Los
vecinos habituales a este espacio se recordarán que la serie del pasado año “Detrás
de la antorcha” tenía el propósito de divertirlos contándoles
anécdotas y curiosidades del deporte desde tiempos prehistóricos hasta los
Juegos Olímpicos actuales pasando por los originarios Pan Helénicos, durante
los siglos 8 a.d.c. y 5 d.n.e.
Al
dejar inconcluso el recuento, no fue por la fatiga de correrle detrás a la
llama olímpica; sino debido al anuncio de que la Olimpiada del 2012 estaría
caracterizada por la instalación de rampas coheteriles en las azoteas
londinenses: Tal determinación no era cosa de juego y menos tratándose de los Juegos
Olímpicos.
Recuérdese
la suspensión de 1914 y 1940, durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial
precisamente por respeto a las Treguas Sagradas El título de aquel trabajo lo
dice todo:“Guayabitos en la azotea”.
En
esa misma ciudad nuevas brumas ensombrecen el panorama si partimos de cierta descabellada
proposición elevada precisamente por la Comisión Ejecutiva del COI, en el
verano pasado.
Es
sólo una posibilidad, pero el mero hecho de proponer el cierre de los candados
y botar las llaves de la lucha en los próximos Juegos ya constituye una zancadilla
olímpica. Se trata de uno de los más antiguos deportes de
combate,
aduciendo que la lucha grecorromana—donde
solo se permite el agarre desde la cintura para arriba—ofrecía muy poca
espectacularidad, lo que se reflejaba en la taquilla por la menguada asistencia
de público a los enfrentamientos.
Como
contrapartida a esta “sesuda” oferta dicho Comité planteó sin embargo, la
inclusión de otros dos deportes para los juegos del 2016 en Río de Janeiro--el GOLF
y el RUGBY--.Actividades que fueron propuestas como alternativa a la salida del
beisbol del programa olímpico el
7 de julio del 2005.
El
hecho de que nuestro bisoño equipo de gladiadores arrasara en todas las
categorías del reciente Torneo Panamericano de Lucha celebrado en Panamá motiva
más aún este comentario.
De
los quince atletas cubanos que se presentaron en los colchones del coliseo
“Rommel Fernández”, once obtuvieron títulos en sus respectivas categorías, más
una presea de plata y tres de broce. Es decir: ¡15 DE 15! ¡Ninguno regresó sin
su medalla colgada del pecho!
Las
féminas no se quedaron atrás, al desbancar al formidable equipo estadounidense–-Tercer
Lugar en el Mundial de Strathcona, Canadá—solo detrás de China y Japón y
quedaron en segundo lugar, superadas solamente por las canadienses.
No
quisiera ser mal pensado: La lucha es el tercer deporte que más preseas nos ha
aportado en las Olimpiadas, solo detrás del boxeo y el atletismo pero… Estas son
nuestras prometedoras esperanzas para los próximos Juegos Olímpicos de Brasil,
cuyo futuro posiblemente no esté en el tatami, sino en las decisiones de, sabe
Dios que malsanos intereses.
Pienso
que todos los deportes son positivos, unos más dinámicos, si tenemos en cuenta las
carreras de velocidad o de resistencia en el atletismo; otros más sesudos como
el ajedrez, ya que el cerebro es también un músculo que hay que entrenar.
Pero
situar al golf por encima de la lucha y el beisbol, me parece una barbaridad olímpica. Y esto merece una
riflexión al estilo de Zumbado.
Si
vamos a sus orígenes, nuestro pasatiempo nacional nació sin suerte desde el
destete y para ello acudo a su fe de bautismo:
Todo
parece indicar que la pelota—como la llamamos por acá--persiguió el sueño
olímpico desde los Primeros Juegos de la era moderna (Atenas 1894). Allí el
corredor estadounidense Curtis ofreció una demostración de beisbol al Rey Jorge
de Grecia, intentando batear una naranja con una tranca. Mala pata la suya,
pues acabó manchando las reales prendas de su majestad y hasta la posibilidad
de que alguna semillita le golpeara el monóculo.
El
primer intento oficial de la pelota tampoco fructificó en los Juegos Olímpicos
de Verano, (París 1900). Mucho menos fue admitido en el programa oficial, sin
embargo, en aquella oportunidad le abrieron las puertas al críquet y a la pelota vasca.
Cuatro
años más tarde en St. Louis, las autoridades yanquis cometieron los mismos errores de sus
antecesores parisinos. Las competencias se redujeron a exhibiciones dentro de
la Exposición Universal y se diluyeron en el revolico de otras manifestaciones
populares.
No
hubo más demostración hasta 1912 en Estocolmo, con un partido de exhibición
entre el equipo local “Vastaraws” frente a otro norteamericano; con tan mala
suerte que, los locales perdieron trece por tres, a pesar de no hacerse los
suecos y dependieran de un lanzador yanqui.
Estos
esfuerzos se complicaron aún más en Berlín 1936, por la conflictiva situación
surgida previamente a la Segunda Guerra Mundial aunque el propio Fuehrer
presenció desde las gradas un partido de exhibición entre dos novenas
norteamericanas y ante unas 90,000 espectadores.
Los
Juegos del 40 en Tokío fueron suspendidos debido al conflicto bélico y en la
siguiente Olimpiada de Finlandia se experimentó con dos equipos fineses que ni
fú ni fá.
Melbourne
subió la parada en 1956, al mejorar la exhibición, pues unos cien mil
espectadores llenaron el estadio para ver un desafió amistoso entre USA y Australia.
En
Japón, donde sí se practicaba masivamente, fue por fin calificado como deporte
de demostración en 1964 y un equipo yanqui venció a otro nipón ante 50,000
fanáticos.
Tuvo
que transcurrir otros 20 años para que el COI lo declarase mayor de edad
durante los Juegos de 1984 en Los Ángeles, Allí participaron varios equipos en
formato internacional. Compitiendo USA, República Dominicana, Canadá,
Nicaragua, Japón, China-Taipei, Corea, e Italia.
Como
se sabe, Cuba no participó en aquella competencia, pero cuatro años más tarde--en Barcelona, 1992--obtuvo
la presea dorada con un fácil marcador final frente a China-Taipei de once por
una y en 1996 repitió la hazaña derrotando a Japón 13 a 9 por la de oro en Atlanta.
En
el año 2000 se admitieron por primera vez en Sydney peloteros profesionales y
Estados Unidos nos ganó en esa oportunidad.
La
tapa al pomo la puso el COI el 7 de julio de 2005, cuando decidió limitar el
programa de los juegos Olímpicos de Verano a 28 deportes a partir del 2012. Recuérdese
que—el de las bolas y los strikes--solo se mantuvo legalmente en la liza hasta
el torneo de Pekín en los Juegos del 2008.
Parece
que ahora cambian de palo pa´rumba y serían 30 con la inclusión del RUGBY y el
GOLF en los próximos Juegos de Brasil, 2016. Veremos qué nueva jugada nos
depara esta vez el COI en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
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