causado en los amantes del cómic permeó también el criterio de los participantes del Primer Encuentro Iberoamericano de Historietas, entre los que estaban el maestro uruguayo-argentino Alberto Breccia, el editor vasco Ernesto Santolaya, y Dario Mogno, editor e investigador italiano. Ello se evidenció en una entrevista que hiciera la periodista Paquita Armas al maestro Breccia como colofón de su visita a nuestro país.

Avanzado el interrogatorio la entrevistadora dejó caer la pregunta clave sobre su valoración de la historieta cubana, y con toda la autoridad de su larga experiencia, Breccia respondió:
“Tiene atraso por falta de información; no creo que por falta de calidad… Con proyectos como éste del Primer Encuentro Iberoamericano de Historietas pienso que estarán en contacto con lo que se está haciendo en el mundo…”
A lo que la periodista insistió: --Sin compromiso… ¿Puede señalar algún autor? Y Breccia sin pensarlo mucho contestó: “…A vuelo de pájaro, no con un estudio profundo, pienso que la historieta de Francisco Blanco (hijo) sobre un poema, marca un hito… Es una puerta que se abrió…”
Amante de las flores y los animales, lector furibundo y genial adaptador al comic de obras de Borges, Poe, Rulfo, Lovecraft, Onetti, Carpentier y García Márquez, entre otros consagrados. Fundador de la Escuela Panamericana de Arte que dio lumbreras como José Muñoz y Alberto Durañona, y muchos más; quiso también crear un Instituto de Arte capaz de formar profesionales integrales pues incorporaba además clases de teatro, cine, y literatura.

De aquel primer encuentro celebrado en La Habana, surgió la necesidad de crear la Asociación Latinoamericana de Historietistas con sede en Cuba y a Alberto Breccia su Presidente de Honor. El ejecutivo lo formarían Manolo Pérez Alfaro, presidente ejecutivo; Francisco Blanco Hernández, vicepresidente ejecutivo; y los secretarios por países: Waldimiro de Castro Santos, de Brasil; Mario Lucioni, de Perú; y Ricardo Peláez, de México.
El desengaño ocurrido a Breccia al no materializarse su proyecto de un instituto Integral de Arte; ocurriría exactamente igual en Cuba como consecuencia de la crisis del llamado periodo especial que nos azotó desde ese mismo año. En 2003 nos enteramos del fallecimiento del maestro, y junto con él murieron también nuestros sueños y proyectos de una Asociación Latinoamericana de Historietistas.
Debo aclarar que si Paquito fue mi hijo sorpresa por todo lo contado hasta aquí, eso no quiere decir que los otros dos --Elsie y Darío-- no me hayan dado igualmente gratas satisfacciones como él. A mis ochenta noviembres puedo sentirme orgulloso de todas estas sorpresas que me han brindado hijos, nietos y biznietos.

3 abr 2011

BRECCIA Y OESTERHELD… ¡QUÉ BINOMIO!

Nacido en Montevideo el 15 de abril de 1919, Alberto Breccia es trasladado por sus padres a Buenos Aires con tres años de edad. Ese mismo año nacía también Héctor Germán Oesterheld en la Argentina. Signados ambos por similares desgarramientos y angustias artísticas en la búsqueda del perfeccionamiento profesional.

Aunque en una entrevista el argentino calificara a Breccia como: “Más torturado que yo”. El destino dictaminó lo contrario al final de sus días. Pero volvamos a Alberto, el joven artista uruguayo.

A los 17 años publicó sus primeros dibujos en la revista “El Recreo” y tras un período de creación humorística comenzó en 1938 su viraje a lo figurativo, donde sentó pautas.

De aquella primera época, casi desconocida para muchos hemos tomado algunos datos del libro del caricaturista Siulnas, “Aquellos personajes de historieta” (1912-1959) para Punto Sur Editores S.R.L. en 1968.

Lo curioso es que la síntesis explicativa de la tira cómica “Mariquita Terremoto”, está escrita por el autor del libro dentro de las propias viñetas del biografiado, por lo que la lectura de la copia obtenida resultará imposible a los efectos de su reducción para la Web, por lo que preferimos digitalizarla: Y cito:

“Mariquita Terremoto era una nena terrible. ¡Y vaya si lo sabía Cebita, un chico del barrio al que ella acosaba con preguntas!... Pero eso sí… Si Cebita preguntaba algo a su vez, ¡Hay que ver cómo se molestaba Mariquita!...La tira cómica era dibujada por Alberto Breccia y se publicó en la revista Espinaca en 1941…”

Esta información no concuerda con la fecha ofrecida en los datos biográficos anteriores, por lo que sugiero su investigación… Continuemos con los éxitos del colega en su personal estilo gráfico-realista para Rataplán, O-Tit-Bits y El Gorrón creando nuevos personajes, como “Kid de Río Grande” o “El Vengador”, y más tarde adaptando al comic obras clásicas.

El personalísimo estilo de Breccia (padre) --pues sus tres hijos también son dibujantes—no permite que lo encasillen. Al respecto dijo en una ocasión:

“Sigo con mi pintura, una obra que no muestro nunca, porque no quiero mezclar la hacienda, porque estoy seguro de que si muestro mis cuadros van a decir que soy un buen historietista, de la misma manera que me consideran buen pintor cuando dibujo historietas…”

En 1944 salieron de su pluma “Gentleman Jim” y “Puño Blanco” para el diario La Razón y la revista Bicho Feo. Pero el verdadero salto de calidad se produce cuando en 1957 se une al guionista Héctor Germán Oesterheld en la serie “Sherlock Time” para Hora Cero. Se trata de un detective intemporal que se mueve a capricho en dos dimensiones: tiempo y espacio.

La idea básica repetirán ambos en 1962 con “Mort Cinder” –un personaje que va del pasado al futuro y viceversa, vinculando mortales experiencias, lo que resultó la verdadera consagración del comic argentino. Curiosamente Breccia utiliza ahí el retrato suyo envejeciéndolo, en el papel del anticuario que narra la historia de los objetos expuestos en su tienda.

Más tarde, en “El Eternauta” hará lo mismo, pero con el rostro de Oesterheld.

Por motivos de salud Breccia se mantiene inactivo por unos cinco años hasta que la revista Gente en 1968, le propone ilustrar de nuevo “El Eternauta”, serie que su colega había escrito anteriormente para Solano López.

La nueva propuesta de ficción --invasión de la Argentina por extraterrestres—en momentos trágicos para el país, (mediados del pasado siglo), resultó un fenómeno de masas por la dramática puesta en el papel de Alberto Breccia.

Ese mismo año, junto con su hijo Enrique ilustraron “La Vida del Che”, a raíz de la muerte del Guerrillero Heroico en Bolivia. En esta oportunidad, ambos se unen para dar vida a las viñetas escritas por Héctor Germán Oesterheld, (HGO), siglas conocidísimas en la Argentina, pues posteriormente se realizó un documental con ese título para homenajear al famoso guionista de historietas tras su horrendo final.

El cuaderno del Che fue secuestrado y destruido por la junta militar argentina, por lo tanto no circuló en el país. Ocultos los fotolitos por Breccia, ocho años más tarde la editora vasca “Ikusager” lo reprodujo en formato de lujo.

A todas estas, H.G.O. fue también secuestrado como ocurrió con su obra, pero además desaparecido y asesinado junto a sus cuatro hijas, uniendo su tragedia a la de miles de compatriotas por quienes las “Madres de Mayo” aún reclaman justicia.

Ernesto Santolaya, en representación de la editora vasca “Ikusager” y Alberto Breccia vinieron a Cuba en 1990 con nuevos proyectos que pusieron en manos de la editorial “Pablo de la Torriente” en relación con una versión corregida y ampliada del cuaderno “La vida de Che”.

Me cupo el honor de participar directamente en las conversaciones, que ellos tuvieron con la dirección de la editora y de la compañera Aleida March en la propia casa del Che, pero con la crisis del llamado Período Especial, la iniciativa no pudo materializarse.

En cuanto a la vertical trayectoria de su compañero Oesterheld. Hace algunos años durante uno de los Festivales del Nuevo Cine Latinoamericano, se exhibió en Cuba el documental argentino “HGO”, que muchos llegaron a confundirlo con la empresa editora de películas por cable HBO, pero nada más lejos de eso. Se trataba de la dramática historia de Héctor Germán Oesterheld, la cual trataremos de ampliar en próximas ediciones, pues como buenos autores de historietas, que fueron ambos (Breccia y Oesterheld), termino con el habitual: Continuará….

2 abr 2011

HGO Y EL LIBRO “NUNCA MÁS”

Recientemente dedicamos un trabajo al maestro del “cómic” argentino, el dibujante y pintor Alberto Breccia.

Igual autoridad se le reconoce al escritor que compartió la autoría de sus mejores obras. Héctor Germán Oesterheld, a quien sus “fans” lo identificaron cariñosamente por sus iniciales HGO.

Mucho antes, desde sus primeros intentos en narraciones infantiles como “Gatito” (1954), la originalidad de sus guiones le ganaron justo merecimiento, pero el destino quiso que coincidiera en la Editora Abril, con el renombrado artista italiano Hugo Pratt, dándole vida ambos a un personaje inolvidable: El “Sargento Kirk”, sin dudas el antecedente histórico del western spaghetti en soporte de papel, pero también de películas tan importantes como “El soldado azul” Soldier Blue.

“Kirk” resultó ser el más adulto héroe del género y una señal de alerta en un mundo esquematizado por los comics norteamericanos y el cine de Hollywood. Y así le dio la vuelta al mundo, reproducido por numerosas revistas y diarios, sobre todo de Europa. Recuerden que este tema era tabú dentro de las fronteras de Estados Unidos, permeados por la Cacería de Brujas yanquis.

Pratt lo acompaña dibujando otra serie trascendental titulada “Ticonderoga”.

Fundador de las revistas Frontera y Hora Cero, Oesterheld escribía el 80 porciento de sus historias: “Tipp Kenia”, “Randall”, “Joe Zonda”, “Bull Rocket”, y “Rolo, el Marciano Adoptivo”, imponiendo un nuevo estilo, donde la aventura por la aventura, es desplazada por una permanente oposición a la rutina, sin perder el encanto de la acción y el heroísmo juvenil.

Destacado ya lo era, pero la mayoría de edad llegó de la mano de Breccia cuando éste le ilustró su “Sherlock Time” de 1958. Y más tarde, algo nunca visto en la narrativa del género: “El Eternauta” –primero dibujada por Solano López—, y que llegó al clímax con el aporte de Breccia en un remake de 1969, para el sobrecogedor relato de la invasión de Buenos Aires por extraterrestres de pesadilla, tanto más tenebrosos en tanto menos reconocibles.

Pero el insatisfecho duetto Oesterheld-Brteccia no se conformaba y el 2 de julio de 1972 surge su obra cumbre “Mort Cinder”, ahora copiando el rostro del dibujante para encarnar al anticuario Ezra Winston. Anteriormente fue al revés, cuando el escritor sirvió de modelo para dar vida al protagonista del “Eternauta”.

Pero un acontecimiento los marcará para toda la vida, a raíz de la muerte del Ché en Bolivia en octubre de 1967. En esta ocasión se dieron a la tarea de narrar la vida del Guerrillero Heroico en un cuaderno que contó con el aporte del hijo de Breccia --Enrique-- ya por entonces destacado en el género.

La década del 70 se caracterizó por la opresión de la junta militar argentina bajo el eufemismo de (Proceso de Reorganización Nacional) que costó la vida y la desaparición de miles de ciudadanos, incluyendo al propio HGO y sus cuatro hijas.

En la revista “Fierro” No.13 (8-1985) se publican páginas de un llamado (Libro Gordo, Rojo e intolerable) con el título de “Nunca Más”.

Hemos tomado algunos párrafos de los que rompieron el silencio:

“…En agosto y noviembre vuelve a encontrarse Pablo Szir con sus hijas y les cuenta que primero había estado en la comisaría de Ramos Mejías y en ese momento, en la Villa insuperable, donde también estaban Roberto Carri y su esposa, Adela Candela y Héctor Germán Oesterheld. Además agrega que cada tanto eran trasladados al Cuartel de Ciudadela donde les hacían escribir…” Narrado por María Caruso en carta a sus hijas.

“… Ahora está con nosotros “eL Viejo” que es el autor de “El Eternauta” y el “Sargento Kirk”. ¿Se acuerdan? El pobre viejo se pasa el día escribiendo historietas que hasta ahora nadie tiene intenciones de publicarle…” (p. 179).

El psicólogo Eduardo Arias, una de las últimas personas que vio con vida al guionista secuestrado el 27 de abril de 1977, también narra lo visto:

“En noviembre de 1977 fui secuestrado y permanecí desaparecido hasta enero de 1978. Héctor Oesterheld estaba allí desde hacía mucho tiempo. Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo. Uno de los momentos más terribles fue cuando trajeron a su pequeño nieto de cinco años. Esa criatura fue recogida tras la captura y muerte de la cuarta hija y el yerno de Héctor, y la llevaron a aquel infierno. (…) Uno de los recuerdos más inolvidables que conservo de Héctor se refiere a la Nochebuena del 77. Los guardianes nos dieron permiso para sacarnos las capuchas y para fumar un cigarrillo. También nos permitieron hablar entre nosotros cinco minutos. Entonces Héctor me dijo que por ser el más viejo de todos los presos quería saludar uno por uno a todos los que estaban allí. Nunca olvidaré aquel último apretón de manos.(…) Su estado físico era muy penoso. Ignoro cual puede haber sido su suerte. Yo fui liberado en enero de 1978. Él permaneció en aquel lugar. Nunca más supe de él…”

¡NUNCA MÁS!, así se titula el libro a que hacemos referencia sobre la desaparición física de ese gran maestro de la narración gráfica, protagonista el mismo de una realidad incomparablemente más espantosa que cualquier obra de ficción con pretensión de horrorizarnos.

El insustituible HGO, vivirá siempre en el recuerdo de los que hemos tenido el privilegio de vibrar con sus emocionantes narraciones juveniles.