El
título de este trabajo es solo un gancho. En él hablaremos una vez más de
algunos aspectos de la historieta en nuestro país, por tanto, corresponde a
materiales publicados, nada de misteriosos.
Tal
vez sí, por nuestra incapacidad de localizar las ilustraciones que les
corresponden, o la vida azarosa de su autor, se justifique un tanto la
utilización de la frase: “Todo es secreto hasta un día”
Mi
niñez transcurrió como la de muchos de mis contemporáneos. En espera de los
episodios radiales de Chan Li Pó todas las noches. O los domingos en la mañana cuando
llegaban los diarios con las páginas de los Muñequitos en Colores (Made in USA)
que acompañaban a la prensa dominical. También venían en esas ediciones otros suplementos
realizados e impresos en Cuba como Hoy
Infantil o El País Gráfico.
Me
cuentan mis mayores –ya desaparecidos-- que en cierta ocasión envié un trabajo
a la sección de dibujos infantiles de este último, con una versión personal de
la Carabela de Colón que había aparecido como portada en el No. 9 de fecha (9-10-1938)
en ese mismo suplemento dominical.
Lo
cierto es que, intuitivamente noté cierta diferencia entre las entregas que
venían impresas en colores desde el exterior, y aquellas tiras cómicas en
blanco y negro, la mayoría de ellas obra de autores nativos.
Digo
mayoría porque junto a estos, aparecían tiras cómicas como “Pancho el Largo” de
Armstrong, “Benitín y Eneas”, de Bud Fisher, o “Castor y Polux”, de
Segal,--esta última después tomó el nombre de “Popeye el Marino”.
En otras entregas se
veía a las claras la mano de artistas cubanos en obras como “Napoleón,
el faraón de los sinsabores” de Manuel Alonso; “El
fantasma platinado” de Wal; o “El profesor Timbeque” de
Horacio, y otras de Mike Cárdenas, (misterioso autor del que no cuento con
información biográfica), pero todos ellos reconocidos dibujantes gráficos de la
época.
Sin embargo, había
una serie que jamás pude ubicar con exactitud su procedencia. Se trataba de “La
Pandilla del País”, “La Pandilla” o simplemente; “La Pandilla de Saviur”, según los
diversos títulos que adoptó en sus variadas etapas.
En primer lugar, el
derecho de autor se atribuía por siete años al World Color Printing, Co. USA
de Saint Louis; sin embargo, los ambientes eran cubanos, los policías
aparecían uniformados al estilo del machadato, y el personaje del campesino era
muy parecido al Liborio de Torriente. Por último, la pandilla la formaban
personajes tan típicos como: Totica, Charito, Pistón, Canuto, Pericles y el
perrito Chichipón.
Años después,
dedicado profesionalmente al humorismo gráfico y la historieta, tuve acceso a
archivos de prensa, y el bichito de la curiosidad me picó tan fuerte que le dediqué mis tiempos libres
a desentrañar aquellas telarañas de mi infancia..
Recuerdo que la
hemeroteca del Instituto de Literatura y Lingüística fue uno de los refugios
preferidos para mi vocación polillezca. Tanto allí como en la Biblioteca
Nacional “José Martí” pude revisar con paciencia y mucho cuidado aquellas
seniles y amarillentas páginas de EL PAÍS GRÁFICO.
El más prolífico de
estos personajes en la década de 1940 del pasado siglo, fue sin dudas, un viejo
calvo y barbudo con gafas que respondía al nombre de “Profesor Timbeque",
siempre acompañado de una mosca parlanchina quien le pronosticaba los peligros
que le acechaban.
Lamentablemente sólo
logré allí hojear los episodios de “Timbeque y Daduro”, un boxeador
criminal; y “Timbeque en la ciudad subterránea” entre otros que se descontinuaban con frecuencia para reaparecer
meses después,--uno de ellos aquí
representado-- en el propio año 1946
Pero “La
Pandilla de Saviur” , seguía siendo mi gran incógnita hasta hace poco,
cuando tuve acceso a un proyecto digital titulado “Diccionario Temático del Comic
Cubano” en proceso de edición impresa, debido la paciente investigación
del colega Miguel A. Bonera Miranda,
He aquí en síntesis lo
que acabo de descubrir aproximadamente 70 años después de establecer contacto
con la famosa pandilla de papel:
“…Saviur, firma artística de Salvador Cancio
Peña. En 1921 estableció un estudio fílmico con Ramón Peón; en 1924 realizó
docu-dramas bajo el título de Actualidades Habaneras…” Hasta aquí le seguí la pista fílmica
al dibujante Saviur, pues tengo entendido que años mas tarde, en esa misma
década, surgió la BBP Production, de (Del Barrio, Perdices, y Peón), para
realizar una serie de proyectos cinematográficos
que culminaron con la última película silente hecha en Cuba “La Virgen
de la Caridad” estrenada en el cine Rialto el 28 de septiembre de 1930,
es decir, dos meses exactos antes de mi nacimiento.
En todo ese tiempo, el
diccionario no hace alusión al dibujante, y en cuanto al antológico film de
nuestra patrona, regresaremos a él en un próximo trabajo con motivo del 400
aniversario de la aparición de la deidad cubana en la Bahía de Nipe.
Mientras esto llega,
regresemos a Saviur donde lo dejamos:
“…Con un grupo de
asociados al periódico LA LUCHA. Más tarde, (1932) es que aparecen en el
suplemento EL PAÍS GRÁFICO, las comentadas pandillas de Saviur. “…Con anterioridad, en 1926, Saviur se había convertido en
agente secreto de gobierno de los Estados Unidos en el llamado período de la
Ley Seca. “… Entre sus tareas cumplió misiones tanto en Cuba como en México durante un par de años,
infiltrándose en los grupos de
contrabandistas de licores y estupefacientes...”
Quien se dedicó
durante un tiempo a crear pandillas
humorísticas de ficción, terminó combatiendo las de verdad, hasta que junto a
la Ley Seca éstas fueron desapareciendo.
He podido recopilar
fotos de algunos periódicos de la época; pero volvamos al diccionario de marras
para anotar:
“…Saviur regresó más
tarde a sus andadas en el cine trabajando en el Noticiario LIBERTY y fundó la CCC
(Compañía Cinematográfica Cubana) junto a otros accionistas. En 1941 figuró
entre los vocales de la UTCC (Unión de Técnicos Cinematográficos Cubanos), hasta
que en la década de los 50, --de nuevo junto a Ramón Peón--, intervino en los
filmes “La renegada”, “Unión y gloria” y “La única” este último dedicado
a Rita Montaner...”
Para concluir, el ex
agente Saviur le suministró después al periodista Santiago Cubillas sus experiencias en la lucha contra el
tráfico ilícito de bebidas alcohólicas, para una serie de artículos en la
prensa.
No he podido
localizar tampoco estos trabajos y, agradecería a mis asiduos vecinos, que
colaboren en este empeño detectivesco. Es necesario localizar y/o copiar las páginas de historietas donde
aparezcan las famosas pandillas cubanas de Saviur, para enriquecer los
antecedentes de nuestra producción autóctona. Esta dificultad me dejó un sabor
amargo.
En compensación ahora
les ofrecemos un sucedáneo: Se trata de una curiosa foto publicada por cierta
revista italiana (desconocida) en un bar de La Habana, (ignoto) en 1932, donde
una turista yanqui (irreconocible) baila (sabe Dios que ritmo nuestro). A la
cintura le cuelgan varias canecas de ron (marca anónima) y baila ante la
alegría de varios parroquianos (sin identificación alguna). Hemos conservado el
título y el pie de foto para demostrar que a pesar de este enigma, la cosa es
seria y verídica.
Todo este meneo fue
con motivo de la Ley Seca impuesta en los Estados Unidos, de la cual el propio
Saviur fue uno de sus agentes. Con ello hemos dado un paso más para demostrar
que…“TODO ES SECRETO HASTA UN DÍA…”
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